Capitulo 14 *Amigas*

Kiss Them for Me
Si Whee In y las demás hubiesen querido escoger peor momento, no lo habrían conseguido. MoonByul se despertó ese día con una extraña sensación de irrealidad. Consultó su teléfono móvil. Tenía varios mensajes de Whee In anunciándole que en breve cogerían el coche y estarían de camino a Gunsan. Y mientras los leía, iba recordando imágenes de la noche anterior. Las madres, reunidas en la habitación de Solar. Hye Jin, gastando bromas dolorosamente acertadas. Solar, rabiosa y rabiosamente guapa. Y el beso, que lo había sentido como fuegos artificiales estallando en su boca.
Solar había dicho que deseaba dárselo, pero ella seguía pensando que había sido un arranque de rabia, una manera de fastidiar a las entrometidas de sus madres. Un aquí estoy yo en toda regla. Y a pesar de todo, le había encantado.
Se llevó los dedos a los labios, como si todavía no pudiera creerlo, como si siguiera fresco en ellos. Los labios de Solar le sabían a fruta madura y su textura era tan suave que podría haberla estado besando toda la noche. MoonByul meneó entonces la cabeza con frustración. No debía permitirse a sí misma pensar de aquel modo. Solar seguía siendo heteroual. Puede que estuviera atravesando un momento de frustración y confusión, provocado por su ruptura con Eric, pero ella no era el pasatiempo veraniego de nadie. Tenía que recordarlo.
Con todo, sus amigas llegarían en pocas horas y, en teoría, Solar había quedado en acompañarla. ¿Se lo habría pensado mejor? ¿Cambiaba algo lo de anoche? MoonByul quiso pensar que sí cuando se levantó y fue hasta la cocina. Por primera vez en su vida se alegró de que la única que estuviera allí fuera su hermana.
—Buenos días —le dijo en un gruñido. Había dormido fatal toda la noche. Imágenes de Solar besándola y arrepintiéndose plagaron sus sueños.
—Uh, qué cara. Muy diferente a la que tenías anoche. Espero que no dejes que Solar te vea así, porque puede que se lo piense mejor.
—Hye Jin, no estoy de humor. 
—Qué sorpresa. ¿Cuándo lo estás? 
MoonByul gruñó mientras abría la nevera. Genial. No quedaba leche. Tendría que conformarse con un zumo de naranja. Metió una rodaja de pan en el tostador y bostezó con ganas. 
—¿Y los demás? —se interesó. 
—Han bajado al puerto. Querían ir en barco o algo así —respondió Hye Jin.
Deseaba preguntarle si Solar también les había acompañado, pero prefirió no hacerlo. Eso solo conseguiría granjearle más bromas por parte de su hermana pequeña. No obstante, Hye Jin decidió informarle sin que ella preguntara:
—Solar está en casa. Dice que habíais quedado para ir con tus amigas las bolleras.
—Dudo mucho que Solar haya dicho eso.
—No, es cosecha mía, pero, bueno, son tus amigas bolleras las que vienen, ¿no? —replicó Hye Jin muy firmemente, como si estuviera llena de lógica.
MoonByul suspiró hondo. Después de todo, Solar había decidido no cambiar los planes y se preguntaba por qué. ¿Acaso aquel beso no había sido suficientemente extraño? ¿Qué ganaba ella sumándose a un plan con sus amigas lesbianas? ¿Y cuál sería su humor? Le parecía raro que Solar no estuviera allí, que ya hubiera desayunado y no hubiera ni rastro de ella. Se preguntó si debía llamar a su habitación o esperar a que saliera.
—¿Te ha dicho algo más? —le preguntó a Hye Jin.
—No. Que se iba a vestir. Estará en su habitación. 
—Vale. 
—Pero, sister, no te rayes. Ella está tan colgada de ti como tú de ella. Las bolleras sois así de intensas.
—Muy graciosa, Hye Jin. Cállate ya, ¿quieres? Me levantas dolor de cabeza.
—Como quieras, yo solo intentaba ayudar. Me las piro entonces. He quedado con Seung Ryong en la playa y estoy deseando ver la cara que pone con mi nuevo tanga.
MoonByul se quedó con el vaso de zumo suspendido en el aire, a medio camino de sus labios.
—¿Te has comprado un tanga?
—Sí. Pero no se lo digas a mamá o le dará una embolia —dijo, sonriendo—. Te veo luego. ¡Que vaya bien con tu amada! —Hye Jin se fue con su cesta de la playa al hombro y una gigantesca pamela que le hacía parecer una extravagante famosa deseosa de llamar la atención.
