Eternidad Part 1
SANDARACComo ya les habia cometado, solo actualizare los Lunes que es cuando tengo mas tiempo, no pregunten porque, este es el ultimo capitlo de la historia, espero les guste tanto como a mi. Bueno disfrutenlo :3
Eternidad Part 1
Sus ojos cafés están marchitos, lleva mucho tiempo llorando desconsoladamente, dormir no ha sido opción cuando no la tiene a ella para hacerle agradable el sueño, el cansancio se ha ensañado con su joven cuerpo y los efectos saltan a la vista, pero a pesar del dolor, de la frustración, y de la pena tan grande que lleva en el pecho es capaz de caminar erguida, de mantener la cabeza en alto, de ver a los ojos sin huir a la mirada atenta de ese hombre de cabello negro que la inquiere desafiante, si, Siwon aprieta sus puños con furia, sus dientes rechinan, trata de entender, lo intenta, pero ver a la mujer que tanto amó en una mazmorra por capricho de la que ahora tiene al frente le hiere en lo más profundo, si… ¿por qué no decirlo?, le duele que Tiffany lo haya rechazado por amarla a ella, a una mujer, sí, puede ser Jessica pero él merecía más su amor, él jamás hubiera permitido esto, no le hubiera hecho daño, daría hasta su sangre por verla feliz, pero no, ella ya había puesto sus ojos en su señora, y ahora… ahora está en ese terrible lugar, muriéndose en vida al renunciar existir… su mente se mueve sigilosa en los recuerdos de días anteriores, de las ordenes recias de su señor para llevarla al calabozo en medio de gritos y llantos, verlas desnudas en su cama cuando apenas los primeros rayos del sol repuntaba permitió a los que presenciaron la escena la comprensión de lo que sucedía entre ellas.
-Solo permite verla… es necesario vernos, igual que respirar, no hacerlo es condenarnos a una muerte lenta y dolorosa.-Jessica trata que su pedido no sea con la voz quebrada, retira la vista a un lado tratando de respirar, de no derrumbarse, de seguir siendo fuerte por las dos, baja saliva mientras levanta la vista lentamente para encontrase con un Siwon que la ve desafiante, parece que su ruego no lo ha conmovido.
-No puedo hacerlo… sí mi señor se entera, no, no podría. -El hombre habla firme antes de dar media vuelta para retirarse dejándola con la palabra en la boca, no tiene más que agregar, no podría acceder a semejante locura, se debe ahora a su señor y a su familia, no a sus ruegos irresponsables, los pasos empiezan haciendo ese sonido seco en el piso, Jessica no puede permitirlo, Tiffany cuenta con ella y no piensa fallarle, no de nuevo, le prometió siempre estar juntas y está incumpliendo su palabra.
-Sé que la amas… lo haces realmente, no permitas que muera de esa forma. -Habla fuerte, su cabeza sigue erguida, su cuerpo rígido camina a él cuando detiene su marcha, Siwon gira su cuerpo y la ve incrédulo con las primeras lágrimas en sus ojos.
-¿Por qué?... eh, dime la razón, no puedo creer que por un capricho por su piel ahora tenga que quedarse allí hasta que perezca. -Siwon alza su voz hasta el punto que Jessica siente cada palabra estrellarse en sus mejillas como las olas del mar, no se inmuta, no se mueve, conoce la rabia, la furia, la oscuridad del alma humana y el despecho del hombre que tiene al frente no la hace temer.
-No es capricho… la amo, nos amamos, desde niñas, desde siempre, sin ella también muero y así lo prefiero, no puedo sin ella… así que te lo ruego, te lo suplico, permíteme verla. -Siwon no da crédito a lo que sus ojos ven, Jessica está hincada con sus ojos cafés puestos en él a la espera de su respuesta, jamás la había visto así, la orgullosa y soberbia Jessica con las rodillas en el suelo ante él, un simple hombre, ahora comprende… jamás fue un capricho, la ama, solo el amor la orillaría hacer algo así cuando no es propio de una princesa arrodillarse ante un súbdito, pero ¿qué hacer?... sabe que si cede su vida está en peligro, pero… sí, él no puede permitir que Tiffany siga así, se ha reusado a comer hasta que le permitan verla, su llanto no cede, solo se incrementa ante el silencio de los guardias que nada pueden hacer, una muerte así no se le desea a nadie.
