« Himitsu no Hana »

Lilium

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— Puede que suene extraño pero… últimamente he estado sintiendo esto. —Miró a su mano antes de mirar hacia Ji Min, lo que estaba a punto de decirle esperaba que fuera tomado en serio. — Esta sensación de estar en un sueño, un sueño que dura por siempre. —Explicó.

 

La mirada de Ji Min se agudizó tan solo escuchar esas palabras, le recordaban tanto a la frase que Tae Hyung le había dicho antes…

 

— ¿A qué te refieres? —Preguntó Ji Min sin dejar de mirarle antes de que el otro le mirara de forma algo ítica.

 

Aquella mirada indicaba que Jae estaba buscando indicios de que Ji Min creyera que se había vuelto loco pero no fue así, por esa razón decidió que seguiría hablando, de alguna manera tenía que dejar salir aquel extraño pensamiento que había estado teniendo últimamente.

 

— Sentir que yo, tú… Que todos en el clan estamos en un sueño. Y que, además, compartimos el mismo sueño. —Habló Jae mientras levaba sus manos juntas a la altura de su pecho, como si fuese capaz de sentir algo ahí, algo referente a lo que hablaba.

 

— ¿Compartiendo el mismo sueño? —Aquella sensación de incertidumbre que sentía siempre que hablaba con Tae Hyung apareció nuevamente, dejándolo en un estado de confusión.

 

¿Por qué todo debía complicarse a su alrededor cuando su único objetivo era encontrar a uno de sus mejores amigos? Parecía que fuese una conspiración lo que le impedía llegar a obtener dato alguno sobre su paradero y, ah, era estresante y molesto para Ji Min.

 

— Si, un mismo sueño, uno agradable y de paz, algo en donde podemos estar con total tranquilidad pero… Ese chico solamente va a empeorarlo todo. ¡Quiere acabar con este sueño! —Su expresión había cambiado radicalmente, siempre que Tae era el tema de conversación o que él lo veía, su expresión se volvía totalmente extraña. Ji Min podía jurar que el odio que Sung Jae le tenía a V era palpable, aunque seguía sin comprender de dónde nacía tal odio.

 

Su naturaleza distraída no le ayudaba a notar lo obvio… Para notar que Sung Jae veía en Tae Hyung a un rival.

 

— Él quiere destruir este sueño y volverlo una pesadilla, Ji Min… Ese hombre no traerá nada bueno, siempre está rodeado con esa aura misteriosa y malvada, no puedo perder de nuevo una felicidad así. Fuera del clan yo no era nadie. —Habló antes de mirarle.

 

Ji Min pareció verse inmerso de pronto en la historia que Jae había comenzado a contarle, de alguna forma era capaz de sentir aquella tristeza que expresaba, además de que pensaba que sería muy descortés no escucharlo.

 

— Fuera de este clan, fui odiado en el mundo humano por mi sangre vampiro. La gente me veía y no faltaban los insultos, simplemente por haber sido un damphir. Por el hecho de que mi madre se hubiese involucrado con un vampiro que la abandonó, nadie la ayudó nunca… También era señalada.  —El chico comenzó a contarlo de forma algo angustiosa, su vida en realidad nunca le había gustado. — Fue exiliado junto a mi madre, obligado a no ver a nadie, nadie podía tocarme, yo no podía tocar a nadie más. Si llegaba a ver a alguien salía corriendo y minutos después un puñado de gente se encontraba ya lista para agredirme con insultos, con objetos… Con lo que fuese. —Relató.

 

Ji Min no podía sentir más que compasión por él, nunca podría entender del todo ese sentimiento ya que él había nacido en una familia normal, por así decirlo, sus padres ambos eran vampiros y no había tenido que pasar la tortura de un damphir.