MoonByul se olvidó muy pronto del asunto del tanga. Su hermana y ella no podían parecerse menos. A MoonByul le daba pudor ponerse en bikini delante de según qué personas (Solar, por ejemplo), mientras que Hye Jin casi rozaba el exhibicionismo. A veces pensaba que le gustaría ser un poco más como su hermana menor. Tener la caradura o el arrojo necesario para lanzarse. Ser menos tímida, más decidida. Besar a Solar la próxima vez que me entren ganas.
MoonByul hundió la cabeza entre sus brazos, desesperada consigo misma. Dado que tenía la mirada fija en la superficie de la mesa, no fue capaz de apreciar que Solar acababa de entrar en la cocina.
—¿Sabes algo de tus amigas? 
Levantó la cabeza y la vio allí vestida, con la cara muy seria. —Buenos días —la saludó, un poco sorprendida por el tono crispado con el que había entrado.
—Sí, perdona, buenos días. ¿Entonces? ¿Sabes algo?
—Están de camino. Llegarán en un par de horas, supongo.
—Bien, era solo por planificarme — replicó Solar, dándose la vuelta para regresar de nuevo a su cuarto.
La observó en silencio, un poco anonadada. ¿Qué estaba ocurriendo? La noche anterior se habían despedido de una manera dulce, o eso creía ella, y ahora Solar parecía molesta. Pero el motivo se le escapaba de las manos.
—Oye, ¿estás bien? ¿Estás enfadada por algo? —la detuvo, intentando que no le temblara la voz. MoonByul odiaba la confrontación. Se sentía incómoda cuando tenía que hacer aquel tipo de preguntas.
—No —dijo Solar, dándose la vuelta. Frunció el ceño—. ¿Por qué lo preguntas?
—No lo sé, te veo muy seria. ¿Seguro que estás bien? No tienes por qué venir si no quieres. De verdad. 
—Lo sé. Pero quiero ir. 
—Entonces, ¿no estás enfadada?
—No. ¿Por qué habría de estarlo? — le dijo. Y sin embargo, sus palabras no sonaron sinceras.
Algo la estaba incomodando y no tenía ni idea de qué podía ser. El beso se lo había dado ella en un arranque de furia. Ella. MoonByul no había hecho nada. Así que ahora no entendía su frialdad y desapego.
Solar se fue a su habitación con el pretexto de que quería darse una ducha y vestirse antes de salir. MoonByul, presintiendo que se avecinaba una tormenta emocional, le mandó un mensaje a Whee In para convenir un punto de encuentro y aconsejarles sobre lugares de aparcamiento. Después se fue al salón, también para prepararse. Tenía todo hecho un desastre. Su ropa estaba esparcida por varias sillas o directamente encima de la maleta y ya no sabía dónde había puesto la mayoría de las cosas. Eligió su bikini favorito, uno de color azul turquesa que le sentaba especialmente bien, unos shorts vaqueros y una camiseta de cuello barco. Quería estar guapa para Solar, pero de un modo discreto, sin que se notara. Barajó la posibilidad de maquillarse un poco, aunque siempre había odiado aplicarse maquillaje para ir a la playa, así que descartó esa posibilidad de inmediato. Estaba buscando otra camiseta de un color que le favoreciera más cuando su teléfono empezó a sonar.
—¿Sí?
—Byul, querida, me tienes abandonada. 
—Hyolyn. 
—¿Tienes ya una respuesta para mí? Tengo a U-Kwon esperando por ti.
Se mordió el labio con nerviosismo. Había planeado llamar a Hyolyn, pero al final no lo había hecho. Necesitaba más tiempo para meditarlo, pero ahora ella demandaba una respuesta. ¿Qué podía decirle? No estaba preparada para dársela. Deseaba aquel ascenso, pero al mismo tiempo también sabía cómo se las gastaba Hyolyn. Con ella nada estaba asegurado. Podía decirle que sí ahora, cerrar aquel acuerdo con la empresa de U-Kwon, y aun así quedarse sin un ascenso. Lo había visto otras veces, en otros compañeros. ¿Qué le hacía pensar que esta vez iba a ser diferente?
—Lo quiero por escrito —dijo de repente. MoonByul abrió los ojos con sorpresa. No se podía creer que le hubiese dicho eso a Hyolyn.
—¿Por escrito? ¿A qué te refieres? Creo que no entiendo.
