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Lilium

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— ¡Júrame que no tengo olor a rata! —Pidió éste.

 

— ¿Eh? —Apenas pudo pronunciar aquello cuando el trío conformado por Chan Yeol, Baek Hyun y Kyung Soo había aparecido.

 

— Ji Min, dime que no huelo a rata ni a nada parecido ¿verdad?  ¡¿verdad?! —Jong In parecía estar más que desesperado por una respuesta antes de que Ji Min le mirara con una completa consternación por no saber de qué le estaba hablando.— Me han dicho que tengo olor a rata. —Se quejó Kai siendo más especifico para el despistado, pero gran amigo que era Minnie.

 

Con toda sinceridad, el rubio podía asegurar que Kai ahora mismo no parecía el mismo chico que le estaba regañando antes y todo por la forma en la que éste se encontraba en busca de un consuelo debido a un comentario absurdo.

 

— Claro que no, ¿quién te ha dicho eso? —Preguntó, antes de notar que Baek Hyun y Chan Yeol cubrían un poco sus narices.

 

— Algo huele mal ¿no? —Preguntaba Yeol antes de que miraran hacia Jong In.

 

— ¡Ah, Kai! —Indico Baek Hyun mientras que Ji Min miraba extrañado aquella escena sin entender absolutamente nada sólo oyendo como Jong In se quejaba porque aquellos dos chicos habían insinuado que tenía un mal olor.

 

— ¡No puede ser! —Volvió a quejarse Kai.

 

— Que no es así. —Mencionó Ji Min tratando de calmar al chico de piel morena haciendo círculos en su espalda para tranquilizarlo lo más que fuera posible.

 

— Pero Lu Han… ¡Él lo dijo! —Se quejó y, al momento en que lo había mencionado, el joven chino había aparecido mientras era seguido por un séquito de tres chicos más que seguían sus pasos desde atrás.

 

— Ah, eso cambia la situación y me lo explica casi todo. —Ji Min suspiró de forma pesada mientras también se quejaba de manera apenas audible al notar a Lu Han. — No les hagas caso, no tienes mal olor, Jong In. No es cierto lo que dice. —Mencionó éste por su parte.

 

Justo cuando el rubio dejaba de mirar a su amigo y fijaba su mirada pudo prestar atención al cuarteto que había ingresado a la sala común donde estaba con Kook, el trío y Jong In.

 

El chico mencionado por Kai caminó por delante de todos mirándoles con cierta sensación de superioridad, como si mirara pequeños a los demás y ciertamente ese chico así lo pensaba.

 

— ¿Quién es él? —Preguntó Jung Kook en cuanto le vio entrar. Ser prefecto de otro dormitorio hacía difícil que conociera a todos los chicos que habitaban aquel sanatorio tan enorme, mucho más cuando ni siquiera pertenecían al dormitorio bajo su cuidado.

 

— Ese chico sin duda alguna es Lu Han y él normalmente cree que… —No pudo terminar de hablar cuando fue interrumpido.

 

— Buenos días a todos. —Saludó con voz alta mientras sonreía, mostrándose cordial y tranquilo ante los chicos en aquel sitio pero, al notar que nadie había respondido a su saludo, un gesto de molestia apareció en su rostro y era claro que se trataba de lo que comúnmente llamaban “berrinche”, ya que los labios del chico se habían abultado de forma que le hacía ver infantil.

 

Nada bueno salía cuando Lu Han estaba presente.

 

— No escuché a nadie responder. —Habló de forma un tanto engreída, aunque también podría entrar en el término de “chico mimado”.

 

— ¿Qué no escucharon? —Habló un chico de mirada traviesa, mirándolos con rostro de ligera molestia. Sin duda se trataba de Chen. — Lu Han ha saludado y tienen que responder, lacayos. —Volvió a decir mientras que los otros dos chicos que venían en compañía de Lu se acercaban también.

 

— Háganlo bien, podrían enojar a nuestro amo y eso no les va a gustar para nada. —Añadió el segundo chico, sus mejillas sin duda lo hacían destacar, Ji Min sabía que se trataba de Xiu Min.

 

— Así es. —Completó el tercer chico apenas mostrándose interesado en lo que pasaba. Se Hun sólo estaba ahí por Lu Han y eso lo sabía medio dormitorio.

