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Lilium

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“Tengo que proteger a Ji Min.”

 

Aquel pensamiento invadía su cabeza, no tenía ningún otro cometido. Para ello es que había arrastrado a aquel cuarteto con él, pare poder proteger de esa manera Ji Min y que dejara de sufrir.

 

“No  permitiré que la eterna Crisálida terminé.”

 

Seok Jin no dejaría de perseguir a aquellos que habían abierto la puerta que podría destruirlo todo. Aquello que ponía en riesgo la eterna crisálida que, con mucho esfuerzo, habían hecho funcionar durante tanto tiempo sin dudas.

 

 

“Mis instintos me susurran, Tae Hyung llevará a Ji Min a la destrucción.”

 

Y por esa razón es que Sung Jae desconfiaba tanto de aquel chico. Su aura rodeada de misterio, aquel rostro que indicaba que sabía tantas cosas aunque sus labios se negaban a responder las dudas de los demás, había algo en su mirada que escondía un secreto que haría sufrir a Ji Min, que lo llevaría a su propio final.

 

Ese era el único motivo por el cual seguía corriendo por los pasillos, buscando sin descanso alguno a V, esperando con demasiadas ansias llegar a encontrárselo y acabar con la vida de éste con sus propias manos. Porque nadie podría hacer feliz a Ji Min si no era él.

 

 

“No importa cómo, jamás dejaré que los secretos del Clan salgan a la luz.”

 

Así tuviese que actuar de forma que parecía irracional.

 

Porque nadie iba a destruir aquel Clan. Ese era el único sitio en el que podía estar con Nam Joon sin las quejas absurdas de nadie fuera del Clan, porque había costado mucho mantener el orden, porque había sido realmente difícil mantener oculto el secreto de Yoon Gi durante tanto tiempo solo para que la terquedad de Ji Min estuviese arruinándolo todo.

 

Si tan solo El Maestro le dejase acabar con él, lo haría. Pero había sido tan específico en cuanto al hecho de que nadie, absolutamente nadie, podía herir físicamente a Ji Min.

 

Pero eso no impedía que acabara con cualquier otro que interfiriera con su labor, con la única tarea que le había sido encomendada desde que había llegado al Clan. Sus instintos cegaban totalmente cualquier pensamiento, olvidando totalmente que a quienes perseguía eran amigos suyos, aferrándose a perseguir al último que había huido de la habitación: Jong In.

 

 

“Yo seré como un guardián…”

Porque protegería a Ji Min del sufrimiento.

 

 

“Yo seré como un guardián…”

Porque defendería el Clan y la Eterna Crisálida.

 

 

“Daré castigo a los malvados, tallaré estigmas en sus cuerpos.”

Hasta no dejar marca alguna de ellos.

 

Hasta que la ira de Jae desapareciera junto al cuerpo de Tae Hyung.

Hasta que los secretos del Clan estuvieran a salvo de nuevo y Jin pudiera estar tranquilo.


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Estaba totalmente cansado, pero apenas con suerte había logrado desviarse por el camino para distraer a Seok Jin y de esa forma darles ventaja a Chan Yeol y el otro par que había corrido por delante suyo.

 

Prácticamente tuvo que enfrentarse a Jin una vez que estuvo a nada de alcanzarlo.

 

Quizás había sido mera suerte que las balas no le hubiesen dado por el hecho de que el prefecto estaba alterado, pues sabía que en sus cinco sentidos solo haría falta un disparo para que terminara con él, no era de extrañarse que lo supiera pues se notaba que era bueno usando el arma y no quería saber por qué razón es que tenía una en primer lugar.

 

Pero un empujón había bastado para poder darse los segundos necesarios para salir corriendo. No podía ni debía detenerse de nuevo, aunque sus piernas dolieran del sobre esfuerzo que estaba haciendo, ni porque estaba a punto de tropezar con varias cosas en el camino, simplemente debía seguir corriendo.

 

Y en el trayecto hacia una de las salas que conectaba todos los pisos del sanatorio –todo gracias a las escaleras del lado izquierdo- logró divisar a Ji Min a la distancia, la adrenalina, además del recuerdo de todo lo que acaban de descubrir hicieron que ignorara el rostro consternado de éste, ignorando lo que el chico había experimentado recién con Sung Jae.

 

— ¡Ji Miiiiiiiiiiiiiiiiiiin! —El grito se extendió por toda la sala, haciendo que el nombrado se detuviera de golpe. Jong In le tomó por los hombros, la expresión de temor y confusión era evidente en el de orbes grandes de forma que Ji Min de inmediato se preocupó.