El corazón de Alexia empezó a latir con fuerza. Que ella supiera, nunca antes se había enfrentado a Hyolyn de aquella manera. No estaba acostumbrada a hacerlo y temía derrumbarse de un momento a otro. Respiró hondo y se animó a sí misma, ahora ya no tenía nada que perder:
—Que si voy a interrumpir mis vacaciones para cerrar ese acuerdo, quiero que me asegures por escrito el ascenso. Esas son mis condiciones.
—Vaya, esto sí que no me lo esperaba. Te sienta bien el sur, Byul. Te vuelve… decidida. 
—Eso creo. 
—Y a mí me gusta la gente decidida —continuó diciendo Hyolyn—, así que trato hecho. Si cierras ese acuerdo, estoy dispuesta a garantizarte un ascenso por escrito. ¿Qué me dices? ¿Tenemos un trato?
Sonrió contra el auricular de su móvil, complacida. Por primera vez en su vida había dicho «aquí estoy yo y esto es lo que quiero» y se sintió inmensa, llena, indestructible. Estaba deseando ver la cara que pondría Whee In cuando se lo contara.
 
 
—Deberían estar por aquí, me dijeron que estaban cerca del chiringuito de la playa.
—Hay varios chiringuitos en la playa. ¿Estás segura de que es este? —le preguntó Solar, cargada con su bolsa, buscando a sus amigas aunque no las conociera.
—Espero que sí. Les dije que usaran esta entrada —le informó, un poco nerviosa.
Solar estaba de tan mal humor aquel día que apenas habían cruzado palabra durante el trayecto a la playa. MoonByul volvió a preguntarle en un par de ocasiones si le pasaba algo, pero insistía en decir que todo estaba bien, que no había nada de lo que preocuparse. A pesar de ello, algo iba muy mal. MoonByul podía notarlo en sus gestos, en su manera airada de hablar, en sus comentarios sarcásticos. Pero por más que se devanaba los sesos, no sabía qué había hecho mal. Solar había sido la que la había besado, no ella. Si la extrañeza del beso era el problema, ¿por qué la hacía responsable?
—¿Es por lo del beso? —le preguntó entonces, cansada de dar palos de ciego. Si tenían que hablar sobre ello, sería mejor que lo hicieran antes de que sus amigas llegaran. No quería exponerse a que Whee In notara aquella tensión entre ellas.
—No, no es por lo del beso. 
—Entonces, ¿qué? Fuiste tú la que me besaste a mí, ¿recuerdas? Yo no hice nada.
—¡Exacto! ¡No hiciste nada! — Solar elevó los brazos como si por fin hubieran tocado el epicentro del problema.
—¿Qué quieres decir? No te entiendo. 
—Que no hiciste nada, Byul. No sé tú, pero yo no estoy acostumbrada a que me den las “gracias” cuando doy un beso y que ahí se quede la cosa, como si fuera prácticamente un caso de beneficencia —replicó Solar, que ahora estaba más enfadada que nunca, como si las compuertas se hubieran abierto dejando salir a la fiera que llevaba dentro.
Byul arqueó las cejas, sin saber muy bien qué decir. Le había dado las gracias, sí, pero se suponía que Solar se lo tenía que tomar como algo dulce, cariñoso, era su manera de agradecerle que la hubiera defendido delante de las madres. No significaba nada más. Y ahora… esto…
—Y encima, sigues sin decir nada. Ahí, mirándome, como un pasmarote —la acusó Solar. Parecía rabiosa. 
—¿Y qué quieres que diga? 
—Pues no sé. ¿Qué me digas que estuvo bien? ¿Que a ti también te gustó el beso? ¿Que te gustaría repetirlo de nuevo? ¡Cualquier cosa, vaya! Pero no que me des las gracias y te vayas a dormir. ¿Tienes idea de lo mal que sienta algo así?
—¿Llegamos en mal momento? 
MoonByul se giró y vio a Whee In, mirándola con cara de circunstancias. Detrás de ella estaban Yoon Sun y Seulgi, sus dos amigas, y por el gesto que tenían no necesitó una confirmación que habían escuchado la conversación.
Alex se ruborizó pero fue al encuentro de su amiga y la saludó con un abrazo.
—Veo que has aprovechado bien las vacaciones. Menudo pibón —le susurró Whee In al oído.
MoonByul le propinó un pellizco para que se callara y procedió a las presentaciones. A pesar de la rareza de la situación, Solar salió muy airosa de ella. Saludó con besos a todas y se mostró cercana y amable. Parecía tener muy presente que el enfado era solo con ella.
