Uno, dos, tres tragos

A dos notas de tu corazón

Tardarían más o menos quince minutos en llegar hasta el centro de Cheongju; el viaje en coche se le pasó rápido a Changkyun, ya que el mayor fue charlando animadamente con él durante el trayecto mientras escuchaban música. Las canciones favoritas de Wonho eran las acústicas, y eso se veía reflejado en los numerosos discos que tenía en la guantera de este género.

El pequeño chico se sintió cómodo y habló abiertamente de sus gustos musicales, que incluían mayoritariamente rap y hip hop. Aquello le sorprendió al castaño: debía pensar que, como tocaba el piano, solo escuchaba música clásica.

Cuando estaban en una calle buscando un sitio donde aparcar, Wonho empezó a cantar distraídamente parte de la canción que estaba sonando; su voz era increíblemente dulce, y Changkyun se hundió en su asiento mientras le escuchaba en silencio.

Pensó que su popularidad estaba justificada, pues Wonho era perfecto en demasiados aspectos: era normal que la gente se sintiese atraída hacia su persona. Su carácter era evolvente, su sonrisa iluminaba cualquier lugar al que iba... ¿acaso tenía algún defecto?

—¿Changkyun? —La voz de Wonho le sacó de sus pensamientos y dio un pequeño respingo. El mayor ya había aparcado y estaba a su derecha, manteniendo la puerta del copiloto abierta para que pudiese salir—. ¿Te encuentras mal? —preguntó mientras Changkyun salía del automóvil con un aspecto un poco aturdido.

Negó con la cabeza y Wonho le miró con preocupación antes de cerrar la puerta y pulsar una tecla de las llaves del coche para echarle el seguro. El rostro del pianista no mostraba ninguna expresión que le diese alguna pista de si estaba mintiendo o no, por lo que decidió utilizar un recurso que solía funcionar para persuadir a la gente.

Se aproximó al más bajo y le dedicó una de sus mejores sonrisas.

—¿Seguro? —inquirió con una voz suave, alzando las cejas.

La frialdad en el rostro de Changkyun no cambió.

—Sí.

La respuesta tajante fue como una aguja que pinchó su globo de confianza: su técnica no parecía ser efectiva con Changkyun, y aquello no le sentó muy bien a su ego. Sin embargo, vio que sus mejillas de piel dorada empezaron a cobrar un leve tono carmín y se sintió satisfecho. Su cercanía parecía ponerle nervioso.

Y eso le gustaba.

Con renovada seguridad en sí mismo, Wonho comenzó a caminar con las manos en los bolsillos de su biker negra por la acera y Changkyun le siguió, yendo a dos pasos por detrás de él.

El pianista esperaba que su sonrojo no se hubiese notado demasiado y posó sus manos frías sobre sus mejillas para bajarles la temperatura. Desconocía porqué el muchacho de cuarto curso le alteraba tanto, simplemente no lo entendía.

Cuando salieron de la zona donde aparcaron el coche, se adentraron en la calle principal de Cheongju; a pesar de que ya era de noche, estaba abarrotada de gente: Wonho pensó que había un ambiente nocturno agradable, mientras que a Changkyun el bullicio solo le causaba agobio.

Para llegar al restaurante donde habían quedado con Minhyuk y Jooheon, iban a tener que pasar por la transitada travesía. Wonho se detuvo momentáneamente para que el pequeño chico le alcanzase y así poder caminar el uno junto al otro.

Fue en el trayecto hacia el restaurante cuando Changkyun sacó a relucir su lado torpe; el que fuera caminado con la cabeza gacha hizo que casi se golpease contra una farola. Más tarde, chocó contra el cartel que describía el menú de un puesto callejero de comida y lo tiró al suelo.

Tras disculparse repetidas con la dueña del puesto y recoger el cartel, prosiguieron su camino. Wonho no hizo ningún comentario e iba reprimiendo una sonrisa, y Changkyun deseaba que la tierra se lo tragase.