 

— Y las cosas empeoraron una noche… Estaba devastado por todo lo que había ocurrido ese día y al parecer también mi madre pues, apenas me vio, lo dijo… —Su mirada bajó al suelo. — “Jamás debí darte a luz. Fue un error haberlo hecho.” —Pronunció imitando el tono de voz que había usado su madre y, finalmente, perdió las fuerzas en sus piernas y cayó de rodillas en el suelo. — Yo no debía haber nacido, era un hijo no deseado para ella y por eso me había enviado a un pueblo de vampiros, para deshacerse de mí más que nada. Y creía que todo cambiaría de alguna manera pero, allí me odiaron por mi sangre humana. —Recordó con cierta repulsión.

 

— Yo no podía hablar con nadie, no podía hacer nada para que los demás dejaran de molestarme, no existía nada más para mí que el sufrimiento, no hay felicidad para alguien que era un error. Así que al llegar aquí pensaba que ese sería siempre mi destino, odiaba a los vampiros y humanos por igual. —Hablaba de forma rápida, ansiosa… como si fuese un demente. Era obvio lo terrible que se sentía por dentro haber recibido tanto rechazo toda su vida. — Creía que las cosas serían así por siempre pero, fue entonces cuando lo escuché… aquellas palabras que hubiera deseado oír siempre… “Oye, ¿estás bien?” —Sonrió, Ji Min recordó entonces a quién se refería, ¿A quién no, sino a él mismo?

 

Aquel día en que los chicos le habían arrojado cosas en la sala común e intento detenerlos sin éxito, había pronunciado esas palabras aunque incompletamente. Ji Min estaba algo impresionado a decir verdad de que el chico pensará que él era una especie de felicidad.

 

— Aquel por el que nunca se interesaron, aquel que nunca había sido amigo de nadie, aquel que suponía no debía existir… Y aún así, tú te preocupaste por mí. —Su mirada se dirigió al vampiro que seguía como en un estado de shock. — Ji Min, no puedo dejar que alguien más te haga feliz… Ellos son almas egoístas. —Mencionó con cierta desesperación. Sus manos atraparon las dos del chico que comenzó a mirarlo ya preocupado por todo lo que estaba pasando y por la mirada demasiado psicótica que Sung Jae tenía en el rostro.

 

— Ji Min… —La voz tan distorsionada, el tono desesperado. Todo era señal de que había algo mal y, sin pensarlo mucho, el mencionado terminó soltándose de aquel agarre, comenzando a alejarse de forma lenta antes de prácticamente salir corriendo de aquel sitio, alejándose del damphir.

 

Sung Jae solo le miró huir de ahí, volviendo su mirada al suelo, como si lo que hubiera dicho no hubiera sido una buena idea después de todo. Sus ojos comenzaron a picarle, sabía perfectamente que las lágrimas querían salir, como siempre que era dejado solo al final de un día, pero rápidamente las limpio con el dorso de su mano, no iba a dejar que nadie le viera en un estado como ese.

 

Se había prometido antes que no volvería a llorar, no cuando había conocido a alguien que había querido ser su amigo.

 

No lloraría de nuevo porque ahora tenía una razón para ser más fuerte, tenía un motivo para no volver a ser aquel ser al que todos pisoteaban.

 

Ya no volvería a llorar ahora que tenía a una persona precisada, alguien a quien querer proteger.

 

Aquello era lo que había pensado e iba a hacer.

 

— Uwah… ¿Qué es ese olor? —La voz de Xiu Min fue audible para Jae en el momento en que se había levantado, ni siquiera se había percatado de su presencia y la verdad es que no solo era él si no que venía acompañando a Lu Han, junto con Se Hun y Jong Dae que iban por detrás del chino.

 

— Woah, huele a rata. —Indicó Lu Han mientras cubría su nariz de forma rápida, viendo como Chen se iba acercando al damphir como con cierto asco pero curiosidad a la vez, haciendo un gesto como si comenzara a olfatear alrededor, segundos después estaba cubriendo su nariz de forma idéntica a la de Lu Han.

 

— Vaya, es él. Un nuevo descubrimiento… No solo Jong In, si no que los damphirs también tienen olor a rata. Uh. —Hizo un gesto como si temblara por imaginarse aquel asqueroso olor alrededor, antes de señalar al damphir con cierto desprecio.