El día estaba caluroso, por lo que eligieron un lugar cerca del mar para extender allí sus toallas. Le ponía de mal humor tener que ir a la playa, pero Whee In había insistido. No iban a hacer un viaje tan largo en coche para estar dando vueltas por un centro comercial, por lo que no le quedó más remedio que aceptar. Quiso poner su toalla cerca de Solar, pero ella prefirió colocar la suya en el extremo opuesto para entablar conversación con Yoon Sun y Seulgi. Le dolió un poco, pero estaba dispuesta a no mostrar sus emociones. Si Solar podía ser orgullosa, ella también.
Por fortuna para todas, la mañana transcurrió más o menos bien. Se dieron numerosos baños refrescantes en el mar, jugaron varios partidos a las palas y comieron pescadito frito en un chiringuito cercano.
MoonByul casi se había olvidado de que odiaba la playa y del enfado de Solar, cuando a la hora de los cafés, Yoon Sun dijo:
—Entonces vosotras dos os conocisteis en el instituto, ¿no?
MoonByul y Solar le miraron de manera tensa. Fue Byul quien decidió responder:
—Sí. Íbamos juntas al mismo colegio. Éramos compañeras de clase.
—¿Y lleváis todo este tiempo como pareja? Qué pasada, ¿no? 
—En realidad no… 
—No somos pareja ni nunca lo seremos —replicó Solar, airada.
—Solar es heteroual —les explicó MoonByul, intentando aliviar la tensión que se respiraba en el ambiente.
Whee In observaba toda la escena tras su vaso de café con hielo. Estaba sonriendo.
—Oh, vaya, lo siento —intervino Yoon Sun—. Yo pensaba… En fin, he visto tanta química en vosotras que pensé… no sé. Disculpa el error.
¿Química? ¿En dónde había visto la química? ¡Si casi ni se habían mirado! O a lo mejor sí. Bueno, sí. Muchas veces. Habían intercambiado varias miradas en el transcurso de aquel día, pero eso no significaba nada, ¿verdad? ¿Qué veía Yoon Sun que MoonByul no pudiera ver?
—Simplemente somos amigas —le explicó y miró a Solar en busca de su complicidad, aunque se sorprendió al ver la sombra de la decepción pintada en su rostro.
—Sí, somos buenas amigas —dijo Solar con un tono de lo más sarcástico —. A veces nos besamos, pero no significa nada. Estamos… agradecidas por ello.
MoonByul puso los ojos en blanco. No podía creerlo. Dijo:
—Sabes de sobra que no era mi intención que lo interpretaras así. — Estaba cansada de presuposiciones erróneas. Había bajado la voz para que solo ella la escuchara, pero las demás estaban demasiado cerca y seguían el intercambio con verdadera atención.
—¿Y entones por qué no lo dices? ¿Qué problema hay?
—Que eres hetero, joder. 
—Porque tú lo dices.
—¿No lo eres? —MoonByul arqueó las cejas, en espera de una respuesta. El corazón le latía desbocado. Yoon Sun se había encendido un cigarro y las miraba fascinada. Seulgi tenía cara de necesitar una copa.
Solar tardó un rato en responder. Primero suspiró y después, como si se diera cuenta de que todas estaban pendientes de su respuesta, se ruborizó ligeramente y dijo: —Sí, lo soy.
En ese momento Whee In se acercó al hombro de MoonByul y disimuladamente le susurró al oído:
—Y una mierda heteroual.
Byul se puso tan nerviosa que, sin querer, en vez de darle una patada a Whee In para que se callara, se la acabó dando a Solar, que se levantó de su silla, muerta de dolor.
—¡Perdón! ¡Perdón! Pensé que eras… Oh, joder, no sé en qué estaba pensando. Lo siento —trató de disculparse al ver el gesto de dolor en la cara de Solar, que ahora se estaba frotando la espinilla con fruición—. ¿Quieres que pida hielo? Ten, toma —dijo, metiendo los dedos en el café helado de Whee In y extrayendo un par de hielos bañados en el líquido negro.
Whee In no daba crédito. Empezó a reírse con tantas ganas que los comensales de la mesa de al lado las miraron.
—No tiene gracia, Whee In —la reprendió Byul—. ¿No ves que le he hecho daño?
—No me rio por eso. Solar guapa, espero que sepas que no me rio por eso —dijo Whee In, dirigiéndose a ella para aclararlo.
