Capítulo 10

Nuestro destino

POV de Taemin

Recordaba con precisión aquel momento en la pista de baile. Estuve acariciando su piel, sintiendo sus manos sobre mí, mirándola a los ojos con una sonrisa sobre nuestros rostros... Cuánto hubiera dado dado por haber podido congelar entonces el tiempo, por haber podido permancer durante más tiempo en aquel instante. Sí, me había sentido feliz. Éramos sólo nosotros dos. No había ningún Minho y yo no tenía que fingir que no me importaba. Había sido perfecto y mi corazón aún seguía latiendo con fuerza aunque ya habían pasado días desde entonces. Tampoco la había vuelto a ver, silenciosamente agradeciendo su ausencia en el piso. No hubiera podido soportarlo al tenerla cerca, sin embargo, me daba cuenta del dolor en mi pecho que se había vuelto más fuerte. Me preguntaba cuándo se me pasaría, si no, no sé qué podría pasar.

Entre mis compañeros del grupo actuaba como siempre, aunque a veces podía sentir miradas preocupantes lanzadas en mi dirección, pero las ignoraba e intentaba disimular lo mejor que podía. ¿Cómo se lo podría explicar? No había manera y Minho no podía enterarse... La única manera era olvidarse de ella de una vez por todas, no había otra salida.

-Taemin, cuéntame qué te pasa -me había hablado Onew un día que estábamos los dos solos en la sala de prácticas.

Yo le había mirado confundido fingiendo no entenderlo.

-Estoy bien -tampoco podía decir nada más.

-Sabes que me puedes contar cualquier cosa, ¿no?

Había asentido con una sonrisa, pero tampoco podía contarle a él. A él... Con el que me había apetecido ir a aquella doble cita. Yo debería haber sido el que estuviera junto a ella aquel día, conociéndola, mirándola, riendo con ella. Yo la había visto primero. Me había interesado en ella e iba a ir pero entonces recibí una llamada de un programa de televisión que me quería tener como invitado. Hasta ahora maldecía aquella llamada, pero tampoco podía negarme, ya que en aquel entonces no teníamos mucho que hacer y venía bien aparecer de vez en cuando en los medios de comunicación. Al principio, no me había importado tanto, al fin y al cabo, no era que la conociera. Lo tomé como un signo  del destino informándome que no era lo mío por lo que la olvidé. No obstante, cuando Minho y Onew las trajeron a ella y su amiga Yoonji a nuestro piso para presentárnoslas, me había quedado completamente helado. Al verla tan de cerca, fue como tener una explosión dentro de mi cuerpo. Era mucho más guapa de lo que me acordaba, y como un tonto no pude apartar mis ojos de ella en toda la tarde. Me había vuelto a gustar, mucho más.

Yo había intentado ser su amigo, siendo amable con ella, cuando en un día no muy especial, casi la besé. No había sido algo planeado pero tenía su rostro tan cerca del mío que se me había nublado la mente y sólo pude pensar en besarla. Jonghyun fue el que me salvó, irrumpiendo en la cocina en busca de algo de beber. Fue entonces cuando me di cuenta que no podía ser su amigo, no podía no poder besarla o abrazarla. Y desde ese momento, decidí ignorarla.

Tal como había esperado, ella había notado el cambio en mí e intentó hablar conmigo, varias veces, pero yo no la dejaba. O me excusaba con que estaba cansado o simplemente, no aparecía delante de ella. Con el tiempo, ella lo dejó pasar y se lo agradecía de corazón. Odiaba tener que mentirle, era más fácil no estar cerca de ella y no tener que mirarle a los ojos.

Creía que poco a poco se me pasaba, incluso salía de citas gracias a Jongin -también conocido como Kai, mi mejor amigo-, que me ayudaba con todo que podía. Sin embargo, no volvía a quedar con las chicas que veía, ninguna me atraía de la manera en que ella lo hacía. Aunque tampoco paraba, ya me cruzaría con alguien quien agitaría mi corazón. Sólo tenía que darle tiempo.

Y entonces, esa noche. Minho me había pedido que la llevara conmigo y Jongin para que no se quedara sola ya que él tenía que encontrarse con un director de películas. Yo no iba a aceptar pero lo tuve que hacer por él. Tampoco quería darle razones para sospechar. Y a pesar de eso, la ignoraba mientras la noche pasaba, como si no estuviera. Sabía que ella estaba molesta conmigo, pero lo prefería así. Más fácil si me odiaba.

