Capitulo 19 *Piratas*

Kiss Them for Me
 
Desesperante.
Era desesperante. MoonByul supo que aquel iba a ser uno de los días más largos de su vida cuando su madre propuso que se bañaran todos juntos. No solo habían tenido que comer en familia, tomar el sol en familia y jugar a las cartas en familia (cosa que odiaba), sino que ahora también tenían que lanzarse al agua como un equipo.
Intentaba no mirar a Solar, porque cada vez que lo hacía, el corazón le palpitaba muy rápido y sentía sudores fríos. Estaba segura de que a ella le ocurría lo mismo. A veces sus miradas se cruzaban y se quedaban unos segundos así, contemplándose, pupila con pupila. A Byul le parecía que los ojos verdes de Solar le transmitían infinidad de mensajes. «Me gusta cómo besas; ojalá estuviéramos solas; te quitaría la ropa aquí mismo; quiero hacer el amor contigo». Cabía la posibilidad de que se lo estuviera imaginando, de que realmente Solar no deseara decirle nada cuando sus ojos se encontraban, pero estaba casi segura de que no era así. Y por eso evitaba mirarla, porque, si lo hacía, era casi como caer por un agujero negro del que luego le costaba horrores salir.
—Byul, ¿me escuchas? Ay, hija, qué distraída estás hoy —le dijo Sung Eun en una de esas ocasiones.
Parpadeó. Con fuerza. Consiguió salir del yugo de los ojos de Solar, pero por los pelos.
—Sí. Te escucho. ¿Qué quieres ahora? —respondió de malas maneras. Solar tenían razón. Necesitaban intimidad. Cuanto antes.
—¿Tienes que contestar así? ¿Con ese mal humor?
—Sí, tengo que contestar así. ¿Qué es lo que quieres?
—Que me alcances la crema, me estoy quemando. Está ahí, a tu izquierda, debajo de la toalla.
MoonByul estiró un brazo y le tendió el bote a su madre. Se fijó en que Hye Jin ya estaba preparada para lanzarse al agua, donde flotaban los padres. Habían anclado el velero en una zona cercana a una cala, podían ver personas de tamaño minúsculo nadando en la orilla, pero en los alrededores solo había otro barco, a cierta distancia. Eun Jii y Solar se encontraban detrás de Hye Jin, ahora miraban el agua. Mientras Sung Eun se aplicaba la crema, decidió acercarse.
—¿Está fría? —le gritó Solar a la zona donde flotaba su padre.
—En absoluto. Está perfecta. ¡Lánzate!
Solar puso un gesto de duda, pero se mantuvo en su posición. Hye Jin y Eun Ji se tiraron por fin al agua. En el barco ya solo quedaban ellas e Sung Eun, y a MoonByul se le ocurrió que podían hacerse con el control del velero, tirar a su madre por la borda, arrancar los motores y dejarlos flotando en el agua. Sobrevivirían. A tan pocos metros de la playa y con otra embarcación tan cerca no corrían ningún peligro. Y así ellas podrían tener su anhelada intimidad. Sí, era una opción, un plan casi perfecto al que le fallaban ciertos detalles. Como por ejemplo qué excusa pondrían cuando los vieran de nuevo. O de qué manera sobrevivirían a la furia de Sung Eun si se atrevían a dejarles allí tirados, flotando en el agua como corchos.
MoonByul meneó la cabeza y sonrió. Estaba perdiendo el norte. Que estuviera pensando cosas tan absurdas solo demostraba que su salud mental se encontraba en peligro.
—¿De qué te ríes? —le preguntó Solar, sonriendo.
—De las estupideces que estoy pensando. Creo que me estoy volviendo loca.
—No eres la única. Yo estaba pensando volvernos piratas y robar el barco para que nos dejen un ratito a solas.
—¿Tú también lo has pensado? —se asombró MoonByul, arqueando las cejas.
—¿Qué hacéis aquí paradas? ¡Venga, al agua! —Sung Eun se acercó a ellas y empezó a empujarlas por la espalda para que se lanzaran junto al resto.
