No iba a actualizar hoy, pero como no tenia nada que hacer .... si lo se bien forever alone yo :( bueno les dejo la segunda parte del capitulo espero y lo disfruten :3

Mariposas  Part 2

Los días han transcurrido en una aparente normalidad, ninguna de las dos ha sido capaz de hablar de lo sucedido en esa tina, pero a decir verdad la única que puede tocar el tema está presa del miedo, la ha tratado de forma fría y distante queriendo proteger sus sentimientos que por primera vez cree que están en riesgo, no entiende como se dejó llevar a ese extremo, hasta el momento esos deseos y esa curiosidad por la sensibilidad de la piel la había saciado en su propio cuerpo, pero con ella… fue diferente, más intenso, pero… ¿fue real?, Jessica no tiene certeza que lo sucedido fue movido por intereses mutuos y no de alguien que hace uso de poder sobre otra para cumplir sus deseos, y si así fuera no sabría que hacer… ese maldito ruido le molesta sobremanera, no entiende la fascinación que tiene ella de dañarle esos momentos de quietud en los que trata de organizar sus pensamientos.

-¿Tienes que hacer eso aquí? -Su hermana menor detiene el andar de sus dedos por las cuerdas… su delicado rostro muestra la tristeza que la domina, siempre es así, siempre es lo mismo, solo desea un poco de cariño propio de una niña de nueve años, no importa cuanta ternura intente expresar jamás es suficiente para ellos, el rechazo de los dos únicos miembros de su familia es una afilada daga que se incrusta en su delicado pecho, como desearía que fuera diferente.

-Todo lo que hago no es agradable para tus sentidos… el solo hecho de que siga respirando te molesta, no entiendo porque no permites que el sonido dulce de la lira espante los malos espíritus que vagan bajo el manto de la noche. -La tristeza de sus palabras es acompañada por la lluvia que se arrecia y es audible como un fuerte eco que se propaga por las paredes del castillo, Jessica se pone en pie tomando la pequeña vela, camina resuelta hasta llegar a unos cuantos pasos de su pequeña hermana que la ve con un deje de temor, como no hacerlo con ella.

-Tienes razón… me molesta que respires… cuando vas a entender que nada va a cambiar eso. -Termina de hablar dibujando un recio gesto de fastidio, da media vuelta y se retira caminando lentamente con destino a su habitación, no tiene paciencia para lidiar con ella, el resplandor la hace apretar la vela más de la cuenta, odia esas malditas noches de tormenta, aunque más que odio es temor… sí temor infinito que la transporta a uno de las noches más terribles de su vida, si tan solo… si tan solo le hubiera permitido a Tiffany acompañarla, pero no, ella no puede volver a presionarla a que complazca sus deseos, con total pereza sopla la vela revistiendo la habitación de oscuridad, se mete debajo de las sabanas apretándola con sus manos, da varias vueltas en esa amplia extensión luchando una posición que le permita conciliar el sueño, después de tanta insistencia de su parte cae rendida ante el cansancio del día…

No le permitieron estar presente a pesar de sus ruegos de chiquilla, los constantes ruidos le robaron la calma y el sueño fue una ilusión que jamás tocó su puerta, sus pequeños pasos son indecisos, varias mujeres entran y salen sin percatarse de su presencia, a pesar de su corta edad el rostro de angustia de las personas que pasan por su lado logra que su corazón se estremezca, cuando escucha el inconsolable grito de su padre apura el paso hasta llegar a él.

-Noooo!!! -Su padre grita desconsolado, Jessica se detiene en el umbral de la puerta , sus lágrimas bajan con la imagen que tiene ante sus ojos, su padre está arrodillado atrapando la mano delicada de su madre entre las suyas, grita con fuerza como exigiendo a los dioses que le devuelvan a su amada, los ojos de su madre están cerrados fingiendo un sueño  idílico, el gran charco de sangre tiñe las sabanas blancas y pulcras, quiere gritar para que ella despierte pero el sentido del habla no le responde, su boca está entreabierta luchando incesablemente por emitir algún sonido que les diga a los presentes que ella está allí, el llanto de la infante hace que todos presten atención a ese pequeño ser que luchó por vivir, nadie tiene que explicarle que por su culpa ha muerto, le arrebató al ser que la consolaba en las noches de tormenta, aprieta sus manitas con furia queriendo gritar.

