Dara suspiró, dejándose caer en los suaves asientos de cuero de la limusina. Estaba agotada. El día había sido perfecto. Se sentía hermosa, y cuando vio a Chaerin esperándola en el altar, se sintió débil. No quiso que nadie la acompañara, ella solo quería a su hermano, pero como no pudo estar presente… decidió caminar hacia al altar sola.

-¿Qué estás pensando? –La voz de Chaerin la sacó de sus pensamientos.

-Sólo en lo feliz que soy. Y lo agotada que estoy. –Añadió Dara sonriendo.

Chaerin se deslizó sobre ella y la besó en su punto preferido del cuello, justo por debajo de la oreja. Pudo sentir su pulso justo debajo de sus labios.

-Con un poco de suerte no demasiado cansada. Es nuestra noche especial, ya sabes.

-Sabes, he leído en una de las revistas de novia, que la mayoría de las parejas no consuman su matrimonio inmediatamente después de la boda porque están exhaustas, tomaron demasiado o ambas cosas.

La mano de Chaerin fue bajo el vestido de Dara y fue subiendo por su cálido muslo. El pulso de Dara se disparó y abrió más las piernas.

-Eso es porque no se casaron contigo… contigo Dara jamás me sentiré cansada…

Dara se estremeció cuando la boca de Chaerin trazó un camino por encima de sus hombros desnudos mientras sus dedos se dirigían más arriba. Con cuidado movió la fina tela a un lado y comenzó a acariciar el clítoris de Dara.

-Oh, dios… -Dara agarró la cabeza de Chaerin con ambas manos y arrastró su boca a la suya.

Los besos de Chaerin eran profundos y apasionados. Ella se arqueó cuando Chaerin entró. Su mano se movía cada vez más rápido, y pronto ambas mujeres jadeaban. Chaerin aumento la velocidad hasta que Dara explotó.

-Chae… -Los dedos de Chaerin aún seguían dentro de ella, y cuando comenzó a moverse de nuevo, se estremeció.

-¿Chaerin? –Su voz apenas se escuchó.

-¿Hmm?

-¿No crees que debemos esperar llegar?

-No puedo esperar…

Chaerin la tomó dos, tres, cuatro veces más. Completamente agotada tomó la mano de Chaerin y la sacó de entre sus piernas. Al momento de hacerlo, sus dedos rozaron la banda de diamantes en el dedo anular izquierdo de Chaerin. Era exactamente igual al de ella. Y simbolizaba el compromiso de Chaerin hacia ella. Se acurrucó a su lado, cerrando los ojos.

*

Chaerin miró a su esposa dormida y pensó en cómo su vida había cambiado tanto. Quería adorar a Dara, apreciar cada imagen y sonido cuando hacían el amor, porque era diferente de cualquier cosa que ella hubiera imaginado nunca. El o era fabulo. Pero el o también puede ser utilizado como un arma, y su padre lo ejercía de esa manera. Su padre no adoraba a las mujeres, la sensación de su cuerpo, la suavidad de su piel, los pequeños sonidos tímidos en la oscuridad. Él las usaba para su propio placer, haciendo caso omiso de los sentimientos para conseguir lo que deseaba…

Chaerin se quedó helada. El patrón era muy familiar. ¿Estaba describiéndolo a él o a sí misma? Miró a Dara. No se había casado con ella porque la amaba y porque quería pasar el resto de su vida con ella. Se había casado para obtener lo que quería. Sintió un nudo en el estómago.

*

Diez días después de su luna de miel. Chaerin regresó a su oficina.

-¡Chaerin! ¡Estás de vuelta! –Dijo Jiyong. –Todos te hemos echado de menos. ¿Cómo está Dara? ¿Cómo estuvo parís? ¿Viste la torre Eiffel?

Chaerin sonrió y dejó sobre el escritorio una bolsa de papel marrón.

-G… tomate un respiro. Dara está bien, París es hermoso.

Sus días en París estuvieron llenos de visitas a lugares de interés típico. Dara se sintió como una niña en la tienda de dulces, con ganas de verlo todo. A pesar de que regresaban a su habitación de hotel agotadas, todas las noches hacían el amor con las luces de la ciudad como su manto de estrellas.

-Toma, te he traído algo. –Jiyong sacó un reloj negro de la bolsa.

-Es hermoso. –Se lo puso de inmediato.

-¿Qué hay en mi agenda hoy?

-Aún estamos terminando la traslativa de dominio de Bill.

-¿Cómo es la vida de casada?

Chaerin dejó caer su maletín en el escritorio.

-Genial. Todo está bien… -Dentro de unos meses tenía que comenzar a planear como dejar a Dara. Conseguir una amante era uno de sus planes.

-¿Se siente diferente? Quiero decir, muchas personas dicen que el matrimonio los hace una persona diferente.

-Supongo q