 

— ¿Qué o-ocurre? —Tartamudeó con preocupación.

 

— Tenías razón, Yoon Gi existe… ¡Él vivía en este clan! Nosotros fuimos quienes nos olvidamos de él. —Habló casi con prisas, recordándose que no muy lejos de ahí podría estar Jin, totalmente preparado para disparar. — Todo lo que dijiste… Tenías razón. —Repitió mientras seguía sujetándose a Ji Min para no caer.

 

— ¿Yoon Gi...? Entonces ¿¡dónde está ahora!? —Aquella pregunta salió de forma algo desesperada, el poder encontrarlo había sido su prioridad desde hace días y ahora existía la pequeña posibilidad de que…

 

— No lo sé. —Aquella respuesta le cortó de tajo la esperanza de llegar a su paradero, pero le afirmaba que los demás ahora creían que Suga era su amigo y que estaba desaparecido. — Pero eso no es todo, Ji Min. Mira está foto. —Habló mientras sacaba la fotografía que había encontrado junto a D.O, Yeol y Baek en la habitación secreta, se la había llevado consigo al no haber tenido tiempo de devolverla por la aparición del prefecto de su dormitorio.

 

— ¿Una foto? —No entendía a que venía aquello.

 

— Si, es una foto de hace ochocientos años, casi cuando el clan fue creado. Pero en la fotografía aparecen… Tae Hyung y junto a él… —Jong Inse calló de golpe decidiendo señalarle la parte a la que se refería. Justo al centro de la foto, tal como Kai lo decía se encontraba Tae Hyung, pero a su lado se encontraba alguien más, fue cuando Ji Min entendió porqué Kai se había callado.

 

— ¿Ese de ahí… soy yo? —A pesar de estar observándose en dicha fotografía era incapaz de recordar algo y tampoco se creía capaz de creerlo porque, él había entrado hace poco al Clan ¿no? Pero, intentando recordar la fecha exacta de cuando había entrado descubrió que era incapaz de hacerlo.

 

— ¡¿Por qué están tú y Tae Hyung en una foto de hace 800 años?! —Kai ya estaba bastante alterado en ese punto.

 

— ¡No sé nada de esto! Ni siquiera sé que es lo que está pasando. —La angustia de no recordar nada de cuando había llegado al clan le hacía sentirse realmente preocupado, ¿y si en verdad aquello era cierto? ¿Y si el de la foto efectivamente era él? No podía saberlo por el hecho de que no recordaba nada de los primeros años en el Clan.

 

— Ji Min, este clan no es el lugar que pensábamos que era, ¡¿qué rayos es este Clan?! —Mencionó con preocupación y, ya lo había pensado, él no podía quedarse ahí al igual que sus amigos, tenían que escapar pero apenas iba a decirlo cuando escuchó un grito.

 

— ¡Kai! —Gritó Kyung Soo mientras corrían.

 

— ¡Esto es malo, nos está alcanzando! —Gritó Chan Yeol mientras los chicos les veían llegar. La respiración de aquellos tres chicos estaba bastante alterada de tanto correr y por haber hecho varios rodeos tratando de perder a Seok Jin, pero al parecer sin éxito pues ya iba de cerca.

 

Cuando creían que nada podía ir peor, el estruendo de un disparo resonó por la habitación y Jong In cayó al suelo.

 

— ¡Kai! —Ji Min, que era el más cercano a él, se inclinó hasta el suelo para revisarlo, el trío también se acercó y a la vez lo hacían por alejarse de aquella puerta, por la cual ahora entraba Seok Jin con el arma extendida.

 

— ¿Creíste que podrían escaparse de mí? —Amenazó el recién llegado, Ji Min tan solo le miró con un rostro de confusión.

 

— Seok Jin hyung, ¿por qué…? —Quería preguntar tantas cosas, parecía ser que no dejaría de hacerse una pregunta tras otra sin fin.

 

— ¡Detente, Jin! —Escucharon la voz del mayor. No sabían cómo pero al parecer Nam Joon también les había seguido, más que nada preocupado por la condición actual del Kim, después de todo parecía no estar totalmente consciente de lo que estaba haciendo. — Nada bueno saldrá si haces esto. —Trató de persuadirlo en vano, en su rostro se notaba la determinación a pararlo.