—Tranquila, no lo he pensado — repuso Solar. Entonces sacó la cartera y dejó veinticinco mil wons sobre la mesa—. Espero que con esto sea suficiente —les dijo—. Ha sido un verdadero placer conoceros, pero la verdad es que ya estoy un poco cansada de playa. Si no os importa, creo que necesito una ducha.
—¿Te vas? —inquirió Byul, un poco horrorizada. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Por qué era todo tan complicado?
—Sí. Te veo en la casa. Gracias por todo. Ha sido un placer, chicas. Ojalá volvamos a coincidir. Disfrutad del resto del día aquí.
Yoon Sun, Seulgi y Whee In se levantaron para despedirse con dos besos y al poco tiempo Solar se fue, de regreso a la casa. Tan pronto su figura se perdió de vista, tres pares de ojos se posaron en Byul con suma atención.
—¡Cuéntanoslo todo! —le ordenó Whee In, sonriendo.
Byul las observó sin dar crédito y sintiéndose un poco desbordada por las circunstancias. Además, ¿qué podía decirles? Si solo había sido un beso. Una pequeñez. Nada. ¿O acaso había algo más y ella no se estaba enterando?
—¿Damos un paseo? Creo que necesito estirar las piernas —dijo, esperando que Whee In entendiera la indirecta. Yoon Sun y Seulgi le parecían encantadoras, pero no estaba dispuesta a discutir su vida personal delante de ellas.
—Claro. ¿Nos vemos luego en las toallas? —preguntó Whee In—. Después os pago mi parte.
Las dos amigas se encaminaron entonces hacia la orilla para dar un largo paseo. MoonByul estaba tan ansiosa que ni siquiera le importó que llevaran ya varias horas en la playa. Sentía deseos de salir corriendo, ir en busca de Solar y decirle… ¿qué? No tenía ni idea, pero deseaba verla, aclarar lo ocurrido. Sin embargo, Whee In y sus amigas habían ido hasta allí para estar con ella, así que no podía irse sin más, despedirse y salir corriendo. Habría sido maleducado por su parte.
—¿Quieres hablar de ello o prefieres caminar en silencio?
Alexia miró hacia su derecha y vio a Whee In, esperando una respuesta. Llevaban ya unos minutos caminando, pero seguía muda, atrapada en la turbina de sus pensamientos.
—Prefiero hablar, pero es que no sé por dónde empezar. Es todo muy confuso.
—¿Qué tal si empiezas contándome lo del beso? Eso estaría bien.
Sonrió, azorada. —Pues eso, que nos besamos. 
—¿Y? 
—Y nada. El problema es que no fue un beso normal. Sucedió delante de nuestras madres. —En este punto, Whee In puso una cara indescifrable, no sabía si de espanto o de dolor—. Ya, ya lo sé, raro, pero por eso no fue un beso normal. Creo que Solar lo hizo para que nuestras madres nos dejaran en paz. Se piensan que estamos liadas o yo qué sé.
—Sí, lógico. Y como vuestras madres creen que estáis liadas, lo normal es corroborárselo dándoos un beso. ¿No? —apuntó Whee In con sarcasmo.
—No, no es eso. Me parece que Solar lo hizo solo para fastidiar a su madre y yo…
—Y a ti te gustó…
—Sí, pero ese no es el problema. Ella está enfadada porque cree que a mí no me gustó.
Whee In arrugó la frente. —¿Pero no me acabas de decir que te dio un beso para fastidiar a su madre? 
—Sí.
—Entonces, ¿por qué le molesta que no te guste?
—Es complicado…
—Byul, creo que me estoy perdiendo. ¿Por qué no empiezas por el principio y me lo cuentas despacio? Nada de lo que dices tiene sentido.
Suspiró hondo. Incluso si se lo contaba, seguiría sin tener sentido, nada parecía tenerlo últimamente, pero entendía la confusión de su amiga: necesitaba empezar de cero, tal vez desde el mismo día en el que llegó a Gunsan. Contarle su conversación con Hani. Sus sensaciones cuando se quedaron encerradas en el baño. Los retos velados del día del concierto. La extraña actitud de sus madres y, finalmente, el beso de la discordia. Nunca en la historia un beso había producido tanto drama como el que se habían dado ellas. O, al menos, esto era lo que pensaba MoonByul mientras se lo relataba todo a Whee In, mientras paseaban por la orilla de la playa. Cuando terminó se dio cuenta de que habían caminado tanto que ya no era capaz de distinguir el sitio donde habían dejado sus toallas.
—Y eso es todo —dijo, perdiendo la mirada en una embarcación a pedales en la que iba una pareja—. ¿Tú lo entiendes? A lo mejor puedes arrojarme algo de luz.
