A/N: No sé exactamente que fue lo que escribí, les juro que estaba escribiendo tranquilamente y de pronto me sentí envolver por mis sentimientos WooDong!...en fin, el sgte. cap va estar listo pronto y habrá más WooDong! (sólo porque el par de Chitchais se me han estancado en la cabeza!) .

Gracias por leer y comentar!

El tiempo pasa y no deja de acelerarse con cada minuto que transcurre. Un hombre sentado solo, en una mesa ubicada en una oscura esquina de un restaurante, sosteniendo una caja sobre su regazo y en el piso una bolsa esperando ser entregada a la persona por la que se ha estado esperando casi una hora ya.

Otro minuto vuelve a morir y la puerta del restaurante no muestra aún el rostro por el que se ha estado anhelando por varios días.

Finalmente y sin advertirlo la persona sentada en la esquina, la puerta se abre y una figura añorada camina en dirección del hombre, que lleva esperando como si fuera una eternidad.

Sus manos sudan, sus piernas tiemblan, su mirada cambia de rato en rato su dirección sin encontrar un punto visual definitivo, su corazón se acelera. Sus recuerdos vuelven, su dolor e inseguridades golpean dentro de su cabeza. Su paso se hace más lento, sus latidos se aceleran, su garganta pesa y las palabras se van desvaneciendo. Su mirada se hace más intensa, enfocándola en el rostro de la persona causante de su dolor.

Su expresión se endurece. Las palabras vuelven y finalmente están frente a frente.

-te estaba esperando… - habló Junjin, observando a su novio

-Feliz cumpleaños…. – respondió el menor, alcanzando una pequeña bolsa, que Junjin no había advertido, llevaba en manos

-gracias…  - Junjin tomó la pequeña bolsa, abriéndola

-no es mucho a comparación del pastel que te preparó HyeSung… - habló Andy, fijando la mirada en la caja que llevaba Junjin sobre su regazo

-así sean piedras, si es de ti, siempre será más valioso que cualquier cosa – respondió Junjin tomando la mano de su novio por debajo de la mesa

-sólo vine por que es tu cumpleaños y porque no deberías pasarlo solo – dijo Andy a la defensiva, retirando su mano.

-cielo, te extraño… - Junjin deslizó su mano nuevamente, sosteniendo con más fuerza la de su novio.

-qué has pensado de la última vez que viste a HyeSung?

-no es momento para hablar de eso

-claro que lo es… te recuerdo por que te eché de casa?

Junjin dio un suspiro muy pesado, reordenando sus ideas.

-lamento mucho haberte hecho a un lado… no era mi intención… fui estúpido e impulsivo… tenías razón, me estaba metiendo en lo que no debía – habló Junjin soltando cada palabra con sinceridad

-quiero que regreses a casa… - Andy agachó la cabeza, fijando su mirada en su mano que seguía siendo sostenida por Junjin

Los ojos de Junjin dieron un brillo esperanzador.

-pero no ahora… déjame pensar las cosas… necesito estar seguro al 100% - Andy alzó la mirada, encontrando los ojos de decepción de su novio.

-tómate el tiempo que quieras, sé que al final me dejarás volver – Junjin se inclinó, dando un tierno y amoroso beso a su novio.

Uno de los beneficios de ser un prestigioso abogado con un gran salario, es que te permite comprar cuantas cosas desees. Pero las consecuencias llegan cuando llevas más de una hora de pie frente a tu espejo, decidiendo cuál de tus 10 camisas, las cuáles lograste reducir luego de una hora más de pelea,  debes ponerte para una cita informal con un amigo, que se espera sea más que un amigo.

-la blanca o la celeste? – Minwoo continuaba con su lucha interna eligiendo el atuendo perfecto para salir a su cita con Dongwan

-o una de las del grupo de allá? – Minwoo giró, observando el grupo de ropa que yacía sobre su cama. Si es que aún se podía distinguir la cama debajo de todo ese mar de ropa.

