Un complicado primer día
Trabajando Encubierto: entre el Deber y la Pasión ⭐✔
3
Un complicado primer día
La mañana siguiente llegó con un inmenso sol iluminando Washington D.C. Tiffany Hwang se había levantado muy temprano para empezar su jornada laboral bajo las ordenes de Lee Sooman. En verdad no sabía cómo serían las cosas pero estaba segura de encontrar la evidencia suficiente para encerrarlo tras las rejas. Salió temprano de casa para tomar su acostumbrado café matutino antes de llegar a la mansión de su nuevo jefe. Sabía que desde ese momento estaba sola. No podía contar con Jessica en algunos días porque primero debía adaptarse al ambiente laboral en el que se desempeñaría y claro, sin levantar alguna sospecha que pudiera delatarla como agente encubierta.
Mientras se dirigía a la mansión, vino a su mente un recuerdo doloroso: La muerte de sus padres. En efecto, ellos hubieran estado orgullosos de ella pero no por trabajar para el FBI sino por su hermosa voz y por haber sido una estudiante modelo. Finalmente ella tendría que mantener su pantalla frente a ellos también. Para ellos tal vez ella hubiera sido una famosa cantante o la mejor abogada del país pero en el fondo ella se hubiera convertido en lo que es hoy: la mejor agente de una de las agencias más importantes del país de las cintas y las estrellas. Pero la fatalidad había llegado a su vida en un día como ese. Ella había salido de su casa muy temprano para dirigirse a la biblioteca más cercana. Si algo le gustaba hacer era leer todo libro que llegara a sus manos. Había puesto su móvil en modo silencioso porque además de que no podía hacer ningún ruido en ese lugar, no le gustaba que la molestaran mientras disfrutaba de una placentera lectura. Pasó todo el día entre libros. Al salir del lugar, descubrió que tenía 6 llamadas perdidas a lo largo del día. Provenían de un número desconocido, por lo que no le dio mucha importancia al asunto. Al acercarse a su casa pudo escuchar el sonido de varias sirenas de ambulancias y patrullas. Se preguntaba qué había pasado pero al seguir caminando se dio cuenta de que su casa estaba custodiada por varios oficiales. Quiso entrar pero le impidieron la entrada ya que era considerada la escena del crimen. Ella les indicó que vivía ahí con sus padres. Ellos le dieron la triste noticia. Sus padres habían sido víctimas de un ladrón que al verse descubierto y acorralado por ellos los asesinó. Su mundo entero se vino abajo. Ellos eran su razón de ser y ahora se encontraba completamente sola en el mundo. Quiso entrar a verlos pero ya se habían llevado los cadáveres para realizar las autopsias. Cuando tuvo que reconocerlos rompió en un llanto sin igual. Finalmente, juró ante sus tumbas que se convertiría en la mejor agente del FBI y que detendría a todos los delincuentes que pudiera en memoria de ellos.
Tiffany había cumplido cabalmente su promesa hasta ese día. Aquella tragedia había forjado su carácter y ayudado a desarrollar todas sus habilidades. Pero ahora debía volver a la realidad ya que había llegado a su destino. Nuevamente se acercó para tocar el timbre. Acto seguido escuchó la misma voz con acento europeo que el día anterior:
-Buenos días Srta. Hwang. Pase por favor.
En aquel instante se abrió el enrejado mientras ella sonreía a la cámara que la observaba. Ella atravesó nuevamente el jardín hasta llegar a la puerta de entrada.
-Bienvenida Srta. Hwang. Como usted trabajará para el señor como su asistente personal, me gustaría presentarme. Mi nombre es John Desantis y estaré apoyándola en lo que necesite.
-Muchas gracias Sr. Desantis. –Respondió Tiffany con cortesía
-Por favor, llámeme John. –Contestó el mayordomo al ver la amabilidad de la joven.
-Está bien John. Y por favor, llámeme Tiffany. –Dijo ella al notar la disposición de John para con ella. Tal vez el podría ser una persona de gran utilidad para sus planes. Finalmente, él prosiguió:
-De acuerdo Tiffany. Ahora por favor sígame. El señor la espera en su despacho.
