Nunca planearon que se enteraran así no era lo que habían tenido en mente ellas más bien habían pensado en reunirles a todos, a los cuatro padres y a Hyoyeon, y explicarles de la mejor manera posible lo que había sucedido entre ambas. Se habían enamorado, no era nada malo, era bueno, era muy bueno y explicaría su interés cero en los chicos y en las citas, aún no sabían cuándo, pero sabían cómo cada palabra, quien diría cada frase, todo estaba perfectamente calculado, pero las cosas no siempre salen como uno quiere, calcula o planea. Sucedió sin más, sin que ninguno de los que estaban sentados a aquella mesa se lo esperase y fue…bueno, no fue muy bien.

Llevaban dos años saliendo a escondidas, a espaldas de sus amigos, a espaldas de sus familias, a espaldas de todos, nadie lo sabía a excepción de ellas dos y, aunque al principio había sido divertido y excitante, aquel secretismo había comenzado a volverse pesado e inadecuado muy inadecuado porque no tenían por qué mantener algo así oculto, como si les avergonzara estar juntas así que en las últimas semanas cada vez habían hablado con más frecuencia de la posibilidad de contárselo ya y una cosa estaba clara, daba miedo porque…

¿Cómo reaccionarían sus padres? ¿Qué dirían? ¿Qué pensarían?

Los Kim querían a Tiffany como si fuera una hija y los Hwang sentían lo mismo por Taeyeon, las conocían desde que tenían cinco años y se habían pasado la mitad del tiempo la una en la casa de la otra, viendo la tele, cuchicheando en su habitación, enamorándose. No sabían cómo saldría aquello de hacerlo público pero iba a ser grande y de repente, salió así, sin más, antes de que nadie pudiera hacer nada por evitarlo estaba dicho. Estaba dicho y ya no había marcha atrás.

“DIESCISEIS AÑOS”

Estaba disgustada, Tiffany estaba muy, muy disgustada, la rubia le dedicó una nueva mirada apartando para ello los ojos del televisor y suspiró no quería que Tiffany se sintiera así, apagó la tele con el mando antes de volverse hacia su novia en el sofá, no había nadie en casa de los Hwang, ya debían estar en la residencia Kim preparando la cena, porque iban a cenar todos juntos aquella noche, lo hacían de vez en cuando Tiffany y ella habían decidido ganar algo de tiempo a solas y se habían inventado un trabajo de biología inexistente, tenían que estar en casa de la rubia a las ocho en punto pero hasta entonces la tarde era solo suya, una tarde entera para ellas solas en una casa vacía y no habían hecho otra cosa que estar allí sentadas, Tiffany con aquella cara de funeral y ella tratando de encontrar algo que decir que la hiciera sentir mejor.

- Tiffany…-comenzó a hablar.

- ¡Dile que no! No entiendo porque no puedes decirle que no- le cortó la castaña.

- No puedo decirle que no porque no tengo una razón para decirle que no- volvió a explicar pacientemente Taeyeon.

- ¿No tienes una razón? ¿Y que soy yo entonces?- quiso saber.

- Mi mejor amiga ¿recuerdas? Para ellos eres mi mejor amiga y no puedo decirles que no quiero salir con un chico porque mi mejor amiga está celosa, eres tú la que no para de decir que aún no estás lista para contárselo!- le recordó.

- ¡Puedes decirles que no te apetece salir con él! Que no te gusta, lo que sea, pero no salgas con él- contestó Tiffany.

- ¿Cómo voy a decirles que no me gusta si ni siquiera le conozco Fanny?- suspiró cansada de tener la misma conversación una y otra vez.

Desde que se lo había dicho Tiffany se había vuelto loca. ¡Loca! No podía culparla, a ella tampoco le haría ni pizca de gracia que emparejara a su chica con un saco de testosterona andante, pero era lo que había.

- Bien…vale, sal con él, no me importa. ¡Sal con él y cásate con él y ten hijos con él! ¡No podría darme más igual!- acabó exclamando mientras abandonaba el sofá y desaparecía por la puerta que daba acceso a la cocina.

