A/N: primer capítulo para explicar por donde va ir la historia, no me odien más adelante si alguien tiene ganas de asesinar a Eric!.

Gracias por leer y comentar!! :))

Era una fría mañana de invierno. La lluvia había empezado a caer muy temprano y todos los trabajadores hacían su mejor esfuerzo por llegar impecablemente presentables a su edificio de labores. Su jefe era muy estricto en cuanto la limpieza y presentación personal, no porque en verdad le interese o sea un maniático de la limpieza y el orden, sino para poner presión sobre sus empleados y mostrar su autoridad.

Algunas muchachas entraban corriendo tratando de ganar algunos minutos extras, antes que su jefe haga su entrada acostumbrada listo para revisar cada detalle del centro de labores. El edificio era un caos, con gente corriendo de un lado a otro, revisando los últimos detalles, arreglando cualquier cosa que creyeran sería del desagrado de su jefe.

Esto era muy habitual cada lunes. Luego de los treinta minutos de inspección, todos los trabajadores respiraban tranquilamente hasta la siguiente semana.

Eric Mun, era de esas personas que les gustaba tener todo bajo control, hasta el más mínimo detalle.

El reloj marcó las nueve en punto y todos los trabajadores se colocaron en sus lugares, ya no había tiempo para una última revisión.

Eric entró al edificio vistiendo su usual traje color negro con camisa blanca y corbata en color negro, sobre los hombros un abrigo color negro que entregó a su asistente Kim Bogeun, quien venía caminando tras de él como todos los días sosteniendo su portafolios.

Los empleados quedaron rígidos ante la presencia del Presidente de la imponente Systematic Company. Eric siempre tenía esa mirada severa y arrogante impregnada en el rostro, lo que intimidaba a sus empleados.

Después de su revisión habitual, el Presidente se dirigió a su oficina en compañía de su asistente.

-tráeme un café –ordenó el Presidente mientras tomaba asiento en su escritorio

-en seguida –respondió el joven muchacho de 25 años de edad

El maduro hombre prendió su laptop y empezó a revisar su correo de la Compañía como lo hacía habitualmente.

-como fue la revisión, algo nuevo? –interrumpió la voz de un pequeño hombre de pie en la puerta de la oficina del Presidente

-como siempre, empleados tontos –respondió Eric sin prestarle atención al pequeño hombre

-tu madre vendrá hoy más tarde, me llamó antes de salir de casa, dijo que quería hablar con los dos de algo importante –el pequeño hombre entró a la oficina y se acomodó en la silla frente al escritorio de su jefe y amigo desde la universidad

-si, a mí también me llamó, no se que se traerá entre manos esta vez –volvió a responder Eric sin prestarle atención a su amigo

-su café Sr. Mun –Bogeun colocó la taza de café caliente sobre el escritorio de Eric

-te he dicho que lo quiero tomar acá?, para algo está la salita de estar no es así? –regañó Eric  de forma severa al muchacho quien tomó silenciosamente la taza de café moviéndola a la salita ubicada a pocos metros del escritorio del Presidente

-no seas tan duro con el chico –replicó el pequeño hombre en defensa del joven asistente

-lleva trabajando casi un año y aún no aprende cosas tan sencillas? Absurdo! –respondió Eric

-que haces ahí parado?, retírate! –ordenó Eric a su asistente luego de verlo de pie al lado de su escritorio, esperando por su siguiente instrucción

-de verás que eres una b…

-cuida tu boca Lee Minwoo si no quieres que te despida –advirtió el Presidente, antes que el pequeño hombre conocido como Lee Minwoo terminara su frase

-ok, sólo decía –Minwoo dio su ya famosa sonrisa de ojos para apaciguar los ánimos

Lee Minwoo era uno de los accionistas y abogados de Systematic Company, sin dejar de lado que era una de las pocas o quizás la única persona que podría ser considerada como amigo cercano de Eric Mun. Ambos se conocieron en su en su último año de la universidad mientras compartían la misma habitación en los dormitorios del campus. A diferencia de Eric, Minwoo era una persona más sociable y asequible, siempre dispuesto a escuchar y ayudar a los demás en cuanto le fuera posible. Además tenía un largo historial de conquistas entre las que se podían contar algunas secretarias y otras trabajadoras de la compañía.

Eric por su lado era del tipo que no le gustaba comprometerse, odiaba la idea de estar atado a alguien y tener que depender de otra persona. En su historial tenía varias conquistas fugaces que no habían pasado de un par de noches solo para satisfacer las necesidades del Presidente.  Su bien parecido rostro era un arma infalible para que ninguna mujer se pudiera resistir a sus deseos.