 

Ante aquella extraña aparición, aquel cuarteto solo se ganó las miradas extrañas de Kook, que parecía más desubicado que el mismo Ji Min minutos antes.

 

El rubio fijó su mirada en el cuarteto con cansancio, nunca se podía tener un día normal si no era por culpa del trío problemas o del cuarteto “especial” y es que el líder de éste –Lu Han- tenía un complejo de superioridad a causa de la Crisálida que ni con la medicina se le iba.

 

— Bueno, decía… ¿Quién es él? —Preguntó nuevamente Kook cuando hicieron acto de presencia aquellos cuatro.

 

— Se llama Lu Han, es un vampiro de China. —Respondió J-Hope, que había llegado recientemente antes de la aparición de Lu Han. — Con frecuencia actúa como si fuese el dueño del Clan cuando la medicina no le hace efecto. —Explicó este por su parte.

 

Prácticamente Lu Han creía eso debido a la crisálida, mientras que sus acompañantes: Chen y Xiu Min, solían seguirle este “disparate”. Aunado a eso, nadie parecía estar dispuesto a meterse contra Se Hun y es que su propia mirada ya parecía matar.

 

Aquellos dos primeros mencionados siempre le seguían y lo llamaban amo o de cualquier otra forma que representara a alguien de posición superior. Se Hun  solamente seguía el juego pues cualquiera en el clan sabía que hacía cualquier cosa que Lu Han le pidiera y una de ellas era ayudarle a hacer las tareas pesadas, algo de que se encargaba junto a Chen.

 

Algunas veces aquel complejo en Lu Han no era tan fuerte, creyéndose solamente alguien de padres importantes, siendo un noble de sangre pura o algo así, pero existían días en donde creía ser la mayor influencia del clan y que tenía una gran amistad con el Maestro, otras tantas incluso proclamándose a sí mismo como un príncipe.

 

Siempre alegando de su poder en ese lugar.

 

Se Hun, Xiu Min y Chen normalmente andaban detrás suyo, cumpliéndole caprichos y haciendo todo trabajo duro o pesado para él, cosa que solamente empeoraba el que alguien quisiera hacerle creer que era tan normal como los demás.

 

Siempre salía alguno en su defensa y las razones que bastaban a Lu Han  para seguir creyendo que era alguien importante eran tan simples como decir que todos ahí le tenían envidia, por su belleza, su posición y porque tenía todo lo que deseara.

 

— Solo pienso decirlo una vez más o me molestaré. —Habló Lu Han con fuerza aclarando poco después su voz, miró a los chicos al otro lado del pasillo con una expresión de pocos amigos antes de sonreír por segunda vez. — Buen día a todos~. —Saludó esperando una respuesta.

 

Ante la mirada de los “seguidores” de Lu, los otros chicos dejaron escapar varios suspiros y, a excepción de Jung Kook, saludaron con desgana en un “Buen día” al unísono. Uno que parecía más deprimente que nada.

 

— ¿Y qué busca éste aquí? —Preguntó nuevamente Kook.

 

— Seguramente dirá que se planea una fiesta en el dormitorio, esta noche. —Indicó Chan Yeol mientras miraba a los dos chicos que adulaban a Lu Han y a Se Hun justo a un lado del mismo, casi como un guardaespaldas.

 

— Y que sólo los vampiros puros están invitados y los damphirs tendrán que quedarse fuera del evento. —Añadió Baek Hyun antes de que el mencionado chico se parara enfrente llamando la atención de todos.

 

— Escuchen todos. Esta noche habrá fiesta en el dormitorio. —La mirada de Chan Yeol se dirigió hacia Kook con cara de “te lo dije”. — Pero solo los vampiros puros pueden entrar, no quiero a ningún damphir en ella. —Ahora quién le dirigía esa mirada era Baek Hyun, entendiendo que seguro lo decía muy seguido.

 

Tenía que ser así para que supieran qué haría o diría ese chico.

 

— Woah… ¿Qué es ese mal olor? —Preguntó Lu Han de la nada mientras cubría su nariz y miraba en dirección de Jong In. — ¡Ah! ¡Eres tú! —Indicó señalándolo por completo.