Lo que ella pensaba. Loca. Completamente loca a pesar de que no le apetecía nada, pero nada de nada, confrontar a esa versión de Tiffany, era su novia y se obligó a seguirla, la encontró sacando un zumo del frigorífico Taeyeon sabía que ni siquiera tenía sed pero siempre hacía lo mismo cuando estaba molesta, dolida, increíblemente estresada o todo junto, saqueaba la nevera a veces era zumo, a veces era helado y a veces era zumo mezclado con helado Ahhh.

Esta vez solo era zumo, zumo de melocotón su preferido.

- Sabes que no quiero casarme con él y tener hijos ¿verdad?- indicó apoyándose en la encimera.

- Me da igual lo que quieras o no quieras- masculló vertiendo el líquido en un vaso y derramando una cantidad considerable.

- Claro que no- sonrió la rubia- Claro que no te da igual Tiffany. ¿No crees que estás siendo un poco irracional?- inquirió tratando de acercarse a ella pero la mirada que recibió le disuadió de forma inmediata.

- ¿Es irracional que me moleste que mañana vayas a salir con ese…con ese…?- buscó algo increíblemente despectivo que decir-… chico- decidió al final.

- Pues déjame tener una razón para decir que no, vamos a contárselo Tiffany…podemos contárselo esta noche y mañana no tendré que salir con nadie- le sugirió con voz suave.

Sabía que Tiffany estaba asustada, ella también, pero no podían seguir así por mucho más tiempo. Además, siempre iban a estar así de asustadas de modo que lo mejor sería arrancar la tirita de un tirón y afrontar lo que hubiese que afrontar al menos eso pensaba ella.

- No- negó la castaña con la cabeza varias veces.

- No- suspiró Taeyeon cruzándose de brazos siempre era lo mismo.

- No estoy preparada- añadió la otra chica.

- ¿Y cuándo piensas que vas a estarlo? Porque llevamos así dos años- le recordó la rubia- Tiffany…no va a cambiar nada entre nosotras ¿lo sabes?- trató de darle confianza.

- No, no lo sé y tú tampoco lo sabes…- le contestó la castaña- No sabes cómo van a reaccionar o lo que van a hacer…

- ¿Y que si se enfadan?- inquirió frustrada- ¿Qué pasa si se enfadan Tiffany? ¿Tan terrible sería eso? Se han enfadado muchas veces antes.

- Taeyeon, no vamos a contárselo- se plantó la castaña y su tono no dejaba lugar a ningún tipo de discusión.

- Bien. No vamos a contárselo, entonces acepta que mañana saldré con ese tal Baektun- señaló saliendo de la cocina.

- ¡Se llama Baekhyun!- exclamó Tiffany- Haz lo que quieras…-masculló.

- Lo que sea, podrás ser mi dama de honor- añadió Taeyeon desde el sofá.

Tiffany no contestó nada se bebió el zumo casi de un solo trago y tardó más de un cuarto de hora en abandonar la cocina.

A las ocho en punto las dos chicas llegaron a la casa de Taeyeon se despojaron de sus abrigos antes de caminar en silencio hacia la cocina donde escucharon las voces de sus padres, no habían vuelto a intercambiar una sola palabra entre ellas desde aquella discusión a media tarde y era bonito encontrar al fin otros seres humanos que emitieran sonidos coherentes para comunicarse entre ellos, la cena casi estaba lista y a las dos chicas se les encomendó la misión de poner la mesa, a las dos chicas y a Hyoyeon que se encontraba desparramada en el sofá con sus ojos fijos en un programa basura de la televisión por cable la hija mayor de los Kim soltó un gruñido molesto, como si aquello que veía fuera tan importante…

Unos veinte minutos después la mesa estaba puesta, los comensales sentados en sus correspondientes sillas, sus manos unidas mientras los Kim dedicaba una pequeña oración en voz alta, Taeyeon miró a Tiffany pero la castaña mantenía los ojos cerrados, ni siquiera pudo llamar su atención con un ligero toque en el brazo, como siempre hacía, porque aquella vez su novia había decidido sentarse lo más lejos posible si a alguien le había extrañado esta nueva distribución en la mesa, no dijo nada y comenzaron a cenar sin más.

