Bueno les traigo el gran final de la historia, mil disculpas por no haber podido actualizar, espero y les guste y no me linchen ><

Eternidad Part 4

Sus cuerpos no se han separado, el tiempo como un reloj de arena funciona en cuenta regresiva, los labios están hinchados y rojos, en verdad buscan desgastarse en la piel, la mesa de madera fue el sitio donde se dejaron vencer por el deseo, su boca se mueve lentamente como si fuera la primera vez que la recorre, Tiffany solo puede cerrar los ojos con fuerza mientras sus manos se sostiene firmemente en los bordes de la insipiente mesa, su cabello suelto se pega con facilidad a su piel debido a la traspiración, a pesar de que afuera todo es frío el interior de esa humilde cabaña sucede todo lo contrario, su lengua se mueve tratando de marcar cierto ritmo que solo agita a la menor, para Jessica es placer incomparable hacerle sentir tanto, sus ojos cafés solo alcanzan a ver los suyos fuertemente cerrados mientras su boca se abre y se cierra presa del deseo, succiona esa delicada parte sosteniéndola entre sus carnosos labios, el suspiro que no puede contener le hace saber que le gusta, sonríe antes de repetir el movimiento, una y otra vez, las piernas de Tiffany  se aflojan en los hombros de Jessica, que forma de hacerla suya, de entregarle todo sin medidas, de pertenecerle por siempre, la humedad se presenta como una seria invitación de ir hasta el final, el leve mordisco la hace arquear la espalda, Jessica se reincorpora sobre su cuerpo con una pícara sonrisa, le retira el cabello del rostro a lo que ella abre los ojos, sus dedos se van introduciendo mientras Jessica se acomoda para sentirla, sin darle tiempo a nada sus embestidas empiezan, las uñas de Tiffany se entierran en la espalda desnuda de Jessica, acercan sus frente mientras siguen presas de esa forma de amarse, el vaivén se vuelve intenso al límite de lo violento, el crujido de la mesa es señal de lo que sucede, los dedos se deslizan dentro y fuera ayudado por el peso de su cuerpo, sus pesadas respiraciones son vencidas por esa vibración que recorre sus cuerpos, el placer las ha golpeado de nuevo, todo se vuelve silencio y quietud, sus ojos conectados siguen allí, viendo como lentamente el placer abandona sus delicados cuerpos.

-Te amo. -Sus dedos se deslizan por su rostro con ternura, tratando de grabarlos por siempre, Tiffany imita su movimiento antes de besarse con delicadeza, sin afanes.

-Te amaré hasta el cansancio, hasta desfallecer, te amaré más allá de lo conocido. -Tiffany deja suaves besos por su cuello a lo que Jessica responde estirándolo, le encanta todo de esa mujer, no comprende la razón de quererlas separar, eso es lo más natural que conoce… el amor.

-Ya lo haces… no nos hemos detenido… pero siempre se puede descansar después. -Jessica termina de hablar terminando de colocar sus pies en el suelo, Tiffany se desliza al borde de la mesa, su espalda tiene marcada las líneas de la madera en su rosácea piel, la mayor la acerca a su cadera indicándole que la abrace con sus piernas, pronto la lleva en brazos de nuevo a la cama, sí… definitivamente allí estarán mejor.

Tiffany arquea su espalda hacia atrás mientras se aferra con fuerza a su cadera, abre los ojos viendo como Jessica le sonríe retirando los dedos de su interior para inmediatamente introducirlos a su boca, así como una niña que prueba su manjar favorito.

-Te amo… no sabes lo que me haces sentir. -Tiffany vuelve a moverse adelante y atrás queriendo reiniciar todo, se están amando sin importar nada más, Jessica retira sus dedos de la boca para probar esos rosáceos pezones que le rozan los labios incitándola, retándola, su lengua los recorre endureciéndolos, Tiffany sigue moviéndose disfrutando de esa boca que parece conocerla mejor que ella misma, las  manos de Jessica se apoderan de la espalda de Tiffany terminando de acercarla, la punta de sus dedos se deslizan con firmeza logrando dejar tenues marcas, pronto toma la mano de Tiffany y la posiciona sobre su o, sus ojos pardos se abren de inmediato, Jessica le guía el movimiento logrando que a la menor se le acelere el corazón, es la primera vez que ella toca la intimidad de su señora, sí, nunca lo hizo, no por negativa de Jessica si no por la timidez de Tiffany.