-Ahhhh!!! -Grita angustiosamente tratando de alejar esos tristes recuerdos, la tormenta no da muestra de querer ceder, da un pequeño brinco al sentir esas manos que se mueven por su cabello consolándola, a pesar de que no le pidió su compañía ella sabía que la necesitaba, así que en contra de las reglas establecidas decidió que su lugar era a su lado y no otro, el sollozo continua unos minutos más, por eso no le gusta las noches de lluvia, siempre le hacen recordar, la tibieza de su cuerpo es calma, Jessica pasa su mano por el vientre de Tiffany acercándola, su cabeza se hunde en su cuello moviendo la punta de su nariz por su piel, el aliento roza ligeramente produciendo agitación al frágil cuerpo de Tiffany que siente desfallecer con su cercanía, los latidos de Jessica se acompasan volviendo a cerrar los ojos, solo la necesitaba a ella para sentir que todo estaba bien, Tiffany no soporta no tocarla y por primera vez en su corta vida desliza la punta de sus dedos por la extensión del brazo que la atrapa, por fin disfruta de esa la suavidad de su piel antes de permitir que el sueño tome su cuerpo.

El dulce cantar de los pájaros le hace abrir los ojos  para recibir el día, los rayos de sol entran tímidamente en la gran habitación, sonríe al verla dormir de medio lado conservando su mano en su cintura, el sentimiento de dicha se apodera de cada parte de su ser, esa pequeña llegó en el momento en el que más la necesitaba, sin pedir permiso, así como esa primera vez con su sollozo, mechones de cabello castaño se mueven graciosamente producto de su respiración profunda, sin siquiera dilucidarlo sus manos toman vida propia deslizándolos por su rostro, disfruta recorriéndolo, sus labios se ven tan apetecibles, nunca había deseado tanto algo como ahora, se muere por sentirlos contra los suyos, los latidos se incrementan con el deseo, aferra sus dientes a su labio inferior tratando de contenerse pero esa es una batalla que perdió hace mucho tiempo, se acerca lentamente reteniendo el aliento, el suave contacto crea una descarga en su pecho que hace su piel arder, los segundos pasan lentos disfrutando de esos dulces labios, sus ojos se cierran terminando de presionarlos creando mayor fricción, su cuerpo arde o así lo siente, desearía tanto que esa fuera su eternidad, su naturaleza humana le exige respirar tomando aire en una profunda calada mientras sus ojos de a poco se abren chocando con unos pardos que expresan sorpresa, se retira en un rápido movimiento, las dudas llegan recias a su corazón, aprieta sus puños en un remolino de sentimientos contrarios, vergüenza y rabia luchan por tomar control de su abatido ser.

-Prepara mi ropa.  -Jessica fija su vista al lado contario, ha sucumbido nuevamente, no sabe cómo reaccionar, no le teme al dolor, incluso a la muerte… pero si a su propio corazón.

-Como ordene mi señora. -La pequeña se levanta en un rápido movimiento, conoce a su señora, no es buena idea contradecirla ahora, regresa con las prendas en la mano, se acerca a Jessica sin siquiera verla a los ojos, al primer contacto de su mano ella le detiene.

-No… yo lo hago, puedes retirarte. -Tiffany levanta la vista para verla fijamente, sus ojos no muestran emoción alguna, suspira pesadamente y asiente dejándola sola, no es agradable que le quiten el placer de ver su piel desnuda pero ella nada puede hacer, da media vuelta cerrando la gran puerta, camina decaída por el amplio pasillo conservando su ropa de dormir antes de sentir esa fría mirada que logra dudar sus pasos.

-¿Por qué has dormido con ella? -La vieja pregunta duramente atrapando su brazo.

-Mi señora así lo pidió… las noches de lluvia no son de su agrado. -Tiffany contesta desviando la mirada a un lado, no le gusta revelar los asuntos de su señora, no debería estar haciéndolo pero esa vieja siempre logra asustarla, desde que llegó al castillo siempre ha sido lo mismo, los crueles castigos han hecho mella en su interior.