 

— Ahora, de rodillas ante el príncipe. —Indicó Lu Han mientras le señalaba el suelo.

 

Los otros rieron pero Jae no parecía dispuesto a ceder a aquello y, debido a eso, Chen se vio en la obligación de empujar al damphir al suelo.

 

— ¿No oíste acaso? ¡De rodillas! —Dijo con clara fuerza en su voz mientras el cuerpo del chico híbrido se daba de lleno con el suelo. Solo el ruido seco del cuerpo caer se escuchó antes de que estallaran las risas de Chen, Lu Han y Xiu Min.

 

— Eso te queda mucho mejor. —Se burló Xiu Min mirando al damphir en el suelo.

 

Sung Jae miró desde el suelo a aquel vampiro antes de que sus ojos se entornaran y su expresión se volviese más siniestra que antes, ya había decidido que no lloraría y sería más fuerte, él iba a hacer hasta lo imposible por cumplir su palabra.

 

Sin decir nada más, se levantó tomando a Min Seok por el hombro.

 

— ¿Qué crees que haces poniendo tus sucias manos sobre mí? Suéltame ahora mism… —Pero no fue capaz de terminar de hablar, antes de poder hacerlo sintió aquella punzada sobre su cuello.

 

Jae se había abalanzado sobre él, encajando sus colmillos sobre la blanca piel del vampiro que había gritado ante el dolor agudo que se extendió por todo su cuerpo. Una mordida de un vampiro a otro podía resultar realmente dolorosa, eso era algo no se los habían explicado antes, pero no se comparaba a lo que estaba sintiendo.

 

— ¡¿Qué te pasa?! ¡Déjalo! —Reclamó Lu Han intentando separar al damphir, pero antes de darse cuenta, el cuerpo de Xiu Min –quien había terminado desmayado ante el dolor- ahora había caído al suelo. El damphir estaba a nada de atacarlo, pero Se Hun se había interpuesto, provocando que la siguiente mordida la hubiese recibido él, quién también se quejó por lo doloroso que podía ser aquella mordida, lo peor de todo es que sabía lo que eso significaba…

 

Justo ahora prefería estar muerto.

 

— ¡Se Hun! —La preocupación del chico que debió haber sido atacado se hizo palpable, aquella distracción le permitió a Jae atacar ahora el cuerpo de Jong Dae, repitiendo la misma acción anterior.

 

Todo frente a los ojos atemorizados de Lu Han, que no había podido pronunciar palabra alguna, estaba en shock. Todo había pasado demasiado rápido, ni siquiera habían pasado cinco minutos de que Jae había atacado a Xiu Min cuando ya estaba dejando el cuerpo de  Chen para ir detrás del vampiro que hacía falta, acorralándolo contra las esquinas del lugar.

 

— No lo hagas… ¡detente! —Gritaba Lu Han en vano, cuando fue capaz de hablar, pues el damphir siguió avanzando amenazadoramente hasta él. — ¡Eres un monstruo! ¡Ayuda! Aagh… —Y lo inevitable ocurrió.

 

La cuarta víctima de Sung Jae cayó, justo debajo de él.

 

Algo de sangre comenzó a escurrir de sus labios mientras miraba aquellos cuerpos debilitados de momento por el hecho de estar pasando aquel proceso que casi parecía un envenenamiento. Limpió la comisura de sus labios con su propia lengua, mientras su mirada se volvía cada vez más aterradora debido a ese toque psicótico que le daba.

 

— Ahora yo tengo sus iniciativas. —Habló con una voz espectral, no parecía suya debido al tono tan ronco que salía de su garganta. Probablemente Lu Han tenía razón y se había vuelto un monstruo, pero ahora ya no importaba nada de eso, pagaría ese precio con tal de lograr su objetivo. — Levántense ante mí y arrodíllense. —Habló como una orden, con un inexpresivo tono de voz y una mirada soberbia.

