제 10 장

Grandes Esperanzas (Adaptación)
Please Subscribe to read the full chapter

La chica. El dinero, la fama… La venganza. Habían sido las enfermizas obsesiones de Jung RyuWon.

Y luego, fueron las mías.

Como había dejado todo atrás, me mudé. Muy lejos de Central Park, no avisé ni a Yunho, ni a los hermanos, tampoco a Charlotte. No respondía a sus llamadas, por un momento me sentí culpable, por lo que cambié mi número. Ya no quería decepcionarme más, por lo que decidí que no dejaría a nadie entrar en mi vida nunca más.

Una noche, cuando volvía de una fiesta de un conocido de buena posición, unos hombres del lugar me saludaron y respondí el saludo secamente, pero me quedé observando sus vestimentas un momento, era una noche fresca pero no tan fría y uno de ellos llevaba una, por lo que pude ver, gruesa chaqueta roja, mientras que el otro llevaba una chaqueta de cuero negro. Sin distraerme más, ingresé a mi nuevo departamento. Había pensando en preparar la ducha por el camino a las escaleras, pero antes de poder ingresar a mi habitación un hombre al que no podía ver el rostro me pidió algo que no entendí ya que susurraba, por lo que lo repitió.

—¿Puedo hablar contigo un momento?

Suspiré, molesta, apoyando mis manos en el barandal, esperando a que subiera las escaleras.

—Disculpe, me han querido robar, esos tipos de abajo me persiguen y van armados. Me gustaría llamar a la policía, ¿podría usar su teléfono? Será solo un momento.

—Está bien— acepté molesta.

Ingresó conmigo, pero yo caminaba rápidamente, el se tomaba su tiempo. Encendí las luces y tomé el teléfono, marqué el número, dándole el teléfono luego. Tenía cabellos blancos y casi inexistentes cabellos castaños. Barba, ojos muy pequeños, la piel de su rostro estaba un poco arrugada por los años que tenía, pero su mirada me parecía conocida…

—¿Si? Hola, abajo hay unos caballeros abajo y creo que están armados, me han amenazado— me pidió la dirección y cuando se la di, la repitió al policía –Bien, gracias.

Estuvimos unos segundos en silencio, los cuales pasé caminando de un lado al otro.

—Eh mucho gusto, soy Soo Man— se presentó estrechándome la mano

—Igualmente… ¿Y ya llegará la policía?— Ignoré el hecho de que no me había presentado.

—Sí, no tarda nada— respondió.

—¿Es cierto que lo están persiguiendo los señores de abajo?—

—Sí, parecen guardias, pero me persiguen— me explicó, sigilosamente. Dio un rápido vistazo al lugar –Bonito lugar… Eres artista.

—Sí, he inaugurado una exposición hace poco— le comenté.

— ¿Si? ¡Ya era hora!— había escuchado eso un par de veces –¿Cómo te llamas?

—Yuri…

—Yuri Kwon, ¿no?—

—Eh… Si.

—Osea, Yul— corrigió sonriente, a lo que respondí afirmativamente. Sonrió más ampliamente, como si fuera algo muy obvio.

—Perdone, pero… ¿Lo conozco?

—Si… No me recuerdas, ¿verdad?

—Eeeh… Ya ve que no— respondí, extrañada. Él cambió su expresión a una fiera, acercándose a mi –¡Oiga! ¡Yo no…!— Tapó mi boca con una mano y…

—¡Te arrancaré el corazón y el hígado!— gritó.

Lo entendí todo. Esa frase, esa mirada fiera, esa manera de hablar atropelladamente. Era él… El fugitivo de aquella vez, en mi pueblo a orillas del río.

—¡Así es muchacha, el mismo!— exclamó con felicidad —¡Dios! Mírate, estas enorme... ¿Quieres saber que fue de mi…? ¡Estuve afuera! En México, te dejé y me pillaron, ¡pero escape nuevamente! Estuve viviendo en otro país.

Me abrazó fuertemente y yo seguía sin poder creerlo. El hombre que en mi niñez me había hecho llevar un buen susto estaba allí, estrechándome entre sus brazos como si fuera su hija. Admito que por muchos años temí que se apareciera en mi camino y me destripara para comerse mis órganos, como prometió años atrás, y, sin embargo, estaba allí frente a mí, mas no sentía terror, nada.

—Eh… Me alegro de que haya estado todo bien— dije, tratando de separarme –Me alegro.

Se separó de mí y sonrió, mientras me palmeaba un hombro amistosamente. Se volvió y miró un cuadro de un hombre de mirada penetrante, con rasgos toscos… Aquel que en ese entonces tenía pies lastimados por las ortigas, un traje de prisionero desgarrado y un hambre de muerte. Hoy llevaba una elegante camisa cubierta por un sobretodo holgado y pantalones de vestir, zapatos lustrados y muy bien alimentado.

—¿Quién es ese apuesto joven? ¡Así que has pensado en mi!— dijo riendo.

—Bueno, en ese momento me dio un susto de muerte— me expliqué.

–Ese cuadro es genial, si, es muy bueno. Me gusta… ¿Cuánto cuesta?

—¡Ah! Lo siento, está… está vendida toda la exposición— traté de explicar, sintiendo las rodillas como gelatina, era una sensación desagradable.

—¡Oh te felicito!

—Gracias… Fue solo suerte.

—¡No! No es solo suerte, tú te mereces el éxito. Eres una joven con mucho talento, una buena artista, esto… Bueno, ¡todo esto!— dijo dirigiéndose al lugar mientras se acercaba a mí, puesto que se había alejado para ver la pintura de él, más joven – ¿Puedo… hacerte una pregunta de ámbito personal? ¿Que se paga para conseguir todo esto?

—Eh… Alquilo— respondí rápidamente. –Bueno, en realidad no lo sé, no me encargo de eso.

—Aaah y ¿puedo saber quien lo hace?

— ¿Por qué? No lo conoce— tantas preguntas ya me estaban incomodando.

–Claro que no lo conozco, es obvio, es solo que me ale

Please Subscribe to read the full chapter
Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Kkomofam #1
Chapter 12: Beautiful
Eriika
#2
Chapter 12: Me gustó, me partió el corazón pero me dio esperanza jaja, amo el Yulsic
Eriika
#3
Chapter 4: Tengo la vibra de que esto no termine nada bien
Eriika
#4
Chapter 3: Me deja untriga
Eriika
#5
Chapter 1: Es genial, muy buena la redacción
Eriika
#6
Veamos
DubuKawaii
#7
Chapter 12: Que final, pero siento que Jessica la tuvo muy fácil. Yuri es un ángel y pero tampoco debería perdonar tan rápido, aún sea en el nombre del amor
DubuKawaii
#8
Chapter 11: No entiendo a Jessica -_- aunque Yuri creció creo que no a tomado desiciones del todo correctas
DubuKawaii
#9
Chapter 10: Wow Yuri creció en todos los sentidos, pero se convirtió en una persona triste
DubuKawaii
#10
Chapter 9: ¡Me encanta esta historia! Al fin un YulSic que no se desarrolle en una escuela