Ambos se encaminaron para encontrarse con el dueño de la casa. Al llegar, Sooman volteó a la puerta mientras le decía:
-Vaya que eres puntual Tiffany! Posees la virtud de la puntualidad, como si fueras inglesa. –Dijo mientras se levantaba de su escritorio para acercarse a ella.
-Me gusta llegar a tiempo a todas partes pero gracias por el cumplido señor. –Respondió con una tierna sonrisa mientras entraba John tras ella. Pero su sonrisa desapareció al tener a Sooman justo frente a ella con semblante serio mientras él decía:
-En qué quedamos ayer Tiffany?
Ella bajó un poco la mirada. Segundos más tarde, la levantó para decir con timidez: -Perdón. Gracias por el cumplido… Sooman.
Su nuevo jefe le dio un efusivo abrazo mientras reía alegremente: -Así me gusta! Ahora bien, ya desayunaste?
-Tomé una taza de café hace rato. –Respondió ella al cuestionamiento. Al escuchar la respuesta, Sooman movió la cabeza dando a entender su malestar:
-No, no, no. Eso no es un desayuno. John, por favor llévale un poco de fruta y de pan al comedor. Enseguida iremos para allá.
Tiffany no se sentía a gusto en esa situación. Él se estaba portando muy amable con ella y eso no era parte de su plan así que le respondió: -No es necesario. Con el café estoy bien.
Sooman empezaba a desesperarse al ver la terquedad de su nueva asistente personal: -A ver. Necesitas alimentarte bien así que desde hoy desayunarás conmigo todos los días. Bueno excepto en tus días libres.
-Creo que eso es demasiado. –Tiffany ya no sabía como zafarse de ese compromiso pero Lee Sooman no desistiría en convencerla.
-Ya te dije que te debo la vida así que esto es poco comparado con lo que tú hiciste por mí. Venga vamos al comedor porque muero de hambre.
Tiffany se sentía demasiado rara en esa situación así que no tuvo más remedio que aceptar. Era la primera vez que estando infiltrada alguien se comportaba con ella de esa manera. Además, ella no necesitaba comer ya que prácticamente toda su vida se había mantenido bien con una taza de café por las mañanas. Ahora, literalmente debía tener un desayuno completo. Mientras comían, Sooman le comenzó a explicar más sobre el trabajo que desempeñaría desde ese momento:
-Como te dije ayer, tú serás mi asistente personal. Te encargarás de llevar en orden mi agenda, mis compromisos y me ayudarás a supervisar las importaciones y exportaciones que realicemos así como sus respectivos traslados. Hay mucha gente que trabaja para mí porque si hay algo que me gusta hacer es ayudar a la gente porque sé perfectamente lo que es empezar desde cero e ir subiendo poco a poco hasta llegar a ser el hombre que soy ahora.
-Yo pensé que todo esto lo habías heredado de tus padres. –Un poco de información no le caería nada mal a su investigación.
Sooman bebió un poco de café y mirando directamente a los ojos marrones de Tiffany dijo: -Mi padre era un inmigrante coreano. Al llegar a los Estados Unidos conoció a una linda jovencita coreana-americana y se casó con ella. Ellos me enseñaron el valor del trabajo. Mi padre quería ser un triunfador pero nunca tuvo las oportunidades que yo he tenido para ser lo que soy y tener lo que tengo.
Y ahora el plan de Tiffany seguía avanzando: -Yo también quiero superarme. Quiero estudiar para ser la mejor, para ser alguien en la vida.
Sooman la miró con ternura por unos segundos. Admiraba a esa jovencita a la que le debía la vida así que estaba dispuesto ayudarla en todo lo que pudiera: -De acuerdo. Por lo pronto, te voy a dejar una tarea: Deberás estudiar uno o dos idiomas. Como recordarás algunos de nuestros clientes son extranjeros y en algunas ocasiones deberás reunirte con ellos.
-Está bien. Investigaré donde puedo estudiar desde hoy. –Pero en el fondo Tiffany tenía una gran habilidad para aprender idiomas. Sabía inglés, coreano, español, francés,
Comments