장 한...

Grandes Esperanzas (Adaptación)
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«Sólo te romperá el corazón. Es un hecho. Y aunque te prevenga, aunque te garantice que ella sólo te lastimará, horriblemente, tú la perseguirás... ¿No es maravilloso el amor?» 

Como mi nombre completo es Kwon Yu Ri, al querer pronunciarlo entero, mi lengua, en aquellos tiempos infantil, no era capaz de pronunciar algo mas que Yul. Por ello, yo misma me llamaba Yul y con Yul, seguí adelante. 

Tal nombre, fue responsabilidad de mis queridos padres, Kwon Sang Woo y Son Tae Young , cuyo nombre yacía esculpido en aquella fría lapida en medio del desierto cementerio, junto a otra lapida, en la cual reposaba el nombre de mi fallecido hermano, Hyuk Jun. Mi madre era alta, blanca, de cabello fino y rebelde, como el mío. Las fotos me decían poco, pero la manera en la que su nombre estaba esculpido me hizo creer que era dulce, comprensiva. A su lapida, una mas pequeña se mantenía erguida, por lo que puedo decir que mi hermano era valiente, decidido, derecho y orgulloso. Mas eso le costó el estar durmiendo en esa fría caja de madera. 

Éramos propios de un país pequeño, situados en un pueblucho de pocos recursos, lejos del centro tecnológico y sobre poblado que había soñado. Mas era primavera y el clima era soportable con una chaqueta holgada. 

Mi pasión era perderme en ese bosque de altos robles, que me refugiaban de la furia de mi padre cada vez que escapaba de mi hogar, pasando la noche afuera. Lo que no me agradaba de ese lugar, eran los arbustos con espinas y las ortigas. Se encontraba más allá del oscuro cementerio. En cuanto divisaba algún animal pequeño, sacaba mi cuaderno lleno de hojas blancas e impecables listas para recibir la mina de mi lápiz, copiando la anatomía de la criatura. A veces tomaba la vieja y pequeña lancha de mi tío para zarpar a la orilla vecina y, al bajar, copiar los pequeños peces, sentir el agua salada acariciar mis pies, el calor del día, la sensación de sentirse aun niña. El amarillo del sol, el naranja del ocaso, el blanco de las gaviotas, pero el color que se aloja en el recuerdo, depende del día. 

Mas entrada la noche, cuando Kwon Sang Woo dejaba la cabaña para salir a gritar «¡Vuelve Hyuk Jun, vuelve maldición!» y nunca sabias si se refería a mi hermano o a mi abuelo, ambos, obviamente, fallecidos. Era en ese momento, cuando mi cuerpo estaba hecho un manojo de temblores y nervios. 

No, no voy a contar la historia al pie de la letra, la contare tal y como yo la recuerdo… 

—¡Estáte quieta!—gritó una voz espantosa, en el momento en que un hombre salía de entre las tumbas por el lado del pórtico de la iglesia—¡Estáte quieta, demonio, o te corto el cuello! 

Era un hombre terrible, vestido de basta tela gris, que arrastraba un hierro en una pierna. Un hombre que no tenía sombrero, que calzaba unos zapatos rotos y que en torno a la cabeza llevaba un trapo viejo. Un hombre que estaba empapado de agua y cubierto de lodo, que cojeaba a causa de las piedras, que tenía los pies heridos por los cantos agudos de los pedernales; que había recibido numerosos pinchazos de las ortigas y muchos arañazos de los rosales silvestres; que temblaba, que miraba irritado, que gruñía, y cuyos dientes castañeteaban en su boca cuando me cogió por la barbilla. 

—¡Oh, no me corte el cuello, señor!—rogué, atemorizada—¡Por Dios, no me haga, señor! 

—¿Cómo te llamas?—exclamó el hombre—¡Aprisa! 

—Yul, señor. 

—Repítelo.—dijo el hombre, mirándome.—Vuelve a decírmelo. 

—Yul, Yul, señor. 

—Ahora indícame dónde vives. Señálalo desde aquí.—Le indiqué la dirección de nuestro pueblo, en la llanura que costeaba el río, entre los robles, altos e imponentes lejos del cementerio –Bien si le dices algo a tus padres…—

—Están muertos.—lo interrumpí, porque mi padre, para mi, casi estaba muerto. 

Aquel señor, luego de un rato me vació los bolsillos donde no había nada más que un trozo de pan. Pronto me vi acorralada contra uno de los árboles, mientras el masticaba como muerto de hambre ese trozo de pan duro.

—Ah… Bien, escúchame, ahora sé donde vives…Vas a traer una sierra y comida. Si no lo haces, te buscaré y te arrancaré el corazón
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Comments

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Kkomofam #1
Chapter 12: Beautiful
Eriika
#2
Chapter 12: Me gustó, me partió el corazón pero me dio esperanza jaja, amo el Yulsic
Eriika
#3
Chapter 4: Tengo la vibra de que esto no termine nada bien
Eriika
#4
Chapter 3: Me deja untriga
Eriika
#5
Chapter 1: Es genial, muy buena la redacción
Eriika
#6
Veamos
DubuKawaii
#7
Chapter 12: Que final, pero siento que Jessica la tuvo muy fácil. Yuri es un ángel y pero tampoco debería perdonar tan rápido, aún sea en el nombre del amor
DubuKawaii
#8
Chapter 11: No entiendo a Jessica -_- aunque Yuri creció creo que no a tomado desiciones del todo correctas
DubuKawaii
#9
Chapter 10: Wow Yuri creció en todos los sentidos, pero se convirtió en una persona triste
DubuKawaii
#10
Chapter 9: ¡Me encanta esta historia! Al fin un YulSic que no se desarrolle en una escuela