Capitulo 13

10 Dias Para T (Adapt. TaeNy)

 

—No me toques —advirtió en tono agresivo— No vuelvas a tocarme. Te pedí que no me engañases; era lo único que quería. Y no has dicho más que mentiras desde el principio.

Me acerqué de todas formas, pero ella me rechazó con tal contundencia que caí al suelo.

Volví a anudarme la toalla e intenté serenarme, pero no pude; en el fondo de mi alma sabía que la estaba perdiendo, si no la había perdido ya.

—Escúchame, sólo escúchame —supliqué— No quiero a Nick. Nuestra boda es un trámite que justifica diez años de relación, pero no lo quiero.

Tae ni siquiera me miraba, absorta en el paisaje de metal y ladrillo que mostraba la ventana. Cruzó los brazos sobre su cabeza y apretó los codos (gira la cara mientras me gritaba, llena de furia, como si un dolor muy grande la estuviera destruyendo.

—Conoces mi vida —clamó— A mis amigos, a mi familia. Has entrado en mi casa. Lo sabes todo de mí.

Traté de acercarme de nuevo. Hubiese dado cualquier cosa por abrazarla, por consolarla y curar la herida que yo le había causado, pero ya no estaba a mi alcance. Kim Taeyeon se había desengañado de mí y permanecía lejos de la inmundicia en la que yo flotaba, un lugar desde donde no merecía mirarla de frente sino postrada en el suelo, como la más rastrera de las mujeres.

—Quiero que te vayas —pidió sollozando— No quiero que sigas aquí. No quiero verte más.

—No me pidas eso, Tae —imploré— Me voy a morir sin ti.

Comenzó a chillar de rabia así que me abalancé sobre ella y la sujeté por los brazos tratando de calmarla. Nos miramos, cara a cara, otra vez; sus mejillas ardían y sus ojos, desesperados y brillantes, se me clavaron hasta dolerme en el pecho.

—Vete —exclamó con odio— No quiero escucharte. No quiero saber por qué me has utilizado. No quiero tus razones, ni me importan; sólo necesito que te vayas.

Se dirigió hacia la puerta y la abrió, tan alterada que preferí comenzar a vestirme. Quise hablarle, pero ella se mantuvo firme, con la mirada perdida frente al rellano mientras yo intentaba, inútilmente, conversar. Le rogué, le supliqué, le pedí perdón mil veces, pero Tae ya ni siquiera me escuchaba.

Finalmente, abandoné el apartamento y ella, implacable, cerró la puerta a mi espalda.

No reparé en la bolsa que colgaba de mi mano, como si el peso formara parte de mí en aquella espantosa caminata que me condujo desde Chelsea hasta la calle del piso de mi prima, en el Village. Bajo el sol intenso de las doce del mediodía yo notaba un vacío helado en mi interior, una cuchilla en el estómago donde se desintegraban lentamente todas las fuerzas vitales de mi cuerpo.

Tanto era así que no recuerdo cómo llegué hasta allí, ni cuánto tiempo me llevó.

— Tiff. —exclamó en un grito sofocado— ¿Qué te ha pasado?

 

Entonces me colgué del cuello de Cate para derramar las lágrimas más dolorosas de toda mi vida.

Pasamos un rato en silencio, igual que dos desconocidas, hasta que conseguí dominar mis ganas de llorar. Ella preparó una infusión y me ofreció una taza que apenas pude beber, dado el grado de hundimiento que sentía, aunque sí me aportó la confianza suficiente como para sincerarme de una vez por todas; previas hondas inspiraciones emprendí mi alegato convencida de que, si había una persona en el mundo capaz de entenderme, esa sería Cate.

—Me ha dejado —expliqué— Se ha enterado de la boda y cree que he estado fingiendo todo este tiempo.

—Espera —me detuvo con sorpresa— ¿Acaso no lo sabía?

Meditó un instante hasta que la perspicacia iluminó su rostro.

—No es un amigo de Nick, ¿verdad? —afirmó dolida.

Negué con la cabeza, abochornada por haberla engañado respecto a eso también.

—Es alguien diferente —avancé tratando de buscar manera— Alguien que he conocido aquí.

La cara de Cate era un cuadro de perplejidad.

— ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué tanto misterio, por qué no me lo habías dicho antes?