—Por supuesto que lo entiendo. Está todo clarísimo. 
—¿Ah, sí? 
—Sí. Yo creo que Solar es la típica hetero confundida y muy necesitada de gustarle a alguien ahora que lo ha dejado con su novio. Le pasa a mucha gente — opinó Whee In.
—Pero eso no tiene ningún sentido — protestó Byul—. Es un comportamiento más propio de personas inseguras y no veo que Solar lo sea.
—Bueno, quizá no lo sea, pero a lo mejor está atravesando una fase de baja autoestima. Y ahora está dolida porque no ha tenido el efecto en ti que esperaba.
MoonByul recapacitó un poco sobre lo que le estaba diciendo su amiga. Conocía poco a Solar, pero aquella imagen de mujer despechada que busca el halago de cualquiera, no le parecía propio de ella. Con todo, escuchó a Whee In con atención. A fin de cuentas, no tenía nadie más con quien hablarlo y necesitaba ver las cosas desde otro ángulo.
—Si yo fuera tú, dejaría que se le pasara —siguió diciendo Whee In—. Ahora está enfadada, pero se calmará cuando entre en razón.
—O no. Estamos encerradas en esa casa. Todo se vuelve muy tenso. Es horrible. Además, no me gusta que esté enfadada conmigo. 
—Oh, oh… 
—¿Qué? 
—Por favor, dime que no te has enamorado de ella. Por favor, por favor, por favor…
—¡Claro que no me he enamorado de ella! —se soliviantó MoonByul. 
—¿Seguro? 
—¡Segurísimo! 
—Pero la has besado…
—Sí. Y lo volvería a hacer si no fuera hetero. ¿Por qué no la besas tú por mí? —bromeó MoonByul.
—Oh, no me importaría, créeme, la chica está para besarla y mucho más — bromeó Whee In—, pero no acostumbro a estar con mujeres emocionalmente inestables. Demasiado drama.
Byul sintió que sus pies se hundían en la arena y sin querer recordó su conversación previa con Hyolyn. No le había hablado a Whee In de este tema y deseaba saber su opinión:
—Ahora en serio, lo que ocurre es que me importa, me cae bien, y no me apetece estar todo el día a la gresca. Eso es todo —comentó, sin creerse del todo sus palabras. En cualquier caso, ahora no le apetecía detenerse a pensar sobre el alcance de sus sentimientos hacia Solar—. Además, no me quiero ir así. 
—¿Te vas?
—Mi jefa me llamó el otro día… 
—¡Byul! ¡Me prometiste que no ibas a…
—¡Es una gran oportunidad! —le cortó MoonByul—. Y esta vez está dispuesta a ponerlo por escrito. Tengo casi un ascenso asegurado, Whee In.
Whee In la miró con suspicacia. Como era normal, no acababa de creerse que Hyolyn cumpliría con su palabra. Sus promesas solían caer en saco roto y las esperanzas de Byul caían con ellas. Pero aun así, su amiga celebró que estuviera tomando las riendas de su vida.
—Pero si me voy, me gustaría irme de otra manera. Que las cosas acabaran bien con Solar —le explicó MoonByul—. No sé por qué, pero es importante para mí.
—Pues entonces tienes que hablar con ella. Si dices que es una persona racional, te escuchará y lo entenderá. Sé franca. Dile que no te apetece un rollo de verano, que no eres de esas, y ya está. Recuérdale que solo está confundida. Al final le estarás haciendo un favor.
—Sí, a lo mejor tienes razón.
—La tengo. Siempre tengo razón, pequeña —replicó Whee In con una sonrisa.
 
 
 
Lo entenderá. 
Lo entenderá. 
Lo entenderá
MoonByul se iba repitiendo las palabras que Whee In le había dicho en la orilla mientras se dirigía de vuelta a la casa.
Veinte minutos antes se había despedido de las tres amigas, y sin embargo seguía allí parada, a escasos metros de la verja de entrada, merodeando la calle arriba y abajo, mientras destrozaba sus uñas a mordiscos.