 

— ¡No me des órdenes! —Aquella frase bastó para que Nam Joon notara lo que debió ser evidente desde el comienzo, toda esa situación había activado los síntomas de la crisálida en Jin. — Tengo que proteger esto… Nuestra eterna crisálida. —La voz del chico comenzó a debilitarse ante la idea de que todo se perdiera.

 

Sin importarle nada en ese momento, volvió a apuntar hacia Jong In, importándole poco si era el mismo Ji Min quien parecía protegerlo.

 

— Detente… —Murmuró Ji Min preocupado de que fuera realmente a disparar de nuevo. La tensión impedía que los demás pudiesen moverse siquiera. — Detente, detente… ¡¡DETENTE!! —Gritó con todas sus fuerzas, sus ojos se apretaron mientras trataba de proteger con su cuerpo a Jong In en caso de que Jin disparara.

 

Pero nuevamente ese sonido se presentó.

 

Las campanillas resonaron y, sin que Jin lo quisiera, su cuerpo se movió solo, haciendo que su brazo bajase y se sintiera incapaz de moverse.

 

— Mi cuerpo… se ha… —Jin y los demás estaban estupefactos, ¿cómo es que era posible que Ji Min hubiera provocado que se detuviese?

 

— Esto es… ¿La iniciativa de Ji Min? —La pregunta fue hecha por Nam Joon, parecía estar entendiendo más rápido que los demás la situación, pero ¿cómo había obtenido Ji Min la iniciativa para controlar a Jin? ¿En qué momento?

 

— ¿Por qué? ¿Por qué es que puedes tomar mi iniciativa? —La molestia en el rostro de Seok Jin aún era visible pero la sorpresa y, tal vez, algo de temor se arrojaba en aquella mirada que mostró a Ji Min.

 

Éste por su parte se levantó completamente extrañado. Parte de su cuerpo estaba manchado por la sangre de Jong In, misma que se debía a la herida de bala que tenía éste en su brazo, él estaba más confundido que todos ahí.

 

La desaparición de Suga, la extraña actitud de Tae Hyung, las palabras de Sung Jae, la fotografía mostrada por Kai y ahora, el hecho de poder controlar la voluntad de Jin. Eran demasiadas cosas para él solo, su cabeza era un caos, no sabía que debía pensar al respecto ni qué debería hacer.


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Corrieron como si su vida dependiera de ello y en cierta parte era muy cierto.

 

Cada vez que reducían la velocidad aparecía alguno de ellos con toda intención de atacar a Tae Hyung y Jung Kook salía en defensa. Sabía que Kook traía una daga con él, la misma que momentos antes habría intentado usar en su contra, pero ahora era usada para combatir a cada uno de los chicos del cuarteto.

 

Dos veces se habían topado a Lu Han, que no solo utilizaba la daga que le había sido brindada por Jae, sino que su conocimiento en artes marciales también hacía difícil el trabajo para Jung Kook. Solo una vez se habían topado con Chen, Xiu Min y Se Hun por separado, además de una vez más con Chen y Xiu Min al mismo tiempo.

 

Y era una carrera contra el tiempo. Sabían que tarde que temprano sería como correr en un callejón sin salida, peor aún porque ellos podrían agotarse y los chicos, aun si estuvieran cansados, no pararían debido a que sus voluntades estaban siendo controladas.

 

— ¡Aaah! —Aquel gritó les anunció otro ataque nuevamente. Esta vez era de nuevo Chen.

 

Kook dejaba a Tae Hyung detrás suyo en todo momento, evitando las cosas que eran arrojadas contra ellos, contrarrestando los ataques de Jong Dae. No le permitía que se acercara mientras Tae buscaba la forma más útil de escapar y que la carrera comenzara de nuevo, después de todo él era más bueno en eso.

 

Cuatro contra dos seguía siendo demasiado desigual y eso que no contaban con que Sung Jae se uniría pronto al juego del “gato y el ratón” y Jeon odiaba tener que ser el ratón solo por ayudar a Tae Hyung.


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Cuando finalmente le habían dejado salirse de la enfermería, ocurrió de nuevo.

 

Inconscientemente terminó en aquel dormitorio.

 

Su mirada se paseó por todo el sitio. Una punzada, un rápido palpitar en su corazón… Un fugaz recuerdo bastó para que recordara por qué razón es que había avanzado hasta ese lugar.

 

“Hasta que al fin llegas.”

 

Recordó el resoplido, así como la pequeña mueca que se formaba en los labios del chico al decir aquella frase, porque siempre que llegaba era un poco más tarde de lo que habían acordado y es que ser prefecto en otra habitación hacía más difícil el poder tener el tiempo libre que deseaba pero siempre le hacía su mayor tiempo posible a él, a ese chico que con apenas el esbozo de una sonrisa hacía que se le olvidara el estrés que era cuidar de un grupo entero de vampiros.