El abogado y el presidente se sentaron por un par de horas en la salita de la oficina mientras esperaban la llegada de la madre del presidente. Luego de unos minutos más finalmente la Sra. Mun fue anunciada por la secretaria de Eric.

-hijito, tanto tiempo –saludó efusivamente la Sra. Mun

-madre… -respondió Eric devolviendo brevemente el abrazo que recibió por parte de su madre

-te extrañamos en el funeral del abuelo

-estaba ocupado, en algún otro momento iré a mostrar mis respetos al mausoleo de la familia –mintió Eric pues nunca estuvo interesado en los asuntos de la familia, mucho menos en la salud de su abuelo

-buenas tardes –interrumpió la voz solemne de un extraño hombre de cabello cano parado en medio de la oficina del presidente

-él es el abogado Yoon, hay algo importante de lo que debemos hablar hijo –presentó la Sra. Mun al anciano hombre

-es sobre la herencia del abuelo? –preguntó Eric con cierto tono esperanzador, había estado esperando esto por meses, desde que se enteró que su abuelo se encontraba enfermo.

-sí hijito, por fin hoy se dará lectura al testamento de tu abuelo –confirmó la Sra. Mun y Eric dio una sonrisa arrogante.

Eric empezó a trabajar en la Compañía de la familia apenas se graduó de la universidad debido al repentino fallecimiento de su padre, en su accidente de tránsito.  Systematic Company era una compañía exitosa, pero gracias a las habilidades empresariales de Eric, había llegado a posicionarse entre una de las más grandes empresas de Seúl. Eric se sentía muy orgulloso de sus propios logros y no veía la hora en que su abuelo le entregara el poder total de la Compañía.

-tomen asiento por favor, daré lectura al testamento ahora mismo así podremos ir a la parte principal con rapidez –informó el veterano hombre con tono serio

Durante casi treinta minutos, el hombre estuvo leyendo el larguísimo e intrincado testamento del abuelo Mun que consistía en algunos bienes para la madre de Eric, otros tantos para su tía en China y algunos montos significativos para sus primos. Eric no veía la hora que el abogado llegara  a la parte principal. La tenencia de Systematic Company, pero el abogado terminó de leer el documento cerrándolo seguidamente, dejando a Eric confundido.

-eso es todo? Y qué hay de la compañía? –cuestionó Eric al abogado

-existe otro documento para el destino final de la Compañía –informó el hombre sacando otro documento de su portafolios

“Quede por escrito mediante este documento que nosotros Shin Jung Ryol y Mun Hyuk Yul , con el fin de llevar a nuestras empresas hacia un nuevo futuro y grandes mejoras, establecemos  que el primogénito de la familia Shin y el primogénito de la familia Mun deberán contraer matrimonio para poder heredar ambas empresas luego que el último de nosotros haya fallecido, para tales fines estab….”

-deténgase ahí! –Eric se puso de pie enfurecido –que es esto! Qué cosa es eso que está leyendo!

-hijito cálmate, estoy segura que el abogado Yoon tiene una buena explicación, cierto?, usted ha sido abogado de mi suegro por años –la madre de Eric también se veía sorprendida aunque más calmada.

-verán, hace  años cuando Systematic Company afrontaba una de sus más grandes crisis, su abuelo el Sr. Mun Hyuk, se reunió con su buen amigo el Sr. Shin Jung Ryol para pedir su ayuda, gracias a eso Systematic Company pudo resurgir nuevamente

-y en agradecimiento ofreció a su futuro nieto en matrimonio? –interrumpió Minwoo tratando de digerir lo que todos acababan de oír minutos antes

-por favor permítanme continuar, los Sres. Shin y Mun eran muy buenos amigos, un día se les ocurrió la idea de unir ambas empresas, pero no a través de un contrato normal, sino un contrato de sangre

-que quiere decir con eso? –preguntó de manera enérgica la Sra. Mun

-en aquel tiempo su tía la Sra. Chae Yeon, estaba por terminar la escuela y el hijo del Sr. Shin acababa de graduarse de la universidad, los dos señores pensaron que sería ideal casar a sus hijos para sellar la unión de las dos empresas, pero como bien sabe la Sra. Chae Yeon huyó de casa y se casó a escondidas con su novio de la escuela

-eso fue todo un escándalo –respondió la Sra. Mun con tono de indignación al recordar aquellas memorias

-entonces los Sres. Decidieron que la responsabilidad de unir ambas empresas recaería sobre sus futuros nietos, en aquel momento usted Sr. Eric tenía seis años y esa responsabilidad recayó sobre sus hombros

-pero es que nunca me dijeron nada! Cómo es posible que hayan comprometido a mi hijo de esa manera sin decirme nada! –estalló la Sra. Mun furiosa

