Actualización de Fic!! Pues ¿Qué puedo decir? espero que les guste, recuerden que es sólo el inicio y este capítulo es revelador. Enserio deseo de corazón que esta pareja los enamore <3

Capítulo 2

9 de Mayo de 2013

Querida Yoona, perdona que tenga que ser honesta pero la verdad es inevitable cuando de mi pecho busca sacar las palabras correctas. Tú me conoces mejor que nadie.Responde mis preguntas, responde a las dudas que tengo pues aunque yo intente ver mi interioridad, simplemente no encuentro el interruptor que me dé la clave para comprender estos sentimientos tan profanos. Siempre he tenido un lado oscuro y lo sabes, también sabes de sobra cuán ingenua puedo llegar a ser. Sólo dime entonces las respuestas ante esta agonía de haber conocido a Jessica Jung.

            +++++

            – No quiero darle falsas esperanzas. Con buenos cuidados y esfuerzo de su parte, podrá vivir tal vez uno o hasta tres años.

            – ¿A qué res refiere con vivir?

            – Citas frecuentes al hospital, una buena alimentación, nada de tabaco o alcohol.

            La joven modelo se sonreía, miró al doctor como si estuviese hablando con la pared, un hombre frío que le explicaba los pros y contras de su enfermedad. Moriría, eso era evidente. Por un momento llegó a sentirse invencible, poderosa ante una vida llena de comodidades, ni los mejores médicos pudieron ayudarla. Por otro lado, ya estaba cansada de pensar que realmente tenía una oportunidad de vivir. Desde luego, vivir para ella significaba calidad y no cantidad de tiempo.

            – Tengo que irme a una sesión fotográfica doctor. Entiendo que lo que me dice es importante y créame que lo he estado procesando desde hace varios años.

            – Señorita Jung, la entiendo perfectamente y desde luego cuenta con mi apoyo incondicional como su doctor particular. Le sugiero que descanse ante tanto ajetreo, usted ya no está para tener un ritmo de vida tan pesado. – Jessica Jung mantenía sus pupílas dilatadas, asimilando la realidad. Ya estaba cansada de engañarse y de fingir esperanza. No por nada la apodaba la “Princesa de hielo”. Sus sentimientos estaban ocultos bajo una gruesa pared de mármol helado.

            – Mi cumpleaños será en un par de días y la verdad es que trabajar me ayuda mucho a distraerme. Doctor, no me quite las pocas distracciones que tengo, el modelaje es y ha sido mi vida, eso es algo que no puedo ni podré dejar tan fácilmente.

            – Pero tendrá que hacerlo pronto si es que quiere mantenerse sana y prolongar su vida. – Aquel hombre mayor realmente se preocupaba por la salud de su paciente. Había tratado a Jessica Jung desde hacía más de cuatros años y le había cogido cariño, incluso a pesar de su comportamiento, hostil, caprichoso y tirano.

            – Tomaré en cuenta su consejo Doctor Seo.

            La joven tomó su chaqueta, acomodó su bolso en sus hombros y se colocó los lentes de sol para pasar desapercibida en el hospital central de Seúl. Hace un par de años ella hubiera creado la peor de las escenas, hubiera gritado el porqué de las injusticias, ¿por qué tenía que ser ella y no otra persona? ¿Por qué tenía que morir en tan poco tiempo y siendo tan joven?  Pero ahora un silencio atónito la invadía. Lo sospechó en el momento que su corazón latía con tanto ahínco que le producía una tortura el respiro. El aneurisma había crecido a tal grado que comprendió que ya no había remedio. Entonces lo primero que se le vino a la mente fue esa necesidad fraterna de encontrarse con la única persona que sabía su secreto.

            – ¿Todo bien Sica?

            – Hace mucho que dejó de estar todo bien en mi vida pequeña Seohyun. – Ella escuchaba el suspiro de normalidad de su pequeña prima.  – No suspires, no es como si la noticia fuera nueva.

            – ¿Quieres que nos veamos para hablar?

            – No puedo, debo ir a trabajar.

            –  Pienso que no es buena idea que vayas, la revista o campaña entenderá que no te sentías bien. Sica no lo hagas más.