 

Los cuatro vampiros, ya habiendo pasado aquel dolor inicial, oyeron aquel ruido similar a una campanilla molesta en sus cabezas antes de que sus cuerpos se moviesen cual marionetas, haciendo lo que Jae había indicado con anterioridad. Muy a pesar de que sus mentes fuesen capaces de decir que no querían hacerlo, a pesar de que mentalmente se negaran o incluso lo dijeran, sus cuerpos ahora estaban obligados a seguir todas las indicaciones de aquel damphir.

 

— Yo seré el único que hará feliz a Ji Min. Así que ese chico… ¡Asesinen a Kim Tae Hyung! —Ordenó.

 

Y, con la apenas fugaz luz de un rayo que entró por la ventana, el cuarteto de vampiros se levantó y partieron en diferentes direcciones, con la única opción a cumplir lo ordenado.

 

La lluvia fuera del clan comenzó a caer como una tormenta fuerte, probablemente un augurio del caos que comenzaba.


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— Woah, está terriblemente oscuro y frío en este lugar. —Se quejó Kyung Soo mientras avanzaban apenas guiados por la luz de la linterna de Chan Yeol que iba por delante de los demás.

 

— Está tan oscuro que ni tú ni Chan Yeol se ven. —Bromeó Baek Hyun, recibiendo enseguida un “¡hey!” como queja de parte de ambos chicos de tez un poco más oscura que los más bajos y una risa por parte de Kyung Soo, puesto que había entendido a la perfección dicho chiste. — Ya, ya. Como sea… —Dijo mientras seguían avanzando a lo largo de aquel túnel que les llevó a una habitación más.

 

Nadie había visto ese cuarto antes, a decir verdad nadie había cruzado más allá de los límites permitidos por los prefectos del Clan así que era posible que fueran los primeros.

 

Aquella puerta fue bastante fácil de abrir. No cabía duda de que habían entrado a un sitio extraño pues, apenas la puerta se abrió y fueron entrando, un repentino olor extraño comenzó a llegar a cada uno de ellos.

 

— ¿Qué es ese aroma? —Preguntó Chan Yeol cubriendo su nariz con su dorso y sin soltar la lámpara por suerte, de lo contrario no podrían seguir viendo.

 

— Realmente apesta. —Se quejó Kai, antes de ver que Baek Hyun miraba curioso hacia él, recordando casualmente el comentario que Lu Han había hecho anteriormente de que tenía un olor raro como a rata.

 

— No soy yo. —Se quejó casi por inercia al notar aquella mirada, antes de que ahora fuesen los tres quienes le miraran. — ¡Qué no soy yo! —Subió el tono de su voz antes de que Chan Yeol se acercara a lo primero que sus ojos habían captado de aquella habitación.

 

A pocos pasos de ellos se encontraba una mesa llena de diversos botes, cilindros y cosas de vidrio, algo sofisticado… En realidad, parecían más como aquellas cosas que se veían en los libros de ciencias, aquellos tubos de ensayo, los botes de vidrio con formas de esfera o de pirámide, al menos lucía de esa forma para el chico alto.

 

— Oigan, ¿qué es esto? —Preguntó curioso al momento en que levantó una de aquellas cosas que tenía un líquido extraño dentro, por la escasa iluminación no podía percibir que era, pero la verdad es que el olor parecía provenir de dichas cosas.

 

— ¿Jugo? ¿Vino? ¿Alguna especie de fluido? —Indagó Kyung Soo mientras tomaba la botella que Chan Yeol había acercado a ellos. — Esta cosa sí que se ve rara. —Señaló, no tenía mucha confianza de lo que pudiese haber adentro.

 

Jong In tomó, o mejor dicho arrebató, sin consideración alguna aquella botella de las manos de D.O, antes de moverlo un par de veces. Miró a los chicos antes de meter su dedo a la botella para tomar un poco de aquella mezcla rara, se sentía un tanto viscoso y frío, pero no le parecía que fuese algo extraño.

 

Sin dudarlo lo llevó a sus labios para probarlo.

 

Los chicos miraban esperando expectantes a una respuesta concreta sobre qué era aquello que habían encontrado.

