제 2 장

Grandes Esperanzas (Adaptación)
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Estaba convencida de que al llegar a casa algún agente de policía estaría esperándome para interrogarme. Todas las noches, luego de que me topé con el fugitivo, estuvieron pobladas de sonidos como cañonazos y sirenas de policías. Pero no, Yoochun estaba durmiendo y papá había salido, otra vez. Ambos ocupados como para darse cuenta de que aquella ya era la madrugada del 5 de Diciembre… 

—¿Dónde diablos te habías metido?- murmuraba Sang Woo a mis espaldas, entrando a la casa.

—Estuve dibujando en el bosque… Luego fui a ver a unos amigos. Dijeron que tenían una sorpresa para mí—. 

—Hmm…— no parecía estar sobrio, ¿salir a las dos de la mañana para ver a unos amigos? –Podría haberte acompañado. ¡Tal vez si no tuviera un hermano que mantener!—

Mi tío, para el desayuno, coloco frente a mí una gran jarra de leche tibia, un plato de porcelana cubierto por varios hot cakes con caramelo, una rebanada del pan que solía hacer y un enorme pastel de chocolate al cual le faltaba un pedazo. Mis ojos brillaron, tenían un buen trabajo al parecer, nunca había visto tanta comida junta. Estábamos en años de crisis, habían prohibido las redes de arrastre en la pesca y Yoochun nos mantenía con lo que ganaba en la herrería, éramos pobres. Siguió untando prolijamente la mantequilla en el pan, mientras se servia café. 

—Sang Woo salió— me informó—pero seguramente te desea un Feliz Cumpleaños, como yo te lo deseo ahora.—

—¡Gracias Yoochun!— sonreí, ignorando la falta de Sang Woo—Al parecer tienen mucho trabajo—.

—Algo así. Estuve haciendo algunos trabajos para la señorita Jung Ryu Won—suspiró, cansado. Yo sentí gran curiosidad, decían que aquella mujer había enloquecido—Nos paga bien, es mas, llamó esta mañana, te ha invitado a que vayas a jugar a su casa con su sobrina. Podrías aprender algo. Enseñaba arte— 

Escuche que Jung Ryu Won era una de las más ricas de todo el pueblo. Enseñaba arte, es cierto, también estaba loca. Es cierto. La gran casa de la anciana estaba muy descuidada, demasiado. No entendía para qué le pedía a Yoochun que trabajase en el enorme portón, si lo dejaría descuidado una ¿vez mas? Era tétrica, sarcástica, extraña. Al enterarse de mi visita a la señora Jung, papá hundió mi cabeza varias veces en el agua fría, quejándose «¡ah! ¡Mira tu ropa! Es un asco… ¡Mira tu rostro! ¡Está todo manchado! ¡Debes estar presentable, es una mujer rica!» Papá siempre tuvo la mala costumbre de enfundarme en ropa de varón. Supongo que era por el gran parecido que tenia con Hyuk Jun, mi hermano.

—¡Pórtate bien!— me ordenaba papá 

—¿Segura que quieres hacer esto?— decía Yoochun preocupado, mientras papá lo retaba… 

Tuvimos que salir casi corriendo, la hora acordada se acercaba sin piedad. Mi tío apretó el acelerador de la vieja camioneta y, de milagro, llegamos completos. No le gustaba ser impuntual. Pasamos el gran portón que esperaba ser reparado por Yoochun.

—¿Puedo echar un vistazo?- pregunté emocionada, era muy curiosa.

—No, podrías perderte—

Nos acercamos a la enorme puerta de roble y picaporte de un oro brillante. Golpeteo con los nudillos dos veces, hasta que la puerta se entreabrió.

—¿Quién es?- 

—Kwon Yoochun—respondió mi tío. 

—Muy bien. ¿Este es Yul?— preguntó la señorita, luego de abrir la puerta. 

—Eh… Si, si— respondió Yoochun titubeante creyendo que era de mala educación corregirla.—Entra Yul— 

No hice caso, sintiéndome tímida ante la confusión. Era vergonzoso que te llamaran niño. Yoochun suspiró mientras se disponía a entrar para hacerme compañía. 

—No, no. ¿Desea usted ver a la señora Jung?— 

—Solo si ella desea verme— respondió él 

—Bien, el caso es que ella no lo desea. Solo repare el portón— lo cortó, orgullosamente, tirando de mi brazo para que entrara y, luego de cerrar la puerta en la cara de Yoochun, siguió arrastrándome. 

Llevaba la cabeza gacha ya que estaba un poco asustada. La señorita me parecía un poco brusca, pero a la vez delicada, no apretaba mi extremidad, pero la sostenía con firmeza. Cruzamos un largo campo de girasoles, margaritas, entre otras clases de flores. Antes de llegar, pasamos también por una fábrica de licor, cuya entrada se conectaba con la gran casa de la señora Jung. Más todo se veía descuidado y deshabitado. 