-aish!!! … tengo que dar una buena impresión! – se quejó Minwoo contra su propio reflejo, cayendo derrotado sobre la alfombra.

De pronto el sonido del teléfono celular llenó la habitación. Minwoo literalmente nadó entre la ropa sobre la cama, hasta encontrar su teléfono.

-ya estoy en camino, llegó en 15 minutos – oyó la voz del apuesto Dr. Kim del otro lado de la línea

-15 minutos?... está bien, te esperaré abajo… - Minwoo colgó el teléfono, mirando derrotado su mar de ropa.

-es una emergencia, la blanca – se dijo asimismo, colocándose la camisa blanca.

Quince minutos después, Dongwan bajó del taxi que lo había llevado hasta el departamento del abogado.

-Wannie!! – llamó Minwoo, acercándose hasta dónde se encontraba Dongwan esperando.

-y que película iremos a ver… - preguntó Dongwan directamente, sin dar más tiempo a los saludos

-espera y verás… - sonrió Minwoo, empezando el camino al cine.

Los pequeños hombres caminaron unas cuantas calles, hasta llegar al cine y comprar las entradas para la película elegida por Minwoo. Una película romántica.

Minwoo estaba decidido a arriesgarlo todo esa noche y confesarle su secreto amor al apuesto Dr. Kim.

-ehhh…. Estás seguro que esta es la película que quieres ver? – preguntó Dongwan incómodo, al notar a las demás parejas sentadas en modo romántico a su alrededor.

-sí, es una buena película, no te arrepentirás – mostró el abogado su infalible sonrisa de ojos.

Para fortuna de Dongwan, la película duró menos de dos horas y en poco tiempo ya estaban retirándose de la sala. Dongwan podía notar las intensas miradas de las parejas que los rodeaban.

-comemos algo? – ofreció Minwoo una vez fuera del cine

-por que no, esa película me despertó el apetito – respondió Dongwan con una sonrisa.

Minwoo llevó a Dongwan a un restaurante italiano, cercano. Dongwan notó que el ambiente del lugar era muy propicio para una cita.

Esperen….. una cita?....

Dongwan recordó cómo recibió en la mañana la llamada del abogado, invitándolo a ver una película con él, ya que su único amigo Eric Mun estaba ahora ocupado conquistando a su esposo y ya no tenía tiempo para él. A Dongwan se le movió el corazón y aceptó salir con el abogado.

Pero por qué de pronto todo parecía como una de esas escenas de película?....

HyeSung se encerró en su habitación por el resto de la noche. Aún no podía creer lo que acababa de hacer. Sus labios aún podían sentir los labios de su esposo moviéndose con suavidad. Cerró los ojos tratando de olvidar pero todo lo que pudo ver fue imágenes de Eric mientras lo besaba.

-qué hago… que hago cangrejito… - susurró, sosteniendo su cangrejito de felpa contra su pecho.

Se recostó en su cama y estiró su brazo lo suficiente para alcanzar el cajón de su mesita de noche, sacando un cuadro por debajo de algunos papeles.

-tengo que regresar a casa… sólo debo pensar en eso… - se dijo mientras sostenía el cuadro con una fotografía de él y sus amigos de la universidad.

HyeSung estaba muy seguro que regresaría a Boston una vez que terminaran los dos años de su matrimonio con Eric. No podía permitirse desarrollar ningún tipo de sentimiento hacia esa persona. No después de todo lo que le hizo.

No. Hyesung no había olvidado todas las lágrimas que Eric le hizo derramar. No había olvidado todas las heridas. Aún no.

-HyeSung?... puedo entrar? – oyó la voz de Eric llamando desde el otro lado de la puerta de su habitación

Con una breve respuesta, Eric abrió la puerta y se sentó en la cama al lado de su esposo.

-quieres dormir conmigo esta noche? – preguntó Eric con voz dulce, acomodando el cabello de su esposo por detrás de su oído.