Las dos pusieron gesto de hastío, pero se acabaron tirando al agua con los demás. MoonByul pensó que cuanto más luchara contra ello, peor sería. Las cosas eran como eran, no como querían que fueran. Ahora tocaba estar con la familia perdidas en el mar y después, cuando regresaran a tierra firme, ya se vería.
Este cambio de actitud le permitió afrontar el resto del día con otro humor. Al final hasta consiguió pasar un buen rato con Hye Jin y Solar, chapoteando en el agua. Era curioso. Aquellas vacaciones no solo le habían servido para estrechar lazos con su madre, sino que la presencia de Solar también le había permitido comprender mejor a su hermana. Hye Jin seguía siendo una pequeña consentida, pero ahora despertaba en ella un sentimiento de ternura hasta entonces desconocido. Su hermana no dejaba de ser una adolescente. Y ella también lo había sido, con su punto raro e insoportable, sus hormonas descontroladas, los cambios de humor, el sentimiento de que el mundo y cuantos lo habitaban estaban en su contra. Pero la miró flotando en el Atlántico sur y supo que se le pasaría, sería una fase más, como lo había sido para ella y para Solar. Para todos, en realidad.
Eran las ocho y media cuando regresaron al chalé de sus padres. El viaje en barco les había dejado exhaustos. Nada como una travesía sobre las olas, el sol y la brisa del mar para alcanzar un estado de paz. Afortunadamente, propusieron cenar pizza. Todos estaban demasiado cansados para preparar una cena. El repartidor llegó mientras algunos acababan de ducharse. Cuando se sentaron a devorarla, MoonByul se fijó en el buen color que tenían todos. Los días en la playa habían borrado por completo su palidez y lucían rostros radiantes y saludables.
Deseó que todas las estaciones del año fueran así. Mirar al otro lado de la habitación y que sus ojos se encontraran siempre con la adorable Solar, que lucía un vestido de tela fina que se adaptaba a las líneas de su cuerpo. Estaba tan preciosa que Byul se quedó con la pizza a medio camino de la boca. Solo se percató de que se había quedado embobada cuando sintió un agudo dolor en la parte trasera de su cabeza. Hye Jin le había dado una colleja.
—Despierta, que te has quedado boba —le dijo, sonriendo—. Yo te entiendo, está muy guapa esta noche, pero mamá… 
—Cierra el pico.
—¿Ha habido suerte ya? ¿O esta noche es la noche?
—Shhh —la reprendió Byul con un codazo. Miró a su alrededor, pero todos estaban demasiado ocupados para prestarles atención.
Advirtió que Solar se acercaba al grupo en ese preciso momento. Subió los brazos por encima de su cabeza y se estiró. —Estoy cansadísima —dijo—. Si me disculpáis, creo que me iré ya a la cama.
—¿Ya? ¿Tan cansada estás? Es muy temprano —se sorprendió Eun Ji.
Eso mismo digo yo. ¿Ya? MoonByul hizo un puchero. Tenía esperanzas de que las dos esperaran juntas hasta que el resto se retirara a sus habitaciones y entonces… Pero ya era imposible. Solar se iba a la cama. La miró con tristeza.
—Estoy exhausta. Ha sido un día muy largo —les explicó Solar. 
—Tienes razón, nosotros también nos retiraremos en un rato. Bueno, pues que descanses, cariño.
—Que descanséis —dijo Solar. MoonByul esperó por si se giraba. Si le hacía una seña. Si le guiñaba un ojo o al menos le decía un buenas noches que pudiera leer en sus labios. Pero Solar no hizo nada de esto. Nada más saludó al grupo con la mano y se dio media vuelta para perderse en el interior de la casa.
Arrugó el entrecejo, sin comprender. ¿Qué estaba ocurriendo? Habían pasado un día complicado pero maravilloso, lleno de miradas cómplices, sonrisas tímidas y promesas que no necesitaban ser dichas en voz alta. Y ahora… esto. 
