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Informe del recuento de los daños

Varios días habían pasado desde que Tiffany Hwang había decidido cambiar de táctica. Su objetivo era volverse indispensable para Lee Sooman y su ahijado Kim Taeng. Poco a poco ambos se habían dado cuenta de cómo funcionaba SM Exports así que pasaban cada vez más tiempo juntos. Para Tiffany esto se estaba volviendo un suplicio porque no podía evitar perderse en los ojos del joven heredero de los negocios de Lee. Por otra parte, Taeng también ocultaba algo, algo que no quería que nadie supiera por el momento. Deseaba ocultar la creciente atracción que sentía por Tiffany. Sabía que le recordaba a Anielle pero con el paso de los días y con el trato había empezado a interesarse mucho más en la joven con la que trabajaba. Fue por ello que un día que estaban revisando unos pedidos para embarcar sin más le dijo:

-Oye Tiffany… Te puedo hacer una pregunta personal? –Taeng no quería incomodar a la joven pero debía preguntarle.

-Personal? Qué es lo que quieres saber? –De inmediato, las voces de alerta en el subconsciente de la agente se encendieron.

Taeng la miró a los ojos y sin pensarlo le dijo: -Te interesaría salir conmigo?

Tiffany por poco se atraganta con el agua que acababa de tomar. Le estaba pidiendo una cita? Pero le respondió con rapidez: -Por favor Taeng! Últimamente he salido contigo todos los días! Que si vamos a Baltimore, que si checamos el nuevo reglamento de exportaciones, que si me acompañas a visitar algunas escuelas de idiomas… Creo que esa es una pregunta que está un poco fuera de lugar no crees?

-Está bien. Te lo voy a decir de otra forma. Te gustaría tener una cita conmigo? –Tiffany pareció palidecer ante semejante proposición. En el fondo hubiera querido aceptar sin pensarlo pero afortunadamente la razón se volvió a imponer:

-No. Además, no tengo tiempo. En las mañanas estamos trabajando y por las noches me dedico a aprender palabras claves en otros idiomas. En algo tengo que utilizar la computadora que Sooman me obligó a comprar. –A pesar de que no quería seguir comprando cosas que a la larga dejaría de utilizar cuando cerrara el caso.

Taeng soltó una carcajada: -Es verdad! Recuerdo que le agradeciste por la idea.

-Así es. Creo que es más fácil ser autodidacta que perder el tiempo acudiendo a escuelas de idiomas. –Aunque la verdad era que así podría evitar tener que pasar por una escuela de idiomas para aprender algo que ya sabía a la perfección.

-Pero supongo que por un día que pierdas no pasará nada. –Taeng quería convencerla para salir. Sin embargo, fue tanta la insistencia que terminó ella por decirle:

-Por favor Taeng! No me interesa tener ningún romance contigo!

Taeng se quedó mudo por unos segundos. No se esperaba que Tiffany contestara de semejante forma. Pero finalmente terminó respondiéndole: -Cálmate Fanny! Yo tampoco te digo que quiero que seas mi novia. Salgamos en plan de amigos. Podemos ir al cine o a cenar. Además, creo que John prepara unos deliciosos platillos pero tengo antojo de comer fuera. Qué dices?

Tiffany quería pero no podía resistirse a la tierna mirada que el rostro de Taeng le entregaba: -No lo creo. Necesitaré ver primero la agenda de Sooman.

Taeng estaba emocionado por la respuesta de la joven: -No te preocupes! Yo lo arreglo con mi padrino. Te parece bien el viernes?

-El viernes… -En ese instante sacó su galaxy note para revisarla con atención: -No. No puedo… y tú tampoco.

-Por qué? –Respondió completamente sorprendido.

-Qué acaso no recuerdas que iremos con tu padrino a entregar mercancía a Alemania? –Contestó ella al terminar de revisar la agenda.

-Es verdad! No lo recordaba. Por eso me alegra que estés aquí. Para recordarme, bueno, a todos, lo que tenemos que hacer. –Era imposible resistirse a la dulce sonrisa de niño travieso que Taeng esbozaba pero no podía dejarse llevar por una simple locura.

-Pues esa es una de todas las cosas que hago. –Respondió ella con autosuficiencia: -Por ello es que me estoy dando prisa para aprender palabras claves en alemán. No quiero decepcionar a Sooman.

-Está bien Phany. –Dijo él como si le hablara al aire.

-Cómo me dijiste? –Ella volteó a verlo sorprendida por la forma en la que la había llamado.