Estaba nerviosa. Histérica. La idea de entrar y llamar a la puerta de Solar se le hacía cuesta arriba. ¿Y si no quería hablar? ¿Y si se negaba a abrirle? O peor aún: ¿Y si los padres habían regresado ya de la playa? ¿Dónde hablarían entonces? ¿Sentadas sobre su cama con la puerta cerrada? Una imagen tan simple como esa hizo que un acceso de sudor frío le recorriera la espalda. Miró el reloj con nerviosismo. Era temprano todavía, no podían haber vuelto. Salvo si alguien se ha puesto indispuesto, claro. O si han tenido un accidente. Pon que a uno de ellos le picara una medusa en la orilla o le diera una insolación por no haberse echado protector solar. O que mi padre insistiera en salir a hacer windsurf y se hubiera caído de la tabla. Buitres. Sí, o incluso gaviotas. Esos animales pueden ser muy sanguinarios a veces. ¿Y si una gaviota había atacado el ojo de Eun Ji pensando que era una aceituna y se lo había arrancado de cuajo? ¿Qué harían entonces? ¿Ir al hospital o irían antes a la casa a recoger su cartilla de la seguridad social?
—¡Joder! —exclamó en voz alta. 
Para... ¡Te estás volviendo loca! ¿Qué estupidez es esa de gaviotas que arrancan ojos a los veraneantes? Entra en la casa, llama a su puerta, habla con ella. Por ese orden. Ya.
Volvió a respirar hondo y se dirigió hacia la verja, procurando no hacer ruido. El factor sorpresa le pareció importante en ese momento, aunque no sabía muy bien por qué. Atravesó el corto sendero que conducía a la entrada y abrió la puerta, también despacio, y sonrió con alivio al comprobar que la casa estaba en silencio. Ni un alma. Podía ocurrir que ni siquiera estuviera Solar
Fue hasta su habitación con el corazón en un puño y frunció el ceño cuando se encontró la puerta abierta. Solar no estaba allí. Tampoco en el baño, el salón o la cocina. Estiró la cabeza para mirar por la ventana y percibió su silueta en el jardín. Estaba regando las plantas.
Byul carraspeó y fue hacia ella, rezando para que estuviera receptiva. A lo mejor la que acababa sin un ojo era ella y por motivos muy diferentes a la picadura de una gaviota. Cuando estaba a punto de saludarla, se tropezó sin querer con una maceta y el ruido llamó la atención de Solar, quien arqueó una ceja al ver que MoonByul estaba blasfemando.
—¿Te has hecho daño? 
—Un poco. 
—Siéntate, anda. Eres un desastre. — Solar se acercó para inspeccionarle el pie. Tenía un dedo enrojecido a causa del golpe. Había golpeado la maceta calzada con sandalias—. Tiene mal aspecto, pero sobrevivirás. Como mucho, se te caerá la uña.
—¿Es tu opinión experta como doctora?
Solar sonrió con timidez. Algo era algo, pensó. —Sí, más o menos —dijo y se levantó para seguir regando las plantas.
Parecía más calmada y esto consiguió darle impulso. Aunque había aprendido que con Solar una nunca podía estar segura. Lo mismo estaba de buen humor que al minuto siguiente estallaba por motivos incomprensibles. Tenía carácter y eso le gustaba, pero al mismo tiempo también la aterraba.
—¿Tienes un momento? Me gustaría que habláramos —consiguió decir, con un nudo en el estómago.
Solar detuvo la regadera en el aire y arqueó una ceja. —¿Tus amigas ya se han ido? 
—Hace rato. 
—Bien —comentó, y siguió regando. Todas las señales le indicaban que no era el momento para sacar el tema, pero MoonByul estaba inquieta. Quería zanjar aquello deprisa, a ser posible antes de que llegaran sus progenitores y las dos tuvieran que fingir normalidad delante de ellos. Se negaba a seguir fingiendo. Estaba agotada de hacerlo.
—Creo que deberíamos hablar — probó de nuevo.
—¿De qué? —dijo Solar. Su tono era ligeramente crispado, cosa que provocó que retrocediera involuntariamente.
—De lo que has dicho en la playa, por ejemplo. De que pienses que me dio igual el beso. 
—¿Y no fue así? 
—No exactamente —se defendió Byul. Sintió calor de repente. Se encontraba a la sombra de un árbol, pero era como si la exasperante situación lograra subir la temperatura de su cuerpo—. Vamos, Solar, sabes de sobra que el beso me gustó. Me cuesta creer que te lo tenga que aclarar. 
—¿Ah, sí? 
—Sí. 
—Entonces, explícame tu reacción.
Que me dieras las gracias y que hoy me hayas tratado como si fuera una extraña. Porque yo no lo entiendo, Byul.
Con cada nueva frase que decía, el tono de voz de Solar iba subiendo varios decibelios. MoonByul tenía la sensación de que si seguían así, acabarían gritando. Solar puso los brazos en jarra como si estuviera esperando una explicación convincente a su comportamiento.