 

Tras oír nuevamente esas palabras, Jong In nuevamente estaba tirándose al drama por segunda vez pero, antes de que Lu Han pudiera seguir diciendo algo más y tocar a Kai, Kook se había parado delante del chico mimado.

 

— ¿Podrías no molestarle? —Habló con voz algo ronca y severa esperando a que éste entendiera.

 

— Ah… ¡E-Es de otro dormitorio! —Si había algo que tampoco podía soportar Lu Han era a los chicos de otros dormitorios y el hecho de que estuviesen invadiendo el dormitorio dónde él estaba. — ¡Ama de llaves, sáquenlo! O cualquiera de ustedes, no quiero a éste aquí. —Comentó Lu Han señalando a todos, quienes solo hacían caras de negación pues odiaban ser tratados como “sirvientes” del chino, ni que fueran Xiu Min o Jong Dae.

 

— La gente de tu tipo me es molesta. —Señaló Kook tomando la muñeca de Lu Han, con toda intención de llevarlo fuera de aquel sitio para que volviera la aparente calma que habían tenido antes de su aparición.

 

— Me ha tocado… ¡debo lavar mi brazo! —Exclamó de forma exagerada separando su mano de la de Jung Kook.

 

— ¡Tocó al amo! —Exclamó Min Seok mientras hacía un alboroto digno de él. — Descuide, tenemos sus cosas de limpieza en la habitación. —Y antes de decir algo más, el cuarteto desapareció dejando solos a los demás chicos.

 

— Son una rareza. —Pensó Kook en voz alta antes de mirar hacia J-Hope y Ji Min.

 

— Soportamos eso a diario con Lu Han y sus seguidores. —Explicó Ji Min antes de suspirar.

 

— Bueno… ¡Vayamos a buscar algo divertido! —Exclamó Chan Yeol mientras se llevaba consigo a Baek Hyun, siendo seguidos por Kyung Soo en su típica labor de seguirles para evitar más problemas de lo que ese par ya podía causar en un solo día, aún se preguntaba que había hecho mal en la vida para tener que cuidar a ese par que parecían menores de 10 años cuando estaban juntos.

 

— Por cierto… ¿Qué no tienes un dormitorio al cual volver? —Preguntó Jong In una vez que estuvieron solamente Ji Min, J-Hope y Jung Kook con él, aunque agradecía que lo salvara de los ataques verbales de Lu Han, realmente no iba a dejar solo a Ji Min con él. Había algo que no le daba buena espina

 

— Ah, es cierto. Lo olvidaba. —Rió antes de retirarse de aquel sitio y dejando solo a los tres chicos.

 

— Será mejor ir a descansar por ahora. —Indicó Ji Min llevándose a sus dos amigos para que no preguntaran el por qué de la presencia de Jung Kook.

 

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Ji Min miró a lo alto del cielo a través de la ventana de la habitación. Se podía ver a lluvia cayendo con total tranquilidad y eso le daba cierta nostalgia, ya era el segundo día y seguía sin poder encontrar una pista siquiera.

 

— Hyung… —Susurró esperando que algo le diese una señal, cualquier cosa le serviría, pero en lugar de ello, recordó una plática que había tenido alguna vez con aquel chico, una situación que solo compartían ambos.

 

— Ey, Ji Min, ¿recuerdas la historia del no me olvides? —Mencionó Yoon Gi.

 

Por supuesto que Ji Min recordaba esa historia, incluso había sido en un día igual de lluvioso que ese, pero tan tranquilo a la vez. Compartían la habitación, así que simplemente se había dado ese momento.

 

Suga le había contado una historia de la que nunca se olvidaba.

 

La historia de un jardinero y la flor eterna. La había escuchado antes, pero nunca de la forma en que Yoon Gi se la había contado.

 

Hablando de lo que ya conocía de la historia, trataba sobre un hombre joven que cuidaba de un jardín escondido en el bosque, un hombre que había cuidado a la flor más bella que jamás había existido pero que a la vez se había marchitado de forma inevitable y de cómo el jardinero había comenzado a crear una flor que nunca muriera.

