capitulo 2

Con el tiempo...

Tiffany podía conseguir de ella todo lo que quisiera. Todo, cualquier cosa.

 

Era el único ser humano sobre la faz de la tierra que podía lograr que hiciera cosas que en realidad no quería hacer, cosas aburridas, cosas asquerosas, cosas increíblemente estúpidas todo tipo de cosas.

 

Tiffany se salía con la suya una y otra vez y ella le seguía a ciegas.

 

Y había sido así desde la primera vez que le había puesto pucheros y le había mirado de aquella forma desde entonces caía sin remedio, haría cualquier cosa por ella y no podía imaginarse como habría sido su vida si aquel primer día no hubiera estado tan ansiosa por probar las galletas de la niña nueva que hablaba raro.

 

Daba gracias a Dios por aquel primer día cada vez que Tiffany le sonreía, cada vez que Tiffany le besaba, cada vez que la veía absorta en algún programa de la televisión o con el ceño fruncido leyendo un libro.

 

Respirar, era todo lo que Tiffany tenía que hacer para que ella diera gracias una y mil veces porque una inteligencia superior la había cruzado en su camino hacía veinte años.

 

A Tiffany Hwang.

 

La misma Tiffany Hwang que había llorado amargamente porque un par de semanas después de haberse conocido su mamá le había cambiado el almuerzo y ya no tenía las galletas deliciosas y pensó que eso significaba que dejarían de ser mejores amigas y lo hubiera significado en condiciones normales, pero con Tiffany nada era normal.

 

Y aquel día a Taeyeon podían haberle ofrecido miles de millones de kilos de galletas deliciosas o helados gratis para el resto de su vida, aquel día podían haberle ofrecido el mundo en bandeja y nada, nada, hubiera podido hacer que lo intercambiara por su amistad con Tiffany. Nada.

 

Inseparables, así habían sido desde entonces siempre una en la casa de la otra o las dos explorando los alrededores porque Hyoyeon la hermana de Taeyeon, les había dicho que en el bosque cerca de su casa había duendes verdes, los fines de semana siempre tenían algo que hacer, a Tiffany siempre se le ocurría algo por lo que debían verse. ¿Dos días separadas? ¡Ni hablar! Lloraban, pataleaban y aguantaban la respiración hasta ponerse azules lo que hiciera falta para que sus padres cedieran a llevarlas a la casa de la otra.

 

Y casi siempre lo conseguían.

 

Eran muy persuasivas, sobre todo Tiffany, Su amistad era cada vez más fuerte y mucho más profunda todo lo profunda que podía ser la amistad entre niñas de cinco años y soñaban con el día en que cumplieran los siete porque Hyoyeon tenía siete años y sus papás le dejaban irse con sus amigos en la bicicleta.

 

Eso significaba que podrían verse siempre que quisieran, porque sus casas no estaban muy lejos y aunque lo estuvieran, Taeyeon hubiera pedaleado hasta el fin del mundo.

 

“SEIS AÑOS”

 

¡Viernes! ¡Viernes por fin! Y no era un viernes cualquiera, sus papás le habían dejado pasar el fin de semana en casa de Tiffany.

 

La pequeña Taeyeon pegó su cara y sus manos a la ventanilla del coche en cuanto divisó la silueta de la casa de su mejor amiga.

 

Fue totalmente involuntario pero una risita impaciente escapó de sus labios y esto llamó la atención de su mamá.

 

- Taeyeon- escuchó que le llamaba su madre volviéndose ligeramente en el asiento del copiloto- Espero que recuerdes lo que me has prometido- señaló.

 

- Si, me acuerdo- sacudió la cabeza la pequeña- Me voy a portar bien- aseguró.

 

- Espero que la mamá de Tiffany no tenga que llamarme- advirtió de nuevo colocándose bien en su asiento.

 

¡Qué poca fe en el género humano mamá! Taeyeon miro el respaldo del asiento por unos segundos, pensativa. Si tenía que decir la verdad no podía asegurar que la señora Hwang no tuviera que llamar a su madre… ¡a veces las cosas escapaban de su control! Y más cuando Tiffany y ella estaban juntas.

 

¿Quién iba a pensar que tener una mejor amiga resultaba ser tan divertido? A lo mejor era divertido porque su mejor amiga era Tiffany…Porque no le parecería nada divertido si su mejor amiga fuera Jimin por ejemplo Buff Jimin…Clase de primaria y aun mezclando la plastilina.

 

¡Crece de una vez niñita! Una sonrisa enorme apareció en su cara cuando localizó a Tiffany saludándola desde el porche de su casa, su amiga le había dicho que iba a esperarle fuera pero no le había creído porque hacía un poco de frío.

