capitulo 5

Con el tiempo...

La casa en el árbol.

 

Le encantaba la casa en el árbol sus padres la habían construido cuando ellas tenían ocho años y la habían convertido en su cuartel general, en su escondite, en su refugio.

 

En teoría era suya y de Tiffany.

 

En teoría.

 

Hyoyeon y sus amigas las invadían constantemente y les robaban cosas, una vez incluso soltaron miles de lombrices en el suelo de madera, solo para molestarlas.

 

Urghhh…niñas de once años.

 

¡Que inmaduras!

 

Y, por supuesto, Tiffany se había negado a poner un pie allí hasta que no hubiese desaparecido hasta el último espécimen, no es que ser una chivata este bien o que sea algo de lo que estar orgullosa pero Taeyeon se lo había contado todo a sus padres y Hyoyeon se había quedado castigada una semana entera sin poder coger su bici.

 

¡Ja! ¡Toma esa retrasada!

 

Wow…que cantidad de recuerdos le traía aquella casa de madera, en lo alto de un árbol estaba situado en la parte de atrás de su casa y se accedía a ella trepando por seis tablas clavadas en el tronco no era muy, muy grande pero tenía dos ventanas y todo y espacio más que suficiente para Tiffany y para ella.

 

Allí llevaban el chocolate y demás dulces que robaban de sus casas o los pequeños tesoros que se encontraban por la calle y que sus padres no les permitían tener porque decían que solo eran basura.

 

¡Basura! ¡Sus tesoros!

 

Allí se reunían para contarse los más oscuros secretos, para planear su siguiente travesura o simplemente para estar la una en la compañía de la otra.

 

Unas dos semanas después de haber inaugurado su nueva propiedad Tiffany la había llenado de comics viejos que había encontrado en el ático de su casa habían sido de su papá.

 

Habían sido, en pasado.

 

Podían pasarse horas allí arriba, hablando y leyendo los cómics espiando a Hyoyeon como a sus amigas mientras jugaban al escondite entre los árboles y chivándose del lugar donde la rubia se encontraba parapetada fastidiándoles el juego.

 

Buenos tiempos.

 

Habían pasado muchas cosas en aquella casa del árbol, muchas buenas y algunas no tan buenas.

 

La primera vez que Taeyeon recordaba haber tenido miedo de verdad había sido en aquella casa de madera.

 

Cortesía de Hyoyeon, ¿cómo no? Y Tiffany también estaba allí, ¿cómo no? En todos los grandes momentos de su vida Tiffany estaba allí a su lado y también había pasado miedo…Por dios, habían estado sin dormir casi tres noches seguidas después de aquello. Pero, ahora, dieciséis años después, lo recordaba y sonreía porque era una más de las experiencias que Tiffany y ella habían compartido y todas y cada una de ellas les habían llevado a terminar así, como lo habían hecho.

 

“NUEVE AÑOS”

 

¡Dos semanas enteras con Tiffany! ¡Dos semanas enteras con Tiffany!

 

Los Hwang la habían dejado al cuidado de los Kim mientras ellos visitaban algunas capitales europeas en unas merecidas vacaciones.

 

¡Y era verano! No tenían clases lo que significaba que podían pasarse el día entero jugando.

 

Las mejores vacaciones de la historia.

 

En aquellos momentos se encontraban gateando por el césped del jardín de su casa en busca de un trébol de cuatro hojas.

 

La señora Kim les había encomendado aquella tarea cuarenta y cinco minutos después de que ellas empezaran a preguntarle repetidamente que podían hacer aquella tarde.

 

Buscar un trébol de cuatro hojas era una misión extremadamente difícil ya habían avisado a la mujer de que, en caso de encontrarlo, se lo quedarían ellas.

 

A su madre no parecía haberle importando mucho le debía sobrar la suerte.

 

Casi una hora!

 

Llevaban casi una hora rebuscando entre el césped en busca de aquel amuleto mágico.

 

Tiffany había dado la voz de alarma como cinco veces y el corazón de Taeyeon se había acelerado notablemente solo para volver a su ritmo normal al darse cuenta de que su amiga parecía no saber contar hasta cuatro.

 

- ¡Taeyeon! ¡Lo he encontrado!- exclamó de nuevo la castaña hiper excitada.