—Tenía miedo de tu reacción, de que pudieses enfadarte conmigo.

—Pero, ¿por qué?

Me levanté y busqué el sobre de impresión digital en la bolsa que había traído de California, elegí una de las fotos y se la entregué.

—Es ella.

Taeyeon aparecía recostada sobre la arena de Santa Mónica sonriendo a la cámara, mientras yo, sentada a su lado, le cogía la mano. El paisaje de la playa acentuaba aún más nuestros rostros felices sobre un idílico fondo marino. Cate observó la instantánea detenidamente sin comprender, como si lo que estaba viendo no bastase para sacar conclusiones precipitadas.

Necesitó mirarme a la cara y preguntarme, otra vez, qué estaba pasando.

— ¿Ella? —exclamó— ¿Te has liado con la mujer que me gusta a mis espaldas?

Parecía tan extraordinariamente sorprendida que me ruboricé.

—El día que fui a buscarla, en el Gymset, la encontré. Luego todo pasó muy rápido.

La curiosidad exagerada con la que me estudiaba demostró que aquella revelación había adquirido proporciones gigantescas en su rango de valores. Se levantó del sofá y comenzó a caminar, presa del nerviosismo, impulsada por una agitación que yo no comprendía.

—Esto es absurdo, una broma. Es ridículo — protestó entre aspavientos— No me lo creo, no puedo creerlo.

—Es cierto.

—Es que no puede ser —se enfureció— ¿Desde cuándo te gustan las mujeres?

Yo me quedé callada intentando rescatar una respuesta concreta entre el desorden profundo de mi alma.

—Es que no me gustan las mujeres, ni los hombres. Me gusta Taeyeon —afirmé contundente— Estoy enamorada de ella.

Cate me miró extrañada, como si hubiese escuchado una excusa lamentable.

—No funciona así —replicó casi ofendida— Las personas tenemos preferencias, gustos básicos en lo primordial. Y el o es una necesidad primaria.

—Pues siento mucho no poder definirme con tanta exactitud —me defendí— No soy capaz de etiquetarme y, que yo sepa, tampoco existe en la vida tal obligación.

—Suena muy bonito —sentenció Cate—, pero en el mundo real, cuando una lesbiana entra en un bar, necesita saber qué puede esperar de la persona a la que mira. Si no aprendes a reconocer las etiquetas puedes pasártela vida detrás de un sueño o, peor aún, puedes pasarte la vida escondida como un perro, esperando una señal de los cielos que te indique cómo buscar a alguien. Cómo encontrar el amor.

No fue difícil suponer que estaba hablando de sí misma, aunque me impresionó el tono amargo de sus palabras, su semblante desesperado.

— ¿Qué es lo que te pasa, Cate? —pregunté sorprendida— Nunca te había oído hablar así, con ese resentimiento.

Ella seguía dando vueltas alrededor de la habitación, sofocando el estallido de indignación que padecía cuando, de repente, se quedó quieta y se volvió hacia mí, con una expresión de absoluta desconfianza.

—Lo has hecho a propósito —exclamó señalándome con el dedo— Para hacerme daño, y no es la primera vez. Igual hiciste con la carta.

Me quedé pensando en sus palabras, pero no entendí.

— ¿Qué carta?

 

 

 

 

Continuara……………………………

 

 

Lamento el retraso en la noche les dejo otro capitulo ^^

Ya tenemos 103 suscriptores ^^ 

Taeyeon tiene 9 premios c:

 

 

 

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Comments

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skincrisday #1
Chapter 17: Para cuando los ultimos 2 capitulos?
KazKaz18 #2
Chapter 17: OMG la leí otra vez..... yay esperando con ansias el siguiente :)
ailyn2111 #3
Chapter 17: por fin has vuelto
Skyth06
#4
Chapter 17: Ntp valió la pena esperar
SayAlover #5
Chapter 16: Seguimos esperando la actualización :(
KamJ95
#6
Chapter 16: Actualiza pronto!! Cada vez esta mas intenso. 7u7
LlamaAmerica #7
Chapter 16: Actualizaaaaaaa ahhhhh! T.T
Lari_sone #8
Chapter 16: :c ya mero terminara :´c
ailyn2111 #9
Chapter 16: muy cortoooo :c sigueeeee