-Hazlo… te lo ruego. -Ante las dudas de su pequeña Jessica la recuesta sobre el colchón en un hábil movimiento, sigue con su mano prendada en su intimidad, ahora es ella la que se mueve, buscando excitarla, Tiffany comprende que ella desea entregarle esa parte que solo para muchos será algo idílico.

-Está bien… pero no así. -La castaña le hace dar vuelta hasta ser ella la que esté arriba.

-Tendrás que dejar que yo maneje esto. -Jessica frunce el ceño ante sus palabras, un gesto de picardía se delinea en sus labios.

-Mmm supongo que eso te gustaría. -Tiffany asiente con su ceja enarcada y un tierno puchero.

-Sí… no todos los días eres dócil. -La besa suavemente, sus dedos se mueven con cuidado recorriendo su humedad, su pulgar estimula ese punto que la hace flaquear mientras los intercala con presión.

-Te amo. -Sus palabras se pierden por el cuello de Tiffany que se acomoda encima, el movimiento algo tosco producto de los nervios rápidamente es compensado por ese amor que las une, Jessica aferra sus manos a la espalda de la menor que solo se dedica a mover sus dedos arriba y abajo firmemente concentrándose en satisfacer a su amante, a pesar de ser su primera vez sabe cómo hacerlo, ella le ha enseñado todo y ahora es su turno de brindarle gozo, Jessica se entrega sin temor, sin el mayor rastro de soberbia en su interior, los jadeos no se hacen de rogar recorriendo la pequeña habitación, aunque eso nadie puede escucharlo, ningún alma humana se encuentra cerca de esa cabaña, su petición fue fielmente concedida por su padre, cuando la pequeña siente que es momento lentamente se va introduciendo en ella, Tiffany vence la pequeña resistencia de su interior logrando llegar hasta el final, el dolor de la primera vez lo ahoga clavando los dientes en su piel, se quedan un momento en quietud, están completamente unidas, más allá de lo comprensible, Jessica no pensó que su pequeña lograra hacerla sentir de esa forma, se siente bien entregarse humildemente a la persona que tanto ama, las dos se ven fijamente, el vaivén empieza despertando cada parte, cada rincón, sus cuerpos vibran sin control, se aman, se entregan, reconocen en la otra esa parte de su propia alma, sus ojos siguen cada gesto de placer, cada  palabra de amor se plasma en sus sentidos, los dedos entran y salen logrando sacarle gemidos a la mayor, todo lograr crear un sin fin de reacciones sobre sus cuerpos hasta que finalmente sienten como el placer que empieza por el respaldo de sus cabezas haciendo un victorioso recorrido hasta la punta de sus dedos, sí… la mano de Tiffany fue capaz de que alcanzara el clímax, la castaña sonríe al ver los ojos fuertemente cerrados de Jessica y sus labios resecos, sus besos los humedecen regresándola a la realidad, su mano siguen firmemente en su centro como deseando prolongar su placer, pronto retira sus dedos y al igual que ella se los lleva a su boca, sí… ahora entiende el placer encontrado en hacer ese acto.

Están de medio lado, el cansancio se apodera de su ser a pesar de que se resisten, Jessica no puede dejar de verla, la ama demasiado, con necesidad, con propiedad, con lujuria y deseo, con todo lo que puede dar, pronto los últimos granos de arena caerán marcando el final.

-Te amaré siempre… nunca dejaré de hacerlo… que feliz soy de haberte tenido. -Tiffany habla tratando de no cerrar sus ojos pardos, ¿de dónde proviene tanto amor?... ¿que las hace a ellas diferentes a todos los demás?

-Shhh… tuya siempre, tuya mi eternidad. -Sus labios se encuentran y allí se quedan, sus cuerpos terminan de enredarse buscándose hasta que encuentran la posición perfecta en esa maltrecha cama que fue testigo de tanta entrega.

Ya ha pasado dos días en ese lugar, ha hablado con HeeChul para dejar en orden ese matrimonio, ha tenido que soportar a la odiosa de su esposa sobre asuntos de esa celebración, puras banalidades que le molestan sobremanera, como desearía que su JinAh viviera para no tener que pasar por esto, pero ella no está y eso a pesar del tiempo aun es difícil de aceptar, ya pronto se irá, regresará con el acuerdo firmado por los dos reinos, puede ser un matrimonio pero amor no es lo que se habla en estos casos, DongHae sigue ausente y eso le preocupa, si él no acepta no sabría que hacer la verdad. 

