El sábado a última hora de la mañana, Chaerin estaba en su cuarto, viendo la televisión sin ningún interés, cuando llamaron a la puerta. Eran Bom y Seungri. -Ven a comer con nosotros, Chae. No puedes volver a quedarte aquí encerrada todo el día. Chaerin se metió las manos en los bolsillos del pantalón y se dejó caer pesadamente en el sofá. -No, no me apetece. Bom se sentó en la silla de enfrente y apoyó los pies en la mesilla. -Si llama Dara, dejará un mensaje. Chaerin sacudió la cabeza. -Ayer por la mañana hablé con Yang. Me dijo que Dara ha salido del país y  que no quiere que la llamen. Prácticamente le supliqué que me dijera donde estaba, pero se negó. Sé que Dara no va a llamar ahora, pero quiero estar aquí, por si acaso. Chaerin miró a Seungri, que estaba de pie junto a la puerta, examinado muy concentrado el botón del puño de su camisa. -¡Necesitas tomar un poco de aire, chica! Ayer te pasaste el día y la noche metida aquí, sola. Nos lo pasamos muy bien en el restaurante de ayer, me hubiera gustado que vinieras, Chae. –Bom bostezó y se desperezó; las pulseras tintinearon alegremente-. Nos quedamos allí bastante tiempo. Encontramos un local de ambiente muy interesante y nos lo pasamos en grande, ¿Verdad Seungri? -Sí. Seungri había pasado a dedicarle todo su interés a su reloj. Estaba cambiando la configuración y los pitidos estaban sacando de quicio a Chaerin. -Vamos, Chae. Sal con nosotros. Chaerin la escuchaba a medias. Se dio cuenta de que no había visto a Seungri desde el miércoles por la noche, justo antes de que empezara el concierto. Todos sabían que estaba muerta de la preocupación por la desaparición de Dara pero, Seungri era el único que no le había preguntado nada sobre aquel asunto. De repente, Seungri la miró con una expresión como asustado, como un conejo iluminado por un foco de luz. -¿Por casualidad viste el miércoles a Dara, Seungri? Seungri se metió las manos en los bolsillos y apartó la vista. A Chaerin se le empezó acelerar el corazón. Seungri volvió a mirarla y enderezó los hombros. -Pues sí, si la vi. -¿Dónde? -En el bar de abajo, a eso de las diez y media –contestó, desafiante. Chaerin sintió que se le hacía un nudo en el estómago. -¿Fuiste el ultimo que la vio y nos has dicho nada? ¿Cómo estaba? ¿Qué dijo? Bom se levantó de la silla lentamente y se situó junto a Chaerin. Los ojos de Seungri pasaron de una a la otra. -No dijo nada. Estaba borracha y llorando. –A Chaerin se le llenaron los ojos de lágrimas y sintió nauseas-. La llevé a mi habitación y la cuidé. A Chaerin le daba vueltas la cabeza y creyó que se iba a desmayar. Sintió que se le erizaba el cuero cabelludo cuando dijo, sin alzar la voz: -¿La cuidaste? ¿Cómo? Seungri vaciló; luego se encogió de hombros y sonrió con suficiencia. -Por amor de dios, Chaerin, pasó la noche conmigo ¿Vale? Cuando desperté se había ido. ¿De verdad quieres todos los detalles? Chaerin se estremeció, cegada por la ira. Apretó los puños y arremetió contra el rosto de Seungri. Bom la tomó de las muñecas y la sujetó con fuerza, Seungri se tocó la nariz, horrorizado. -¡Maldito! –Grito Chae-. ¿Cómo fuiste capaz? ¡Te voy a matar desgraciado! -¡No fui yo quien la hizo llorar! –Replicó Seungri, indignado, notando que su labio sangraba-. No sé qué hiciste que la alteró tanto, pero no se fue por mi culpa. Chaerin no podía contener las lágrimas y creyó que iba a estallar. Forcejeó con Bom para que la soltara. -¡Te mato! -¡Vete de aquí, Seungri! –dijo Bom. Seungri les dirigió una mirada y se marchó, dando un portazo. Cuando Bom la soltó, Chaerin corrió a darle unos puñetazos a la puerta. -¡Lo voy a matar! –asalto el bar y se sirvió un bourbon, que tomó de un trago, temblando, antes de servirse otro. Caminó por la habitación con pisadas fuertes y apenas notó que Bom le quitaba el vaso de la mano cuando pasó junto a ella-. ¿Cómo pudo hacer algo así? –Sacudió la cabeza-. No entiendo cómo se puede ser tan cruel. -Se aprovechó de la situación. –dijo Chaerin apretando los puños. Bom estaba llamando por teléfono. Chaerin se dio cuenta de que no tenía bebida y se sirvió otra copa. Cuando se desplomó en el sofá, la cabeza le daba vueltas. No dejaba de imaginarse a Dara con Seungri, y sentía un dolor desgarrador e insoportable en el pecho. Tomó un buen trago de bourbon. No podía soportar que mientras ella se había pasado la noche buscándola desesperadamente, Dara hubiera estado con Seungri, teniendo relaciones. Se puso a llorar. Bom colgó el teléfono y se acercó a abrazarla. -¿Por qué haría eso Dara? Bom le hablo con ternura. -Porque estaba angustiada, confundida, desconsolada, furiosa: todo a la vez. –Suspiró- la pobrecita debía de estar muy mal, Chae. -Dios mío, ¿Qué he hecho? -Bueno, Chae, si quieres que sea sincera, creo que la has cagado hasta el fondo. Te has roto el corazón y se lo has roto a ella. -No esperaba que doliera tanto. No esperaba que reaccionara de esta manera. Creía que estaba siendo racional. -Ya, es un auténtico fastidio que la gente no siga los malditos guiones que le escribimos, ¿Verdad, Chae? –Bom sacudió la cabeza-. ¡Los demás van por ahí haciendo y diciendo cosas que no habíamos planeado en absoluto! -Ojala no lo hubiera hecho. –Se le caían las lágrimas sin parar y se sentía deshecha. Quiso tomar el bourbon de un trago, pero Bom le quitó el vaso de la mano-. Dame eso, Bom. -De ninguna manera. –Se puso de pie y lo vació en el lavabo-. He pedido ensalada y zumo de f