Yo no planeaba prestarle atención, pero cuando eché un vistazo a Jongin mientras bailaba, no pude evitar verla a ella también. Parecía feliz, completamente cautivada por la música. Tuve unas ganas tremendas de ser la música, lo que casi hizo que cayera de la silla sobre la que estaba sentado. Despiértate, me ordené.

Volví mi mirada a la bebida que sostenía mi mano, intentando controlar mi respiración que se había vuelto inestable. ¿Qué me pasaba de pronto? ¿Por qué volvía a sentirme así al mirarla? De pronto, una mano se posó sobre mi hombro. Era Jongin.

-Denme una igual -le pidió al camarero enseñando mi copa.

-¿Ya estás cansado? -me burlé de él, ya que había vuelto muy pronto de la pista de baile.

-Qué va, la noche solo está por empezar -me contestó guiñándome un ojo.

Yo le respondí con una sonrisa, aunque mis pensamientos ya estaban en otro lugar. Con ella. Necesitaba estar con ella. Miré de reojo a mi amigo, pensando en aprovechar este momento en que ella estaba sola. Casi distraído, le avisé de que iba a bailar e ignorando su ceño fruncido, me encaminé hacia la pista de baile. Mi mente me decía que no fuera pero no quería escucharlo, tan sólo seguía a mi cuerpo. Ella estaba de espaldas, ignorando del todo mi presencia. Casi como si fuera por instinto, acaricié suavemente sus brazos, apenas tocándolos. Se sentía tan natural. Ella reaccionó unos segundos más tarde, dejando de bailar. Se giró para ver quién había sido el que la había interrumpido y pude ver la sorpresa dibujada sobre su rostro al reconocerme. Supongo que yo también me hubiera sorprendido si estuviera en su lugar. Sin decir nada, seguí mirándola, sin apartar mis manos. Ya no quería pensar en nada más. Tan sólo quería poder estar con ella de aquella manera, no le haría daño a nadie. Y entonces, sonrió. Me sonrió. Cogió mis manos posándolas sobre su cadera y empezó a moverse al ritmo de la música. Sus manos estaban sobre mis hombros, invitándome a bailar con ella, y sin perder ni un segundo, la acerqué aún más hacia mí, perdiéndome en su tacto y la música.

Pero entonces, se quedó quieta mirándome con ojos asustadizos. La miré confundido, sin entender qué le sucedía.

-¿Qué pasa? -pregunté inquieto, llevando una mano mía hacia su mejilla intentando tranquilizarla.

No me había esperado aquéllo. De pronto, tuve sus brazos a mi alrededor, sujetándome firmemente. Yo me quedé en shock durante un instante antes de rodearla también con mis brazos. Parecía un momento único que no quería que terminase nunca.

-No quiero que te vayas... -apenas escuché decirla.

-No me iré a ningún sitio -le contesté con una sonrisa susurrándole en el oído. No iba a dejarla.

Ella me abrazó con más fuerza.

-No quiero que seas frío conmigo... -pude notar la desesperación en su voz-. No entiendo por qué eres así conmigo. ¿Acaso no nos llevábamos bien antes? ¿Qué te he hecho?

No debió haber dicho aquéllo. De repente, parecía despertar. Aquello que había querido bloquear en mi mente salía a relucir poco a poco. Me aparté para mirarla, sintiendo la realidad que nos rodeaba. No éramos nada el uno para el otro. ¿Cómo pude dejarme llevar de aquella manera? Necesitaba detenerlo. Cogí su mano y la guié hacia la salida trasera del pub, hacia un lugar tranquilo donde nadie nos molestaría. Sin embargo, cuando nos quedamos a solas, no pude decir nada. Yo sabía que tenía que hacerlo pero también quería evitarlo. Vi de reojo que se acercaba a mí, lo que me dio coraje para hablar.

-No podemos ser amigos -hablé con voz firme.

Posé mis ojos sobre los suyos intentando capturar su imagen en mi mente, ya que seguramente sería la última vez que la vería, porque no planeaba volver a mirarla nunca más. Lágrimas empezaron a caer por su rostro lo que hizo romperme el corazón. Tuve el insitinto de ir donde ella, decirle que lo sentía y que no volvería a hacerle llorar nunca, pero tuve que contenerme. Ella ya no podía importarme.