—Muchacho, mantén la mirada al frente, estas tropezando y no me agradaría tener a un muchacho llorando por un raspón—

Me llamaba muchacho, siendo muchacha, pero lo hacia con tanta frecuencia y con tono lejos de resultar retador, era sino mas dulce, tierno. Pude saber que era de mi misma edad y sin embargo hablaba como si más edad tuviese. Me armé de valor, y, sabiendo que era un error, le dirigí una rápida mirada, pero esa se convirtió en una de total asombro. 

Oh Dios, tendrían que haberla visto, ¡era hermosa! No me importo que fuese una chica, era simplemente bella. Sus cabellos de oro jugueteando en sus hombros con cada paso que daba, sus ojos de un color claro que me ignoraban y ese sonrojo en sus mejillas que le daban un toque de inocencia. Embobada como estaba me deje llevar, hasta que llegamos a una habitación que parecía menos descuidada que las demás. 

—Entra— me ordenó. 

—Después de usted, señorita— dije, más por timidez que por respeto. 

—No seas ridículo, muchacho.—me replicó.—yo no voy a entrar.—

Eso era muy desagradable y yo estaba algo asustada. Pero como no tenía más recurso que llamar a la puerta, lo hice, y entonces oí una voz que me ordenaba entrar. Por consiguiente, obedecí, encontrándome en una habitación bastante grande y muy bien alumbrada con velas de cera. Allí no llegaba el menor rayo de luz diurna. A juzgar por el mobiliario, podía creerse que era un tocador, aunque había muebles y utensilios de formas y usos completamente desconocidos para mí. Pero lo más importante de todo era una mesa cubierta con un paño y coronada por un espejo de marco dorado, en lo cual reconocí que era una mesa propia de un tocador y de una dama refinada. 
Ignoro si habría comprendido tan pronto el objeto de este mueble de no haber visto, al mismo tiempo, a una elegante dama sentada a poca distancia. En un sillón de brazos y con el codo apoyado en la mesa y la cabeza en la mano correspondiente vi a la dama más extraña que jamás he visto o veré. 

Vestía un traje muy rico de satén, de encaje y de seda, todo blanco. Sus zapatos eran del mismo color. De su cabeza colgaba un largo velo, asimismo blanco, y su cabello estaba adornado por flores propias de desposada, aunque aquél ya era blanco. En su cuello y en sus manos brillaban algunas joyas, y en la mesa se veían otras que centelleaban. Por doquier, y medio doblados, había otros trajes, aunque menos espléndidos que el que llevaba aquella extraña mujer. En apariencia no había terminado de vestirse, porque tan sólo llevaba un zapato y el otro estaba sobre la mesa inmediata a ella. En cuanto al velo, estaba arreglado a medias, no se había puesto el reloj y la cadena, y sobre la mesa coronada por el espejo se veían algunos encajes, su pañuelo, sus guantes, algunas flores y un libro de oraciones, todo formando un montón.

—¿Quién es?— preguntó la dama que estaba junto a la mesa. 

—Mi nombre es Yul. Kwon Yoochun me ha traído. He venido a… jugar.—Ignorando mi comentario colocó una de sus manos sobre su pecho. 

—¿Sabes lo que estoy tocando?—

—Su corazón—

—¡Destrozado!—Me dirigió una ansiosa mirada al pronunciar tal palabra con el mayor énfasis y con extraña sonrisa, en la que advertía cierta vanidad. Conservó las manos sobre su pecho por espacio de unos instantes, y luego las separó lentamente, como si le pesaran demasiado.—Estoy fatigada.—dijo la señorita Jung—. Deseo alguna distracción, y ya no puedo soportar a los hombres ni a las mujeres. ¡Juega! A veces tengo caprichos de enferma.—continuó—. Y ahora tengo el de desear que alguien juegue. ¡Vamos, muchacha!—dijo moviendo impaciente los dedos de su mano derecha—. ¡Juega, juega! 

No supe que hacer, podría haberme pedido cualquier otra cosa, pero ¿
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Comments

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Kkomofam #1
Chapter 12: Beautiful
Eriika
#2
Chapter 12: Me gustó, me partió el corazón pero me dio esperanza jaja, amo el Yulsic
Eriika
#3
Chapter 4: Tengo la vibra de que esto no termine nada bien
Eriika
#4
Chapter 3: Me deja untriga
Eriika
#5
Chapter 1: Es genial, muy buena la redacción
Eriika
#6
Veamos
DubuKawaii
#7
Chapter 12: Que final, pero siento que Jessica la tuvo muy fácil. Yuri es un ángel y pero tampoco debería perdonar tan rápido, aún sea en el nombre del amor
DubuKawaii
#8
Chapter 11: No entiendo a Jessica -_- aunque Yuri creció creo que no a tomado desiciones del todo correctas
DubuKawaii
#9
Chapter 10: Wow Yuri creció en todos los sentidos, pero se convirtió en una persona triste
DubuKawaii
#10
Chapter 9: ¡Me encanta esta historia! Al fin un YulSic que no se desarrolle en una escuela