Los ojos de HyeSung se abrieron en horror. Acaso Eric pensaba que por un beso ya podrían pasar al siguiente nivel?, que no acababa de prometerle que se iba a contener?

-no pienses mal, cuando digo dormir es realmente dormir… no quiero dormir solo esta noche – explicó Eric, notando el rostro horrorizado de su joven esposo

-quiero dormir acá… solo – respondió HyeSung con voz débil sin mirar a su esposo.

-estás asustado?... – preguntó Eric, pasando su mano por el cabello del muchacho

-sólo quiero estar solo… - habló HyeSung, sujetando con más fuerza su cangrejito

-no volveré a perder el control contigo, todo lo que quiero es que me dejes amarte… quiero cuidarte y adorarte como te mereces, me dejas hacer eso?, me dejas demostrarte que eres todo mi universo? – habló Eric, pasando su mano una y otra vez sobre el cabello de HyeSung amorosamente

HyeSung permanecía en la cama, abrazando su cangrejito con más fuerza para contener sus emociones. Algo dentro de él se estremecía con cada palabra de su esposo, pero a la vez algo en su cabeza le hacia recordar todos los horrores que vivió en el pasado desde su llegada a Seúl y esa casa que tanto añoraba, esa casa que no se encontraba dentro de esas cuatro paredes en las que era cautivo. Esa casa que se encontraba a miles y miles de kilómetros.

-Hyesung…

-déjeme ir a casa… no me haga esto… déjeme ir a casa… - la voz débil y entrecortada de su joven esposo, dejaron a Eric sin palabras.

Dolía. Dolía enormemente ver a la única persona por la que estabas dispuesto a dar la vida, seguir rechazándote y negándose a recibir tu amor. No importa cuánto hicieras, cuánto te acercaras.

HyeSung siempre iba a rechazar a Eric.

-te daré todo lo que quieras… absolutamente todo, te lo juro…. Menos regresar a casa… tu casa está a mi lado… espero que algún día lo entiendas…

Lo último que oyó Hyesung antes de estallar en un llanto silencioso, fue la puerta de la habitación cerrarse.

-por nosotros… - Minwoo alzó su copa de vino en alto, chocándola con la de Dongwan que aún mantenía una expresión incómoda.

El abogado no se imaginaba a que se debía el repentino cambio de humor de su compañero. Dongwan había estado muy bien en el cine e incluso en el camino al restaurant, pero ahora parecía ser otra persona. Difícilmente pronunció alguna palabra durante la comida y todo el tiempo se mantuvo mirando fijamente a su plato antes que a la persona que estaba acompañándolo en la mesa

Minwoo estaba medio nervioso y medio atemorizado por el repentino cambio de humor del Dr. Kim.

-ya es tarde, debo regresar a casa, mañana tengo el primer turno – habló Dongwan poniéndose de pie

-deja que pida la cuenta y te llevo a casa – ofreció Minwoo, haciendo una seña al mozo para que trajera la cuenta

-no es necesario, sólo tomaré un taxi – respondió Dongwan, dando una risa incómoda aún sin mirar a los ojos del abogado.

El mozo llegó colocando una pequeña bandeja sobre la mesa

Dongwan aprovechó la distracción de Minwoo para salir caminando lo más rápido que podía, fuera del restaurant

-espera Wannie! – llamó Minwoo sin éxito

El abogado sacó un par de billetes de su billetera, colocándolos sobre la pequeña bandeja que dejó el mozo y empezó su carrera detrás del apuesto Dr. Kim.

Minwoo lograr alcanzar a Dongwan, antes que terminara de cerrar la puerta del taxi que lo llevaría de regreso a casa.

