제 3 장

Grandes Esperanzas (Adaptación)
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N/A: Espero estén disfrutando de la historia. 

 

Dejé pasar un buen tiempo. Volví a visitar la mansión, peleé con Jessica. Dejé pasar otro tiempo... Y así sucesivamente. Pero en una ocasión, inquieta por una idea que me había estado corriendo por la cabeza, decidí visitar la casa de la señorita Jung. Admito que deseaba ver a la señorita Jessica, pero por otra parte no, cada vez que jugábamos a los naipes o a lo que Jung Ryu Won deseaba, lo hacía torpemente y Jessica me hacía sentir muy inferior. El comportamiento de la primera vez que las visité no se volvió a presentar en los cuatro años siguientes, actuaba fría, sarcástica y lastimosamente. Cada vez que yo agachaba la cabeza por alguno de sus desagradables y degradantes comentarios, la señora Ryu Won sonreía y la abrazaba felicitándola… A todo esto, me vi obligada a revelarme, a decirle todo lo que pensaba en su cara, ya vería Jessica con quien se metía. 

—Tío Yoochun, voy a ver a la señorita Je…Jung— tartamudeé—¿Me dejas?

—Tranquila, Yul— decía, dejando el hierro caliente y el martillo al lado. —Que yo sepa la señora Ryu Won no se llama JeJung, ahora alístate, te acompañare, tengo algunos asuntos que atender allí.

Yoochun no sabía nada acerca de Jessica, pero algo intuía, claro, el me conocía más que yo misma. Un día, años atrás, me había quejado de mis ropas tan ‘ordinarias’ por lo que Yoochun comenzó a trabajar el doble, tomando incluso el puesto de papá, que se la pasaba borracho todo el día. Dejé los guantes de caucho y la ropa de trabajo, enfundándome en el pantalón de jean y la playera que tío Yoochun me había regalado. Insistí en que no importaban ya mis ropas, pero él se sintió apenado, culpable por mi situación. Ya tenía 16 años y no le gustaba que viviera con la ropa de trabajo. El hombre de ojos oscuros dejó lo que estaba haciendo para acompañarme a la mansión, pensativo. 

—Sabes Yul— comenzó, mordiéndose el dedo índice—Ayer vino a casa un hombre, un abogado. Dijo que quería verme en casa de la señorita Ryu Won. 

No se dijo mas hasta llegar a la ostentosa casa. Mi curiosidad era bastante, pero no pude preguntar mas, Yoochun se había perdido en sus pensamientos. Jessica estaba mucho más madura, yo en comparación a ella no, seguía con mi rostro infantil mientras ella ya tenía facciones finas y bastante femeninas. Su cuerpo estaba mucho más desarrollado que el mío y eso me fastidiaba. Papá seguía tratándome como un chico y tío Yoochun no hacía nada para evitarlo tampoco. No sé si Jessica se había dado cuenta de que era una chica o no, pero seguía dirigiéndose a mí como «muchacho». Dejó pasar a Yoochun esta vez y los tres nos dirigimos a esa habitación bien iluminada que ocupaba la señora Ryu Won. Durante el tiempo que había visitado ese cuarto, podía percibir un aroma extraño a humedad y otras cosas que no podría describir. Había una mesa larga cubierta de platos de porcelana, tenedores y cuchillos de plata y copas de cristal. En el centro, yacía un pastel que había caído en manos de la descomposición hacía mucho tiempo ya: Era el pastel de bodas de Jung Ryu Won, cubierto por telarañas, entre otras cosas. 

—Buenas tardes, Yul— me saludó la señora Jung—Vete, vete a jugar y llama a Jessica, tu tío y yo tenemos que hablar con este señor. 

Señalaba a un hombre alto, blanco, vestido con un traje negro. Llevaba un portafolios y tenia aire de hombre de negocios, seguramente era el abogado. Sin desearlo, tuve que salir de allí para llamar a Jessica, quien, como era de costumbre, no me respondió, solo apareció unos momentos después, acercándose tanto a mí, que tuve que hacer uso de todo mi autocontrol para no lanzármele encima. Pero luego me empujó por la espalda. 

—¿Juegas conmigo? — Pregunto alejándose, mientras yo solo veía su espalda y su cabello.

¡Era tan extraña! No la entendía para nada. Pero ese día no estaba de humor y mucho menos como para soportar sus cambios de personalidad. Tampoco éramos niñas como para estar «jugando». Además el tío Yoochun debía estar hablando algo con la señora Jung Ryu Won y me hubiera gustado saber de qué. La dejé ir, sin mover ni un músculo. Mi pequeño y delgado cuerpo se dirigió, luego, hasta una de las áreas más verdosas del patio. Había unos bancos de material blanco donde me dejé caer. Sentí cosquillas en la parte superior de mi cabeza y noté que eran las puntas de las hojas del sauce que posaba detrás de mí. Quería decirle todo a Jessica, quería que viera que valía mucho más de lo que ella creía. Me levanté y puse en marcha mis pies, primero iría a averiguar si tío Yoochun había terminado con sus asuntos y de esa manera podría hablar más tranquilamente con Jessica. 