Solar se iba a la cama. Solar se acababa de ir sin un adiós, sin una seña, sin absolutamente nada. Solo un buenas noches, una sonrisa, hasta mañana y ya. ¿Acaso había hecho algo mal?
 
 
 
Tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac.
El segundero del despertador que había en la mesita de noche le sacaba de quicio. Solar quiso aporrearlo, pero se contuvo. Resopló para quitarse el mechón de pelo que le tapaba la cara y fijó la mirada en el techo. Llevaba así media hora, pero le parecía una eternidad. Había intentado relajarse un poco, leer, revisar su correo, ver una serie, y nada conseguía distraerla. Las horas pasaban a un ritmo tan lento que se estaba desesperando. Aguzó el oído para comprobar si la casa estaba en silencio, pero le pareció escuchar la cisterna del baño. Por dios, ¿cuánto iba a tardar aquello? ¿Cuánto tiempo necesitaban para irse a dormir?
Solar dio media vuelta en la cama y de pronto escuchó que alguien llamaba a su puerta. Se incorporó de golpe. El corazón empezó a latirle muy deprisa. ¿Estaba guapa? Se miró en el espejo y se atusó un poco el pelo. Sentía que le temblaban las manos.
—¿Sí? Adelante —dijo, con la mirada fija en la puerta. 
Esta se abrió y pasaron unos segundos que se le hicieron insoportables, el corazón le latía muy deprisa hasta que vio quién se aparecía tras ella. Su madre. 
Joder
—Buenas noches, cariño. Venía a darte un besito —dijo Eun Ji, todo ternura, asomando la cabeza. Después entró en la habitación y besó la frente de su única hija—. Pensé que ya estarías dormida. Me apetecía darte un beso como hacía cuando eras pequeña y dormías.
—Sí, bueno, no, es decir, tenía sueño, pero me he desvelado.
¿Quieres hacer el favor de calmarte? Estás histérica.
Eun Ji acarició su cabello. — Bueno, no te preocupes, si te relajas seguro que te quedas dormida. ¿Necesitas algo?
Necesitaba que todos se fueran a la cama. Y necesitaba a Byul. Pero eso no podía decírselo a su madre. 
—Estoy bien, gracias. —Pues buenas noches, que descanses, princesa.
—Buenas noches, mamá. Que descanses.
Eun Ji se fue entonces cerrando la puerta con suavidad y Solar volvió a quedar tumbada sobre la cama, mirando el techo, preguntándose qué tenía que hacer una en esa casa para tener un poco de intimidad. ¿Y si Byul se había quedado dormida? ¿Y si lo estaba ya? Pero aquello era imposible. MoonByul era normalmente la última en irse a dormir. Solía esperar a que los demás estuvieran en sus habitaciones para tener un poco de intimidad en el salón y Solar esperaba que esta vez no fuera diferente.
Aguzó el oído una vez más y le pareció escuchar unos pasos en el pasillo. Su corazón empezó a latir de nuevo con fuerza al pensar que esta vez sí sería Byul.
La habitación que ocupaba Solar era una de las últimas del pasillo y los pasos se escuchaban demasiado cerca para que se dirigieran a cualquier otro sitio. Tres golpes en la puerta. Se volvió a incorporar como un resorte. Se miró en el espejo. Estás bien, déjalo ya. Otros tres golpes. Qué impaciencia. Respiró hondo y se colocó uno de los tirantes a mitad del hombro. 
—¿Sí? Adelante.
La puerta se entornó, exactamente igual que antes, el tiempo se detuvo, como si pasara más despacio de lo normal. Esta vez contuvo la respiración. Tenía que ser Byul. Le iba a dar un infarto como no entrara pronto. Pero entonces…
—Oye, Sol, ¿me dejas unos cascos? Es que los míos se han fastidiado. Hye Ji. No podía creer su mala suerte.
Sintió ganas de gruñir, pero solo dijo: —Cógelos, están ahí, sobre el escritorio.
