Siempre había estado ahí para ella, siempre. Cuando se conocieron Tiffany le había dicho que las mejores amigas jugaban juntas, se sentaban juntas en clase y se contaban secretos.

 

Era el concepto del término "amistad" para los niños de cinco años, poco a poco Taeyeon había ido dándose cuenta de que la amistad no solo era eso. La amistad era mucho más, al menos la suya con Tiffany lo era incluso cuando una de las dos no quería jugar porque estaba enfadada o triste la otra se quedaba a su lado, tratando de hacerla reír inventándose historias tontas y casi siempre lo conseguían.

 

Le debía eso a Tiffany, bueno, le debía tantas cosas a Tiffany que no podría enumerarlas todas. Habían descubierto juntas lo que era la amistad y entre las dos habían construido la mejor amistad del mundo era una de esas que sabes que va a durar para siempre, de esas que hacen que nunca jamás te sientas solo porque sabes que ella está ahí.

 

Eso le había dado Tiffany, Tiffany estaba ahí todo el tiempo. Con ella.

 

Como aquella vez que la clase había planeado una excursión al parque de atracciones y todos los niños estaban extremadamente emocionados y Tiffany no había dejado de hablar de las ganas que tenía de montarse en todas y cada una de las atracciones llevaba una semana enumerándolas.

 

Y de repente a Taeyeon le habían castigado sin ir a la excursión por un desafortunado incidente que incluía una pelea con Hyoyeon durante el día, y unas tijeras y el pelo de rata de su hermana durante la noche. ¡¿Qué?! ¡Había quedado muy guapa! Total…que sus padres le habían dejado sin excursión se quedaría en casa ese día.

 

Tiffany se lo había tomado incluso peor que ella misma y se había negado en rotundo a ir si Taeyeon no le acompañaba.

 

Naturalmente habían insistido diciéndole que habría muchos más niños y que iba a pasárselo igual de bien. ¿En qué planeta vivían? Tiffany no lo sabía con exactitud pero desde luego en uno muuuuuyyyy alejado de la realidad.

 

No iba a pasárselo bien sin Taeyeon pero sus padres iban a obligarla a ir.

 

Así que había provocado su propio "incidente".

 

El "incidente" de Tiffany había tenido que ver con el jarrón favorito de su madre y la guitarra favorita de su padre. Resultado: Castigada.

 

Ninguna de las dos iría a la excursión y las cosas habían salido rodadas porque Taeyeon iba a quedarse en casa de sus abuelos aquel día, ya que sus padres debían trabajar, pero a última hora había surgido un imprevisto con sus potenciales canguros y la pequeña Taeyeon había sido acogida en casa de Tiffany.

 

El mejor castigo de todos los tiempos.

 

Mejores amigas para lo bueno y mejores amigas para lo malo.

 

 

 

“OCHO AÑOS”

 

Tiffany avanzaba de la mano de su papá hacia la casa de su mejor amiga todo el mundo estaba muy serio y se habían vestido como si fuera domingo y no era domingo, era viernes ella estaba muy preocupada, mucho Taeyeon no había ido a clase.

 

Le había preguntado a su mamá donde estaba su mejor amiga nada más salir por la puerta del colegio y esta le había explicado que se había quedado en casa aquella mañana porque estaba muy triste porque su abuelito se había muerto.

 

El abuelito de Taeyeon se había muerto.

 

Ella no entendía muy bien que significaba aquello, sabía que cuando la gente se moría se marchaba al cielo pero tampoco entendía cómo podía ser eso.

 

El cielo estaba muy alto.

 

No creía que hicieran escaleras así de altas o a lo mejor si a lo mejor tenían escaleras especiales lo que si entendía era que cuando alguien se moría la gente se quedaba muy triste porque cuando alguien se moría ya no le veías más ni podías hablar con él ni nada de nada.

 

Sus papás se lo habían explicado un poco cuando se murió su perro Prince un coche lo había pillado mientras su papá le daba un paseo y Tiffany ya no lo había podido ver más y había llorado mucho y había estado muy triste.

 

Y Taeyeon estaría mucho más triste porque al que no iba a ver más era a su abuelito.

 

Siguió a sus padres hasta la puerta de la casa de su mejor amiga y su papá le acarició el pelo cuando ella se aferró a su pierna.