 

— Lo recuerdo ahora… —Murmuró mientras el dolor en su pecho se hizo más profundo que las veces antes. — Se suponía que nunca debía haberlo olvidado... —Cerró los ojos con fuerza mientras más y más recuerdos inundaban su cabeza.

 

Aquel chico al que iba a ver todos los días. Cierto, aquel con el que compartía gran parte de su tiempo, aquel en quién más confiaba, el que sin muchos problemas logró convertirse en su mejor amigo.

 

Incluso recordaba aquella tarde cuando habían ido al jardín, justo donde estaban los árboles más frondosos, junto a esas flores que tanto le fascinaban al mayor, mientras que Ho Seok le contaba anécdotas o historias absurdas que lo hacían reír. Esa tarde habían prometido que siempre iban a estar juntos, que sin importar nada más, iban a estarlo, que iban a superar lo que fuese… Mientras permanecieran juntos.

 

Que incluso seguirían así cuando ambos salieran al fin del clan. Él le había dicho a Ho Seok que le esperaría pues, por la edad, él sería el primero en salir.

 

Lo había olvidado, pero lo recordaba ahora.

 

Ese chico, había desaparecido, no recordaba nada de lo que había pasado antes…

 

Simplemente un día ya no le vio más, pero sus últimas palabras seguían en su cabeza, aquellas que no importaba qué… Siempre habían estado ahí.

 

“Por favor, no me olvides.”

 

Pero lo había hecho, se había olvidado completamente de él, se suponía que era algo que nunca debía olvidar. Sus orbes comenzaron a cristalizarse de solo darse cuenta lo cruel que había sido al olvidarlo, al olvidarse de aquel chico.

 

Incluso había olvidado todos esos días que había pasado a su lado. Había olvidado cada momento que habían convivido juntos.

 

¿Cómo era posible que hubiese olvidado todo de él?

 

¿Cómo es que había durado tanto tiempo viviendo como sin nada siendo que había olvidado aquellas cosas que eran tan importantes?

 

¿Cómo debería sentirse con ello?

 

“No te olvides nunca de mi.”

 

No había podido mantener su promesa.

 

La primera lágrima rodó por su mejilla mientras caía de rodillas al suelo, con la mirada baja, sintiendo su cuerpo temblar.

 

Cada recuerdo comenzó a calar, por el hecho de saber que había olvidado todo eso. Pero finalmente estaba recordando, sabía que era tan importante por el hecho de que ahora lo recordaba, tenía que ser realmente importante… Y entonces uno de los recuerdos que volvieron a él le respondió todo.

 

La calidez que sintió en ese momento, mientras sus brazos rodeaban su cintura, mientras sus labios rozaban los contrarios.

 

Cierto. Aquel chico del que se había olvidado…

 

— Tú… eres la persona más preciada para mí. —Murmuró recordando que esas mismas palabras le había dicho tras separarse de su beso. El primero de muchos, porque los recuerdos le hacían ver que ese había sido tan solo el primero.

 

Las lágrimas corrieron con más fluidez por sus mejillas, no se preocupó por detenerlas, simplemente dejó que su corazón liberara ese dolor en su pecho que había estado sintiendo por tanto tiempo sin saber la razón. Ahora la conocía y dolía mucho más.

 

— Yo… nunca volveré a olvidar estos recuerdos… los recuerdos de haberte amado alguna vez y que también lo hiciste. —Sollozó de forma fuerte, estaba totalmente destrozado, se sentía horrible haber olvidado aquello. — Tú… ¿cómo pude olvidarte? —Se quejó, mientras se levantaba intentando borrar las lágrimas en su rostro.

 

— Es verdad… yo… yo… siempre que venía… Era verte. —Murmuró para recordárselo a sí mismo y afirmárselo, no iba a olvidarlo nunca más, no podría perdonarse el hecho de olvidarlo dos veces. — Yoon Gi… no volveré a olvidarte. —Prometió.

 

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Sus piernas dolían, estaba cansado ya, no podía seguir corriendo más.

 

— Jung Kook… ya, ya no puedo correr más… —Su respiración estaba demasiado agitada, además de que realmente se sentía adolorido de tanto correr y dar vueltas. Y Kook justamente había temido que llegara es momento.

