INICIO DE MARATON

Terminada la cena, Chaerin no podía esperar para estar a solas con Dara. Había coqueteado y bromeado con Dara toda la tarde.

Dara se puso rígida cuando escuchó que Chaerin le puso seguro a la puerta de la habitación. Dara sabía lo que estaba a punto de ocurrir… y estaba muerta de miedo. 

-Solo somos tu y yo aquí, Dara… no sé si estés sintiendo lo mismo que yo… me siento muy atraída por ti. Estamos en un lugar hermoso, con buena gente, el, y ahora las estrellas. ¿Qué más necesitamos?  -Chaerin se acercó lentamente a Dara, que por un momento sintió ganas de girar y correr. Chaerin tomó su mano y le besó la palma. La misma mano que había besado temprano esta mañana.

El beso de Chaerin causó la misma reacción en Dara  de esta mañana, así que ella besó la mano de Chaerin a cambio.

-Creo que necesito que alguien examine mi cabeza. –Dara trató de disipar su nerviosismo con la risa ante el comentario de Chaerin.

-¿Por qué dices eso?

- Porque a pesar de que sé que realmente no deberíamos hacer esto… voy a hacerlo de todos modos…

Dara dio un paso hacia adelante y sostuvo el rostro de Chaerin en sus manos. Acarició sus mejillas y labios con los pulgares. Miró los ojos cafés que se volvieron negros bajo su mirada. Su corazón latía tan fuerte que no podría haberse oído pensar si hubiera tenido que hacerlo. Así que no lo hizo. Besó a Chaerin en su lugar.

Dara siempre pensó que la descripción de cohetes explotando dentro de su cabeza era un mito de novelas románticas. Pero cuando su lengua desapareció dentro de la boca de Chaerin, retiró todo lo que había dicho alguna vez sobre ello.

Chaerin se inclinó un poco para profundizar más el beso, mientras sus manos vagaban libremente sobre el cuerpo de Dara. Uno por uno Chaerin abrió los botones de la camisa de Dara, sus manos exploraron su abdomen, avanzando poco a poco a sus pechos. Cuando la palma de Chaerin cubrió uno de sus pechos Dara gimió y acercó más su cuerpo a Chaerin.

Con lentitud Chaerin le removió el sujetador, sus dedos acariciaron suavemente sus pezones, que crecieron más con la atención. Dara la apartó de golpe.

-Quítate la ropa… quiero sentirte… necesito tu piel en la mía.

Chaerin la besó de nuevo y poco a poco la recostó en la cama. Comenzó a desabrocharse la camisa y caminar fuera de sus pantalones cortos. La ropa interior que usaba hoy estaban adornadas con remos y botes y Dara agradeció a dios.

Dara pudo notar que tenía un tatuaje en su costado. Parecía… parecía ¿Un ojo egipcio? ¿Por qué Chaerin habría elegido un ojo egipcio para tatuarse? Pero las preguntas se desvanecieron cuando Chaerin se acomodó sobre ella.

-Dios, se siente tan bien sentirte así… -Dijo Dara mientras envolvía sus brazos alrededor de cuerpo de Chaerin. Chaerin murmuró algo en su cuello mientras deslizaba su muslo entre las piernas de Dara.

Dara se arqueó.

-Todavía no. –Respondió Chaerin a sus empujes. –Tenemos toda la noche y no estoy lista para que lo dejes ir. Quiero verte, tocarte y saborear cada centímetro de ti…

Y así lo hizo

Hicieron el amor durante horas, degustando, mordisqueando, demandando y adorando el cuerpo de cada una. Dara nunca había sida tan amada y explorada, y cuando Chaerin entró por primera vez… nunca se había sentido así.

**

Chaerin despertó cuando sintió cosquillas en su nariz. Estaba acostad