 

— Esto es… —La mirada de Kai parecía un tanto desorbitada pero se calmó a sí mismo antes de tragar saliva. — Es sangre. —Respondió mientras dejaba la botella sobre la mesa con cierto asco y disgusto, no porque fuese sangre, era un vampiro a final de cuentas, si no porque parecía estar mezclada con otras cosas, pero no se atrevió a decirlo.

 

— ¿Sangre? —Las voces de Baek Hyun y Chan Yeol hicieron eco.

 

— Pero ¿sangre de quién? —Preguntó Kyung Soo mientras la linterna era dejada en la mesa.

 

— ¿Acaso te crees que lo voy a saber con solo probarla? —Reclamó aunque evidentemente estaba preocupado por lo que había hecho, había probado la sangre de alguien que ni conocía. ¿Y si era de alguien ya muerto? ¡Qué asco! Sabía que los alimentos y la medicina que recibían en el clan contenían sangre, pero confiaba en que esa era sangre en un buen estado y conservada debidamente, de esa que podían obtener en un hospital y no sacada de animales o de gente muerta.

 

— Oigan, vean esto. —Señaló Baek Hyun trayendo consigo un libro de aspecto extraño, había tropezado con él mientras trataba de investigar un poco la habitación, aunque no fue más allá pues apenas lograba ver.

 

Jong In se adelantó a tomarlo primero, acercándolo a la luz de la linterna, se veía tan pobremente que tuvo que pedirle a Chan Yeol que se encaminara por toda la pared de la habitación hasta que pudiese encontrarse un interruptor que funcionara a la perfección o mínimo algo que les dejará ver mejor.

 

— Lo encontré. —Anunció el chico, y una vez encendida la luz fue más fácil ver alrededor.

 

Una habitación bastante pequeña. Más allá de la mesa con aquellos objetos y la sangre había un escritorio con varias hojas blancas, plumas y demás. Solo había un librero al fondo, posiblemente el sitio donde había estado antes el libro, y al parecer había un estante de esos que solo se veían en los laboratorios científicos, lleno también de cosas extrañas que no se ocuparon en observar.

 

— Gracias. —Indicó por su parte Kai antes de abrir aquel libro como cuidando que no fuese a dañarse y fueran a descubrir que estuvieron metidos en ese cuarto. Si es que era de alguien.

 

Aquel cuaderno tenía escrito el nombre de varias personas que habían estado en el clan, probablemente de todas las que habían llegado desde su apertura y lo sabían porque había nombres de personas normalmente nombradas por sus prefectos. Gente que incluso ellos conocían de antes de entrar al mismo clan. Con el nombre y fecha de salida.

 

No había nada de extraño en esas primeras hojas pero, después de ir revisándolas, de pronto las fechas de salida ya no aparecían junto a los nombres de los vampiros y, hojas más adelante les sorprendió a todos encontrar sus propios nombres en el cuaderno aquel.

 

— ¡Ya vieron! —Indicó Kyung Soo mientras señalaba los nombres en aquella hoja.

 

— Kim Jong In… Tu nombre está aquí y no es el único, Park Chan Yeol, Kim Jong Dae… —Murmuró Baek Hyun antes de notar que, no muchos nombres debajo se encontraban el de Kyung Soo y el suyo propio, incluso podía ver el nombre de sus prefectos ahí anotados, además del chico ese que se la pasaba metido en el dormitorio.

 

— ¿Por qué habría un libro con nuestros nombres aquí? Parece realmente viejo. —Indicó Chan Yeol mientras miraba de nuevo la portada del libro, se veía desgastado y polvoriento, pero aún así estaba tan actualizado en la lista que daba miedo.

 

Kim Jong In

Park Chan Yeol

Kim Jong Dae

Kim Min Seok

Oh Se Hun

Kim Seok Jin

Byun Baek Hyun

Do Kyung Soo

Kim Nam Joon

Lu Han

Jung Ho Seok

Kim Tae Hyung

Park Ji Min

 

La lista era más que obvia, estaban todos los nombres ahí y no podían negarlo. Fueron leyendo cada uno de los nombres para corroborar, estaban todos sus amigos y conocidos del clan.