—Gracias. Y perdona que te haya molestado, vi que la luz estaba encendida y…
—Sí, sí, no te preocupes —replicó Solar con desgana—. Cierra la puerta al salir, por favor.
Paula cerró la puerta y Solar volvió a dejarse caer sobre la cama. Se lo estaba pasando genial esas vacaciones, pero, de verdad, qué intensidad. Se juró a sí misma que las próximas las pasaría en una casa aislada, en medio de un monte, sin cobertura ni manera de que nadie la interrumpiera. Si tan solo MoonByul quisiera ir con ella… 
La puerta volvió a sonar. Tres golpes más. No podía creerlo. Solar se tapó la cabeza con la almohada y contestó sumamente airada:
—¿QUÉ? ¿Qué queréis ahora? ¿Un cepillo? ¿Mi cartera? Llévate lo que quieras, ahí tienes la Visa si la necesitas. Por mí como si retiras todos mis ahorros del banco.
—Perdona —dijo una voz compungida—, no pretendía molestar. 
¡BYUL!
Abrió los ojos de golpe, retiró la almohada y se incorporó en la cama, con cara de lunática.
—¡No! ¡Espera, no te vayas! 
—Pero si me acabas de decir que…
—Ya, pero no era a ti, era a… Da igual, no tiene importancia. Pero no te vayas.
MoonByul arqueó una ceja, como si no entendiera una sola palabra. —¿Estás segura? Porque puedo volver en otro momento. Yo solo… te fuiste de repente y pensé que a lo mejor había hecho algo mal.
¿Algo mal? No, no, no. ¿Cómo que algo mal? Se había ido así para que los demás no sospecharan de ellas. Para esperar en su habitación a que todos durmieran y así poder ir al salón para dormir con MoonByul. Y ahora ella se pensaba que estaba enfadada por algún motivo estúpido. Oh, no.
Solar se levantó y se acercó para tomarle la mano. —Ven, déjate de tonterías.
—Entonces, ¿no estás enfadada? 
—Claro que no. Solo fingía para que los demás no sospecharan. Como estás tan paranoica con eso…
MoonByul pareció suspirar tranquila. Su cara, hasta ese momento un poco descompuesta, se relajó en una sonrisa. Se miraron fijamente diciéndoselo todo con los ojos.
—¿Te ha visto alguien entrar? 
—Creo que no —dijo Byul—. Esperé hasta que todo estuviera oscuro. 
—¿Ya duermen?
—Eso parece. —Byul se encogió de hombros. 
Seguían con las manos entrelazadas, pero las dos parecían demasiado tímidas para dar el primer paso. El momento había llegado, pensó Solar, por fin solas. Por fin podía tocarla, besarla, acariciarla sin varios pares de ojos observando en todo momento lo que hacían. Y sin embargo, ahora que estaban solas, sintió vértigo, verdadero pánico. ¿Realmente era eso lo que quería?
 
¿Dormir con Byul? 
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¿Hacer el amor con Byul? 
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—¿En qué piensas? ¿Por qué sonríes?—le preguntó. Había un destello de pánico en sus ojos.
—Ven —le pidió Solar, tirando de su mano y aproximándose a la cama—. No tengas miedo.
Solar sintió que su respiración se aceleraba. La de MoonByul parecía también más pesada de lo normal. Mantuvo el contacto visual hasta que las dos quedaron sentadas en el borde de la cama y entonces le acarició la cara para darle un suave beso.
¿Estás… segura de esto? Porque no hay ninguna prisa y estamos en casa de mis padres. ¿No prefieres otro sitio? — le dijo Byul con los ojos cerrados, mientras ella trazaba un rastro de besos en su cuello.
Solar se detuvo un momento y la miró fijamente. —Byul, nunca he estado tan segura de nada en mi vida —le dijo —. Y no me importa si estamos aquí o en un hotel de cinco estrellas. Para mí lo especial es tu compañía, no dónde estemos. ¿De acuerdo?