-No comprendo… pensé que esto te haría feliz. -Finalmente decide indagar, los dos se encuentran solos en el gran balcón, ese mismo lugar donde estuvo Jessica enseñándole una lección de estrategia y astucia a DongHae.

-No sé… supongo que así debería ser.  -Se pasa las manos por el mentón sin atinar a descubrir lo mal que está en todo esto, Yong se dispone a partir, no piensa seguir preguntando más y seguir tentando a la suerte.

-Es solo que… ella me juró que jamás sería mi esposa y ahora vienes y me dices que ella no solo aceptó mi propuesta de matrimonio sino que fue por su iniciativa… tal vez si me hubieras dicho que la obligaste podría entenderlo. -Sus pasos se detienen, su corazón se acelera al punto de doler más que una profunda herida de batalla, los intrincados movimientos de su hija son ahora claros para él, siente que en cualquier momento puede caer al suelo.

-Debo irme. -Yong lucha por seguir a toda marcha, los habitantes del castillo ven como se mueve presuroso hasta llegar a su caballo, sus hombre escasamente le pueden seguir el paso, DongHae corre tras de él, sabe que algo anda mal, esa no una reacción normal.

-¿Qué sucede? -Alcanza a gritar en el preciso momento en que Yong termina de subirse a su brioso corcel, escasamente se cruzan sus miradas antes de dar la orden de marcha al nervioso animal, los encargados de la seguridad del castillo se mueven prestos a no interrumpir su paso.

Sandarac es una resina que se supone vino del norte de África a estas tierras, los boticarios y los galenos la conocen muy bien al reconocer sus propiedades como efectivo veneno, solo bastaba una visita a estos hombres de ciencia para obtenerla, saben… ellas me enseñaron la diferencia entre eternidad e inmortalidad, antes de ellas lo ignoraba por completo, lo único eterno en mí es el tiempo, no sé otra realidad aunque en verdad lo deseo, no sé de sentimientos, de anhelos, de sueños, solo sé existir, quisiera conocer el dolor y la necesidad del amor, tanto como para renunciar a una existencia sin esa contraparte que logrará completarme, si amigos míos, la diferencia entre la inmortalidad y la eternidad radica en la decisión férrea de aferrase a eso que te hace sentir vivo, que permite trascender el espíritu más allá de nuestra propia comprensión, una existencia vacía nunca lo lograría, ellas… ellas se hicieron eternas en su amor, en cada palabra, en cada gesto… pero por supuesto los humanos tienden a ignorar lo que no comprenden, su historia de amor pasó desapercibida para todos.

Cuando Yong llegó hasta a esa cabaña su corazón terminó de hundirse, la había orillado a esa decisión, él mismo le enseño el valor de tomarlas y no mirar atrás, ¿acaso podía esperar algo distinto a eso?... no, se llevó el cuerpo de su niña en brazos cubierta solo por el blanco manto que allí se encontraba para luego ordenar que quemaran la cabaña con todo en su interior, su funeral dejó muchos vacios, DongHae la maldijo por haberle cumplido la promesa hasta el final, intentó acercarse a escupirla pero una afilada daga lo detuvo, sí, Krystal tuvo que aprender a ser adulto antes de tiempo ante la negativa de su padre a vivir, sí, su espíritu también murió ese día, solo fue un cascaron vacío que respiraba, DongHae comprendió que todas esas malditas mujeres Jung lo detestaban y eso para su desgracia lo hacía amarlas, claro, hubo guerras, intentos de arrebatarle el poder y ante la muerte en vida de Yong fue Krystal la escogida para tomar las riendas del reino, se puso al frente de sus hombres, supo hablarles y hacerlos aguerridos, esa mujer logró lo inimaginable… una mujer podía perfectamente reinar sin un hombre al lado, tal como predijo Jessica y DongHae… bueno él fue la burla de la época, Krystal solo lo usaba para luego botarlo, jamás aceptó su propuesta de matrimonio, algo le había enseñado Jessica y es que se debe seguir el corazón, no importa si para los demás es locura, la locura es buena en algunos casos, su libertad valía más que cualquier cosa, así que ni siquiera le permitió acercársele a ese niño que heredó los ojos avellana de su padre, el valiente niño llevó orgullosamente el apellido Jung y no otro, y así, esta historia de amor llega a su fin, para los que sientan que tuvo su final triste solo les digo que no se dejen llevar por apariencias y engaños de la mente, ellas fueron eternas juntas, quiero pensar que lograron ser viento, libres por siempre.