 

— Ey, esperen… No puede ser.  —Jong In se había quedado estático al momento en que notó debajo de varios nombres más aquel que se negaban a creer días antes. — Esto tiene que ser una jodida broma, tiene que serlo. —El chico casi se habría caído de la impresión de no ser porque Chan Yeol le detuvo en la caída mientras se inclinaba junto al otro par para entender que era lo que había visto Kai.

 

— No me jodas… —Murmuró Kyung Soo apenas había bajado su vista hasta el punto en que miraban los otros dos. Lo tuvo que señalar para de esa manera facilitarle la tarea a Baek Hyun y Chan Yeol que también quedaron igual de sorprendidos que Kai y Soo.

 

— ¿Cómo es posible? —Baek Hyun parpadeó varias veces puesto que no podía creérselo y Chan Yeol no era capaz de decir una palabra ante la sorpresa.

 

Aquel nombre que los chicos habían leído tenía que ser falso, pero estaba ahí escrito.

 

Min Yoon Gi     

 

Y como tal, justo a un lado del nombre, se encontraba aquel pequeño símbolo: una cruz.

 

— ¿Por qué tiene una cruz a un lado? —Preguntó Chan Yeol extrañado antes de que Kai revisara de nuevo los nombres anteriores. Todos aquellos que no tenían una fecha de salida del clan tenían en realidad una cruz idéntica a la que estaba dibujada al nombre de Yoon Gi, algo que comenzaba a resultarles cada vez más extraño y, de alguna forma, terrorífico.

 

Ninguno lo decía, pero ahora mismo preferirían encontrarse con un fantasma como había dicho Chan Yeol, que con aquella habitación y ese cuaderno.

 

— Demonios, esto tiene que ser una broma. ¡Se supone que él no existe! ¿Por qué no somos capaces de recordarlo si en verdad existiera? —Preguntó Jong In intentando de alguna manera querer convencerse de que era una mentira. Incluso había estampado el libro contra la mesa con brutalidad, estaban jugando con ellos, tenía que ser eso porque no era capaz de creer que fuese otra cosa.

 

“El secreto de las flores había sido descubierto.”

 

Una hoja salió volando del libro cuando fue estampado de aquella forma, cayendo por debajo de la mesa.

 

— Hey, algo cayó del libro. —Mencionó Kyung Soo mientras se agachaba para tomar aquella figura de papel. Sopló el polvo de la misma para poder ver qué era lo que venía en ese papel, pues apenas era mayor a sus dos manos juntas. — Ah, una foto y dice aquí que es de hace… 800 años. —Se sorprendió puesto que actualmente los vampiros solo podían vivir unos 400 años cuando mucho.

 

Esa fotografía tenía que ser de alguien muy viejo pero ¿qué hacía en un libro con nombres actuales?

 

— ¿¡Hace 800 años!? —Replicaron los tres al mismo tiempo acercándose a ver la fotografía de más cerca.

 

Efectivamente estaba fechada hace casi ochocientos años atrás, incluso ya estaba de un color café sepia, la hoja se sentía realmente frágil y tenía rasgadas las orillas. Era un grupo de diferentes personas que se encontraban puestas frente a la construcción del Clan, algo similar a las fotos de una graduación, eran alrededor de veinte personas aproximadamente.

 

Casi ningún rostro era reconocible para ellos.

 

— Oigan, ¿qué esos dos de ahí no son…? —Chan Yeol señaló casi al centro de la fotografía, justo donde estaban dos chicos sentados juntos, sus rostros eran demasiado conocidos que ninguno podía negarlo.

 

Jong In tomó la foto revisándola.

 

Si ya de por sí estaba totalmente extrañado, confundido y desorientado, esa fotografía había bastado para provocar que estuviera totalmente perdido.

 

— Ey, ¿qué es todo esto, eh? ¿Qué significa? —Preguntó Chan Yeol algo aterrado de que hubiesen descubierto algo que no debería haberse sabido. Su mirada preocupada se fijó en cada uno de los chicos antes de temblar un poco, ¿y si les pasaba algo por haber entrado ahí? Salir a cazar fantasmas ahora no le parecía una idea tan buena ahora que habían sobre pasado las zonas prohibidas.