 

— ¡Nos van a alcanzar si nos detenemos y más si seguimos aquí parados! —Se quejó el menor tratando de jalarle con él para que siguieran corriendo, pero Tae Hyung no se movió ni un solo metro de dónde estaban, estaba que ya no podía más de verdad.

 

— P-Pero… —Estaba a punto de decirle que tomaran un descanso, que se escondieran o algo pero solo logró sentir cuando Jung Kook le apartaba del camino.

 

— ¡Tae, cuidado! —Fue como si todo ocurriese en cámara lenta, pues se sintió apartado de donde estaba y cuando su mirada se fijó en Kook solo pudo ver como Sung Jae se había acercado hasta él, desde su ángulo solo logró ver la espalda del menor y a Jae de frente, se sentía aterrado por lo que sea que estuviese pasando.

 

— Fuera… de mi camino. —Masculló el damphir con odio.

 

Cuando éste apartó a Kook de su lado, Tae Hyung pudo ver lo que a primera instancia no notó… La daga salió del cuerpo dl menor, quién por reflejo llevo sus manos a la herida que le había sido hecha, justo debajo de las costillas, podría jurar que a la altura de su estomago y, si era así, no había probabilidades de que sobreviviera.

 

El terror invadió a Tae cuando vio como el chico caía al suelo.

 

— ¡Jung Kook! —Su voz apenas pudo pronunciar su nombre.

 

El cuarteto pareció haber oído el ruido pues apenas Tae mencionó aquel nombre, aparecieron cerca… Todos y cada uno de ellos atacando sin piedad alguna el cuerpo tirado del menor.

 

V solo pudo observar, aterrado, apenas ruidos alterados salían de su garganta debido a tan cruel escena que había tenido que presenciar, sus pasos lentamente le comenzaron a llevar de espaldas a la puerta, alzó la mirada al grupo ahora liderado por Sung Jae y se sintió más aterrado que nunca en la vida.

 

No tenía tiempo para llorar ahí por la pérdida de Jung Kook, no importaba tampoco que sus piernas ya casi no pudiesen con su propio peso.

 

Se giró a la mayor velocidad que le fue posible, sacando fuerzas de dónde no las tenía y era mejor no saber que no tenía esa fuerza porque posiblemente se derrumbaría.

 

— No escaparás. —Masculló Jae mientras enviaba al cuarteto detrás suyo.

 

Sus pasos eran largos, aunque mantenía cierta distancia para poder salvarse, llegó a un callejón sin salida cuando entró al salón principal, lugar que solo tenía una entrada. Lo único que tenía a favor era el tamaño que tenía el lugar, esquivando los ataques que no tardaron en llegar, evitando que se juntaran todos porque estaba totalmente seguro de que entonces no tendría opción alguna.

 

Pero, había pensado demasiado rápido.

 

La fuerza finalmente le abandonó y sus piernas cedieron, dejándole en el suelo.

 

Sin embargo, el cuarteto no atacó. Lang entró por la puerta del salón.

 

— Ji Min jamás podrá ser feliz si estás cerca de él. —Habló el damphir mientras se acercaba directamente hacia Tae, mirándolo con aquella expresión psicópata, acercando su propia arma hacia el chico que yacía en el suelo. — ¿Por qué simplemente no le haces un favor y desapareces por siempre? —Con una sola orden, los cuatro vampiros rodearon a Tae Hyung, dejando solo una parte para que Sung Jae también se acercara.

 

— Detente. ¡Detente! —Pidió Tae aún sin poder levantarse.

 

— ¡Yo seré quien haga feliz a Ji Min! —Exclamó con furia mientras alzaba su mano con la daga, obligando a los otros cuatro a realizar lo mismo, la intención era clara: mataría a Jun Myeon ahí mismo pero, esas campanillas avisaron lo que no hubiese deseado.

 

Los brazos del damphir y los otros cuatro vampiros se movieron de forma lenta hasta detenerse totalmente, sin llegar a tocar siquiera al castaño.

 

— Sung Jae, chicos… Bajen sus armas. —Habló Tae Hyung con las pocas fuerzas que aún tenía. Recargándose apenas con sus manos en el suelo, odiando tener que llegar a tal extremo para salvar su vida, el tener que usar la iniciativa.

 

Las manos de los chicos bajó lentamente, sus armas fueron bajando una a una al suelo ante la expectación en la mirada del chino.

 

— ¿Por qué? ¿Por qué es que tienes mi iniciativa? ¡Ni siquiera me has mordido! ¿Por qué es que puedes controlar nuestras iniciativas? —Tae ignoró totalmente la voz de Sung Jae, mientras se levantaba a duras penas desde su sitio, comenzando a caminar hacia la única puerta del salón.