La suerte debía de estar en su contra hoy; el pelinegro estaba seguro de que se trataba de una señal de la naturaleza de que no debería haber accedido a salir aquel día.

Cuando pensó que no era posible hacer aún más el ridículo, los cordones de sus botas se desabrocharon sin que se diera cuenta y se tropezó, pero logró no caerse de bruces contra el suelo a costa de hacer una pirueta extraña para mantenerse de pie.

Wonho no pudo aguantar más y estalló en una risa que, en cualquier otra situación, a Changkyun le habría parecido muy bonita.

—Cállate... —masculló el menor con las mejillas como tomates y apretando los puños.

Cuando sus carcajadas se fueron apagando, se agachó frente a Changkyun y le ató los cordones de los zapatos. Una vez terminada la labor, se levantó sin romper el contacto visual y le cogió la mano derecha con delicadeza.

—Vamos, no quiero que te mates por el camino —explicó con una sonrisa en sus labios rosados.

El corazón del menor parecía un colibrí que batía frenéticamente las alas contra su pecho y cedió, dejándose llevar por Wonho; quería decirle que podía caminar solo y que no necesitaba su ayuda.

A Changkyun no le agradaba que invadiesen su espacio personal, y mucho menos que le cogiesen de la mano sin su permiso. Pero algo le impedía soltar a Wonho; la manera en que su pequeña mano era envuelta por la mano más grande del castaño le gustaba.

Se sintió seguro y protegido.

Wonho no quería admitirlo, pero el hecho que le hubiese permitido cogerle de la mano le hizo tremendamente feliz. Internamente, estaba gritando y pegando saltos de alegría, pero por fuera mantuvo su fachada desenfadada de siempre.

Cuando se estaban acercando al restaurante, Changkyun deshizo el agarre avergonzado mientras que Wonho se aproximó a sus amigos que les estaban esperando en la puerta para saludarles animadamente. Además del pelirrojo y del rubio, Hyungwon también estaba con ellos, y a Changkyun le alegró verle: su compañía le resultaba muy agradable.

El esbelto chico le recibió con una gran sonrisa somnolienta y se mantuvo a su lado para que se sintiese menos intimidado por el poco entusiasta saludo que recibió por parte de Minhyuk y Jooheon.

Una vez dentro de la estancia, fueron hasta una de las mesas bajas del centro y se sentaron en el suelo a su alrededor. Changkyun se encontraba entre Wonho y Hyungwon, mientras que los otros dos estaban frente a él.

Se sentía el centro de atención, como si tuviese un enorme foco de luz apuntándole. Y eso solo provocó que se encogiese en el sitio, deseando poder meterse dentro de un caparazón y no salir. 

Después de que se acercase una señora mayor a preguntar qué iban a tomar, empezaron a hablar de temas triviales de la universidad; Changkyun solo participaba en la conversación asintiendo de vez en cuando o riendo muy discretamente.

Se dio cuenta de que Minhyuk hablaba mucho... tal vez demasiado. Y de que cuando Jooheon sonreía, aparecían en sus mejillas dos prominentes hoyuelos que tiraban abajo su habitual aspecto intimidante. Una vez les trajeron la comida que pidieron, Changkyun alcanzó sus palillos para atacar su plato favorito de arroz con curry; pero no pudo comer tranquilamente durante mucho tiempo.

—Y dime Changkyun... ¿cómo conociste a Wonho?

La pregunta de Minhyuk le pilló desprevenido y dejó caer el arroz de entre sus palillos.

—Ah... yo, bueno...

—Él estaba tocando el piano en el salón de actos y entré a escucharle —explicó Wonho con la boca llena de ramen. Decidió intervenir al ver el tartamudeo de Changkyun.

—¿Tocas el piano? —inquirió Jooheon desinteresadamente.

El aludido asintió con la cabeza y bajó la mirada.