-lo siento, no tuve tiempo para esperarte de veras tengo que regresar a casa – habló Dongwan, sorprendido al ver a Minwoo frente a él, sosteniendo el otro extremo de la puerta del taxi

-te dije que te acompañaría a casa – respondió Minwoo con respiración agitada

-está bien Minwoo, no es como si viviera muy lejos y además no has traído tu auto – insistió Dongwan, tratando de jalar la puerta del auto para cerrarla

Minwoo sujetó aún más fuerte su lado de la puerta, impidiendo que el Dr. Kim tuviera éxito en su cometido.

-bien, entonces me regresaré también en taxi – habló Minwoo con confianza, jalando con más fuerza la puerta del auto, hasta hacerse suficiente espacio para permitirse entrar, luchando con un asombrado Dongwan, por un espacio en el asiento de atrás.

-no tienes que….

-me gustas Dr. Kim, me gustas mucho – dijo Minwoo con firmeza, perforando los ojos del apuesto Dr. Kim

Qué hora es?.

Hyesung estiró su mano hasta su mesita de noche, sosteniendo su celular. 2AM. El departamento se oía silencioso. Completamente muerto. Estaría durmiendo Eric?. Lo más probable es que a esta hora, esté durmiendo como un tronco, enterrado entre las sábanas.

HyeSung se sentó sobre la cama, estirándose un poco para relajar sus músculos entumecidos por la posición en la que llevaba recostado por casi tres horas.

Revisó una vez más su teléfono celular, terminando siempre en la terrible desilusión. Las únicas llamadas permitidas eran a los teléfonos de Andy, Minwoo o Eric. La conexión a Internet fallida y los números de emergencias bloqueados.

Se recostó una vez más sobre la cama, dando un profundo suspiro antes que sus ojos cayeran nuevamente sobre la fotografía que seguía yaciendo en su mesa de noche.

Casa. Un verdadero hogar. Libertad.

Todas esas palabras daban vueltas en la cabeza de Hyesung y un sentimiento de ansiedad lleno su pecho.

Sin pensarlo y sin saber en qué momento, se encontró corriendo fuera de su habitación directo a la puerta principal del departamento.

No tuvo dificultad en quitar el seguro de la puerta, ni mucho menos en mover la manija y lograr abrir un centímetro de la puerta, para luego sentir el fuerte golpe delante de él y ver la débil luz con olor a libertad, que emanaba de los corredores, desvanecerse.

-que demonios estás haciendo!!! – oyó la grave voz de Eric detrás de él.

Un escalofrío y un bombeo incesante en su corazón, lo hicieron sentirse débil, incapaz de moverse y girar su cuerpo para enfrentar a la persona que aún se encontraba detrás suyo.

-qué rayos crees que haces chiquillo inconsciente!! – Eric lo tomó del brazo, girándolo con brusquedad hasta que su espalda golpeó levemente contra la puerta

-déjeme ir! Por favor déjeme ir!  - habló casi en una súplica, sintiendo sus rodillas debilitarse

-a dónde crees que vas a ir a estas horas de la noche?.... y en pijamas?... haz perdido la cabeza?... – Eric no podía ocultar su enojo. O más como un dolor que le perforaba el pecho.

Tan solo unas horas antes se sentía tocar el cielo, probando por primera vez la esencia de su joven de su esposo y ahora todo parecía haber retrocedido en el tiempo.

-no puedo… no puedo… déjeme ir… - seguía suplicando HyeSung, lágrimas empezando a caer por su rostro

-no llores cariño, no llores por favor, sabes que no resisto verte así – Eric tomó el rostro de su esposo entre sus manos, conectando sus miradas

-quiero ir a…. –

Las palabras de HyeSung se contaron cuando Eric presionó sus labios contra los suyos, en un movimiento rápido y suave.

HyeSung luchó por no ceder esta vez y permitirle un fácil acceso a Eric entre sus labios.

-no puedo… no quiero… no puedo… - seguía repitiendo entre sollozos, mientras ahora Eric lo miraba con ojos de adoración.

Eric sabía que HyeSung no luchaba por libertad. No. Estaba luchando consigo mismo.