—Oh Yul, ven, entra, entra, justo estábamos necesitándote— Ryu Won me había descubierto al intentar espiar del otro lado de la puerta. —Te presento a Jung Yunho.

El hombre de ojos y cabellos azabache se quitó el sombrero ante mí y me estrecho firmemente la mano. Dejó escapar una sonrisa de sus labios y desvió la atención hacia su portafolio ahora abierto, el cual dejaba ver muchos papeles con letras diminutas.

—Que buen apretón de manos, muchacho.— exclamaba con asombro.—¡Tan pequeño y con tal fuerza!

—Di—disculpe— me excusé, apenada —No quiero ser irrespetuosa, señor, pero mi nombre es… Yuri.

—¡Ah! Lo siento tanto, es solo que todos te llamaban Yul y te trataban como un… Lo siento— Ante la confusión se sintió mal, avergonzado. Su rostro tomo inmediatamente un rojo intenso. Le explique que una vez que la señorita Jessica me había confundido con un chico, me pareció de mala educación corregirla tan bruscamente.—Entiendo, señorita… Bien, al caso. 

Buscó en sus archivos algún papel importante. Saco un grueso documento que entrego a Yoochun, pero éste apenado le dijo que le costaba entenderlo a la perfección. Yunho procedió a explicarle un poco a mi tío, pero yo estaba fuera de su círculo de información. Ryu Won me ordenó que buscara lápiz y papel. Yo, por suerte, llevaba mi ya gastado bloc de hojas blancas y mi lápiz con las marcas de mis dientes. Entonces me pidió que hiciera algo que me extrañó: quería que la dibujara. Sin chistar accedí a sentarme a cierta distancia frente a ella y comenzar a dibujar rápidamente. De pronto, ese entusiasmo que sentía cuando me encontraba en el bosque dibujando volvió a mí, como si una flecha atravesara mi pecho muy velozmente. Sonreí mientras terminaba con el retrato de Ryu Won. 

—Bien, muy bien- decía Jung Yunho, examinando el dibujo.—Bueno, te explicaré, Yul, soy portador de una oferta que te librara de ser la aprendiz de tu tío. Dejarás el hierro, dejarás el fuego y los martillos. Tienes un esplendido porvenir. 

Yoochun y yo nos miramos extrañados, aquel abogado siempre mantenía esa sonrisa cálida, no fingida, sincera y bondadosa. Ryu Won solo mantenía indiferente su cigarrillo entre los labios. Pero, no sé por qué, me preocupe de que Jessica no estuviera allí. 

—Tengo instrucciones de comunicarte que tendrás considerables bienes y que tus sueños se harán realidad—anunció Yunho. —el actual poseedor de esos bienes desea que abandones inmediatamente este pueblo para mudarte a Francia, París donde te educarán para lustrar tus dotes de artista. En pocas palabras, como una persona con un gran porvenir. 

Mi corazón latía tan rápido. No podía asimilar lo que estaba escuchando. ¿Yo? ¡Artista! ¡¡Y en Francia!! Yunho, como prefería que le llamase para dejar el formalismo a un lado, dejó los papeles que había estado explicando antes y le entrego a Yoochun una pluma para que firmase el permiso, tanto como la autorización del viaje… 

—Debes tener en cuenta que el nombre de la persona que se convierte en tu benefactor, queda en secreto, hasta que esa persona crea que ha llegado la ocasión de revelarlo. Esta persona misma te lo dirá, ignoro cuando o donde, pueden pasar meses, años. Bien, para finalizar, te informo que yo seré tu tutor por el momento. Puede firmar la autorización. 

Y otra vez, tío Yoochun se hundió en su asiento, preocupado, mas aceptó sabiendo que yo tenía un futuro en Paris. ¡Tenía que decirle a papá, tenía que decirles a todos en el pueblo! Tenía, urgentemente, que pasárselo por la cara a la burlona Jessica. Mi agitación era tal, que apenas podía respirar y el costado derecho me dolía del esfuerzo. Había corrido bastante hasta el patio. Pero la emoción me permitió seguir. 

—¡Jessica! —gritaba—¡Jessica!- 

La emoción, pronto se fue convirtiendo en desilusión. Esa joven
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Comments

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Kkomofam #1
Chapter 12: Beautiful
Eriika
#2
Chapter 12: Me gustó, me partió el corazón pero me dio esperanza jaja, amo el Yulsic
Eriika
#3
Chapter 4: Tengo la vibra de que esto no termine nada bien
Eriika
#4
Chapter 3: Me deja untriga
Eriika
#5
Chapter 1: Es genial, muy buena la redacción
Eriika
#6
Veamos
DubuKawaii
#7
Chapter 12: Que final, pero siento que Jessica la tuvo muy fácil. Yuri es un ángel y pero tampoco debería perdonar tan rápido, aún sea en el nombre del amor
DubuKawaii
#8
Chapter 11: No entiendo a Jessica -_- aunque Yuri creció creo que no a tomado desiciones del todo correctas
DubuKawaii
#9
Chapter 10: Wow Yuri creció en todos los sentidos, pero se convirtió en una persona triste
DubuKawaii
#10
Chapter 9: ¡Me encanta esta historia! Al fin un YulSic que no se desarrolle en una escuela