- Dentro de nada podré irme de vacaciones cuando quiera porque Hyoyeon podrá hacerse cargo de todo- decía el señor Kim con orgullo revolviendo el pelo de su primogénita.

Ese había sido su sueño, que Hyoyeon y Taeyeon pudieran hacerse cargo del taller mecánico que él había levantado con sus propias manos y había tenido suerte porque a Hyoyeon le encantaban los coches y hacía unos cuantos meses que había empezado a trabajar con él, a Taeyeon no le atraía especialmente el ensuciarse las manos revolviendo el interior de los vehículos pero desde pequeña, le había gustado ir con su papá al taller y ya se había hecho a la idea de que probablemente terminaría encargándose de la parte administrativa de la empresa Hyoyeon para eso era un cero a la izquierda, muy, muy a la izquierda.

- Taeyeon, Tiffany…estáis muy calladas- observó de pronto la señora Hwang- ¿Va todo bien?- se interesó.

- Si, bien- contestó vagamente la castaña revolviendo su comida con el tenedor Taeyeon le miró, si su novia quería que la gente no sospechara que mentía, estaba haciendo un muy mal trabajo.

- ¿Tenéis problemas con el proyecto de biología?- intervino su padre.

- Si… ¿qué pasa? ¿Tenéis que abrir una rana y les da asco tocarla?- se burló Hyoyeon de ambas vivía para eso, para burlarse de ellas hasta la muerte.

- ¿Por qué iba a darme asco tocar una rana? Te toco a ti ¿no?- insinuó Taeyeon mirándole y Hyoyeon le sacó la lengua como la chica madura de dieciocho años que era- Todo va bien- aseguró después la rubia centrándose de nuevo en su cena.

- Mejor que sea así porque Taeyeon, he hablado con mi compañera de trabajo y su sobrino está deseando conocerte- indicó su madre y continuó hablando de aquel muchacho con la madre de Tiffany, Que si era muy educado, que si era un estudiante modelo…y entonces la señora Hwang preguntó si tenía un hermano para Tiffany…Ugh.

Taeyeon desvió su vista a la castaña y, como sospechaba, tenía su mandíbula tensa nada más oír hablar de su cita del día siguiente y se ponía en modo "loca", y en cierta forma le gustaba que pareciera estar celosa por una estúpida salida al cine con un desconocido al que, con toda seguridad, no iba a volver a ver jamás de los jamases, ella también hubiera estado muy celosa, esa era la verdad.

- Taeyeon, pasará a recogerte a las siete y media- habló de nuevo con su hija- Es muy guapo, seguro que va a encantarte porque…

- No.

Uhhh. Tiffany. Tiffany había dicho ese "no" tan rotundo tras dejar caer el tenedor en su plato y la mesa se había quedado en completo y absoluto silencio.

Taeyeon nunca había escuchado un silencio más intenso en los días de su vida…si es que el silencio se puede escuchar…daba lo mismo, el caso era que podría haberse oído el vuelo de una mosca de haber habido moscas en la casa, pero en la residencia Kim no había cabida para insectos voladores de modo que solo quedaba el silencio el silencio y las miradas de todos clavadas en Tiffany que estudiaba su plato como si en él se encontraran las respuestas a las grandes preguntas de la humanidad.

- Tiffany cariño…- habló su madre.

- No va a encantarle y no va a salir con él- dijo la castaña con voz firme.

Taeyeon decidió entonces dejar de introducir líquidos o sólidos en su garganta, si, sería lo mejor y deseó que el resto de la mesa hiciera lo mismo para evitar atragantamientos innecesarios, de momento todos volvían a estar en silencio y se miraban unos a otros sin saber que sacar en claro de las palabras de Tiffany, era una situación rara, muy rara.

- Taeyeon… ¿no quieres salir con él?- se decidió a preguntar su padre y la rubia abrió la boca para contestar pero antes de que pudiera hacerlo Tiffany atacó de nuevo. Wow…la castaña estaba imparable aquella noche.