            Jessica se acercó a la camioneta que la llevaría al edificio de Elle para su próximo proyecto. Ella sería la portada principal de la revista y no podía defraudarlos. A pesar de todo no buscaba la compasión de nadie, lo detestaba, si ella jamás había tenido compasión por alguien ¿Por qué extraños debían tenerlo con ella? Sólo iba a morir, su ciclo estaba acabando y no era necesario que pasara el resto de su vida lamentándose como una desahuciada.

            – Ya no me molestes pequeña. Cuando termine mi día te invitaré a cenar al mejor restaurante de la ciudad ¿Qué piensas?

            – Llámame si necesitas algo.

            – Sólo tu compañía. – Jessica colgó inmediatamente.

            Recordó momentos divertidos con su pequeña hermanita, prima, confidente y amiga. Todo eso era Seohyun para ella, lamentaría verla destrozada cuando el momento llegara. Sin embargo ella optó por seguir siendo aquel atabal de hielo inquebrantable e inexplicablemente cálido. La asistenta que la seguía a todas partes le hablaba del concepto que se estaba manejando en el proyecto, la primera sesión, la importancia de la imagen y un dato sin importancia era que dejarían a cargo a una nueva fotógrafa con supuesta experiencia.         Jessica Jungo olvidó por completo su situación, como solía hacerlo, el rigor que mantenía para mantenerse cuerda y firme ante su futura muerte no la inmutaba. En vez de eso, prefirió enfocarse de lleno al trabajo.

            Al cabo de una hora llegaron y ella manifestaba su desconfianza por la fotógrafa que posiblemente amateur, no se adecuaría a los estándares de la princesa.

            – Espero que no nos tardemos como la otra ocasión.

            – Se programó para dos horas señorita Jung, su itinerario no se verá afectado.

            – Y esta fotógrafa ¿realmente promete?

            – Oh desde luego que sí, señorita, es joven pero una experta en el campo.

            Jessica decidió mirar los modelos anteriores y contribuir a sus pensamientos estilísticos, la moda ya era parte de ella, no sólo un pasatiempo sino el mejor de los deberes. En cuanto sintió la presencia de la fotógrafa amateur, ella se mostró indiferente pues gustaba de repudiar de vez en cuando a los individuos.

– Jessica Jung. – anunció sentada, cruzada de brazos, acomodando su cabello para mantener su encanto femenino. – ¿Es usted nueva?

            – Así es…

            – Confiaré en las referencias que me han dicho de usted.

– Puedo hacer que te veas como una diosa.  – Jessica alzó la mirada para mirar frente a frente a la joven que portaba una cámara. Una sensación extraña recorrió su piel, aquella joven se manifestaba fresca, autónoma, misteriosa y extrañamente atractiva.

– Nadie aquí me había hablado de manera informal.

– Necesito inspirarte la confianza suficiente si es que quieres ser precisamente la imagen más codiciada de la revista. Si no te agrada mi trabajo, renunciaré en el acto.

– Estás convenciéndome. – Era verdad. A Jessica le fascinaba que la retasen y que no le tuviesen miedo aunque ella gustaba provocarlo.

La sesión había terminado más rápido de lo esperado e incluso aquel reto pasó a una apuesta de ganar o ganar. Saber que podía hacer perder el trabajo de trabajo, burlarse de su integridad y profesionalismo le atraía. Sólo faltaba comprobar si realmente aquella mujer llamada Kim Taeyeon tenía razón en jactarse de sus buenas fotos.

No imaginó que podía haberse equivocado en cuanto observó cada imagen. El retrato denotaba la desnuda personalidad de Jessica, como si la barrera se cristalizara y diera pasó a una mujer, la mujer humana que era.

– ¿Esa soy yo?

            –  En teoría, esa es el principio de tu esencia. No todos la encuentran y no todos la aprecian, es como si estuvieras atrapada en otra dimensión ¿No te parece?

            Aquel comentario fue tan atrayente que inmediatamente supo que esa fotógrafa extraña sentía una desbordante pasión por su arte, pero más allá de eso una sed de la modelo. Jessica Jung no era tonta, detectó el olor de la atracción, una atracción monumental que chocó en sus fantasías.