 

Cuando su padre acercó más el coche Taeyeon pudo ver que la punta de la nariz de la castaña estaba un poco roja mientras daba pequeños saltitos impaciente por tener a su mejor amiga junto a ella.

 

Taeyeon le saludó con la mano tratando de soltarse el cinturón y saltar del coche en marcha pero… ¡Maldita sea!, aquellas cosas eran a prueba de niños… Sus padres sabían lo que se hacían. Tendría que esperar…"Pórtate bien", "Que no me entere que has desobedecido ", "Hazles caso en todo lo que te digan". Un beso. Dos besos. Tres besos. ¡Mamá! Es la casa de Tiffany, no voy a estar esquivando balas ni nada de eso…Buff…amor de madre.

 

Por fin Tiffany y ella despidieron el coche de los Kim con la señora Hwang en la retaguardia. Cuando el vehículo se perdió de vista la madre de Tiffany les guio al interior de la casa y las dos subieron a la velocidad de la luz a la habitación de la Castaña.

 

Taeyeon dejó la mochila que le habían preparado sobre la cama de su amiga.

 

- Tenemos que ir ahora Taeyeon…Enseguida se va a hacer de noche- dijo la castaña mientras su vista se perdía por la ventana.

 

La pequeña rubia corrió a su lado pegándose al cristal también.

 

- Pero… ¿seguro que lo has oído?- frunció el ceño mirando de reojo a su amiga.

 

- Seguro. Lo he oído tres días seguidos. ¿Tienes miedo?- inquirió en tono serio.

 

- ¡Claro que no!- lo negó la rubia a pesar de ser la mentira más grande que había contado jamás.

 

- Vale. Yo sí. Entonces tu irás primero- decidió Tiffany caminando hacia la puerta- ¡Vamos!- le exigió y Taeyeon tuvo que seguirla tragando saliva.

 

Tiffany conseguía de ella todo lo que quería, bajaron al piso inferior y le dijeron a la señora Hwang que iban a jugar en el jardín, la mujer se aseguró de que fueran correctamente abrigadas y les hizo prometer que no abandonarían el recinto.

 

Wow Tiffany sabía mentir muy bien…Salieron al exterior y Taeyeon observó a su amiga mientras esta miraba a un lado y a otro.

 

- Ayer lo oí por allí- señaló un lugar a su derecha.

 

- Pero… ¿qué es?- inquirió la rubia siguiéndola.

 

- No lo sé…pero gruñe- le informó.

 

- ¿Gruñe?- trató de mantener su voz firme.

 

- Si. Así…Grrrrrrr. Grrrr- le hizo una demostración parando cuando llegaron al límite del jardín de la casa de los Hwang. La verja no era muy alta y la castaña le cedió el turno a Taeyeon.

 

Había dicho que no tenía miedo así que no le importaría saltar primero hacia lo desconocido a pesar de que sí que le importaba, Taeyeon no pudo decepcionar a su mejor amiga ya había dicho que no le daba miedo la criatura extraña que gruñía por las cercanías de su casa, no podía echarse atrás en aquellos momentos segundos después Tiffany estaba con ella al otro lado de la verja. Madre mía…esperaba que a la señora Hwang no le diera por salir a buscarlas en un rato.

 

Caminaron durante unos minutos, sin alejarse demasiado de la verja, Tiffany decía que siempre había oído el ruido cerca, evidentemente Taeyeon iba primero y sentía como la castaña se aferraba con fuerza a la espalda de su abrigo, podía escuchar su respiración muy cerca de su oído. Bah…Tiffany era una miedosa. ¡Vale! Ella también, pero al menos no lo decía, de pronto Taeyeon pudo escuchar el sonido que tantas veces le había descrito la castaña en los últimos días.

 

No era tan escalofriante como se había imaginado…su amiga era un pelín exagerada pero aun así… ¿Qué demonios hacía ese sonido?

 

- ¿Lo oyes?- le preguntó Tiffany en un susurro.

 

- Aja-asintió la rubia intentando orientarse. De pronto escucharon algo moverse entre la maleza y los pequeños puños de Tiffany apretaron aún más el abrigo de Taeyeon.

 

Las dos pequeñas estaban completamente quietas y respirando muy, muy deprisa. ¿Y si era un lobo? ¿O un oso? O… ¡Oh Santa Madre de Dios! Las dos dieron un grito y un bote tan grande al verlo aparecer entre las hierbas que terminaron de nalgas en el suelo.

 

Sus corazoncitos latiendo a toda velocidad. Era…un perro.

 

- ¡Es un perrito!- exclamó Tiffany recuperándose rápidamente e incorporándose mientras Taeyeon aún esperaba a que su cuerpo decidiera si iba a desmayarse o no

 

- Hola perrito…-saludó al animal que parecía muy contento de verla a pesar de no conocerla de nada- Tae…es un perrito- le informó a su amiga como si ella no pudiera verlo con sus propios ojos.