MoonByul asintió en silencio y Solar comprendió que, después de todo, aquella situación era perfecta. Quería que sucediese allí, de manera espontánea, sin planes, estaba cansada de planear. Con Eric siempre lo hacía y se había vuelto aburrido. Pero con Byul todo era una sorpresa, fascinante, incluso algo tan incómodo como plantearse dormir con ella a escasos metros de la habitación de sus padres. 
Solar se recostó en la cama y tomó la mano de Byul. La subió hasta sus labios y besó sus nudillos, tratando de recordar la última vez que se había sentido tan segura de algo. Nunca. Con todos los anteriores había tenido dudas, unas más grandes y otras más pequeñas, pero dudas. Con MoonByul era diferente. Ella le reportaba una seguridad desconocida. Tenía miedo, pero era de otra clase. A no gustarle. A defraudarle. A que su primera vez fuera un desastre. Pero cuando sus ojos se encontraron por unos segundos, supo que todo iba a estar bien.
MoonByul se inclinó para capturar sus labios y aprovechó para colocarse encima de ella. Se besaron profundamente, casi de manera ruda, sus lenguas librando una batalla a medida que sus respiraciones se volvían más y más pesadas. Sus cuerpos danzaban bien juntos. Encajaban. Como si llevaran años haciendo el amor. Ninguna de ellas parecía sentir pudor, solo un deseo extremo que empezaba a quemarles por dentro y que hizo que sus pezones se erizaran al contacto con las caricias de MoonByul. Ese pensamiento cruzó la mente de Solar momentos antes de que MoonByul le quitara la camiseta y se peleara para bajarle los pantalones. Estaba casi desnuda, pero lejos de importarle, se sentía excitada. Quería que Byul la mirara con aquellos ojos suyos tan preciosos, quería ver la misma excitación en ellos.
—¿Estás bien? —le susurró Byul al ver que la observaba.
—Mejor que nunca —replicó Solar con una sonrisa.
Ese iba a ser otro de sus problemas. Que nadie las escuchara. Hablaban en susurros, pero Solar sentía que sus respiraciones eran demasiado ruidosas y tenía que hacer esfuerzos sobrehumanos para controlar algunos gemidos cuando Byul la acariciaba.
Estiró los brazos y tomó el borde de la camiseta de MoonByul. Cuando consiguió deshacerse de ella y también de su sujetador y los lanzó al suelo con prisas. «Es lo justo, yo casi estoy desnuda», le dijo. MoonByul se ruborizó un poco cuando se detuvo unos segundos a observarla con atención. La piel de Byul brillaba, sus pechos eran pequeños y perfectos, sus hombros redondos y femeninos.
La boca de Byul se precipitó entonces con hambre hacia la suya y Solar olvidó cualquier pensamiento que estuviera teniendo. Sintió que su ropa interior viajaba hacia sus tobillos y pataleó un poco para deshacerse de ella, hasta que las dos quedaron desnudas y fue como una tortura dulce pero dolorosa, sentir su piel cálida rozando plenamente la suya. Se le escapó un gemido involuntario, demasiado alto, cuando Byul usó su pierna para separar las suyas y después empujó su muslo contra su cuerpo. Solar se mordió los labios para controlar el volumen de su voz. Pero estaba tan excitada sintiendo el movimiento del cuerpo de Byul contra el suyo que era difícil permanecer callada.
En ningún momento rompieron el contacto visual. Era como una dulce tortura. Unos segundos después MoonByul se movió un poco, separó las piernas de Solar, y colocó sus caderas entre ellas.
—¡Oh, joder! —exclamó al sentirla por completo. MoonByul abrió los ojos con terror y Solar se llevó una mano a la boca. Esperaba que su madre no hubiera escuchado eso.
La posibilidad se le olvidó tan pronto Byul comenzó a moverse reanudando esa dulce tortura. Cerró los ojos al sentir sus besos en su cuello mientras, al mismo tiempo, bajaba la mano por su estómago hasta colarse entre sus muslos. Solar estaba excitada. Podía sentirlo por el movimiento de los dedos de MoonByul, causando oleadas de calor hasta el epicentro de su cuerpo, notó que le temblaban las piernas. MoonByul encontró su boca y volvió a besarla con prisas de nuevo, mientras sus dedos comenzaban a acariciarla. Se perdían en su interior y después volvían a aparecer, para volver a empezar. Sus rodillas se separaron todavía más, como si tuvieran voluntad propia y no quisieran ponerle ningún impedimento a MoonByul para que tuviera total acceso a su cuerpo. 