 

No sabía si iba a saber que decirle a Taeyeon para que no estuviera tan triste, fue la madre de Taeyeon quien abrió la puerta y también tenía cara muy seria y estaba vestida de domingo, como sus papás.

 

Observó en silencio como su madre abrazaba a la mamá de Taeyeon y luego como lo hacía su papá Pasaron al interior de la casa y la pequeña castaña escaneó rápidamente la estancia en busca de su mejor amiga pero no la encontró. Solo había alguna gente extraña para ella y el señor Kim que saludaba a sus padres en aquellos momentos con el mismo gesto que el resto en su cara.

 

Había oído algo de que los mayores iban a ir a un funeral y no sabía lo que era un funeral pero ella no quería ir porque todo el mundo estaba muy triste así que seguro que no fuera nada divertido.

 

Sus papás iban a ir también y le habían preguntado si quería quedarse en casa de los Kim con Taeyeon. Por lo visto su amiga era muy pequeña aún para ir a eso de los funerales e iba a quedarse al cuidado de una vecina. Y, por supuesto había aceptado a quedarse con su mejor amiga.

 

Estaba triste y no podía dejarle estar triste sola. No sería de mejor amiga.

 

La señora Kim se acercó a ella y se agachó a su lado.

 

- Hola Tiffany cariño- le saludó forzando una sonrisa.

 

- Hola- musitó la pequeña castaña mirándole.

 

- Taeyeon está en su habitación, seguro que está deseando verte- le indicó la mujer- ¿Quieres que subamos?- le preguntó acariciando su pelo y Tiffany se limitó a asentir con la cabeza y a darle la mano cuando la mujer se la tendió.

 

La siguió escaleras arriba hasta la habitación de su mejor amiga la puerta estaba cerrada y Tiffany pudo ver el cartel que habían hecho juntas Taeyeon y ella.

 

Era de colores y ponía Kim Taeyeon en la puerta de su habitación ella tenía uno igual pero que ponía Tiffany Hwang.

 

Respiró hondo cuando empujó la puerta y avanzó unos pasos aún tomada de la mano de la mujer.

 

Vio a Taeyeon sentada en la cama abrazada a su peluche preferido.

 

- Taeyeon cielo…mira quien ha venido a verte- le dijo a su hija menor la pequeña había estado muy callada desde que le habían dado la noticia la noche anterior, por eso les había pedido a los Hwang que llevaran a Tiffany esperaba que la presencia de la castaña allí la animara un poco.

 

Taeyeon levantó la vista intrigada por quien podía haber ido a verla durante todo el día había estado pasando por casa gente extraña, pero nadie iba a verle a ella iban a ver a sus papás y a su abuela, pero no a ella.

 

Vio a Tiffany de la mano de su madre y la castaña le saludó con la mano que tenía libre.

 

- Hola Taeyeon- dijo en voz alta.

 

- Hola Tiffany- contestó ella.

 

Su madre sonrió un poco mirando a una y a otra antes de soltar la mano de la mejor amiga de su hija.

 

- Voy a volver a bajar, Taeyeon…nos vamos dentro de un poco, los padres de Tiffany vienen también si necesitáis algo la señora Sun Hee estará abajo ¿de acuerdo cariño?- le consultó a la pequeña rubia acercándose a ella y besando su pelo.

 

Taeyeon con la cabeza contesto volvió a besarle una vez más antes de encaminarse hacia la puerta y dejarlas a ambas solas.

 

Tiffany miró la puerta cerrarse y luego a Taeyeon que volvía a estar con la mirada perdida en algo que ella no podía ver.

 

Seguía abrazada a su peluche. Tras unos segundos de dudas se acercó a la cama de su mejor amiga y se sentó junto a ella.

 

- ¿Estás muy triste?- preguntó apenada. Taeyeon se limitó a asentir con la cabeza- ¿Quieres jugar a algo?- le preguntó y la rubia negó con un nuevo gesto de cabeza- ¿Quieres hablar de algo?- probó suerte quedándose sin munición y Taeyeon volvió a negar.

 

Tiffany miró el suelo si no quería jugar ni hablar, no había nada más que pudieran hacer devolvió su vista a su mejor amiga que se había apoyado en el cabecero de la cama y se trasladó hasta sentarse a su lado colocó su cabeza sobre el hombro de Taeyeon y notó como la rubia apoyaba su mejilla contra su coronilla.