 

El animal abandonó el lado de la castaña y se acercó a Taeyeon tratando de chuparle la cara, la rubia salió del shock para impedir que lo hiciera mientras reía aliviada por no haber sido devorada por un oso o por un lobo.

 

Habían intentado colar a Prince dentro de la casa de Tiffany sin que su madre se percatara de nada pero les había pillado nada más entrar por la puerta, las madres es que tienen un to o un séptimo sentido para esas cosas y nada, nada, les pasa desapercibido.

 

En un principio les había ordenado que se deshicieran de Prince pero Tiffany se había puesto a llorar como nunca jamás la había visto llorar antes. Ni siquiera cuando los niños de clase se burlaban de lo raro que hablaba. Aquellas sí que eran lágrimas de verdad. Sí, señor.

 

Como resultado su madre se había comprometido a consultarlo con su padre cuando este llegara a casa por la noche.

 

De momento el perrito se quedaba en el garaje milagrosamente y en cuanto su madre se perdió de vista, las lágrimas de Tiffany desaparecieron tan rápido como habían aparecido y fueron sustituidas por una enorme sonrisa de satisfacción.

 

Wow… ¡Que maestría en el campo del chantaje emocional! ¡Tenía tanto que aprender de Tiffany aún! El perrito se quedaba, tan seguro como que el sol saldría al día siguiente. El señor Hwang no sabía decirle que no a su única hija, Taeyeon no podía reprochárselo, Tiffany sabía poner una carita de pena que era irresistible ponía un poco de pucheros y se metía a quien fuera en el bolsillo incluida a ella.

 

Resultó que el señor Hwang iba a llegar tarde aquella noche y ellas dos tuvieron que irse a la cama a regañadientes Taeyeon estaba muy emocionada porque era la primera vez que iba a dormir fuera de su casa en otra cama. En la cama de Tiffany. En la gigantesca cama de Tiffany.

 

En la gigantesca y extremadamente blandita cama de Tiffany era como dormir en una nube al menos eso decía la castaña y ella se burlaba al escucharla porque… ¿hola?, nadie sabe cómo es dormir en una nube ¿no? ¿A quién quieres engañar Stephanie?

 

Taeyeon hurgó en su mochila hasta localizar su pijama y lo dejó sobre la cama. Frunció el ceño al escuchar la estridente risa de Tiffany. Esa que utilizaba solo para burlarse de ella.

 

- ¡Que pijama más feo!- rio la castaña dejándose caer sobre la cama sujetándose el estómago con los brazos.

 

- No es feo. ¡Tú eres fea!- se molestó Taeyeon mirando su pijama de ositos.

 

- No. ¡Tú eres fea!- rebatió Tiffany sentándose en la cama.

 

- ¡Yo seré fea pero tú eres más fea que yo!- le chinchó Taeyeon- Es imposible ser más fea que tu- añadió.

 

- ¿Y Jimin?- frunció el ceño Tiffany.

 

- Ah sí…Jimin es más fea que tu…-tuvo que reconocer la rubia y las dos se rieron tras un momento de silencio- Enséñame tu pijama- le pidió y Tiffany gateó hasta la cabecera de su cama y lo sacó de debajo de la almohada.

 

- Me lo regalo mi abuela… ¿te gusta? Tiene gatitos ¿ves?- indicó acercándoselo para que pudiera apreciar los dibujos. Lo puso tan cerca de su cara que obligó a la rubia a retroceder riendo.

 

- Seguro que a Prince no le gustan los gatitos- opinó Taeyeon

 

- Seguro que no- estuvo de acuerdo la castaña.

 

Se lavaron los dientes de puntillas frente al lavabo poniéndose caras raras en el espejo y riéndose la una de los gestos de la otra cuando terminaron Tiffany salió disparada hacia su cama saltando sobre ella y gateando rápidamente hacia la cabecera, retiró las sábanas y se coló dentro.

 

- Te dejo que elijas el lado que quieras- le dijo a su amiga que le miraba de pie a los pies de la cama.

 

- ¿El que yo quiera?

 

- Si, eres la invitada- explicó esperando que Taeyeon decidiera cuál era su lado favorito.

 

- ¡Vale!- exclamó alegremente saltando sobre el colchón y gateando hasta colocarse a la izquierda de Tiffany.

 

Se tumbó boca arriba mirando el techo y la castaña le miró frunciendo el ceño, parecía estar meditando.

 

- ¿Qué estás haciendo?- inquirió.

 

- Pensar qué lado me gusta más- explicó la pequeña rubia como si fuera obvio.

 

Se incorporó pasando sobre Tiffany provocando sus protestas enmascaradas por risas por su brusquedad, y se acomodó a su derecha mirando el techo de nuevo.