            Esa mujer está completamente demente, pero me gusta, realmente me gusta cómo me mira, como si sus ojos penetraran mi anatomía y me sedujeran, induciéndome a esa dimensión que ella había dicho.

            Desde ese momento supo que se volvería a ver con aquella mujer y si ella facilitaba las cosas, el encuentro podría llegar a ser más íntimo. Sin embargo tenía que irse de ahí por mandato de su horario así que retrocedió después de pensarlo más de una vez.

             – Se realizará un evento el próximo viernes en honor a mi cumpleaños número 24. No suelo invitar a cualquier persona a este tipo de reuniones pero algo me dice que no es una fotógrafa ordinaria. Le enviaré la invitación en estos días.

Después de ese día, Jessica no dejó de pensar en aquellas fotografías y la creadora de éstas.  Había sido una estupenda idea invitarla, pues la tenía intrigada. Tomó sus pastillas, aquellas que le aliviaban el malestar, el vértigo y el dolor para dedicarle un poco de tiempo a ella misma y a su pequeña hermana.

– ¿Puedes creer que una simple imagen pueda parecer que estuviese viva?

– Sica, pienso que has estado trabajando mucho últimamente.

– No, es enserio. Hoy por primera vez, lo vi con mis propios ojos. –  le dio un sorbo al café para continuar con la plática. – No te miento, conocí a una persona muy extraña que me mostró lo que te dije.

– Para que tú lo digas, entonces sí lo era.

– Me miraba como si gustara devorarme, pero no lo estoy diciendo como si fuera una mujer ersa. Me miraba como si yo fuese más como un objeto inquebrantable que un ser humano.

– Hace mucho que no hablabas de mujeres. Entonces si debe ser muy especial.

– Así es, la he invitado a mi fiesta de cumpleaños. Hazme un favor y no vayas a la fiesta,  no habrá tiempo para nosotras, te iré a buscar cuando las formalidades se terminen. – Seohyun sólo observaba a su hermana mayor a detalle como si no pudiese evitar sentir nostalgia.

– Lo que tú digas…

++++++

El cumpleaños de Jessica Jung era uno de los eventos más hablados en todo Corea del sur. Para ojos ajenos, significaba la mejor de las novedades y toda una conmoción pero para Jessica, era el símbolo de quizá el último cumpleaños que ella se mostraría radiante, hermosa, imponente como siempre lo había sido hasta el momento que la muerte la rondaba. En efecto, el ser rodeada por la muerte, la volvía increíblemente irresistible para todo el que la viese pues ella estaba siendo penetrada lentamente por el ángel negro de su perdición.

El día de la celebración había llegado y a Jessica Jung no le importó ningún invitado salvo a la fotógrafa que seguía con la mirada, era un secuestro inefable como si hablaran ambas en un lenguaje que sólo ellas podían entender. Pero ninguna se atrevía a dar un paso adelante  y dirigirse palabra alguna. Era más difícil de lo que pensaban.

De repente, el puente de las dimensiones se vio roto gracias a Lee Donghae, el prometido de Jessica Jung.

–  ¿Puedo hablarte un segundo? –  Le susurró.

Jessica se sonrió, olvidó por completo que tenía una relación, olvidó por completo que estaba rodeada de gente sin importancia.

– Sígueme. – Ella lo guió al jardín trasero, aislado para que terminara de una buena vez con lo que no tenía sentido. En el momento en que hubo oportunidad de articular frase, el prometido le habló.

– ¿Piensas terminar conmigo? – La cuestionó. – No respondes a mis llamadas, me has ignorado en estos meses y estoy cansado de todo esto.

– Ah eso, pues ya sabes que estoy ocupada.

– ¿Te burlas de mí?

– No lo hago pero no deberías insistir en algo que no tiene sentido.

– ¿Qué no te gusto? Se supone que nos casaríamos.

– Donghae, no te conviene casarte conmigo. Créeme…

– ¿Quién eres para decirme lo que tengo que hacer?

– Una voz más inteligente que la tuya, no te debes casar con alguien que no te puede dar nada.

