Capitulo 5

10 Dias Para T (Adapt. TaeNy)

Dia 3, viernes 

Cate poseía razones más que suficientes para continuar enfadada conmigo después de mi desaparición. Por ese motivo la noche anterior me había hecho prometer que le daría una explicación, entre mis reiteradas y poco aceptables disculpas, nada más cruzar la puerta del piso.

Ya a las nueve de la mañana comencé a escuchar sus pisadas barruntando entre las sartenes de la cocina, así que me relajé tratando de no parecer excesivamente nerviosa. Cate era lista y conocía tan bien mis tácticas evasivas que cada paso de mi plan debía ser ejecutado de manera indiscutible y brillante o, al menos, lo suficiente como para acabar con sus sospechas una vez sentadas frente a las tazas de cereales.

—Es Nick —mencioné, preparando el terreno — Ha venido.

— ¿De qué hablas? —respondió ella sirviéndome una tostada en el plato.

Yo traté de parecer ausente, reservada.

— Hemos tenido problemas —sorteé— Fue hace tiempo, pero aún sigue algo celoso.

— ¿Celoso? —exclamó sin entender— ¿Por qué?

Volví a callar unos segundos. Era como cuando, en mi época universitaria, solía echar partidas
de póquer; para que el farol resultase convincente había que tensar la situación al máximo antes de mostrar las cartas, confundiendo tras una cortina de humo lo más determinante de la jugada.

—Hace un par de años atravesamos una mala época — relaté bajando la mirada

— Tuve una relación esporádica con un amigo suyo aunque lo arreglamos y aquello acabó nunca ha podido olvidarlo. Ese amigo vive aquí, en un ático del Soho.

Alcé la vista lentamente para observar cómo su mirada inquisitiva registraba cada uno de mis
gestos. Cate no me hubiese perdonado que la sustituyera por otra persona, pero, si se trataba
de purgar culpas, mi prima era la primera que sufragaba el empeño.

— ¿Te ha seguido para vigilarte? —exclamó indignada— Por Dios, Tiff. ¿Estás segura de
que quieres casarte con un hombre que no se fía de ti?

Suspiré aliviada intentando un efecto final.

—Tengo que intentar que esto salga bien — supliqué con la contundencia del que entremezcla verdades y mentiras— ¿Vas a ayudarme?


Analizó vertiginosamente mi exposición de los hechos. Había picado el anzuelo aunque presentí que su cabeza continuaba midiendo cada una de mis palabras, examinando al milímetro cada posibilidad.

 

 

—No hay problema —declaró al fin asintiendo con un gesto— Puedes hacer lo que quieras si
lo necesitas.

Ambas adivinamos que se estaba dejando engañar y, sin embargo, no insistió; quizás supuso que todo llegaría a su debido tiempo.

Media hora más tarde salí del apartamento y cogí un taxi en dirección al Tambourine, una selecta cafetería del Soho muy famosa por su casi exclusiva clientela gay. Al llegar comprobé que se trataba de un enorme local acristalado con una decoración muy barroca en
la sala y una terraza, cerrada por un vallado de madera y plantas en mitad de la acera, cuya
extensión cubría hasta media manzana de la calle. Me acerqué despacio para poder observar
a placer los detalles; el lugar estaba prácticamente lleno de gente tomando aperitivos, casi todos hombres jóvenes y de mediana edad.

Varios camareros entraban y salían con sincronizada rapidez del interior cargando en
bandejas toda clase de bebidas y refrigerios. Sentí un golpe en el pecho cuando entre ellos descubrí a Tae paseando con maestría entre las mesas meticulosamente uniformada. Vestía pantalones negros y chaleco sobre camisa blanca y corbata. Se había peinado hacia atrás y el pelo le brillaba, otorgándole un aspecto más viril, aunque algunos cabellos se
le escapaban por el rostro jugando con su expresión reservada de velocidad. Me asombró
darme cuenta de que, mezclada con los otros, formaba parte de una plantilla masculina y
particularmente atractiva. Tomé asiento en una de las pocas mesas libres dejándome caer sobre una de las excelentes butacas de mimbre acolchadas.

Crucé las piernas y esperé poder camuflarme leyendo el periódico, pero, cuando más a salvo de miradas indiscretas me creía, sucedió; Tae me había localizado y se dirigía hacia mí con una sonrisa, expresión que no pasó inadvertida entre algunos de los incondicionales que
cuadraban aquellas poltronas. Alcanzó mi sitio y, sin perder la horizontalidad de la bandeja, se
inclinó con un porte absolutamente irreprochable.

—Has llegado a mis dominios. —bromeó en un susurro— ¿Qué puedo servirte? Hoy invito yo.

En aquel momento me sentí la mujer más envidiada del mundo.

—Una botella de agua, por favor —le pedí devolviéndole la sonrisa.

—Por cierto —susurró nuevamente con un guiño—. Aquí me llamo Taengo.

Y, entonces, comprendí.

Me dijo que su turno acababa en media hora, así que aguardé pacientemente y, cuando ya habían pasado casi cuarenta minutos, llegó de nuevo hasta mí.

— ¿Puedes hacerme un favor? —me pidió de nuevo en voz baja—. Espérame a la vuelta, en la
boca del metro. Iré en seguida.

Apareció con sus vaqueros habituales, una cazadora verde abrochada hasta el cuello y la
gorra azul de los Yankees. Me agarró del brazo y tiró de mí hacia el interior de los túneles como si alguien nos persiguiera; entonces, al llegar al andén, comenzamos a reírnos sin parar mientras trataba de explicarme en pocas palabras lo que estaba sucediendo.

