La entrevista
Una canción para ti.
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El martes a las diez de la mañana, CL estaba tumbada en la cama de la habitación del hotel, apoyada en un codo y con la revista de YG Entertainment abierto al lado. Estaba comiéndose una tostada y tenía una bandeja con los restos del desayuno a los pies de la cama. Su grupo había actuado el domingo y el lunes por la noche, con lo que había concluido la etapa de Seúl en su gira, y se estaba tomando un descanso de un par de días para hacer un poco de turismo antes de partir el jueves hacia Tokio.
Taeyang, su agente, caminaba de un lado a otro de la habitación.
-Es un comienzo genial –dijo-. Sencillamente esa revista de tirada internacional marca el paso de todas las demás publicaciones: Todo el mundo se toma en serio lo que tenga que decir sobre cualquier espectáculo importante. –Llevaba un saco de traje oscuro y bien confeccionado -. Esta crítica tan buena nos suaviza el camino para el resto de la gira, y hemos tenido la suerte de que el número de este mes haya coincidido con los primeros conciertos. – Le lanzo una mirada-. ¡Gracias a eso, el disco se venderá por aquí como pan caliente Chae! Lo digo en serio.
Chaerin termino la tostada y se acostó en la cama fatigada.
Si Tae, es fantástico pero cálmate, baby, que me estas mareando de tanto ir de un lado para otro.
Taeyang resoplo, exasperado, y Chaerin rio entre dientes. Siempre estaba inquieto, y ella siempre le decía <>
-Bien, no olvides que esta tarde a las cuatro y media tienes una entrevista con Sandara Park. Es la que escribió esa crítica elogiosa, y tengo entendido que es un peso pesado: una de las redactoras estrella de la revista. Se dice que una reseña suya puede suponer el éxito o la ruina para un espectáculo, así que más vale ser rematadamente encantadora con ella.
Chaerin sonrió y le hizo ojitos.
-Oh, no te preocupes por eso, baby. Seré muy amable con ella.
Tae volvió a suspirar y se pasó la mano por el cabello, en un gesto nervioso. Chaerin se echó a reír. Le gustaba burlarse de él, porque nunca sabía cuándo estaba bromeando. Tae sacudió la cabeza con desconcierto y se marchó.
********
A las cuatro y media en punto, Dara llamo a la puerta de la habitación del hotel. Chaerin abrió, pareció levemente impresionada, como si se sorprendiera de verla. Dara sonrió.
-Me esperabas, ¿Verdad? Soy Sandara Park, pero puedes llamarme Dara.
-Por supuesto que te esperaba. Adelante, Dara. Es un placer conocerte.
Se estrecharon las manos y, mientras la periodista se sentaba en el sofá, sacaba la libreta y dejaba la grabadora sobre la mesita, Chaerin lleno un vaso de agua y se sirvió un bourbon con hielo. Chaerin se había puesto unos pantalones vaqueros y una sudadera negra, su maquillaje era perfecto, tenía delineado sus ojos con un lápiz negro que le daba un toque felino a su mirada, y estaba aún más atractiva que en el escenario. Dara observo que, mientras llevaba las bebidas, se movía con suavidad y pausadamente, con leve balanceo de caderas algo que contrastaba mucho la agilidad y la energía que había mostrado sobre el escenario.
Chaerin le dio agua y se sentó en el sofá de enfrente. Le dirigió una sonrisa cálida, la miro directamente a los ojos y le sostuvo la mirada, mientras decía, con voz aterciopelada.
-Cuando quieras podemos empezar, baby.
Los ojos de Chaerin eran de un café oscuro e intenso. Aunque llenos de afecto y simpatía, Dara se sentía incomoda ante aquella mirada felina y cautivadora. Con torpeza intento tomar notas y se le cayó el bolígrafo al suelo.
-Parece que esta tarde estoy un poco torpe –dijo.
-No pasa nada, baby –replico Chaerin con dulzura-. No hay prisa
Dara empezó con las preguntas. Se había escrito mucho sobre la cantante y sabía que repasaría mucho terreno trillado, pero la dejo hablar, a la espera de ese momento especial, el momento en que surgiera algo de donde pudiera sacar un artículo.
Chaerin tenía 25 años, y había nacido en Seúl, Corea del Sur, pero ahora residía en los Estados Unidos. Sus padres habían muerto en un accidente de trafico hace casi diez años y tenía una hermana que vivía en Chicago, a la que
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