 

— ¡No lo sé! —Exclamó Jong In, por más que lo pensara no sabía que decir.

 

Baek Hyun caminó al lado de sus menores para calmarlos un poco mientras las dudas inundaban la mente de cada uno.

 

Todos estaban igual, con mil dudas y ninguna respuesta.

 

— ¿Qué vamos a hacer ahora? No podemos dejar esto así… Además, si ese nombre está ahí entonces Ji Min tenía razón. —Murmuró Baek Hyun mientras mordía su labio con nerviosismo.

 

— Mierda, es cierto. Ji Min ha estado buscando a Yoon Gi, está desaparecido… Nadie le recuerda, y ahora esto… esta foto de hace tanto tiempo y que aparezcan ellos en ella… —Kyung Soo no sabía que decir al respecto. — ¡Parece una jodida broma! —Se quejó de pronto y miró en dirección a Kai.

 

— ¿¡Qué mierda está ocurriendo en este clan!? —Exclamó con tanta fuerza que realmente le hizo competencia al sonido de un disparo que irrumpió de pronto toda la habitación.

 

El grito de los chicos no se hizo esperar y de pronto notaron la raíz del mismo. Kim Seok Jin se encontraba de pie en la puerta por la cual habían entrado, una pistola yacía en su mano derecha que seguía aún apuntando al techo.

 

El problema no era aquello, eran vampiros capaces de morir, esa bala podría haber matado a cualquiera si hubiesen sido heridos de gravedad.

 

— Seok Jin… —Murmuraron Chan Yeol y Kai. Algo les decía que la situación se pondría peligrosa, por lo que prácticamente se pusieron por delante de Baek Hyun y Kyung Soo.

 

— ¿Qué demonios…? Seok Jin, exijo que nos des una explicación de todo esto ahora. —Reclamó Kyung Soo casi exigió al momento de verlo, olvidándose totalmente de que tenía un arma, habría pasado por delante de Kai para exigir una respuesta si no fuese porque el moreno le había detenido con su brazo y Soo no se sintió capaz de dar un paso más.

 

— Han descubierto algo que no debía ser desenterrado nunca… Por esa razón, no puedo dejarlos salir de aquí con vida. —Habló Jin mientras bajaba su mano y apuntaba con ella hacia los chicos. — Es una lástima, pero no dejaré que destruyan la eterna crisálida que he defendido por tanto tiempo. —Parecía realmente dispuesto a hacerlo pues su dedo índice estaba ya sobre el gatillo.

 

— No lo hagas, tienes que calmarte, Jin. —La voz de Nam Joon sorprendió a todos dentro de la habitación. Él se había acercado directamente a Jin tomando su brazo para hacer que bajara el arma y dejase de amenazar con ella a los chicos.

 

— No puedo hacerlo, ¿qué no ves el peligro que corre todo esto? ¡Quiero mantenerlo como estaba! —Gritó exasperado. Seok Jin se estaba dejando llevar por sus impulsos, lo poco que les quedaba estaba derrumbándose desde que Ji Min había comenzado a buscar a Suga. ¿Cómo iba simplemente a calmarse y dejar que esos cuatro arruinaran la estabilidad que habían formado en el clan?

 

— Pero existen otras maneras. —Intentó persuadirlo. Después de todo, quienes estaban frente a ellos eran amigos. — Debemos esperar las órdenes… del Maestro. —Le recordó.

 

 — ¡A ese paso se habrá destruido todo! ¡¿Quieres perder todo lo que hemos protegido, Nam Joon?! —Volvió a insistir.

 

Aquella discusión dio tiempo a Kyung Soo para de pronto atacar a Him Chan, logrando que el arma cayera y que Nam se ocupase de que no cayeran ambos al suelo.

