Capítulo 12
Hush HushMi teléfono celular zumbó en mi bolsillo y después de confirmar que ninguna
bibliotecaria me estaba mirando de mala manera, contesté. -“¿Mamá?”-
-“Buenas noticias”- Dijo ella. -“La subasta terminó antes. Estoy de camino una hora antes
de lo planeado y llegaré a casa pronto. ¿Dónde estas?”-
-“¡Hola! No te esperaba hasta más tarde. Justo ahora me estoy yendo de la biblioteca.
¿Cómo estuvo Incheon?”-
-“El norte de Incheon estuvo… largo.”- Ella rió, pero sonaba agotada. -“Si esperas
cuarenta y cinco minutos, te puedo llevar a casa. Estoy en la I-95, justo afuera de
Gimgae.”-
Busqué alrededor un reloj. Antes de ir a casa quería ir al hospital para ver a Jessica.
-“El asunto es que”- Le dije a mi mamá. -“Necesito visitar a Jessica. ¿Esta bien si nos
reunimos en casa? No voy a tardar mucho… lo prometo.”-
-“Por supuesto.”- Detecté un poco de decepción. -“¿Hay noticias nuevas? Esta mañana
recibí tu mensaje acerca de su cirugía.”-
-“Ya le hicieron la cirugía y en cualquier momento la estarán llevando a un cuarto.”-
-“Taeyeon.”- Escuché que su voz se inflamaba con emoción. -“Estoy tan feliz de que no
hubieras sido tú. No podría vivir conmigo misma si algo te hubiera pasado. Especialmente
desde que tu padre…”- Ella rompió en silencio. -“Nada más estoy muy feliz de que ambas
estemos a salvo. Dile hola a Jessica de mi parte. Te veo pronto. Besos y abrazos.”-
-“Te amo, mamá.”-
El Centro Médico Regional de Busan es una estructura de tres pisos construidos en
ladrillo y con una acera techada que lleva hacia la entrada principal. Pasé por la puerta
giratoria de cristal y me detuve en el escritorio principal para preguntar sobre Jessica. Me
dijeron que hacía media hora que la habían movido a un cuarto y que las horas de visitas
terminaban en quince minutos. Localicé los elevadores y presioné el botón que me
elevaría al siguiente piso.
Cuando llegué a la habitación 207, empujé la puerta. -“¿Jess?”- Aparté un ramillete de
globos que estaban tras de mi, atravesé el pequeño vestíbulo y encontré a Vee reclinada
en la cama, con su brazo izquierdo enyesado y colgado sobre su cuerpo.
-“¡Hola!”- Dije cuando vi que estaba despierta.
Jessica dejó escapar un lujurioso suspiro. -“Amo a las drogas. De verdad. Son fantásticas.
Mucho mejor que un capuchino de Enzo. Oye, eso rimó. Enzo Capuchino. Es una señal.
Estoy destinada a ser poeta. ¿Quieres escuchar otro poema? Soy buena improvisando.”-
-“Eh…”-
Una enfermera entró calladamente y empezó a hacer ajustes alrededor de la VI de Jessica. --
“¿Te sientes bien?”- Le preguntó a Jessica.
-“Olvida lo de ser poeta”- Dijo Jessica. -“Estoy destinada a ser una comediante. Toc, toc.”-
-“¿Qué?”-
La enfermera entornó los ojos. -“¿Quién es?”-
-“Garra”- Dijo Jessica.
-“¿Garra qué?”-
-“¡Agarra tu toalla que nos vamos a la playa!”-
-“Quizá necesite menos analgésicos”- Le dije a la enfermera.
-“Demasiado tarde. Le acabo de dar otra dosis. Espera a que la veas dentro de diez
minutos.”- Ella salió por la puerta.
-“¿Y?”- Le pregunté a Jessica. -“¿Cuál es el veredicto?”-
-“¿El veredicto? Mi doctor es un culo-mantecoso. Así de cerca me recuerda a un Umpa-
Lumpa. No me mires así. La última vez que vino, fue al Funky Chicken y siempre está
comiendo chocolate. La mayoría de las veces son animales cubiertos de chocolate.
¿Conoces esos conejitos de chocolate que venden en pascua? Eso es lo que el Umpa-
Lumpa cenó y un pato de chocolate en el almuerzo con un malvavisco amarillo como
acompañante.”-
-“Me refiero al veredicto…”- Señalé a la parafernalia médica que la adornaba.
-“Ah. Un brazo roto, una concusión y varios cortes, rasguños y moretones. Gracias a mis
reflejos rápidos, salté fuera del camino antes de que pudiera sufrir peores daños. Cuando
se trata de reflejos, soy como un gato. Soy Gatúbela. Soy invulnerable. La única razón de
que él pudiera hacerme daño fue por la lluvia. A los gatos no les gusta el agua. Nos
afecta. Es nuestra kriptonita.”-
-“Lo siento tanto”- Le dije a Vee con sinceridad. -“Debería ser yo la que estuviera en la
cama del hospital.”-
-“¿Y coger todas las drogas? Ah-ah. De ninguna manera.”-
-“¿La policía ha encontrado alguna pista?”- Pregunté.
-“Nada, zilch, zero.”-
-“¿Ningún testigo?”-
-“Estábamos en un cementerio en medio de un aguacero”- Señaló Jessica. -“La mayoría de
la gente normal estaba bajo techo.”-
Ella tenía razón. La mayoría de la gente normal estaba bajo techo. Por supuesto Jessica y yo
habíamos estado afuera… junto con la chica misteriosa que siguió a Jessica cuando salió del
Victoria’s Secret.
-“¿Cómo pasó?”- Pregunté.
-“Estaba caminando al cementerio como habíamos planeado, cuando de la nada escuché
pasos que se acercaban desde atrás”- Explicó Jessica. -“Ahí fue cuando miré hacia atrás y
todo fue demasiado rápido. Hubo un flash de una pistola y él arremetiendo contra mí.
Como le dije a los policías, mi cerebro no estaba exactamente transmitiendo ‘coge una ID
visual’. Era más como ‘¡Santos espectáculos fenomenales, estoy a punto de que me
aparruchen!’ Él gruñó, me golpeó tres o cuatro veces con la pistola, agarró mi bolso y
corrió.”-
Estaba más confundida que nunca. -“Espera. ¿Era un chico? ¿Viste su cara?”-
-“Por supuesto que era un chico. Él tenía ojos oscuros… ojos color carbón. Pero es todo lo
que vi. Él llevaba puesta una máscara de esquiar.”-
Cuando mencionó la máscara de esquiar, mi corazón comenzó a latir rápidamente. Era
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