 

— Ji Min… —Llamó al chico, de una manera que solamente él podría hacer, lo sabía… Sabía que sería escuchado.

 

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Su mente seguía confundida, tantas cosas eran las que habían ocurrido hasta ese momento que entre todos esos pensamientos le sorprendió escuchar esa voz en su mente. Su nombre estaba siendo pronunciado por Tae Hyung, no sabía decir cómo o por qué pero sabía que no estaba alucinando.

 

— Tae me está llamando… —Murmuró, dejando sorprendido a todos los que estaban en la sala. ¿Por qué decía eso?

 

— ¿Eh? ¿Qué…? —Kyung Soo apenas logró articular aquello cuando Ji Min ya estaba mirando hacia algún punto muerto.

 

— Tae… —Y sin más palabras, echó a correr hacia el sitio al que estaba siendo llamado, para mayor sorpresa de los demás que comenzaron a seguirle justamente porque ya no sabían que más esperar.

 

Ji Min corrió por los pasillos del lugar, llegando al patio más grande del sanatorio. Tae Hyung apenas estaba llegando a duras penas a aquel sitio, se había exigido incluso de más para poder llegar a ese sitio, incluso había caído un par de veces antes de poder llegar y caer nuevamente al suelo apenas logró llegar.

 

Ji Min se acercó a paso lento hasta él y solamente le miró, inclinándose hasta su altura.

 

— Tae… —Y sin más palabras de por medio, le abrazó, le abrazó como si no pudiera hacer nada más en ese momento.

 

— Ji Min… —El abrazo fue correspondido durante varios segundos, permaneciendo ambos en aquella posición en la entrada al patio.

 

— Estoy a punto de enloquecer con todo esto… —Admitió el rubio. Era cierto, enloquecería con tantas cosas que estaban pasando y, a final de cuentas, seguía sin saber el paradero de Yoon Gi.

 

— Todo va a estar bien, va a estar… bien… —Las lágrimas en ambos no soportaron más siendo retenidas y, una a una comenzaron a caer de las mejillas de ambos. Cada uno había estado soportando un peso distinto, pero tan similar a la vez…

 

No se percataron que en ese momento mismo J-Hope iba ingresando al patio, con su propio demonio encima.

 

— ¿Dónde… dónde estás? —Murmuraba constantemente. — Yoon Gi… ¿dónde es qué estás? —La desesperación iba a carcomerlo. Incluso él estaba en su propio mundo y no logró notar a los dos chicos, sino hasta que se recargó en uno de los pilares de la entrada.

 

Los chicos que siguieron a Ji Min prontamente les dieron alcance también, yendo uno a uno hasta el patio, la consternación y el hecho de que nadie entendía nada eran dos cosas más que evidentes.

 

— ¿Qué es lo que está ocurriendo? —Preguntó Chan Yeol mientras miraban hacia V y Ji Min que estaban a pocos metros de ellos, en el suelo y abrazados.

 

— No lo sé… —Esa era la respuesta que recibiría de cualquiera de los que estaban en ese sitio.

 

Jong In miró detrás suyo, los prefectos habían ido también, a pesar de que ahora Seok Jin ya no llevaba el arma consigo, posiblemente porque Nam Joon le había convencido de dejarla atrás. Y no solo ellos pues el trío que siempre acompañaba a Lu Han y éste mismo se encontraban ahí, junto al chico damphir que parecía estar molesto y a la vez consternado.

 

— Nam Joon, Seok Jin… Confiesen. —Exigió Kai, ya no podían negarles una respuesta, al parecer casi todo el dormitorio estaba involucrado con lo que sea que estuviese ocurriendo en ese sitio. — ¿Qué es lo que está ocurriendo en este clan? —Exigió esta vez, era lo único que querían, una maldita respuesta a todo.

 

Jin bajó la mirada, no quería ser él quien lo dijera cuando había sido muy claro, protegería los secretos del Clan sin importar qué.

 

— Lo que pasa es que… —Nam Joon comenzó a hablar pero fue interrumpido de inmediato.

 

— Ji Min y Tae Hyung son las mis últimas creaciones, de mi investigación. —Aquella voz irrumpió desde el otro lado del patio, atrayendo toda atención de los presentes, incluyendo a los mencionados chicos que se separaron para poder observar a quién había llegado recién.

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Comments

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yourstrulyjungkook
#1
van a escribir una secuela?