 

Esta vez su corazón no se aceleró, había llegado a la conclusión "ver para creer" y se acercó al lugar donde Tiffany se encontraba a cuatro patas agachándose junto a ella.

 

- ¡Tiffany! Tiene tres hojas… ¡tres hojas! ¿No sabes contar?- se desilusionó de nuevo.

 

- ¡Lo siento! Llevamos tanto tiempo aquí que veo doble…-se defendió la castaña- Taeyeon… ¿y si le quitamos una hoja a uno y se la pegamos a otro? Sería un cuatrebol- le sugirió.

 

Taeyeon se tumbó todo lo larga que era en el suelo y miró las nubes.

 

- Eso sería trampa- le informó.

 

- ¿Y?- inquirió Tiffany a la vez que su cara sonriente aparecía en el campo de visión de Taeyeon.

 

- No daría suerte. Y no se llaman cuatreboles, se llaman tréboles de cuatro hojas- le corrigió- Además… ¿cómo lo pegaríamos?

 

- Mmm… ¿con pegamento?- probó suerte con su rostro aún sobre la cara de su amiga impidiéndole seguir observando las nubes.

 

- No tenemos pegamento- negó la rubia.

 

- ¿Con celo?- ofreció otra solución.

 

- No tenemos celo- le desilusionó de nuevo.

 

- ¿Con mocos?- sonrió.

 

- Ahhh… ¡eres una asquerosa Tiffany!- le empujó Taeyeon tirándola a un lado y la castaña no se ofendió, simplemente reía tumbada boca arriba en el suelo.

 

Sin quererlo ella comenzó a reírse también acomodándose junto a su amiga en el césped.

 

- ¿Seguro que tus padres nos van a dejar quedarnos despiertas esta noche?- le preguntó la castaña mirándole fugazmente.

 

- Seguro, Es una lluvia de estrellas y tenemos que pedir muchos deseos- respondió.

 

- ¿Qué vas a pedir tú?- se interesó la castaña.

 

- Que el verano sea muy largo, una bici nueva y que el curso que viene hayan cambiado a Jimin de clase- enumeró y Tiffany soltó una risita al escuchar su último deseo- ¿Y tú?

 

- Yo, que el verano sea muy largo, una bici nueva y que el curso que viene hayan cambiado a Jimin de clase- repitió la castaña.

 

- ¡Copiona! ¡Es trampa! ¡Esos son mis deseos!- le acusó su amiga mirándole indignada.

 

- Son mis deseos también- se defendió Tiffany- ¡Ah! Y también voy a pedir que tus padres te dejen venir con nosotros de camping- recordó.

 

- ¡Yo también voy a pedir eso!- decidió Taeyeon y Tiffany sonrió devolviendo su vista al cielo.

 

Taeyeon apuntó con la linterna a la cara de su mejor amiga y rió cuando la vió entornar los ojos protestando.

 

Los padres de Taeyeon les habían dejado observar la lluvia de estrellas desde su casa del árbol.

 

¡Que genial! Pero aquello no empezaba…llevaban más de hora y media allí arriba, esperando, y nada de nada.

 

La rubia se apartó de la ventana sentándose en el suelo, entretenida apagando y encendiendo la linterna mientras Tiffany continuaba oteando el cielo en busca de estrellas voladoras.

 

- ¿Y si no vemos ninguna?- interrogó la castaña minutos después abandonando su puesto de vigía y tomando asiento junto a Taeyeon, le quitó la linterna y la apuntó hacia su cara al igual que ella había hecho antes, la rubia rio tapándose los ojos con la mano- ¿Y si no vemos ninguna Taeyeon?- insistió- Adiós a nuestros deseos…- suspiró decepcionada.

 

- Tenemos que ver por lo menos una- determinó la rubia.

 

- A mí me está entrando un poco el sueño- tuvo que reconocer Tiffany apoyando su cabeza en el hombro de su amiga.

 

- No seas bebé…-le ordenó Taeyeon sacudiendo su brazo para molestarla.

 

Tiffany alzó de nuevo la cabeza ahogando un bostezo mientras se estiraba lo más que podía de pronto se quedó quieta, con los brazos en el aire y miró a Taeyeon.

 

- ¿Has oído eso?- inquirió en voz muy baja.

 

- Eh… ¿el qué?- frunció el ceño la rubia.