 

Estuvieron calladas mucho rato, la una junto a la otra, Tiffany ya no buscaba nada que decir, si Taeyeon necesitaba simplemente "estar" entonces simplemente "estarían".

 

Ninguna de las dos supo cuánto tiempo habían pasado de ese modo cuando Taeyeon por fin habló.

 

- ¿Te acuerdas de cuando se murió Prince?- inquirió la rubia y Tiffany asintió con la cabeza. Taeyeon lo sintió en su hombro así que siguió hablando- Estabas preocupada porque iba a estar solito porque no conocía a nadie en el cielo- señaló- Ahora seguro que mi abuelo le cuida- añadió.

 

- ¿Si?- inquirió la castaña.

 

- Si- aseguró TaeYeon- A mi abuelo le gustan mucho los perros seguro que se pone muy contento cuando se encuentre con Prince.

 

- Y Prince muy contento cuando se encuentre con tu abuelo- indicó, Taeyeon sonrió un poco- Taeyeon…-le llamó la castaña tras unos segundos de silencio.

 

- ¿Qué?- preguntó.

 

- ¿Tu sabes cómo sube la gente al cielo? ¿Tienen una escalera muy larga?- preguntó a su mejor amiga.

 

- Claro que no tonta- rio un poco la rubia y a Tiffany no le molestó que se riera de ella porque lo importante era que se estaba riendo- Suben volando- explicó como si fuera obvio.

 

Tiffany se apartó de ella ligeramente para mirarla.

 

- La gente no vuela- le dijo.

 

- No. Pero cuando te vas al cielo te salen alas, unas alas blancas muy grandes- le informó la pequeña rubia.

 

- ¿Y si tienen alas porque no bajan a vernos?- quiso saber la castaña. Si ella subiera al cielo y tuviera alas bajaría a ver a sus papás y a TaeYeon a todas horas.

 

- No pueden bajar- dijo un poco triste de nuevo. Ella también se lo había preguntado a su mamá.

 

- ¿No pueden bajar? ¿Por qué no?- frunció el ceño Tiffany. ¡Que injusto!

 

- No lo sé- se encogió de hombros Taeyeon- Mamá dice que desde el cielo nos pueden cuidar mejor que desde aquí porque nos ven siempre- repitió las palabras de su madre.

 

- ¿Siempre?- frunció el ceño Tiffany inquieta.

 

- Aja- asintió Taeyeon.

 

- ¿Y cuando hacemos cosas malas también?- quiso dejar claro.

 

- Si, pero no te preocupes, mi abuelo no es un chivato- le calmó.

 

- Prince tampoco es un chivato- aportó la castaña.

 

- Podemos seguir haciendo cosas malas entonces- sonrió un poco Taeyeon. Tiffany también sonrió al verla - Mi papá dice que se está muy bien, muy bien en el cielo, mejor incluso que aquí.

 

- ¿Mejor incluso que cuando estamos viendo nuestros dibujos animados favoritos comiendo nuestras golosinas preferidas debajo de tu mantita tan suave?- lo dudó Tiffany. Se estaba demasiado bien allí como para que pudiera ser superado por nada más.

 

- Mucho mejor- asintió Taeyeon.

 

- Wow…-fue todo lo que dijo Tiffany antes de volver a apoyar su cabeza en el hombro de su amiga- ¿Sabes? Me da lo mismo lo bien que se esté en el cielo. Yo prefiero quedarme contigo debajo de la mantita comiendo golosinas y viendo dibujos- le dijo.

 

- Yo también- sonrió un poco la pequeña rubia recostándose más contra la castaña.

 

- Tae…-llamó su atención la castaña de nuevo.

 

- ¿Qué?- respondió.

 

- ¿Estás un poquito menos triste?- le preguntó esperanzada.

 

- Si- hubo de reconocer la rubia- ¿Vas a tener que irte?- temió la respuesta.

 

- No lo sé. Pero creo que si mis papás no me han traído pijama ni nada- indicó.

 

- No importa, yo te dejo uno- ofreció Taeyeon- ¿Les pedirás que te dejen quedarte? Por favor- suplicó. No sabía porque, solo sabía que se sentía mejor con Tiffany allí.

 

- Vale, se lo pediré. Y si no me dejan lloraré un poco- desveló su plan.

 

Un rato después escucharon la puerta de entrada a la casa y salieron correteando de la habitación asomándose a las escaleras escucharon un pedazo de la conversación que sus madres estaban manteniendo.