– ¡Estas poniéndome de malas!

– Deja de gritarme. – fue sujetada fuertemente por los brazos de su prometido.

– ¡No me gusta que jueguen conmigo!

– No lo hago, no puedes casarte con alguien que va a morirse. – Le sonrió.

– Sólo dices excusas para no casarte.

– ¡Yo jamás he querido casarme! ¡Sería una reverenda estupidez sobre todo si es contigo!

El hombre azotó su palma en el rostro de la modelo, derramando toda su furia inmadura e incoherente. La joven comenzó a sollozar pero no por el hecho de ser golpeada por alguien insignificante sino por la realidad en que vivía. Iba a morir, no había forma de evitarlo, no había forma de acostumbrarse a la idea. Y de repente, como si ella llamara a un guardián malévolo, apareció aquella fotógrafa misteriosa que le propició tres golpes que lo hicieron caer y arrepentirse de lo que había hecho.

La situación se volvió algo tensa en cuanto notó que la fotógrafa parecía estar tan llena de furia a un punto que gozaba la idea de matar a su ex prometido  

– ¡Detente! – Y lo hizo.  – No vayas a matarlo…

El hombre huyó despavorido por la violencia de la fotógrafa y Jessica prefirió sólo dejarse llevar por la resignación. Era fuerte pero no lo suficiente, cuando un baño de realidad ha caído sobre su cuerpo, no había forma de evitar sentir miedo, impotencia y deseos un fuerte deseo de sentirse viva.

– Jessica Jung, eres hermosa… – La más joven levantó su vista para dejarse sodomizar por la pesadilla de una mujer que estaba deseándola y que se quedaría ahí a su lado como si fuese la vía de un mundo desconocido. – Tenía ganas de hablarte.

Ella había sido vista por miles incluso millones pero jamás se había sentido tan efímera ante las palabras de una desconocida. Una mujer que gozaba ser dócil y peligrosa.

– Yo también… – Ella se acercó y limpió sus lágrimas de forma sutil y elegante. – ¿Por qué me miras así?

– Porque no quiero perder de vista cada facción y cada acto que hagas. – Tenía ganas de romper la sensación de estar frente a una desconocida. – Feliz cumpleaños.

Jessica se sonrojó, hacía mucho tiempo que no se había sentido secuestrada por una mirada, por aquella aprensión de un cuerpo que gozaba ser desnuda por aquellos ojos carnívoros.

– Gracias.

– No hay de qué.

– ¿Cuál es el motivo por el que llorabas? – La fotógrafa intuía más allá de lo que muchos lograban comprender.

– No creo que eso importe.

– A mí me importa, no sé si ya te diste cuenta pero hay algo que me gusta demasiado de ti Jessica Jung. – Jessica sintió un golpe en el corazón desgarrando sensaciones  escabrosas pero a los mismos tiempos agradables.

– ¿Siempre eres tan cínica?

– No, es la primera vez. ¿Me tienes miedo? – Le preguntó por que ella dirigió su vista a los nudillos llenos de sangre.

– Un poco.

– Yo también tengo miedo.

– ¿De qué?

– De que me tengas miedo y te vayas. – Jessica había dejado de llorar para comenzar a sonreír. Kim Taeyeon aquella fotógrafa estaba muy por encima de su liga. La frialdad de la princesa de hielo se derretía poco a poco ante ella. Se mordió el labio mirando los de la fotógrafa, como si gozara de la sed por probar

– Aunque me quede, pronto me iré de aquí.

– Y no te quedarías sólo por un momento para que yo pueda seguir mirándote.

– Creo que estás locas.

– Un poco. Pero ten en cuenta que los cínicos siempre dicen más allá de la verdad. – le devolvió una sonrisa.

– La festejada tiene que regresar a la fiesta.

– La invitada te seguirá las espaldas por esta noche. – Se levantó y ayudó a Jessica a pararse.

– Hablaremos pronto.

– Hablaremos pronto. – y Kim Taeyeon dejó que se fuera porque sabía que esa no sería la última vez. Ambas estaban malditas por un hechizo diáfano y no importaba cómo, una fuerza superior deseaba salir a flote entre ellas dos.