Y los planes de boda comenzaron. Los Franklins se habían integrado a sus vidas y a sus planes de boda sin problemas.

Phyllis quería a Dara como a una hija. Ella y Dara se la pasaron revisando revistas para escoger los arreglos florales, recorriendo un sin número de salas para la fiesta.

Dara le pidió a Chaerin que escogiera el vestido de novia que quería usase y ella escogería un esmoquin para Chaerin. Amaba verla usar trajes.

**

Dara entrelazo sus dedos con los de su esposa. ¡Su esposa! ¡Que maravilloso sonido! Era la señora de Lee Chaerin. Apenas podía creerlo. En un momento estaba luchando por pagar el alquiler, y en el siguiente estaba casada con una de las mujeres más ricas de Asia. Dara amaba a Chaerin y haría cualquier cosa para que siguieran tan felices como lo eran en estos momentos.

-¿Bailamos? –Chaerin asintió en silencio. Este debía ser el día más feliz de su vida. En realidad lo era. El contrato que Bill había firmado para venderle su propiedad estaba sobre su escritorio. La larga espera casi había terminado.

Se dirigieron a la pista de baile y tomó a Dara entre sus brazos.

-Te amo. –Dijo Dara. Chaerin solo sonrió.

Hasta que el fideicomiso de la propiedad estuviera cerrado, necesitaba seguir el juego de manera convincente. Planeaba esperar un periodo de tiempo aceptable antes de decirle a Dara que ya no la amaba. Dara se lo tomaría mal, pero al final sería lo correcto.

-Luces tan hermosa. –Chaerin le susurró al oído.

Dara tenía puesto un vestido rosa pastel, y para Chaerin escogió un esmoquin negro con un moño rojo.  Chaerin bajó la cabeza y, antes de besarla dijo:

-Mi esposa, siempre tan bella. –El beso fue largo y reservado. Estaban en público. Un golpecito en el hombro la sorprendió. Era su hermana Harin.

-¿Puedo bailar con tu esposa? –Harin dirigió su pregunta a Dara.

-Por supuesto que sí. Pero no te la quedes mucho tiempo. Tengo planes para tu hermana más tarde. –Dara se retiró guiñándole el ojo.

-Tu esposa es encantadora Chaerin. Y preciosa. Ese vestido le queda muy bien.

-Sí… es hermosa.

-Papá nos está mirando…

Chaerin ni siquiera miró a su padre. Había pasado toda la noche sin dirigirle la palabra.

-Probamente está comparando mi baile con el tuyo.

-Chaerin no digas eso.

-Vamos, harin. ¿Cuándo vas a abrir los ojos y ver que no ha hecho nada más que compararme contigo toda nuestra vida? Y siempre he quedado corta… Pero esta vez… Sabes no hablemos de papá en este momento. Tengo a la segunda mujer más hermosa de la sala en mis brazos y quiero divertirme.

-¿Esta vez qué?

-Nada, no es importante. ¿Dónde está Tim por cierto? –Preguntó, esperando que la mención del marido de harin la distrajera. No lo hizo.

-No trates de cambiarme el tema, Chaerin. Algo está pasando. No habrás hecho algo estúpido, ¿Verdad?

-Vamos, harin no seas pesada el día de mi boda. –Perdió el paso y casi tropezó con los pies de Harin. “El día de su boda” Miró a Dara que estaba con Phyllis y Bill… estaba tan alegre… lógico… era el día más feliz de su vida… ¡Oh, dios mío! ¿Qué he hecho?

*

Chaerin dejó a harin con Tim y se dirigió a su mesa, haciéndole señas al camarero. Necesitaba un trago. Preferiblemente uno grande. Algo que le hiciera despertar de este mal sueño.

-Dara es una mujer hermosa.

La voz áspera sobre su hombro izquierdo le trajo desagradables recuerdos. Chaerin no podía recordar la última vez que su padre la había elogiado.

El señor Lee elegantemente se sentó a su lado. Chaerin no quería invitarlo a su boda, pero Dara había insistido.

-Sí, lo es.

-Una mujer muy hermosa…

Chaerin lo miró con el ceño fruncido. Algo en su tono, la forma en que dijo el nombre de Dara, no estaba bien. Su padre era un mujeriego, lo sabía por un incidente durante su adolescencia. Un escalofrío recorrió su piel al pensar que tenía a Dara en su mira.

-Tengo suerte de tenerla.

Él asintió en silenci