 

— ¡Corran! —Gritó hacia los chicos que le habían llevado hasta ahí y así lo hicieron, no necesitaban esperar más palabras para salir del trance momentáneo y alejarse rápidamente de aquel lugar. Dejando atrás a Nam y Jin que comenzaban a levantarse.

 

— No les puedo dejar irse así. —Seok Jin realmente ya no estaba pensando, algo que preocupó a Nam Joon. El mayor simplemente se separó de él acercándose al arma comenzando a seguir a los chicos fuera de aquella habitación.

 

Nadie iba a terminar con la eterna crisálida.

 

Nadie.


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— Tae Hyung… —El nombrado detuvo su caminar por el pasillo hacia los dormitorios. Después de haberse ido de con Jung Kook había ido directamente a la biblioteca, como siempre hacía cuando algo ocurría y no le agradaba.

 

— ¿Qué es lo que se les ofrece…? ¡¿Ah?! —Apenas logró tener los reflejos suficientes para alejarse de Lu Han, quién le había atacado con una de esas dagas que normalmente se usaban de adorno en la sala común de los dormitorios.

 

Pero no solamente eso, pues segundos más tarde tuvo que utilizar uno de los libros como escudo para librarse de los ataques de Xiu Min y Chen, notando ya adelante a Se Hun que también tenía intenciones de atacarlo. Sin duda era un milagro que los cuatro no lo hubiesen atacado juntos, todos a la vez, pues no habría tenido forma de escaparse.

 

— Min Seok, Jong Dae, Lu Han, Se Hun ¿Por qué están haciendo esto? —Preguntó totalmente consternado, asustado –porque lo estaba-, además de preocupado por la repentina acción de esos cuatro. ¿Sería acaso algo con la crisálida?

 

— Lo sentimos, Tae Hyung… nosotros no queremos… pero no podemos… —Iba a terminar la frase pero aquel ruido como de una campanilla nuevamente atormentaba los oídos de los cuatro chicos que prácticamente les obligó a dejar de hablar e intentar atacar de nuevo, pero Tae fue más rápido alejándose de ellos.

 

— Imposible… Su iniciativa fue… —La posible respuesta a aquello le llegó de golpe, solo una persona se atrevería a hacer algo como eso, solo una persona tendría el deseo mismo de matarlo.

 

Y había arrastrado con él a aquellos cuatro chicos pues sabía que Tae Hyung era incapaz de dañar a cualquiera que viviese en el clan. Aún si fuese por defensa propia, no lo haría.

 

Las miradas de aquellos cuatro demostraban el sufrimiento interno que ellos mismos tenían por ser obligados a tener que matar a alguien que, en realidad, nunca les había hecho nada malo y además de ser a uno de los que conocían. Todos sabían que Tae no hablaba con nadie, que siempre se la pasaba alejado de todos, pero en todos existía ese sentimiento de que podían confiar en él para lo que fuese… Aún sin saber de dónde provenía tal confianza.

 

— Perdón, Tae Hyung… —Murmuró por su parte Se Hun antes de que los ataques fueran a empezar de nuevo.

 

Sin embargo Jung Kook irrumpió, salió de una de las habitaciones jalando consigo a V. — Corre ahora si no quieres morir así. —Exclamó al ver que, literalmente, estaba arrastrando a Tae Hyung con él. Bueno, entendía que por una parte no quisiera porque él mismo había estado a nada de apuñalarlo, pero conocía el temor que Tae Hyung tenía por morir.

 

Aquello bastó para que comenzara a correr y a seguirlo con más prisa que antes.

 

Ya no podía simplemente detenerse, en cualquier segundo podría aparecer cualquiera de los chicos intentando matarlo.

 

— ¿Por qué…? —Quería preguntar la razón de que quisiera ayudarlo a vivir si anteriormente había querido asesinarlo él mismo, pero solo notó el ceño fruncido de Jung Kook.

 

— Solo calla y corre por ahora. —Recibió como respuesta simple.

 

Estaba corriendo para mantenerse vivo, lo sabía. Aquel terrible temor a morir siempre le perseguiría.

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Comments

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yourstrulyjungkook
#1
van a escribir una secuela?