-Entiendo -dijo finalmente, girándose hacia la puerta para volver a entrar.

De alguna manera, aún no podía dejarla ir. Necesitaba hacer una última cosa.

-Espera, sólo un momento -le pedí, rodeándola con mis brazos desde atrás.

Sabía que estaba siendo egoísta pero no tendría otra oportunidad. Tan sólo quería un último abrazo, no pedía más. Intenté memorizar su olor y el tacto de su piel, aquello que deseaba con locura tener para mí. Y con un suspiro, la dejé ir. Ahora era libre de mí.

-Explícame ahora mismo, Taemin -me miró desconcertada a los ojos-. No entiendo.

-No puedo -le contesté evitando su mirada. Tan sólo vete, por favor.

-¡No! ¡No me digas que no puedes! ¡Claro que puedes! -se estaba acercando y parecía haber dejado la amabilidad tras ella.

No podía, no podía explicárselo, no podía confesarme. La miré en respuesta, ya sin fuerzas. No quería seguir con aquéllo. Por favor, déjalo. Pero ella no iba a dejarlo, y lo supe cuando sentí sus puños contra mi pecho. Rápidamente, sujeté sus manos, haciéndola gemir de frustración. Para. Ella no cesaba sin embargo, tan sólo seguía con ese estúpido juego, intentando golpearme con las manos con una mirada furiosa. Yo la miré sintiéndome más triste que nunca, ¿por qué nos peleábamos? Inesperadamente, sentí un enorme dolor en mi entrepierna, lo que me hizo soltarla. ¿Cuándo le dio tiempo a golpearme allí? Sin parar allí, me empujó haciéndome caer sobre el suelo.

-Has ganado -le dije con los ojos cerrados, rindiéndome.

-No, aún no.

Se puso encima de mí con sus dos piernas a cada lado de mi cadera y me sujetó de las manos, haciéndome sentir incómodo pese a la situación, pero sólo pude pensar en la posición en la que nos encontrábamos.

-Estoy esperando -habló tras unos segundos de silencio.

-No lo entiendes... Si te digo el porqué, lo puede estropear todo.

-¿Qué se estropeará? Taemin, ¡háblame!

No quería seguir escuchándola por lo que, sin ningún esfuerzo, cambié mi posición e hice ponerla debajo de mí, siendo yo el que la inmovilizaba entonces. Estaba harto de aquella situación. No quería verla porque si pasaba un minuto más, la besaría.

-No intentes ser mi amiga, no me interesa. Te respetaré como la novia de Minho, pero no serás más que eso. ¿Entiendes? Olvídate de mí.

Creo que aquella palabras fueron las más duras y dolorosas que jamás había dicho, pero ella tenía que alejarse de mí. Entonces me levanté y la dejé allí mientras volvía al pub. Jongin me vio enseguida con un signo de interrogación sobre su cara.

-No preguntes, por favor te lo pido.

Él no dijo nada, pero con un dedo le enseñé donde estaba ella y sin decir nada más, fui a la barra y me pedí otra copa. Necesitaba beber, beber mucho.

No me acuerdo del todo cómo habíamos vuelto a casa, pero recuerdo la distancia entre nosotros. Ella había dejado caer un muro que impidera poder traspasarlo, evitando mirarme o prestarme atención alguna. Bien, así debería ser.

 

 

 

¡Finalmente los pensamientos de Taemin! Me parece tan triste, pero es lo que está sucediendo >.< está enamorado de ella pero ella está con Minho.... ¿Cómo seguirá esto? Espero que os esté gustando! ^.^

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
belo1994 #1
muy bueno el capitulo, de parte de tu mejor amigo que te quiere y te adora, se nota que escribiendo esta historia, muestras todo lo bueno que tienes en tu corazon, mucho animo porque eres la mejor, y no te cambiaria por nada
PSDATA: amo a tu madre!!! ella es mi amor eterno!!! ooooooooh myyyy loveeeee jijiji muackkk
panchi2013
#2
Chapter 6: muy bueno el capitulo me gusto mucho minho tan tierno <3
actualiza pronto :)
panchi2013
#3
Chapter 1: Muy bueno el fic esta interesante
Actualiza pronto :)