-ehh… Minwoo, creo que bebiste demasiado vino, será mejor que regreses a casa – habló Dongwan, cambiando su mirada en todas las direcciones posibles, evitando los ojos del abogado que seguían atravesándolo

-no he bebido más que una copa… y estoy muy seguro de lo que digo, me g….

-no lo digas, no lo vuelvas a decir… - habló Dongwan con voz más firme, enfrentando al abogado con expresión severa

Minwoo estaba preparado para todo. Sabía que tenía la posibilidad de ser rechazado, pero aún así la pequeña gota de esperanza en él, no lo dejaba rendirse y retroceder. Al menos no se iba a dar por vencido totalmente hasta haber agotado todos sus recursos.

-Wannie, hemos pasado ya m…

-basta!... Minwoo en verdad pensé que estabas siendo amigable conmigo por que nuestros caracteres congenian muy bien… lamento haber mal interpretado las cosas – dijo Dongwan. Las manos temblándole repentinamente

-no mal interpretaste nada Wannie, y en algo tienes razón, somos muy parecidos y congeniamos muy bien… demasiado bien… nunca me he sentido tan cómodo con alguien antes…

-creo que debo ser más claro…. Yo no… - Dongwan no pudo terminar su oración, gracias a los bien experimentados labios del pequeño abogado que se encontraban moviéndose magistralmente sobre los suyos.

Y sin saber por qué o cómo, Dongwan devolvió el beso, sintiendo un calor nuevo y extraño, encenderse dentro de su cuerpo.

Minwoo colocó una mano en la bien torneada cintura del Dr. Kim, pero fue éste quien voluntariamente presionó su cuerpo contra el del abogado. Las manos de Dongwan hicieron su propio camino hasta rodear el cuello de Minwoo. Ambos hombres se balanceaban de lado a lado, tratando de dominar. El beso se hacía más apasionado y fuera de control. Hasta que finalmente sus labios se separaron por la falta de aire y ambos hombres se miraron con la misma expresión de sorpresa.

Dongwan trataba de colectar sus pensamientos y explicarse así mismo que es lo que acababa de pasar. Hace unos minutos estaba completamente aterrorizado por las intenciones del abogado y ahora acababa de tener su primer y magnífico beso con un hombre.

-tú no qué Dr. Kim? – habló Minwoo entre jadeos, sonriendo con expresión pícara

Dongwan aún mantenía su expresión de asombro. Dándose cuenta que sus brazos seguían entrelazados sobre el cuello del abogado y sin ninguna intención de soltarse.

-yo no… no sé que me está pasando…. – respondió Dongwan finalmente, cerrando los ojos para recibir un cálido beso por parte del abogado

-creo que me he enamorado de ti Wannie… - susurró Minwoo entre los pequeños besos

-yo… yo… creo que también me gustas… - sonrió Dongwan, antes de volver a recibir su segundo magnífico beso.

-vamos a dormir – Eric tomó del brazo a su esposo, alejándolo de la puerta

-no!... no quiero ir a dormir… quiero ir a casa – se resistió HyeSung a dar un paso más

-no, vas a ir a dormir… conmigo, no voy a dejarte solo esta noche en ese estado – habló Eric con voz firme, dejando a HyeSung en estado de shock.

HyeSung quiso luchar, patalear, gritar, llorar; cuando Eric lo tomó entre sus brazos y lo llevó directo hasta su habitación, colocándolo sobre su cama, pero su cuerpo sencillamente no le respondía y sólo se dejó hacer sin oponer ninguna resistencia.

-déjeme ir a mi habitación… - HyeSung trató de ponerse de pie pero Eric lo detuvo a medio camino, colocando una mano sobre su pecho, empujándolo con suavidad contra la cama nuevamente.

-no, hoy dormirás aquí… - Eric se alejó hasta la puerta, colocando el seguro y tomando la llave de la habitación entre sus manos.