 

Al final de dicha historia, las flores se reunían a su alrededor recordándole que aunque murieran vivirían en sus recuerdos pues no existían flores que duraran para siempre. Pero la historia de Suga cambiaba en algunos detalles.

 

Inevitablemente el recuerdo de esa noche llegó a su mente…

 

— Cuando las lágrimas por fin se detuvieron, aquel solitario jardinero había tomado su propia decisión: no dejaría que otra flor muriera.

 

Aquel hombre joven que tanto había amado a sus flores, aquel que con sus propias manos había hecho crecer a la flor más bella de todas y que había visto imposible mantenerla con vida, no se daba por vencido. A pesar de la súplica de sus flores para que él dejara de intentarlo, aquel jardinero no se detuvo en ningún momento.

 

Incluso el llamado de todas sus flores que le recordaban que era imposible vivir eternamente pero que en sus recuerdos siempre estarían no lo detuvo. El quería a sus flores vivas, no el recuerdo de que alguna vez lo estuvieron.

 

“No puedo dejar que otra flor más, muera.”

 

Repetía constantemente en su mente, mientras intento tras intento buscaba una fórmula, una solución que le permitiera que sus flores no fuesen a morir, que no tuvieran que marchitarse y perder la belleza de la que eran poseedoras. Una manera de ganarle a la muerte. Pasó día tras día, noche tras noche intentando de mil maneras el poder crear una flor que no muriese.

 

Una a una, aquellas flores que con anterioridad había cuidado fueron marchitándose, el jardinero se había metido con tanta insistencia en la creación de una flor perfecta que había descuidado a las que ya tenía consigo. Hasta que el jardinero no logró tener más fuerza, agotó cada parte de su vida.

 

Nadie supo nunca nada más de Sophie Anderson, el jardinero, pues había fallecido dentro de su jardín secreto. Pronto cada flor fue siguiendo el destino de su cuidador.

 

Y entre los restos de aquel pobre jardinero, cuando ya no había vida en aquel lugar. Una solitaria y hermosa flor nació, una flor que había nacido con aquel sentimiento de todas las flores existentes, con un solo mensaje que quería expresar: Forget-me-not… No me olvides. Pero al igual que todo, pasado el tiempo esta flor también terminó por acompañar al jardinero en aquel otro mundo. —Cada palabra llevaba impregnado aquel sentimiento de tristeza al hablar.

 

Aquella historia era triste, sin embargo, Ji Min sabía que a Yoon Gi le gustaba mucho.

 

Su madre se la había contado cuando niño y luego él la había transmitido a Ji Min en un momento de confianza. Lo que le gustaba de dicha historia más que nada era el significado profundo de esta, el significado de no olvidar.

 

— Por esa razón… No me olvides. —La sonrisa de Suga no era como aquellas que había visto antes en él, había algo detrás que nunca podía descifrar.

 

¿Esa noche había sido una despedida? ¿Por qué no lo había notado antes?

 

— No te olvidaré… Definitivamente, voy a encontrarte. —Comentó con toda la seguridad del mundo, estaba decidido a encontrar a su amigo, así fuese lo último que hiciera en el mundo.

 

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Y sin embargo, los dos días siguientes comenzaron a pasar de igual manera que antes, como si nada hubiese cambiado.

 

Ji Min ya no había vuelto a preguntar pues temía que fueran a comentar algo en su contra, pero no por ello había desistido de buscarlo, apenas había revisado su dormitorio así que había posibilidad de que hubiera sido transferido a otro dormitorio y nadie quisiera decirle nada.

 

A pesar de que dicha idea no explicaba por qué nadie lo recordaba.

 

Sin embargo, algo que había cambiado un poco sin duda era que podía ser más notoria la presencia de Tae Hyung en diversos lugares del Clan, no solo él lo había notado, incluso Jong In había sido testigo de ello.

 

El tema de Tae aún era algo que necesitaba entender. Era la única persona que recordaba a Suga además de él y aún así se negaba a querer ayudarle a buscarlo por lo que necesitaba convencerlo para que entre dos pudieran buscar.

 

Tae Hyung era realmente algo extraño, normalmente estaba solo y con una mirada que se dedicaba a mirar únicamente los libros y cuadernos de dibujo que llevaba consigo en todo momento. No hablaba con nadie, no se relacionaba con nadie, siempre intentaba mantenerse alejado de los demás, pero ahora parecía ser visto con mayor frecuencia ¿estaba acaso intentando asegurarse de que no estaba buscando ya a Suga?

