Análisis musical

A dos notas de tu corazón

El silencio inundó el aula y Changkyun se quedó paralizado; su corazón se detuvo y su cerebro había dejado de funcionar: no sabía si había escuchado bien o si tan solo se lo había imaginado.

¿Salir… con Wonho? ¿Yo?

Viendo la expresión de Changkyun, el mayor se mordió el labio, arrepintiéndose de haberle pedido salir. Sin embargo, quería que aquel adorable chico fuese su novio, quería abrazarle y besarle siempre que quisiera, tenerle solo para él.

Entonces, se empezó a escuchar a gente acercándose por el pasillo: las clases debían estar a punto de comenzar. Inmediatamente, ambos se tensaron y el pelinegro le empujó para poder bajarse de la mesa.

Sin mirarle a la cara, se fue en silencio a su pupitre de la ventana y se sentó. Wonho se quedó mirándole desde el mismo sitio mientras los alumnos entraban en el aula: no le iba a presionar a que le diese una respuesta pronto. Sabía cómo era Changkyun, lo mejor sería tener mucha paciencia y esperar.

Al final merecería la pena.

—Disculpa… —Wonho dio un pequeño respingo y se giró hacia la chica que le estaba hablando. Parecía avergonzada por tan solo dirigirse a él—… este es mi sitio.

El castaño vio le estaba impidiendo sentarse en su pupitre y se hizo a un lado.

—Perdón, no me di cuenta —se disculpó, dedicándole una de sus sonrisas encantadoras. La chica soltó una risita y empezó a jugar con su pelo.

—¿No eres Shin Hoseok? —preguntó con interés—. ¿Qué haces en un aula de primero?

—Vine… a hablar con un amigo.

Instintivamente, miró hacia el pupitre de Changkyun, el cual los estaba observando fijamente. En cuanto sus ojos se encontraron, el pequeño chico se giró apresurado hacia la ventana, haciendo que los labios de Wonho se curvaran.

—¿Con ese rarit…? Digo, ¿con ese chico? —Wonho volvió a mirar a la chica y asintió frunciendo el ceño—. Ah… y yo que pensaba que no tenía amigos —añadió con una risa nerviosa.

A Wonho no le gustó nada lo que estaba oyendo, pero aun así se dirigió a ella amablemente.

—Sí, es un poco rarito —dijo alzando la voz para que Changkyun le oyese—. Pero la verdad… yo lo encuentro adorable, ¿no crees?

La chica se quedó sorprendida; parecía que iba a decir algo, pero antes de que lo hiciese, el castaño inclinó levemente la cabeza y se marchó de allí, con una sonrisa satisfecha en el rostro.

Changkyun siguió fijando la vista en la ventana y se puso la capucha de su sudadera. Sentía que sus mejillas estaban ardiendo y quería taparse para que nadie lo notase.

 —Idiota… —murmuró avergonzado.

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Cuando abrió la llave del grifo y el agua caliente se deslizó por su cuerpo, Changkyun soltó un suspiro y cerró los ojos. Todos sus músculos se relajaron y empezó a tararear su canción de rap favorita mientras se enjabonaba el pelo.

Aquel día había sido duro, pero no estaba cansado. Estaba de buen humor a pesar de haber tenido clase hasta las seis de la tarde, y después haber estado hasta casi las nueve de la noche ensayando su recital de piano. Si no fuera porque iban a cerrar la facultad, se hubiese quedado más tiempo.

Ahora volvía a disfrutar tocando el piano: ya no lo veía como una obligación, sus dedos volvían a ansiar crear melodías. Últimamente se sentía más motivado, más… feliz.

Y, aunque no quería admitirlo, en gran parte era gracias al idiota de Hoseok.

Ya habían pasado casi un mes desde que Wonho le propuso ser su novio, y todavía no le había dado una respuesta.

No estaba seguro de sus sentimientos: era evidente que le gustaba, pero no sabía si era suficiente como para empezar una relación con él. La idea de ser el novio del chico más popular del campus no le resultaba muy atractiva.

No había vuelto a ocurrir nada entre ellos desde entonces, sin embargo, ahora se habían vuelto más cercanos.

Los primeros días, Wonho no intentó acercarse de nuevo a él. Simplemente se limitaba a sonreírle cuando se cruzaban por el campus; Changkyun solía inclinar la cabeza en respuesta y pasaba de largo.

Pero aquello cambió la mañana en la que el pianista volvió a las gradas del polideportivo en búsqueda de la soledad que necesitaba de vez en cuando. Wonho estaba entrenando como la última vez, y cada vez que pasaba por delante de él, deceleraba el paso y corría marcha atrás para poder seguir mirándole a medida que avanzaba.

Incluso en una de esas veces le guiñó un ojo y le lanzó una de sus sonrisas de rompecorazones.