- No, no quiere salir con él- habló por su novia- No puede salir con él.

Las madres se miraban entre ellas mientras los padres a su vez hacían lo mismo, a Hyoyeon no le miraba nadie, al final todos acabaron posando su vista en Tiffany. ¿Qué demonios estaba pasando allí?

- ¡Qué tontería! ¿Por qué no iba a poder Taeyeon salir con Baekhyun?- inquirió la señora Kim- El chico está encantado con la idea y es un buen muchacho.

- A mí me parece una idea estupenda que Taeyeon salga con él si es tan buen muchacho- dio su opinión la otra mujer encogiéndose de hombros- Cariño… ¿no te parece buena idea que Taeyeon salga con él si es tan buen muchacho?- consultó a su marido, antes de que el hombre pudiera responder el señor Kim alegaba que a lo mejor a Taeyeon no le apetecía salir con aquel chico y su esposa exclamaba que como no iba a querer salir con él si era tan buen muchacho y la madre de Tiffany decía que si Taeyeon no quería salir con él entonces podría hacerlo con su hija y el señor Hwang señalaba que a lo mejor a Tiffany tampoco le apetecía salir con él y al final todo se resumía en porque nadie iba a querer salir con él si era tan buen muchacho. ¿Por qué razón Taeyeon no iba a querer salir con él si era tan buen muchacho? ¿Qué problema había con que Taeyeon saliera con él si era tan buen muchacho? ¡¿Por qué no podía Taeyeon salir con él si era tan buen muchacho?

- ¡Por que le quiero!- exclamó por fin Tiffany con unos decibelios increíbles para alguien de su tamaño.

Y si el silencio de antes había parecido intenso, habría que inventar otra palabra para describir el que siguió a aquella confesión. Oh, Cristo, Bendito de nuevo comenzó el intercambio de miradas entre los adultos de nuevo nadie miró a Hyoyeon de nuevo todas las miradas se centraban en Tiffany.

- ¿Quieres a Baekhyun, cariño? Si ni siquiera le conoces…-habló su madre con voz suave al ver lo afectada que parecía estar su única hija.

Al principio no contestó, la castaña miró a Taeyeon sin decir una palabra y se encontró con los ojos ónice de su novia clavada en ella. Respiró hondo una sola vez.

- No... A Taeyeon, Quiero a Taeyeon- dijo con voz clara y perfectamente audible por todos los allí reunidos.

Varios tenedores cayeron sobre los platos, Hyoyeon se atragantó con el trozo de pollo que acababa de tragar y a nadie le importó, seis pares de ojos clavados en Tiffany, Tiffany solo le devolvía la mirada a Taeyeon y nadie hablaba. Nadie hablaba. ¡Alguien tenía que decir algo ya!

- Joder…-aportó Hyoyeon una vez que hubo burlado a la muerte consiguiendo expulsar el trozo de pollo, no era una observación muy inteligente, pero era Hyoyeon, nadie esperaba que lo fuera, y sirvió para que, una vez roto aquel Maldito silencio, todos se pusieran a hablar al mismo tiempo.

- ¿Quieres a Taeyeon? ¿Cómo que quieres a Taeyeon?- exclamaba mirando a su hija con la palabra "Confusión" escrita en su frente.

- ¡No puedes querer a Taeyeon es tu mejor amiga por el amor de dios!- gritaba la madre de Taeyeon por su parte- ¡di algo!- exigió a su marido pero luego no le dio tiempo a decir nada porque siguió graznando.

Y mientras decía que como demonios iba a querer a Taeyeon, la otra madre indicaba que solo debía estar asustada por la posibilidad de ser desplazada en la vida de su mejor amiga, su esposo señalaba que todos tenían que calmarse un poco y dejar que Tiffany se explicara a lo que la señora Kim contestaba que como iba a explicar que quería a Taeyeon ¡era su mejor amiga por el amor de Dios! El señor Kim le daba la razón a su compañero y la madre de Tiffany se la quitaba a ambos mientras la otra mujer seguía preguntándose porque nadie quería salir con Baekhyun si era tan buen muchacho.