-A media noche, solo así es posible… no hagas ruido, te espero en el costado sur, cúbrete bien, nadie puede ver que eres tú. -Siwon termina de dar las indicaciones conmovido por el acto de amor que ella acaba de hacer, sí… su corazón no está tan perdido como para no ceder ante su pedido.
La noche es fría, la brisa se mueve por el lugar como adueñándose de cuanto se le cruce, algo inusual si me preguntan, jamás estas tierras había conocido brisas tan frías como estas, sus mejillas se tiñen de rojo al contacto, solo así es visible que aún vive, que aún hay sangre recorriendo su cuerpo, su pesada respiración crea esa leve capa de humedad que da cuenta de la baja temperatura, muy pronto vendrá el invierno, sus huesos ya pueden sentirlo así, ve al cielo y a la luna escasamente cubierta por tímidas nubes, se está desesperando al no verlo, a no sentir sus pasos, lleva mucho tiempo ahí y saber que pronto se reunirá con ella solo ha hecho que el tiempo se mueve lento, hasta podría jurar que se ha detenido, siguió todas las recomendaciones, no hacerlo sería una locura que arrastraría a muchos inocentes, y eso no piensa volver hacerlo, escasamente se pueden apreciar sus ojos cafés brillar al ver el reluciente astro que cubre la noche silente.
-Sígueme… por nada te detengas, siempre atrás de mí. -Siwon llega sigiloso a su espalda, siempre cuidando que nadie lo vea, ella gira su cuerpo y asiente bajo su elegante abrigo rojo carmesí, emprenden juntos el camino por ese lúgubre lugar, Jessica jamás lo ha visitado, solo había escuchado los comentarios tristes de algunos de sus sirvientes, ahora comprende que todos fueron ciertos, el olor a humedad y putrefacción inunda sus sentidos, ese lugar fue diseñado para matar el espíritu humano, trata de que su rostro no muestre los terribles pensamientos que ahora cruzan su mente, le duele que su pequeña haya tenido que pasar por estas vicisitudes, todo por su impulso, por su burla a la suerte al no ser prudente, pero ya… pero ya no es tiempo de culpas, los reos se inquietan tras las puertas de acero golpeándolas sin parar, los guardias solo siguen las ordenes de su superior, saben que algo raro sucede, nadie visita ese lugar a esas horas, y no saber quién es su acompañante es inusual, pero ellos nada pueden preguntar, el corazón de la princesa se acelera a cada paso, sabe que pronto la verá, la tendrá en sus brazos, podrá hacerle sentir los latidos de su corazón que salta cada vez que sus ojos se encuentran, el sonido desagradable de la puerta rechinar lentamente va mostrando a una pequeña mujer en una oscura esquina apretando sus piernas al pecho, su largo cabello castaño cae como cascada a un lado, si… parece que a pesar de los años esa posición la conforta, la puerta abrirse no la hace reaccionar, Siwon le indica a Jessica que entre, sabe que el tiempo apremia y decide dejarlas solas, ella camina con pasos dudosos, su más terrible temor se está presentado ante sus ojos, su pequeña ha sufrido por su culpa, carraspea su garganta cuando solo las separa unos metros, Tiffany por inercia levanta la cabeza, al ver esa elegante ropa sabe que es ella, su alma regresa al cuerpo, el cansancio, agotamiento, sufrimiento, sí, todo se ha ido, se levanta en un solo movimiento a su encuentro, sus bocas se encuentran presurosas, las manos se deslizan buscando crear mayor contacto, el pulso se acelera dolorosamente, lágrimas bajan por sus rostro en un marcado recorrido que parecen conocer…sería fácil pensar que es tristeza, pero no, es felicidad pura, de esa que hace que ustedes humanos reaccionen así, su parte consciente nada puede hacer ante tanto.
-Te extrañé. -Tiffany desliza sus pulgares por sus mejillas retirando las saladas gotas, Jessica sonríe ante eso, no importa que pase, ni qué condiciones se presenten, su amor es más fuerte que todo, más fuerte que el dolor, la distancia, el odio, la incomprensión y si… incluso a la muerte. -Pensé morir si no te volvía a ver.
-No tanto como yo mi pequeña… te amo. -Sus bocas se buscan en sendos besos que se vuelven apasionados, desenfrenados en hacer sentir ardor, tanto guardado para ese encuentro, los sentimientos se mueven victoriosos por la piel que de a poco se descubre, no importa el inclemente clima, el lúgubre lugar, la terrible situación, solo ese amor que no puede contenerse en esos dos frágiles cuerpos.
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