—Oh, sí. He oído que es muy bueno —añadió Hyungwon observando con complicidad a Hoseok; el castaño le echó una mirada de advertencia y sus orejas se pusieron rojas. Changkyun no entendió el mensaje subliminal que esos dos acababan de compartir y siguió comiendo su plato de curry sin darle mucha importancia.

—Wonho —le llamó Jooheon en un tono aburrido—, ¿qué fue de la chica con la que te liaste el mes pasado?

Changkyun se atragantó con el arroz y empezó a toser. Hyungwon le empezó a golpear la espalda y Wonho se apresuró a servirle soju para que pudiese beber; el pelinegro alcanzó su vaso y dio un par de tragos al líquido transparente: aunque la bebida hizo que su garganta ardiera, le dejó una sensación agradable y le ayudó a normalizar su respiración.

Aún preocupado por el pequeño chico, el castaño le frotó la espalda en círculos con delicadeza. Changkyun agitó su mano en el aire para indicarle que ya estaba bien y suspiró aliviado.

—¿Y bien? —insistió el rubio apoyando la cabeza en la palma de su mano.

—Rompimos —respondió Wonho finalmente.

Esto último lo dijo con una sonrisa y encogiéndose de hombros, como si el tema no le importase demasiado. Pero Changkyun pudo distinguir un tinte de tristeza en su expresión.

—Me lo suponía —dijo Jooheon sin verse sorprendido por la noticia.

—Ya me parecía raro que anduvieses con la misma chica más de una semana —añadió Minhyuk—, seguro que ya encontraste a una sustituta... o un sustituto.

El comentario se ganó las risas del resto, menos las de Wonho y Changkyun; el mayor parecía molesto, pero pronto se unió a sus amigos y sonrió negando con la cabeza.

Aquello no era ningún secreto: era bien sabido en el campus que a Wonho le gustaban tanto las chicas como los chicos. Para él siempre fue algo natural y, aunque sus amigos al principio estaban sorprendidos cuando se enteraron, ahora formaba parte de su día a día e incluso se tomaban la libertad de bromear acerca de ello.

Pero al parecer, Changkyun era el único de toda la universidad que no lo sabía; sin que pudiera evitarlo, su cabeza se empezó a llenar de imágenes de Wonho.

Wonho abrazando a un chico.

Wonho besando a un chico.

Wonho haciendo otras cosas... con un chico.

Sintió que todo su cuerpo se acaloraba y, sin pensarlo mucho, cogió de nuevo su vaso y se terminó el soju de un trago. Le acercó el recipiente a Hoseok, indicándole que le sirviera más.

El castaño así lo hizo y Changkyun se volvió a terminar la bebida en un abrir y cerrar de ojos. Todos lo observaron divertidos al ver que el pequeño chico le acercó el vaso de nuevo a Wonho, que esta vez se mostró reticente a rellenárselo.

—Oye Changkyun, no creo que debas...

Pero antes de que pudiese terminar la frase, Minhyuk le arrebató la botella y le sirvió más a Changkyun.

—Déjale que beba —dijo el pelirrojo con una sonrisa tan risueña que llegó a rozar lo siniestro—, ¿no quieres que se lo pase bien?

Wonho no sabía qué contestar a eso. Miró a Changkyun, que parecía satisfecho de ver su vaso lleno de soju, y frunció el ceño con desaprobación; no sabía la tolerancia que tenía el menor al alcohol y no le gustaba la idea de emborracharle la primera noche que salían.

Pero después consideró que tal vez aquello le ayudaría a soltarse y pasárselo mejor. Finalmente se relajó un poco y se dejó llevar, confiando en que Changkyun sabría controlarse y dejaría de beber al llegar a su límite.

Más tarde se daría cuenta de su error al pensar eso.

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Comments

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Mika_cavallari #1
Chapter 9: Ay por dios, justo en lo Biased. Continúa que esto me ha dejado pero más que interesada ♡