-Desde que ella te escogió supe que serías un problema… este corazón viejo lo sabe muy bien, cuida bien tus pasos porque estoy vigilándote. –Shin Young suelta bruscamente su brazo, esas canas no son fortuitas, algo de esa relación no le gusta, su niña jamás se había hincado ante nadie y con ella… no solo lo hizo esa vez sino que además le permite muchas cosas que a los demás no, Tiffany no contesta, simplemente se aleja con calma bajo la atenta vista de Shin Young.

Ese tiempo a solas poco o nada le ha permitido pensar con claridad, todo es tan confuso para ella, lo único que tiene claro es esa fuerte emoción que le asalta cada vez que la ve, o sus dedos tímidamente la rozan sin intención, no comprende ese deseo de hacerla sonrojar como esa vez en la tina y ahora… ese suave beso, ¿Cómo puede un leve roce producir tanto? No… ella no puede dejar de sentir así, Tiffany le mueve fibras que pensó no tenía y el temor no es propio de su ser, una Jung no puede temer a nada y está no será la excepción, decide buscarla levantándose de su cama en un rápido movimiento, sus pasos presurosos hace que más de un miembro de la servidumbre la vea desconcertado, ella jamás se comporta así, Jessica prefiere no preguntar a nadie por su pequeña, no quiere que alguien sospeche siquiera lo que sucede en su interior, prácticamente ha recorrido el castillo entero y no da con ella y eso… eso es mucho tiempo caminando, cuando siente que ya nada puede hacer por encontrarla la ve a través de uno de los grandes ventanales, ella está recostada en la verde hierba que circunda el castillo, Tiffany mueve sus manos en el aire formando figuras invisibles, una gran sonrisa se dibuja en su rostro, a las dos le gusta la soledad, camina con ese dolor que produce cuando el corazón trabaja más rápido de lo usual, duda un momento antes de recostarse a su lado, Tiffany voltea a verla con una gran sonrisa, no dicen nada, ella sigue moviendo sus manos en el aire sintiendo como se desliza la brisa entre sus dedos, es agradable hacerlo, pero Jessica siente que ya no puede seguir en ese silencio y toma su mano estrechándola tímidamente, las dos se ven fijamente, Jessica se acerca a su rostro lentamente bajo unos ojos chocolate que brillan más al sentir su cercanía, las mejillas de las dos arden en el preciso momento que sus labios se encuentran de nuevo, instintivamente cierran los ojos disfrutando ese roce que para las dos es lo más delicioso del mundo, solo ha sido un casto beso, pero para las dos ha sido una increíble colisión de sentimientos que luchaban incesantes por surgir, sus frente se juntan delicadamente.

-¿Qué sientes cuando lo hago? -Jessica pregunta en un hilo de voz mientras sus dedos se deslizan por el rostro de Tiffany, debe saberlo de una buena vez, esa maldita duda la está matando, la pequeña suspira pesadamente antes de contestar.

-Como miles de mariposas aleteando en mi piel, todas de fuego, arden en cada poro, el pecho duele y mi garganta se seca… es como agonizar pero sin morir. -Jamás le habían dicho algo tan hermoso y en el fondo de su corazón sabe que es sincero.

-Tiffany… -A pesar de siempre intentar no mostrar emoción alguna con ella está entendiendo que eso no puede manejarlo, sus ojos están cristalinos, solo ella podría hacerla reaccionar de esa forma, al mundo oscuro de Jessica está llegando la luz, esa pequeña es la única con el poder de hacerlo.

-No es por obligación… así siento… me gusta todo lo que mi señora hace… siempre ha sido así. -Eso termina de quitarle todas las dudas, su pequeña le corresponde en su sentir y es todo lo que necesitaba para sosegar su pecho, sus labios se vuelven acercar en un rápido movimiento, las dos sonríen al tiempo, sus manos siguen estrechadas mostrando ese vínculo que las une, de todas las posibilidades existentes estaba escrito que ellas se amaran con esa profundidad en un mundo que jamás comprenderá sus sentimientos.