—Tu beso me gustó, ¿de acuerdo? — le dijo, ya a la desesperada—. No te mentí cuando te dije que me había gustado. Mucho. Me pareces una mujer preciosa. Guapa, lista e interesante y por supuesto que me encantó besarte. Aunque, si te soy sincera, hubiese preferido que me besaras en otro contexto y no delante de nuestras madres. Pero ese no es el tema. Lo importante es que no puede volver a repetirse y tú lo sabes tan bien como yo. Es un callejón sin salida, Sol.
Esperó encontrar una nota de entendimiento en la postura y la expresión facial de Solar. Tardó unos pocos segundos, pero, por fin, allí estaba. Los gestos de Solar se habían relajado, eran dulces y suaves, en su estado natural, e incluso fue capaz de percibir algo de miedo en sus ojos. Parecía haber comprendido que aquello no les conducía a ninguna parte. Ella era heteroual y estaba despechada por una ruptura reciente. Y no parecía justo para MoonByul poner en riesgo su corazón por alguien que a la larga no podría corresponderle.
Intentó decirle todo esto con la mirada, de manera dulce, y Solar pareció comprender.
—Lo sé —replicó ella por fin. 
—Bien, me alegro de que lo entiendas. No quiero estar a la gresca contigo. Me quedan pocos días de vacaciones y me gustaría disfrutarlos al máximo.
Solar frunció entonces el ceño, como si no hubiera comprendido del todo una parte de esta frase. —¿Te vas? —le preguntó. Sonaba dolida.
—Tengo que regresar a la oficina. No quería comentarlo hasta que no fuera seguro, pero hay un cliente importante que se niega a tratar su campaña con otra persona. Mi jefa me ha pedido por favor que vaya y me ha prometido un ascenso. —Bajó la mirada y la fijó en el césped. No sabía por qué, pero de pronto se sintió culpable, con una extraña sensación de estar decepcionando a Solar—. Es una gran oportunidad.
—Desde luego. ¿Cuándo te vas? 
—Todavía tengo que mirar el billete. 
—Seguro que te irá genial. Te deseo toda la suerte del mundo, Byul. — Solar dejó entonces la regadera en el suelo y le acarició el brazo al pasar a su lado. Después se metió en la casa y MoonByul se quedó sola en el jardín, acompañada tan solo por un horrible sentimiento de vacío.
Si en teoría estaba tomando la decisión correcta, ¿entonces por qué se sentía tan mal? Meneó la cabeza, sin comprender. Había ido a hablar con ella para aclarar las cosas y la sensación que tenía ahora era que las había enredado todavía más.
 
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Woouuuuujuuuuu!!! le gusto :V
Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!
Argali11
esta adaptación estará detenida por unos dias mas espero subir almenos 3 o 4 cap seguidos asi que no desesperen

Comments

You must be logged in to comment
alexiz21 #1
Chapter 23: Dioss!!!!!! Que vacio siento o bien podria ser la cantidad de picante que le puse a mi comida la que esta haciendo efecto, buennooo el sentimiento es el mismo ^^
Lastima que no tenga epílogo, no pedire epílogo porque alfin y acabo era una adaptación, seguiras haciendo adaptaciónes????? Yo espero que si, bien wenoooo sin mas me despido, espero leerte pronto :D byeeeeeeee!!!!!!
KamJ95
#2
Chapter 23: Un estupendo final :3
Gracias por adaptar y compartirnos está gran historia. Espero que no tardes en compartirnos más. Que se extrañara. :"v
Argali11
#3
Por amor a Dios no me pidan hacer epilogo yo lo único que escribo bien es la lista del mercado TnT
sabrina528 #4
Chapter 23: Oh yes!!!! Pero keria epilogo....T.T
Espero ke pronto subas otra historia!
alizeejacotey #5
Chapter 23: Pues haz un epilogo :D
alexiz21 #6
Chapter 20: Se acerca la tercera guerra mundial >.< o algo peor 0.o'
merugoo #7
Vuelve~~~~~~~~
merugoo #8
Joder, yo creo que ese grito lo escuchamos hasta nosotros jajajaja definitivamente despertaran los padres
alexiz21 #9
Chapter 19: Debo aprender que estas escenas no se deben leer en hora de clase, porque he de estar roja y tener una sonrisa de ertida o////o hasta calor empezá hacer y estoy bajo un ventilador XD
Cristina5678 #10
Chapter 19: :Q 7u7 Solar ya no aguanta :v XDDDD <3.