—Ayer no lo mencioné, pero yo también llevo poco tiempo en Manhattan —me confesó

—Hace un año empecé a buscar trabajo para poder quedarme, así que dejé mi currículo en
todos los restaurantes y cafeterías de la ciudad, incluido el Tambourine. Tuve suerte de que
Alfred, el encargado, estuviera allí el día que me presenté y me entrevistara al momento. Al
principio me dijo que sólo contrataba a hombres, pero luego comentó que podíamos arreglarlo «siempre y cuando te llames Taengo, claro».

Volvió a reírse y yo aproveche para admirarla bien; era la primera vez que la veía tan contenta.

—No sabes cuántas propuestas he recibido desde que trabajo aquí —confesó encogiéndose de hombros— Pero no se lleva mal. Sólo tengo que hacerme el duro. Además, las propinas son geniales.

Intuí que el sonido de su risa, ahora tan presente entre las dos, era infrecuente en ella por alguna maléfica razón. Como me empeñé en invitarla de nuevo a comer fuimos a un restaurante de platos tradicionales que Tae conocía en Little Italy y allí, en una pequeña mesa con manteles ajedrezados, al fin me habló de ella.

Kim Taeyeon había nacido en la ciudad de Jeonju donde sus padres, tenían una granja. Tenía 2 hermanos mayores, Hayeon y Jiwoong, todos ellos de edades muy similares y que ahora se dedicaban de una manera u otra a la reparación de vehículos; en un taller particular, y el tercero, en una empresa de camiones de gran tonelaje en Chicago.

El fallecimiento de la madre meses después del nacimiento de la niña había hecho recaer la
crianza de los tres hijos sobre el padre y, aunque al principio el Sr. Kim había mantenido ciertas diferencias en el trato hacia su hija, al poco tiempo Tae se cortaba el pelo en el barbero y vestía la ropa heredada de sus hermanos. En el instituto siempre destacó como una alumna esforzada, y después de ganar varias competiciones de natación a nivel estatal, terminó logrando una beca en una prestigiosa escuela de formación de deportistas en Richmond, ia, de la que no
quiso dar muchos detalles.

—Prefiero no hablar de aquel sitio —aclaró—

— Abandoné a mitad del segundo curso y acabé alistándome en el ejército.

Abrí los ojos con asombro. Había imaginado muchas posibilidades dentro del pasado de Tae, pero el traje militar ni siquiera se me había pasado por la cabeza.

—Tu padre se sentirá orgulloso —mencioné, sin saber qué decir.

—El viejo Kim está solo —respondió, apenada— Lo único que quiere es que vayamos a visitarlo; lo demás no le importa demasiado.

De pronto se mostró triste, apagada. Desvió la mirada hacia un reloj que colgaba en una de las
paredes del local y resopló.

—No llego al Gymset —lamentó— Pero ha estado bien conversar contigo. Yo tampoco tengo muchos amigos aquí.

Me pregunté por qué y después pude notar cómo se me adelantaba demostrando un
inusitado interés.

— ¿Y tú? —indagó muy seria—. ¿Qué pasa en tu vida?

Respiré hondo; hablar de mí frente a Tae se me antojaba un acto de vanidad imperdonable.

—Vivo con mi familia en Boston —abrevié— Tengo un hermano pequeño, Leo, en el último
curso del instituto. Mi padre es el dueño de la Hwang Brick Company, la constructora donde
trabajo desde que me gradué en Harvard y no hay mucho más.

Ella observó con atención mi rostro como si sospechase que la verdad de las cosas era, casi
siempre, mucho más oscura.

—Pareces un contestador automático —bromeó— ¿No hay nada que te entusiasme?

En aquel momento me di cuenta de lo aburrida que había sido mi existencia hasta la llegada de
Tae.

—El arte, supongo —descubrí de forma inconsciente— Y, hace tiempo, la fotografía. Me hacía sentir libre. Pero también me aterrorizaba llegar a implicarme demasiado, apasionarme con un trabajo tan subjetivo. Es como montar en un coche sin frenos; disfrutas, aunque sabes que no puede durar mucho.

Se quedó callada, meditando sobre mis palabras mientras me estudiaba con curiosidad.

—Miedo al riesgo. Miedo a la vida.

Profundicé, con pesadumbre, en la respuesta.

—Supongo que me han enseñado a no considerarlo entre mis objetivos vitales.

De pronto se levantó sonriendo asaltada por una gran idea.

—Ven conmigo, quiero enseñarte algunas fotografías —me dijo nuevamente animada.

— ¿Dónde vamos? —pregunté dispuesta a seguirla de todas formas.

—A mi apartamento —contestó con su habitual naturalidad.

 

 

 

 

 

Continuara......

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Doble actualizacion !!! espero que les este gustando tambien estoy pensando en adaptar otro lo mas pronto posible ^^ gracias por todos los suscriptores 

Sigan apoyando a nuestra Taetae vean el Mv https://www.youtube.com/watch?v=4OrCA1OInoo&feature=youtu.be

 y no se olviden de votar por ella 
http://www.mbcplus.com/program/champion/vote.html

 

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Comments

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skincrisday #1
Chapter 17: Para cuando los ultimos 2 capitulos?
KazKaz18 #2
Chapter 17: OMG la leí otra vez..... yay esperando con ansias el siguiente :)
ailyn2111 #3
Chapter 17: por fin has vuelto
Skyth06
#4
Chapter 17: Ntp valió la pena esperar
SayAlover #5
Chapter 16: Seguimos esperando la actualización :(
KamJ95
#6
Chapter 16: Actualiza pronto!! Cada vez esta mas intenso. 7u7
LlamaAmerica #7
Chapter 16: Actualizaaaaaaa ahhhhh! T.T
Lari_sone #8
Chapter 16: :c ya mero terminara :´c
ailyn2111 #9
Chapter 16: muy cortoooo :c sigueeeee