Changkyun puso los ojos en blanco ante la presunción de Hoseok. Sin embargo, en el fondo pensaba que su lado infantil y presumido era adorable; finalmente, cedió y le saludó tímidamente con la mano, dedicándole una pequeña sonrisa. El castaño se quedó mirándole ensimismado, y por culpa de su distracción se tropezó y se cayó al suelo.

Al ver esto, el pianista bajó corriendo de las gradas para asegurarse de que estaba bien. Wonho no tenía ningún rasguño, pero empezó a quejarse y a decir que no podía caminar.

Changkyun sospechaba que estaba fingiendo, y aun así decidió dejarle que pensara que era un buen actor y le acompañó a la enfermería.

A partir de entonces, Wonho le empezó a esperar después de clases para acompañarle a la cafetería, o para simplemente charlar un rato. Los mensajes de ‘buenos días’ y ‘buenas noches’ comenzaron a transformarse en largas conversaciones nocturnas, que ninguno de ellos quería que se acabasen.

Sí, puede que su buen estado de humor se debiese a ese idiota…

Cuando terminó de ducharse, se secó y se vistió con un chándal cómodo que usaba a modo de pijama. Cogió una pequeña toalla y se la puso alrededor de los hombros antes de salir del baño; pasó por el salón en el que Kihyun estaba ensimismado viendo una película y se dirigió al dormitorio.

Se tumbó boca abajo en su cama y cogió su móvil de la mesita de noche. Mientras se revolvía los cabellos con la toalla comprobó que tenía un mensaje nuevo, y no pudo evitar sonreír cuando vio de quién era.

“Me aburro 😴 ¿qué haces?”

Wonho se lo había enviado hacía veinte minutos y no dudó en responderle.

“Me acabo de duchar”

No tuvo que esperar mucho para recibir una contestación.

“Oh… ¿y qué llevas puesto?”

Changkyun puso los ojos en blanco: sabía que lo decía de broma, el problema es que era la tercera vez que le hacía esa pregunta en la misma semana. Se planteó seriamente dejarle en visto y ponerse a dormir, pero sabía que al día siguiente estaría haciendo pucheros y quejándose de que le ignoró.

“Llevo puesta mi cabeza y mis extremidades”

“¿Entonces no llevas nada puesto?”

El pequeño chico suspiró negando con la cabeza: Hoseok no tenía remedio.

“Buenas noches, Wonho”

“Vale, vale… sueña conmigo”

Ya empezaba con las cursiladas. Los dedos de Changkyun se movieron con rapidez mientras se aguantaba una sonrisa.

“No gracias, no quiero tener pesadillas”

Un minuto después le llegó una selfie de Wonho llevándose una mano al corazón teatralmente con una cara ofendida. Adjuntado a la foto estaba el mensaje “Eres una mala persona”.

Esta vez, Changkyun no pudo evitar reírse por lo bajo. Sintió algo cálido dentro de él y fue incapaz de dejar de sonreír: era en estos momentos cuando se sentía tentado de aceptar ser su novio.

Durante el último mes estuvo debatiendo el mismo tema una y otra vez: ¿cómo cambiaría su vida si le dijese sí? Era seguro que daría un giro de ciento ochenta grados, y tenía mucho miedo. Miedo por lo que pensarían sus amigos, su familia y toda la gente del campus. Miedo por los estúpidos prejuicios que la sociedad había impuesto. Miedo por ser diferente.

Volvió a mirar la foto de Wonho, y su mente se olvidó momentáneamente de todo eso.

Recordó la estúpida y adorable risa del castaño, y el cómo sus ojos se curvaban en forma de media luna cuando sonreía ampliamente. Su nerviosismo cuando no sabía cómo seguir una conversación o un chiste, su excesiva autoconfianza, su obsesión por las gargantillas y su peculiar sentido de la moda que, al fin y al cabo, le sentaba mejor que a nadie.

El pelinegro bloqueó el teléfono y cerró los ojos, dejando caer la cabeza sobre el colchón: sus sentimientos por él crecían cada día más, y ya no sabía qué hacer.

Nunca se imaginó que enamorarse podría traerle tantos problemas.

De repente, otro mensaje hizo vibrar su móvil y lo desbloqueó, pensando que se trataba otra vez de Wonho. Su ceño se frunció al ver que era un número desconocido y entró en el chat.

“Hola :3 soy Minhyuk”

Changkyun se sorprendió: no se esperaba recibir un mensaje de él. A pesar de que Minhyuk trataba de disimularlo, el pianista sabía que él no era de su agrado, y todavía desconocía el porqué.