 

- ¿Cuál te gusta más?- quiso saber la pequeña castaña.

 

- Mmm…me gustan igual de mucho- decidió colándose entre las sábanas- Es verdad que es como dormir en una nube- sonrió acomodándose sobre la almohada.

 

- ¡Te lo dije!- le recordó Tiffany volviéndose de lado para poder mirar a su amiga. Taeyeon hizo lo mismo- Pero tienes que tener mucho cuidado- le dijo en un susurró. Y el ceño de Taeyeon se frunció ante el tono utilizado por la castaña.

 

- ¿Por qué?- temió preguntar también en voz muy baja.

 

- Porque creo que hay monstruos debajo de la cama- le reveló- Tienes que taparte mucho con las sábanas para que no te atrapen…-le dio instrucciones- Hasta la barbilla. Así- le hizo una demostración.

 

- Pero por las noches me destapo porque me muevo mucho…-señaló Taeyeon realmente preocupada por la posibilidad de que las palabras de Tiffany fueran ciertas.

 

- Entonces se te llevaran los monstruos- se encogió de hombros la castaña.

 

- ¡Tiffany! ¡No quiero que se me lleven los monstruos!- exclamó acercándose más a su amiga.

 

- Pues no te destapes- le dio la solución.

 

- No me gusta dormir en tu casa- le informó y la castaña sonrió al verla tan asustada.

 

- Pensaba que Kim Taeyeon no le tenía miedo a nada- se burló y la rubia le miró molesta.

 

- ¿Te lo has inventado?-inquirió.

 

- Si- soltó una risita Tiffany- Y tú te lo has creído- le acusó- No hay monstruos tonta, los monstruos no existen- le informó.

 

- ¿Y cómo lo sabes que no existen?- desconfió Taeyeon.

 

- Me lo ha dicho mi papá- reveló la fuente de su sabiduría.

 

- Ah…-pareció quedarse más tranquila la rubia. El señor Hwang parecía ser un hombre listo, si él decía que los monstruos no existían seguramente tenía razón.

 

- Además no dejaría que los monstruos te llevaran, eres mi mejor amiga, tengo que defenderte- le recordó.

 

- ¿Las mejores amigas tienen que defenderse de los monstruos también?- frunció el ceño la rubia.

 

Ella no sabía nada de eso, se lo hubiera pensado mucho más de haberlo sabido.

 

- Claro que sí. Tú me tienes que defender a mí y yo te tengo que defender a ti. De todo- puso en claro Tiffany- Siempre- matizó.

 

- ¿Siempre?- inquirió.

 

- Siempre- repitió la castaña seriamente.

 

- ¿Y de todo?- preguntó.

 

¡Cuánta responsabilidad! Ella solamente había querido comerse aquellas deliciosas galletas…madre mía.

 

- Si, de todo- confirmó.

 

Taeyeon no contestó nada y Tiffany ya había cerrado los ojos dispuesta a dormirse de modo que continuó en silencio, mirando a su amiga y pensando en lo que le había dicho y llegó a una conclusión, llegó a la conclusión de que defendería a Tiffany incluso en el caso de que aquello no entrara dentro de sus deberes como mejor amiga.

 

No podía dejar que le sucediera nada. ¿Con quién buscaría caracoles? ¿Con quién diseñaría planes altamente sofisticados para robar las chocolatinas que su madre escondía en el armario más alto de la cocina? ¿Con quién se reiría hasta que le doliese el estómago porque a su vecino se le bajaban los pantalones al agacharse cuando arreglaba su jardín y se le veía un poco el trasero?

 

La señora Hwang entró poco después para comprobar que todo estuviera en orden y besó a las dos niñas en la frente al encontrárselas metidas dentro de la cama ya. Les dio las buenas noches a ambas antes de salir entornando la puerta.

 

Taeyeon cogió la mano de su amiga en cuanto las tinieblas invadieron el cuarto de nuevo y vio que Tiffany sonreía sin abrir los ojos.

 

- Te he dicho que no hay monstruos Taeyeon- musitó ahogando un bostezo.

 

- Me da igual, si es mentira y me llevan, tú te vendrás conmigo- señaló apretando su pequeña manita.

 

Tiffany se limitó a devolverle el apretón. Y Taeyeon cerró los ojos más tranquila. No le daba tanto miedo la perspectiva de vivir entre monstruos si Tiffany iba a estar con ella.

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Comments

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Dianasnsd
#1
Chapter 22: Hace tiempo que buscaba la historia y no la encontraba, ya estaba pensando en adaptarla pero me alegro que lo hayas hecho tú, me encanta esta historia, gracias por adaptarla 🥰
jenrsun
#2
Chapter 1: Es una de mis favoritas historias..
gaby_tomala
#3
Chapter 1: <3 me encanta!!