- Yo también le quiero a ella-intervino de pronto la rubia incapaz de permanecer más tiempo en silencio.

Esta vez no se cayeron tenedores al plato porque nadie había vuelto a cogerlos, Hyoyeon no se atragantó con el pollo porque no había osado intentar retomar su cena, pero todos los ojos se volvieron hacia Taeyeon. A esa confesión no siguió el tradicional silencio tras esa confesión el comedor de los Kim se convirtió en una cacofonía de voces que preguntaban, exclamaban, gritaban y se tapaban las unas a las otras y solo algunas frases, las más afortunadas, podían escucharse por encima del ruido ambiente. "¡No puedes quererle, es tu mejor amiga, por el amor de dios!", "Tiffany cariño, ¿qué habéis estado fumando?", "¿Pero entonces sois lesbianas?, joder…", "cariño, llama a la tía de Baekhyun y dile que se anula la cita"…

Nadie se fijó en Tiffany que abandono la mesa, nadie a excepción de TaeYeon quien la siguió sin llamar la atención del resto, dejando aquella fiesta de confusión, shock y negación a sus espaldas la perdió de vista pero no importaba, sabía exactamente dónde encontrarla.

Taeyeon asomó la cabeza a la puerta de la casa del árbol y sonrió al ver a Tiffany sentada frente a ella, con su espalda contra la pared terminó de colarse dentro y se acercó a su novia, no parecía estar muy contenta y fijaba su vista en el suelo.

- Ey Fanny…-le saludó dándole una patadita a su zapatilla para llamar su atención.

- ¿Qué ha pasado ahí dentro?- inquirió la castaña sin levantar sus ojos y sintiendo como Taeyeon tomaba asiento a su lado.

- Bueno…se lo has dicho- indicó su novia.

- No quiero que salgas con Baekhyun- dijo Tiffany y Taeyeon soltó una risita.

- No creo que eso vaya a ser un problema…-opinó dejando que su chica buscara refugio en su pecho rodeó sus hombros con el brazo estrechándole contra ella- Podías haberme avisado de que ibas a soltarlo así ¿sabes?- le regañó en broma y Tiffany sonrió solo un poco.

- No tenía planeado soltarlo así…- admitió y Taeyeon besó su pelo- Taeyeon…- le llamó.

- ¿Si?- respondió la rubia acariciando su brazo suavemente.

- ¿Crees que mi madre sabe que fumamos hierba la semana pasada?- preguntó- Ventilamos el garaje muy bien -recordó. Taeyeon rio al oírle.

- No creo que lo sepa además en estos momentos creo que es otro asunto el que ocupa su total atención- suspiró.

- Se han vuelto locos…-señaló Tiffany.

- Solo un poco…al menos no han dicho nada de mandarte de vuelta - le vio el lado positivo.

-Aún- matizó la castaña.

- No Tiffany…no van a hacer nada así, solo necesitan tiempo para hacerse a la idea ¿vale?- le tranquilizó Taeyeon- No quiero que te manden de vuelta allí y vuelvas a coger ese acento tan raro- se burló de ella.

- Cállate, te gusta mi acento- sonrió un poco Tiffany alzando la cabeza para mirarla Taeyeon aprovechó el momento para besarla suavemente le encantaba su acento, único y maravilloso.

- Te quiero Fanny- le dijo- Todo va a ir bien- añadió acariciando su barbilla con un dedo.

- Sino podemos escaparnos- ofreció una alternativa la castaña- Podríamos unirnos al circo, sé que es tu sueño, tu serías maga- señaló.

- Y tu payasa- completó la rubia.

- No, yo sería equilibrista- rebatió.

- ¿Tu puedes ser equilibrista y yo no?- frunció el ceño Taeyeon fingiendo estar molesta.

Tiffany asintió con esa sonrisa que desmontaba a su novia por todos los lados y las dos continuaron bromeando, ajenas a la revolución que seguía teniendo lugar en el interior de la casa.