 

- Un ruido muy raro…- concretó Tiffany volviendo a acurrucarse contra su amiga en busca de protección.

 

Ninguna de las dos se esperaba lo que vino a continuación, si se lo hubiesen esperado tal vez no hubieran gritando tan alto.

 

- ¡BUUUUUUU!- fue el repentino saludo de Hyoyeon a la vez que asomaba la cabeza por la puerta de la cabaña se echó a reír al escuchar a las pequeñas gritar y ver sus caras de susto total y absoluto.

 

Era una maestra.

 

Entró en la cabaña aun riéndose de su hermana pequeña y su amiga, que en el fondo era como una segunda hermana pequeña para ella dejó que su secuaz, Nicole, se colara también en la construcción de madera y miró a las dos niñas con gesto divertido.

 

- Vas a ir a mamá y a papá- le avisó Taeyeon aún con el susto en el cuerpo.

 

- Acusica barrabás en el infierno te verás- canturreó Hyoyeon sacándole la lengua.

 

-¡No, en el infierno te verás tú!- le dijo Tiffany señalándole con el dedo, mirándole con gesto enfadado.

 

- ¡Ey tranquila niñita!- levantó las manos Hyoyeon riendo ante la reacción de Tiffany- No es culpa mía que seáis las dos tan cobardes.

 

- No somos cobardes…-se molestó Taeyeon.

 

- No somos cobardes- repitió Tiffany con convicción.

 

Hyoyeon y Nicole se miraron al oírlas y se rieron dando a entender que discrepaban en ese aspecto, las niñas también se miraron indignadas, ni les caía bien Hyoyeon, ni les caía bien la estúpida de su amiga Nicole.

 

Eran las dos igual de tontas, ¡Y subían a "su" cabaña a insultarlas!

 

- Demostrarlo- les retó Hyoyeon. Las dos amigas le miraron sin comprender que se esperaba que hicieran a continuación.

 

- Tenéis que ir hasta el roble que tiene forma de mano, coger lo que nos hemos dejado allí y volver- les propuso Nicole- Si lo hacéis dejaremos de llamaros cobardes- ofreció un trato.

 

- Papá y mamá no nos dejan salir al bosque de noche- le recordó Taeyeon a su hermana.

 

- Papá y mamá no van a enterarse. Están en el porche con los tíos esperando a la lluvia de estrellas- le informó Hyoyeon. Luego les miró a ambas con una media sonrisa- ¿Acaso tenéis miedo?- se burló y Nicole soltó una risita.

 

- No tenemos miedo- decidió Taeyeon incorporándose dispuesta a aceptar el desafío.

 

Tiffany le miró algo dubitativa, ella un poco de miedo si que tenía además el roble con forma de mano estaba muy lejos de allí.

 

- Muy bien- sonrió Hyoyeon complacida al ver como su hermana pequeña se levantaba arrastrando a Tiffany con ella- Pero tenéis que tener mucho cuidado con el señor Enderson- les advirtió y las dos la miraron al escuchar aquel nombre desconocido.

 

- ¿Quién es el señor Enderson?- frunció el ceño Tiffany apretando un poco más la mano de Taeyeon.

 

Hyoyeon y Nicole intercambiaron una mirada cómplice aquello iba a ser muy, muy divertido.

 

- El señor Enderson vivía en la casa abandonada que hay junto al cementerio- comenzó a explicar la rubia- Tenía dos niñas pequeñas que vivían con él en la casa, trabajaba vigilando el cementerio por las noches y cavando tumbas…- suprimió una risita manteniendo el gesto serio cuando vio la mirada que intercambiaron su hermana y Tiffany. ¡Y eso que no había llegado a la parte buena aún!- …una noche llamó a la policía y dijo que tras hacer la ronda del cementerio había vuelto a su casa y se había encontrado con que sus hijas habían desaparecido…les buscaron durante días y días les buscaron por todas partes…

 

- ¿Y dónde estaban?- preguntó Tiffany con un hilo de voz.