-no voy a escapar, por favor… déjeme regresar a….

-he dicho que no!... vas a dormir en esta habitación así tenga que sedarte! – Eric perdió el control por un segundo. Las súplicas desmedidas de su esposo lo estaban lastimando a tal punto que jamás se imaginó.

HyeSung se estremeció, sujetando con fuerza las sábanas que cubrían su cuerpo. Estar en esa habitación a solas con su esposo, hacían que su imaginación volase a todo tipo de pensamientos negativos y no muy agradables.

-lo siento, no debí gritarte…. Sólo quédate dormido, si?... te prometo que no voy a hacerte nada – Eric colocó una mano sobre el cabello de su esposo, asegurando sus palabras.

HyeSung observó a Eric fijamente.

-usted duerme en el piso? – habló finalmente el muchacho con mirada inocente

-es mi habitación, es mi cama… - respondió Eric, poniéndose de pie repentinamente.

HyeSung abrió los ojos ampliamente cuando sintió el lado derecho de la cama, hundirse ligeramente y la calidez de un cuerpo extraño yacer a su lado. Su corazón empezó a dar latidos más fuertes y más acelerados. Ni el mismo supo en qué momento, rodó fuera de la cama, sujetando una almohada en una de sus manos y se acomodó sobre la alfombra.

-qué crees que estas haciendo?! – reclamó Eric al girar en su lado de la cama y abrazar el aire, dándose cuenta que su esposo había desaparecido en un parpadear.

Eric se estiró por encima de la cama, dando una mirada a su joven esposo que se encontraba yaciendo sobre la alfombra en posición fetal.

Definitivamente iba a ser una noche muy larga.

-son las 3 AM, en unas horas tengo que ir a trabajar, no tengo tiempo para lidiar con tus niñerías, sube a la cama ahora mismo!! – Eric ahora sonaba enojado. Sabía que no era bueno para él enojarse con su esposo pero simplemente no podía evitarlo. HyeSung estaba siendo demasiado.

HyeSung se abrazó más así mismo, ignorando los reclamos de su esposo. Toda su vida durmió en una cuna de oro, pero ahora mismo, por evitar dormir al lado de su esposo, bien podría soportar el frío y duro piso por lo que quedaba de la noche.

-sube ahora mismo o te hago subir a rastras… no me retes HyeSung, no quiero  lastimarte – advirtió Eric, conteniendo su enojo y frustración todo lo que podía.

HyeSung se mantuvo en silencio. Cerró los ojos, tratando de convencerse que esto era sólo un mal sueño y que en algún momento despertaría de regreso en su habitación en Boston. Su lugar seguro.

La realidad golpeó a HyeSung, cuando sintió los fuertes brazos envolviendo su cintura, obligándolo a abandonar su posición fetal y el duro piso, cambiándolos por la suavidad y la calidez de la cama King Size de su esposo.

HyeSung trató de resistirse y volver a abandonar la cama, pero los fuertes brazos de su esposo, aún rodeando su cintura, lo inmovilizaron.

-no me obligues a hacerte daño HyeSung, por favor – Eric empezó a dejar suaves besos en el cabello de su joven esposo.

HyeSung apretó más los ojos, queriendo ignorar los sentimientos que empezaban a mezclarse dentro de él.

-sólo quédate quieto, no voy a lastimarte… jamás volveré a lastimarte… déjame quererte… - continuaba hablando Eric en su tarea de bañar de besos y amor a su joven esposo.

HyeSung no supo en qué momento o cómo, sólo supo que de un momento a otro, la voz de su esposo ya no era más audible y todo a su alrededor se había tornado oscuro.

Los fuertes brazos que lo aprisionaban, suavizaron su agarre, los ronquidos que se oían sobre su cuello lo arrullaban como una especie de canción de cuna. El pecho que se hinchaba contra su espalda con cada exhalación, lo mecía como si se tratara de un bebé.

Y la noche siguió su curso.