Los pechos de MoonByul estaban ahora en sus manos. Los acarició y notó sus pezones erectos contra las yemas de sus dedos, pero se sentía incapaz de concentrarse. Cada vez que MoonByul la tocaba, Solar sentía que podía estallar de un momento a otro. Su respiración se volvió entrecortada y aprovechaba para respirar cuando MoonByul se lo permitía y, joder, dios, lo único que podía pensar es que nunca antes había sentido algo igual. Cuando por fin decidió que ya no podía soportarlo más, estiró la mano para agarrar a MoonByul por la muñeca y hacerle saber que estaba muy cerca. Cuando la miró, Solar simplemente le susurró «No puedo más», y dejó su mano libre. 
MoonByul le sonrió con dulzura y mantuvo el contacto con Solar en todo momento, sin dejar de tocarla ni un instante, observando sus reacciones, deleitándose con los esfuerzos que hacía para no gritar, para que nadie las escuchara. Era como si pretendiera matarla de placer. Las oleadas de calor comenzaron de nuevo, pero esta vez más fuertes, estaba tan cerca que quería gritar. Tomó una bocanada de aire y apretó a MoonByul con fuerza contra su cuerpo cuando sintió aquel espasmo, como si acabara de convertirse en una flecha que rasgara el aire con fuerza, y un gemido gutural se escapó de su garganta. Sus músculos se tensaron y Solar arqueó la espalda mientras se sujetaba a MoonByul con tanta fuerza que le pareció ver miles de colores explotando contra sus párpados cerrados.
 
 
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Lo peor no es editar esta historia desde el móvil NOOoooo!!... lo peor es que el internet este de la pu****  tenia este cap desde la tarde >:V Aaaaaaahhhhh!!!! Ok ya me calmo..
Ahora si.... este capítulo para todos sus mazapanes :V lol
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Thank you!
Argali11
esta adaptación estará detenida por unos dias mas espero subir almenos 3 o 4 cap seguidos asi que no desesperen

Comments

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alexiz21 #1
Chapter 23: Dioss!!!!!! Que vacio siento o bien podria ser la cantidad de picante que le puse a mi comida la que esta haciendo efecto, buennooo el sentimiento es el mismo ^^
Lastima que no tenga epílogo, no pedire epílogo porque alfin y acabo era una adaptación, seguiras haciendo adaptaciónes????? Yo espero que si, bien wenoooo sin mas me despido, espero leerte pronto :D byeeeeeeee!!!!!!
KamJ95
#2
Chapter 23: Un estupendo final :3
Gracias por adaptar y compartirnos está gran historia. Espero que no tardes en compartirnos más. Que se extrañara. :"v
Argali11
#3
Por amor a Dios no me pidan hacer epilogo yo lo único que escribo bien es la lista del mercado TnT
sabrina528 #4
Chapter 23: Oh yes!!!! Pero keria epilogo....T.T
Espero ke pronto subas otra historia!
alizeejacotey #5
Chapter 23: Pues haz un epilogo :D
alexiz21 #6
Chapter 20: Se acerca la tercera guerra mundial >.< o algo peor 0.o'
merugoo #7
Vuelve~~~~~~~~
merugoo #8
Joder, yo creo que ese grito lo escuchamos hasta nosotros jajajaja definitivamente despertaran los padres
alexiz21 #9
Chapter 19: Debo aprender que estas escenas no se deben leer en hora de clase, porque he de estar roja y tener una sonrisa de ertida o////o hasta calor empezá hacer y estoy bajo un ventilador XD
Cristina5678 #10
Chapter 19: :Q 7u7 Solar ya no aguanta :v XDDDD <3.