 

Intentaba entenderlo, sin embargo lo único que sabía de él era lo que los demás comentaban.

 

Decían que parecía ser que no tenía un objetivo propio, su mirada siempre parecía estar vacía, como si hubiese perdido algo, pero que se notaba resignado a continuar de esa manera sin decirle a nadie ni pedir ayuda. Cosas como “pobre chico” eran algo normal oírse siendo dirigidas hacia él en susurros que Tae Hyung ignoraba.

 

 “¿Estás loco? No hay nada para él más allá de los sus cosas.”

 

“Eso es algo imposible porque sabes… es solitario.”

 

“De nada sirve intentarlo, él siempre se niega.”

 

“No hay forma de que yo haga eso, él es raro.”

 

“Suerte si te mira siquiera, nunca lo hace.”

 

Aquellas frases habían salido de sus compañeros de dormitorio cuando había preguntado por él y si podrían ayudarle para poder hablarle, todos parecían coincidir en que era un sujeto extraño y más aún que algún tipo de misterio le envolvía ya que nunca compartía con nadie, cosa que le hacía parecer un tanto tenebroso para la mayoría.

 

— No entiendo cuál es tu empeño en querer hablarle. Nunca lo lograrías. —Mencionó Jong In mientras miraban hacia Tae Hyung. Justamente en el patio del Clan, del otro lado se encontraba el chico, como siempre estaba al parecer dibujando algo en una libreta e ignoraba las miradas recibidas por parte de Kai y Ji Min, incluso de cualquier otro que pasase cerca de él.

 

— Es algo… importante. —Mencionó más para sí mismo. Sabía que comentar nuevamente sobre Yoon Gi solo le molestaría así que cambiaron de tema hasta que Kai decidió volver a la habitación.

 

Ji Min aprovechó aquello para acercarse hasta el sitio dónde Tae Hyung seguía dibujando en su libreta, al menos hasta que le fue casi imposible seguir haciendo algo ya que la sombra de Ji Min cubría las hojas del cuaderno que tenía el chico, impidiéndole continuar su arte.

 

— ¿Qué quieres? —Preguntó sin expresión aparente, el cuaderno sobre sus piernas fue cerrado tras haber colocado un lápiz en éste. Sin más, miró hacia Ji Min como con desinterés, internamente desearía simplemente no quedarse callado por lo que deseaba decir, pero no podía hacer eso.

 

— Necesito hablar contigo. —Dijo seriamente el vampiro de mayor edad.

 

— Pero yo no, así que… —Cuando Tae hizo el ademán de irse y se encontraba ya de pie, la mano de Ji Min detuvo su camino puesto que había atrapado su brazo con su diestra.

 

— Por favor… Ayúdame a encontrar a Yoon Gi hyung. Eres la única persona que lo recuerda, así que por favor… te lo pido. —Indicó más como una súplica que como una petición, pero nunca separó su mirada de la del menor, quería dar a entender cuánta era su necesidad de encontrar a su compañero de habitación.

 

De forma lenta pero bastante insegura, fue soltando su agarre, temiendo que en cuanto lo soltase Tae Hyung fuese a irse sin más, dejándolo de nuevo con todas sus preguntas.

 

— Dime Ji Min… ¿Por qué quieres encontrarlo? —Preguntó apartando su mirada.

 

— Es mi amigo, necesito encontrarlo. —Aseguró, pero ni siquiera él estaba preparado para todo lo que se venía por querer descubrir el paradero de Min Yoon Gi.

 

— Si existiera una flor eterna, una que nunca pudiese morir ¿Qué sentirías? —Preguntó de pronto.

 

— Una flor eterna… No sé… probablemente me sentiría triste, porque sería algo muy solitario. —Respondió a pesar de que no entendía la relación de eso con su petición.

 

Ante su respuesta Tae pareció cambiar totalmente su semblante mostrándose preocupado, su mirada decía más cosas de las que quisiera aparentar al parecer. Sin saber cómo había sucedido, los orbes de Tae Hyung se encontraban brillosos, incluso comenzando a mostrarse amenazantes con soltar las primeras lágrimas.