-Perdóname. No debí decir eso. Es que creo que Tiffany suena muy largo. Además, "Phany" es de cariño. –Taeng ya no sabía dónde meter la cabeza para no sentir la furia que empezaba a visualizarse en el rostro de la joven. Sin embargo, ella simplemente dijo: -No importa igual suena lindo

-enserio dejarás que te diga así. –Respondió Taeng más tranquilo al ver que su vida no corría peligro.

-si, tú me dices Phany y yo te digo TaeTae. De acuerdo? –Tiffany tuvo que intentar ocultar la sonrisa que se formó en sus labios al ver la forma en la que Taeng se comportaba.

-Perfecto! Y hablando de ello… Ya decidiste tu nombre clave? –Respondió él en el instante en que se dio cuenta que ella no se había molestado por lo que le había dicho.

-No, creo que no. –Era claro que Tiffany ya había decidido cuál iba a ser su nombre clave pero para todos, apenas lo estaba creando: -Lo he pensado. Hay uno que me gusta pero todavía no me convence.

-Cuál es? –La impaciencia de Taeng hacía que pareciera niño chiquito con juguete nuevo mientras ella se decidía a decírselo:

-Eye-smile

-Eye-smile? Acaso tienes ese tipo de sonrisa?–pregunto el ya que nunca se había fijado bien en su sonrisa.

-claro que sí –respondió ella mostrando su hermosa Eye-smile dejando a Taeng embobado. por lo que tardo un poco en decir:

 -Interesante. Creo que no habría problema. El mío será "Dorky" -Contestó Taeng mientras observaba la reacción de Tiffany. Sin embargo, ella se puso a pensar fijamente para terminar diciendo:

-Está bien TaeTae. Entre Eye-smile y Dorky nos veamos. Magnífico par seremos.

-Me encanta que así lo pienses. –Taeng seguía emocionado porque por fin ambos tendrían su nombre clave. Por su parte, Tiffany sabía que poco a poco debía tejer la telaraña para detener a Lee Sooman y Alemania era parte esencial para ello.

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Lee Sooman sabía que había hecho muchas cosas por el bien de la gente del lugar donde vivía pero también recordaba que había hecho otras actividades que no estaban dentro de la ley.

-En qué piensas? –Aquella voz sacó de sus recuerdos a Sooman.

-En que tenemos que entregar la mercancía a los alemanes. Es la primera vez que llevaré a Taeng y a Tiffany. -Su voz sonaba melancólica.

-Será mejor que no los lleves. –Al escuchar esas palabras, Sooman se levantó de su escritorio para acercarse a la ventana de la pequeña oficina que tenía en el almacén:

-Es necesario que conozcan a los clientes especiales. El cargamento de armas debe ser entregado en estos días así que creo que es importante que vayan conmigo. -Sus palabras habían hecho pensar a Donghae:

-Entiendo que quieras llevar a Taeng pero por qué a Tiffany? –Eso era algo que no alcanzaba a comprender todavía.

-Recuerda que es mi asistente personal. Por tal motivo debe conocer a los alemanes.

-Pienso que es muy pronto, aún no sabe mucho del negocio pero tú sabes lo que haces. Además, todavía no puedo creer cómo puedes confiar en ella tan ciegamente teniendo en cuenta lo poco que lleva trabajando con nosotros pero finalmente tú eres el jefe. –Donghae tomó asiento mientras intentaba descifrar lo que el rostro de Sooman mostraba.

-Y acepto cualquier consejo, opinión o comentario. Bien lo sabes Donghae pero pienso que ella es una persona confiable. Lo ha demostrado con el paso de los días. –Respondió Sooman con serenidad.

-Ya te dije Sooman. No estoy de acuerdo con que la lleves pero es tu decisión. Mañana debemos partir hacia Dusseldorf así que iré a ver si el envío está listo para subirlo a la embarcación. –Donghae estaba por salir de la oficina pero su jefe y amigo le indicó:

-Espera un poco. Tal vez tengas razón. Llevaré solo a Taeng. Con Tiffany me tomaré un poco más de tiempo.

Dicho esto, Donghae salió de la oficina de Sooman. Éste se quedó pensando si había tomado una buena decisión. No quería involucrarla todavía en el otro tipo de negocios que llevaba. Taeng iba a estar atado a esa vida pero Tiffany aún podía salirse en el momento en que ella lo deseara. Porque en el instante en que se involucrara con los clientes especiales, su vida le pertenecería por completo. Y de ahí no habría escapatoria.

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Mientras tanto, en la oficina del FBI, Jessica Jung terminaba de hacer su evaluación sobre la documentación que Tiffany le había mandado así como toda la información que había recabado sobre el hombre de la foto. Lo que no esperaba en ese momen