“Hola”

“Espero que no te moleste que te hable por aquí :D”

“No no, para nada”

“Bien ^^”

Changkyun no sabía qué más decir, así que decidió esperar a que Minhyuk siguiese hablando. En el fondo, sabía que el amigo de Wonho debía tener un motivo para mandarle un mensaje tan repentinamente.

“Me preguntaba si podríamos hablar de un tema”

Estaba en lo cierto.

“Claro”

Changkyun tragó saliva y esperó nervioso a la contestación.

“Verás… es acerca de Wonho”

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Los ojos de Changkyun estaban clavados en la libreta de partituras que tenía delante. Se recolocó las gafas y leyó de nuevo para sus adentros uno de los ejercicios de análisis que debía hacer para el día siguiente.

¿Qué indica el siguiente signo musical que aparece al principio de la canción? A, que la forma musical es binaria. B, que hay que esperar cuatro compases. C, que Wonho tiene novia y solo está jugando contigo.

Otra vez no.

Con frustración, cerró la libreta y suspiró tapándose la cara: no había dejado de pensar desde ayer en lo que le dijo Minhyuk. ¿De verdad Wonho tenía novia? ¿Todo había sido una mentira? ¿Solo para burlarse de él?

Hyungwon alzó la vista de la novela que sostenía entre sus manos y miró al chico que estaba sentado frente a él en la mesa.

—¿Problemas con el ejercicio? —Changkyun negó sin dejar de taparse. El esbelto muchacho se lo pensó unos segundos antes de seguir hablando—. ¿Otro tipo de problemas?

Esta vez, el pianista mostró su rostro y bajó la mirada. Finalmente asintió en silencio: no tenía intención de contárselo a nadie, y menos al mejor amigo de la causa de todos sus males. Pero había algo en Hyungwon que le impedía mentirle.

—Y supongo que no querrás contarme qué te pasa —prosiguió dejando a un lado su libro y recostándose en el respaldo de su silla. Como no recibió respuesta, soltó un gran bostezo mientras seguía hablando—. Déjame adivinar… ¿tiene que ver con Wonho?

A pesar de ser un experto en esconder sus emociones, Changkyun se vio incapaz de enmascarar la aflicción que sintió al escuchar ese nombre, y esto no pasó inadvertido por Hyungwon: justo había dado en el blanco.

Rápidamente, dejó de desperezarse, se levantó y tomó asiento en la silla de al lado del pequeño chico.

—¿Qué ha pasado? —preguntó posando la mano en su hombro y mirándole con gran preocupación.

Changkyun se quedó en silencio, debatiéndose en si de verdad era lo más prudente abrirse a Hyungwon. Pero en su corazón había una pregunta que no le dejó dormir por la noche y de la que ansiaba saber la respuesta, y tal vez él podría dársela.

—¿Es verdad… —murmuró sin atreverse a mirarle—… que Wonho tiene novia?

Lo había dicho. Y no se podía creer lo poco que le había gustado pronunciar la palabra ‘novia’: tan solo imaginarse a Hoseok con otra persona hacía que se le revolviera el estómago.

—¿Qué? ¿Quién te ha dicho eso? —inquirió Hyungwon con el ceño fruncido. El pelinegro solo se encogió de hombros—. ¿No será por lo rumores? —añadió entrecerrando los ojos con recelo, esperando que Changkyun no creyera en todas las mentiras que se decían por el campus de su mejor amigo.

El contrario se quedó pensativo: nunca había creído en los rumores de que Wonho estaba con alguien distinto todos los días. Pero, ¿por qué iba a mentirle Minhyuk? Simplemente ya no sabía en qué creer.

Changkyun le miró por fin y negó con la cabeza, haciendo que Hyungwon sonriese.

—Wonho no está con nadie, te lo aseguro.

La calidez que el somnoliento chico usó en sus palabras le reconfortó. Estaba aliviado… pero todavía había algo en su interior que no le dejaba estar tranquilo del todo.

—Además… ¿quieres saber un secreto? —empezó a decir Hyungwon animadamente, inclinándose hacia él. Changkyun le miró expectante—. Wonho no para de hablar de ti a todas horas. —Aquello le hizo suspirar y negar con la cabeza, sin poder evitar sonreír—. En serio, tenías que ver lo entusiasmado que se pone cuando alguien menciona tu nombre. Hacía tiempo que…

Sin embargo, Hyungwon se quedó congelado de repente, fijando su mirada en un punto detrás de Changkyun. El pianista frunció el ceño y se dio la vuelta hacia la ventana, para ver qué es lo que estaba mirando.

Y entonces le vio.

Wonho estaba pasando por delante de la cafetería con una gran sonrisa… y llevaba a una chica agarrada de la cintura.

 

 

 

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Comments

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Mika_cavallari #1
Chapter 9: Ay por dios, justo en lo Biased. Continúa que esto me ha dejado pero más que interesada ♡