 

- Las encontraron casi seis meses después…enterradas en el jardín de la casa del señor Enderson. Pero ya solo eran huesos- narró la rubia y el gesto de la cara de Taeyeon y Tiffany en ese momento no tenía precio. ¡Lástima que no tuviera una cámara de fotos!- Se había vuelto loco y las había matado a las dos con un hacha…la policía se llevó los huesos y el señor Enderson no dejaba de gritar que eran suyos "¡Mis huesos!", "¡Mis huesos!", "¡Devolvedme mis huesos!"- gritó de pronto imitando al supuesto señor Enderson y Tiffany Taeyeon dieron un respingo y tragaron saliva con dificultad- Se lo llevaron a un hospital para locos pero se escapó dos semanas después…y desde entonces vaga por ahí de noche, con un saco y un hacha busca niñas como sus hijas, las mata y guarda sus huesos en su saco y sigue buscando más…

 

- ¡Es mentira!- negó Taeyeon con la cabeza.

 

- Si, es mentira Hyoyeon…te lo has inventado- apoyó Tiffany a su amiga demasiado asustada por la posibilidad de que todo aquello fuera cierto.

 

Hyoyeon y Nicole se miraron encogiéndose de hombros, dando a entender que no les importaba lo más mínimo si les creían o no.

 

- ¿Seguís dispuestas a ir al roble con forma de mano?- quiso saber la amiga de la rubia.

 

Tiffany les miró a los dos dispuesta a decir que no, que era una cobarde, que no quería que sus huesos acabaran en el saco del señor Enderson y que le daba igual si seguían llamándola cobardica para el resto de su vida iba a decirlo pero Taeyeon se le adelantó.

 

- Claro que sí. Te lo has inventado todo- determinó la rubia tirando decididamente de la mano de su mejor amiga- Si te traemos lo que os habéis dejado allí nunca más os burlaréis de nosotras…- buscó un trato.

 

- Lo prometemos- se comprometieron las chicas inmensamente felices por cómo estaban saliendo las cosas.

 

En su interior Tiffany estaba gritándose a si misma que aquello era una muy, muy mala idea y que deberían quedarse allí en la cabaña esperando a ver las estrellas fugaces, pero Taeyeon ya avanzaba hacia el bosque con la luz de la linterna dando botes unos metros por delante y no podía permitir que se marchara sola.

 

Los huesos de Taeyeon eran demasiado importantes para ella, de modo que trotó hasta ponerse a su altura y se agarró del brazo de su amiga Buff aquello estaba muy oscuro ninguna de las dos había estado en aquel bosque de noche de día sí, miles de veces, jugando a pillar y al escondite. Nunca de noche.

 

Daba miedo de noche. Daba mucho miedo.

 

Mientras avanzaban solo podían escuchar el ruido de sus pisadas, sus respiraciones y a los grillos. Debían de ser un montón de grillos porque se les oía muy, muy alto. ¿Cuántos habría? Millones, tenía que haber millones y todos escondidos escondidos porque el bosque de noche da miedo.

 

Tiffany tenía su mirada fija en el único punto de luz que había frente a ella el haz de la linterna que sostenía Taeyeon, su pequeño corazoncito nunca había latido tan deprisa como lo hacía en aquellos momentos ni siquiera aquel día junto a su casa cuando se encontraron a Prince.

 

Entonces era de día le gustaba que fuera de día.

 

- No tengas miedo Fanny…- le susurró Taeyeon- Ya casi hemos llegado- le animó y, a pesar de sus palabras, la castaña pudo notar que su amiga estaba tan asustada como ella misma.

 

¡Gran consuelo!

 

¡Por fin! Allí estaba el viejo roble con forma de mano, la luz de la linterna lo estaba iluminando, en aquellos momentos había algo a los pies del árbol, Supuestamente era lo que debían llevar de vuelta para demostrarles a Hyoyeon y Nicole que realmente habían llegado hasta allí.

 

Se acercaron un poco más y la sangre de ambas se les heló en las venas al reconocer los objetos que descansaban a los pies del roble.

 

Un saco viejo y un hacha.

 

- ¡Es el saco del señor Enderson!- gritó Tiffany y si Taeyeon no hubiese estado tan asustada en aquellos momentos y si las dos no hubiesen estado rodeadas por tan solo oscuridad y si hubiese podido pensar con un poco de claridad se hubiese dado cuenta de que aquel era el viejo saco donde sus padres guardaban patatas y hubiese reconocido la marca en el mango del hacha del señor Kim.