 

- Creo que sería bueno para Taeyeon…si no te importa dejar a Tiffany esta noche- hablaba la madre de la rubia.

 

- Creo que será bueno para todos, Tiffany no ha parado de preguntar por ella desde que ha salido del colegio. No sabes lo preocupada que estaba porque Taeyeon no había ido a clase- sonrió un poco.

 

Taeyeon miró a su amiga al oír a la señora Hwang.

 

- ¿Te has preocupado mucho?- preguntó.

 

- ¡No sabía dónde estabas!- se justificó la castaña.

 

Su amiga no insistió. Ella también se asustaría si de repente un día Tiffany no apareciera por clase así que no iba a burlarse resultó que las lágrimas de la castaña no fueron necesarias esa vez.

 

Los mayores ya se habían puesto de acuerdo y Tiffany pasaría allí la noche debía de ser muy tarde ya. Muy tarde. No se oía ni un solo ruido en toda la casa pero ellas dos no dormían. Aún no.

 

Estaban metidas en la cama de Taeyeon muy cerca la una de la otra porque tenían que hablar muy bajito para no ser descubiertas despiertas de madrugada.

 

Estaban enumerando todas las cosas que se les ocurría que el abuelo de Taeyeon y Prince podrían hacer en el cielo.

 

¡Madre mía, esos dos iban a pasárselo muy bien!

 

- ¿Cuál es la comida favorita de tu abuelo?- preguntó Tiffany en un susurro y su aliento le hizo cosquillas a Taeyeon en la oreja y la rubia rio muy bajito sacudiendo la cabeza antes de contestar acercándose al oído de su amiga.

 

- La tarta de manzana- respondió también en un susurro y fue el turno de Tiffany de sacudir la cabeza con una risita porque el aliento de Taeyeon le había hecho cosquillas en su oreja.

 

- Prince comerá todos los días huesos enormes y tu abuelo comerá todos los días tarta de manzana- aseguró.

 

- ¿Todos los días?- frunció el ceño Taeyeon.

 

- Seguro que si- insistió la castaña.

 

- Jo…que bueno- señaló la pequeña rubia y Tiffany sonrió al oírle.

 

- Si yo fuera al cielo comería todos los días chucherías- le dijo la castaña.

 

- Prométeme que no vas a irte al cielo- le pidió Taeyeon quedándose seria.

 

- Hay que ser muy, muy mayor para irse al cielo- le dijo Tiffany.

 

Al menos eso le habían dicho sus papás cuando ella se había preocupado por si se marchaban ellos.

 

- Tienes que avisarme cuando vayas a marcharte ¿vale Fanny? Porque así me iré contigo- le dijo la rubia.

 

- Vale, te avisaré- pactó la castaña.

 

- Pero avísame con tiempo porque tendré que preparar la maleta- insistió Taeyeon.

 

- ¿Hay que llevarse maleta al cielo?- frunció el ceño Tiffany.

 

- Claro. Tienes que llevarte ropa y eso… ¿quieres tener que ir por el cielo con el culo al aire?- le preguntó Taeyeon y Tiffany rio un poco al imaginarse a todo el mundo en el cielo con el culo al aire. Negó con la cabeza en respuesta a la pregunta de su amiga, prefería ir con ropa.

 

Antes de que ninguna de las dos pudiera decir nada más escucharon que alguien abría la puerta de la habitación. ¡Maldición! Les habían pillado. Debían de haberse reído un poquito alto. Cerraron los ojos muy fuerte y se quedaron inmóviles la una frente a la otra en espera de que los padres de Taeyeon creyeran que estaban dormidas de verdad cuando la puerta se cerró de nuevo abrieron los ojos y se sonrieron haciendo un esfuerzo enorme por no reírse.

 

- Creo que deberíamos dormirnos ya Tae- opinó la castaña.

 

- No puedo dormir, no tengo sueño- le informó.

 

- Si, cierra los ojos- le animó su amiga tapándole los ojos con su manita- Nos dormiremos juntas ¿vale?- le propuso.

 

- Vale- accedió la rubia. Igual así si podía dormir.

 

Y aquella noche, gracias a Tiffany, Taeyeon se durmió pensando en lo feliz que iba a ser su abuelo porque todos los días podría comer tarta de manzana allí en el cielo.