 

— Ah, lo siento. —Habló rápidamente.

 

— Siempre te disculpas tan rápido. —Mencionó Tae intentando limpiar su rostro, pero Ji Min ya se encontraba prácticamente enfrente suyo.

 

— ¿De nuevo estás llorando, TaeTae? —Preguntó Ji Min intentando limpiar ahora él sus mejillas, pero se detuvo al darse cuenta de algo. — ¿Eh? ¿Cómo es posible… ? —Se quedo algo extrañado de sus propias palabras mirando ahora a un consternado Tae Hyung. — ¿Por qué siento que ya te conociera de antes, cómo podría saber que has llorado antes si la primera vez que hablamos fue hace unos días? ¿Por qué fue tan natural hablarte con un apodo? —Preguntó Ji Min antes de ver al menor salir corriendo de ahí.

 

— ¡Tae Hyung, espera! —Apenas fue capaz de decir antes de correr detrás suyo.

 

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Sabía que Ji Min se traía algo entre manos para que quisiera hablar con Tae Hyung, seguramente trataría de hablar con él para intentar nuevamente de convencerlos de la existencia del chico ese que Jong In estaba totalmente seguro que no existía.

 

— Es un maldito niño terco que no entiende nada. —Se quejó mientras caminaba hacia el dormitorio. Sin embargo se detuvo al momento en que notó que nuevamente tenían un invasor en el mismo ¿qué no habría día en que su dormitorio no fuese invadido por alguien que no perteneciera a él?

 

Reconocía perfectamente ese rostro y es que era el invasor más insistente de todos los tiempos a pesar de los maltratos de Jong In para sacarlo.

 

— ¿Se puede saber qué demonios estás haciendo de nuevo aquí, Ho Seok? —Preguntó cruzándose de brazos mientras observaba al más bajo que seguía mirando alrededor, como si buscase a alguien, pero su mirada expresaba un cierto sentimiento de tristeza, nunca antes había notado una mirada como esa en J-Hope.

 

— A bueno yo vine a… —El mencionado frunció un poco su ceño, nuevamente olvidaba que estaba haciendo ahí y por qué había avanzado hasta ese lugar en primer lugar.

 

— No estoy para juegos, Jung. Dilo o vete ahora mismo. —Le indicó Kai con pocas intenciones de ser amable con el chico, siempre que se veían era seguro que comenzarían una discusión.

 

“No me olvides.”

 

Una voz que le parecía terriblemente familiar y a la vez tan desconocida hizo eco en la mente del Ho Seok, obligándolo a cerrar los ojos pues su cabeza comenzaba a doler.

 

¿De quién era esa voz? ¿A quién no debía olvidar y había olvidado?

 

— Yo… siento que estoy olvidando algo importante, pero siempre que intento recordar duele… aquí. —Comentó pasando su mano por sobre su pecho y apretando la camisa un poco más fuerte miró hacia el suelo. — Duele mucho… —Se quejó.

 

El dolor en su pecho era realmente insoportable siempre que intentaba recordar porqué razón siempre iba a ese dormitorio, solo podía escuchar esa misma voz una y otra vez, aquel tono de voz pedía desesperadamente que lo recordara y no poder hacerlo destrozaba lentamente a Ho Seok.

 

El dolor en su pecho incluso le hacía olvidarse del mismo dolor de cabeza.

 

Y la terrible vista de aquel chico sufriendo de tal manera y sin saber las razones de ello había hecho que Jong In se preocupase por él.

 

— Joder, tienes que ir a la enfermería… Ahora mismo. —Mencionó el moreno y sin esperar ninguna respuesta o algo más, simplemente jaló a éste hacia el lugar mencionado, no iba a quedarse a acompañarlo, pero al menos le dejaría hasta la puerta con los doctores encargados para que le ayudaran, probablemente era algún dolor que debía tratarse cuanto antes o de la crisálida.

 

Fuera cual fuera la razón, Kai no iba a arriesgarse a adivinar, sólo le dejó en aquel sitio y se retiró de vuelta al dormitorio, a descansar.

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Comments

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yourstrulyjungkook
#1
van a escribir una secuela?