 

En vez de eso su instinto de supervivencia se puso en marcha y tras soltar un grito que fue acompañado por otro salido de la garganta de Tiffany se dio media vuelta y corrió.

 

- ¡Corre Tiffany! ¡Corre!- le ordenó a su amiga mientras ella ya lo hacía con todas sus fuerzas casi podía escuchar la voz del señor Enderson tras ellas "¡Devolvedme mis huesos!"…

 

Mientras corría con la luz de la linterna saltando incontrolable de un lado a otro, iluminando ramas, matorrales y raíces, inconscientemente se centraba en la rápida respiración de Tiffany a su espalda, asegurándose de que le seguía en aquella carrera por salvar sus pequeños huesos y de repente ya no la escuchó y a pesar del miedo que tenía, a pesar de que cada microscópica parte de su ser le instaba a seguir huyendo, se paró en seco volviéndose hacia la oscuridad y hacia el señor Enderson y cuando vio a su amiga en el suelo casi llorando no lo dudó un segundo antes de correr hacia ella.

 

- ¡Tiffany vamos!- le pidió tomándola de la mano y ayudándole a levantarse- ¡Vamos corre!- exigió retomando la carrera hacia su casa, esta vez con la mano de Tiffany fuertemente sujeta en la suya.

 

Llegaron faltas de aliento y ni siquiera pensaron en volver a subir a la casa del árbol fueron directas al interior de la casa de Taeyeon y subieron las escaleras de dos en dos no pararon de correr hasta que no estuvieron a salvo en la habitación.

 

La rubia cerró la puerta y arrastró una silla para bloquearla por si acaso el señor Enderson tenía la sangre fría de seguirlas hasta allí.

 

Una vez asegurada la entrada se volvió hacia Tiffany que se sorbía la nariz sentada en la cama su pecho subiendo y bajando muy, muy rápido por el miedo y la carrera. Taeyeon se acercó a ella con su corazón latiendo a mil por hora.

 

¡Buff se habían librado por los pelos!

 

- Tiffany…no llores- le pidió rodeando sus hombros con un brazo.

 

- Me he caído y pensaba que me iba a coger…- sollozó la pequeña mirándose las manos que descansaban sobre su regazo.

 

- No. Yo no hubiera dejado que te cogiera Fanny- le calmó Taeyeon y la castaña le miró con ojos llorosos.

 

- Gracias por volver a por mí- musitó mirándose las manos de nuevo y calmándose poco a poco.

 

- De nada- le respondió la rubia mientras notaba como los latidos de su propio corazón volvían a la normalidad.

 

Las dos estaban sanas y salvas se quedó un poco más al lado de Taeyeon, mientras ambas se recuperaban del susto y mientras Tiffany trataba de controlar el hipo siempre le daba el hipo cuando lloraba.

 

Minutos después se asomó a la ventana de su cuarto y miró el bosque que se perdía en la oscuridad de la noche y pensó en el señor Enderson con su saco y con su hacha caminando entre los árboles y esperando encontrarse con unas niñas a las que quitar los huesos y se prometió a si misma que los huesos que llevaba en aquel saco nunca jamás serían los suyos y sobre todo que nunca jamás serían los de Tiffany.

 

Y de pronto la vio. ¡Una estrella fugaz! ¡Y otra! Wow…

 

- ¡Tiffany! ¡Mira, están lloviendo estrellas!- le avisó.

 

Pronto ambas estaban junto a la ventana observando las estrellas viajar por el cielo iban muy rápido, por lo menos debían ir a cien kilómetros por hora. ¡Por lo menos! Las dos desearon lo mismo pero no que el verano fuese más largo, ni una bici nueva, ni siquiera que Jimin fuera transferida de clase el año próximo ni que Taeyeon pudiera ir de camping con los Hwang.

 

Cada una pidió a las estrellas que el señor Enderson no la cogiese nunca y, sobre todo, que no cogiese nunca a su mejor amiga.

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Comments

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Dianasnsd
#1
Chapter 22: Hace tiempo que buscaba la historia y no la encontraba, ya estaba pensando en adaptarla pero me alegro que lo hayas hecho tú, me encanta esta historia, gracias por adaptarla 🥰
jenrsun
#2
Chapter 1: Es una de mis favoritas historias..
gaby_tomala
#3
Chapter 1: <3 me encanta!!