-entonces tengo que casarme con la hija de la familia Shin para poder recibir la herencia de mi abuelo? –preguntó Eric exasperado

-así es, está estipulado aquí, ya que el Sr. Shin falleció hace dos años y su abuelo hace un mes, este testamento ya es válido –informó el abogado

-y que pasa si no lo hago?, Minwoo, hay alguna forma de apelar esa cláusula? –consultó Eric con su amigo y abogado

-sí la hay pero tomará un largo proceso –informó el pequeño abogado

-temo decirle Sr. Eric que su abuelo fue muy riguroso en no dejar cabos sueltos ni escapatoria a su último deseo –intervino el abogado Yoon

-que me quiere decir con eso –preguntó Eric casi al borde perder los papeles

-si no se cumplen con las cláusulas del testamento, todos sus bienes serán embargados y entregados a la beneficencia, lo mismo que la compañía, será disuelta y sus acciones serán repartidas entre los gerentes

-de que rayos me está hablando! Yo formé esta empresa!! –Eric perdió por completo el control

-es lo que estipula el testamento –respondió el abogado de manera serena

-hijito cálmate, encontraremos una salida –trató de tranquilizar la Sra. Mun

-está bien, todo lo que tengo que hacer es casarme con la hija de los Shin cierto? –dijo Eric después de unos minutos de pensar con cuidado las cosas

-así es, pero….

-entonces lo haré, no pienso perder esta compañía que yo salvé de la ruina –dijo Eric con resolución en los ojos

-no es tan fácil Sr. Mun

-de que habla?, el testamento dice que tengo que casarme cierto? Bien, lo haré, dígame dónde encontrar a la hija de los Shin y me casaré con ella

-la familia Shin tuvo un hijo tres años después de que se firmara el testamento, un año después los Sres. Shin fallecieron en un accidente aéreo, para fortuna el bebé iba en otro vuelo con su abuelo y su niñera

-y?.....

-la familia Shin no tuvo más hijos, el Sr. Shin era hijo único

-está diciendo que no hay una Srta. Shin? –concluyó Minwoo

-como que no hay una Srta. Shin! Entonces cómo piensan que se va cumplir la cláusula del testamento! –los ojos de Eric escupían fuego

-Los Sres. En aquella época enfermaron y no tuvieron tiempo de modificar éstas cláusulas, más adelante simplemente lo olvidaron hasta que llegó este día

-me está diciendo que por culpa de ese viejo idiota que olvidó modificar una cláusula de ese estúpido testamento, voy a perderlo todo! –Eric tomó al anciano abogado por las solapa de su traje

-Eric cálmate –Minwoo trató de ayudar al anciano hombre

-esto es estúpido! Cómo es posible que ese viejo senil me haya hecho esto! Hasta muerto tenía que hacer de mi vida una miseria! –empezó a vociferar Eric

-Eric! Cuida tu boca! Tu abuelo acaba de fallecer hace poco! –la Sra. Mun regañó a su hijo

-y no pudo haber hecho algo mejor! Ya ves,  ni muerto me sirve ese viejo idiota!  -continuó vociferando Eric

-Eric tranquilízate, tiene que haber una manera de salir de esto, al fin y al cabo no hay manera que esa cláusula se cumpla, si los Shin nunca tuvieron una hija. Tiene que haber una manera de apelar –Minwoo trató de tranquilizar una vez más a su amigo

-tiene que haber una manera, tiene que haber una manera, no voy a perder está compañía por culpa de ese viejo –se decía Eric así mismo masajeando sus sienes

-lamentablemente, la cláusula es muy clara y no hay mucho que se pueda hacer, los primogénitos de ambas familias debieron contraer matrimonio para que pudieran heredar sus respectivas empresas

-los primogénitos……viejo idiota, tenía que ponerlo así?, los primogénitos! ….. –de pronto Eric quedó en silencio y su rostro volvió a recuperar su color natural en lugar de ese rojo fuego por la furia que estaba sintiendo en ese instante.

-la cláusula dice que deben ser el primogénito de la familia Mun y el primogénito de la familia Shin, cierto? –preguntó Eric al abogado

-así es….

-bien, lo haré. Esa boda se llevará a cabo –habló Eric con tono enérgico

-de que hablas? Tu fiebre por el dinero terminó por enloquecerte?  No oíste que los Shin no tienen una hija? –interfirió Minwoo ante las palabras de su amigo

-lo oí perfectamente como también oí que esa familia tiene un hijo, que logró salvarse de ese accidente aéreo, cierto? –confirmó Eric con el abogado

-sí, pero…..

-esa cláusula dice muy claro que deberán ser los primogénitos, no?, no especifica que tenga que ser una chica necesariamente con la que me tenga que casar –concluyó Eric muy orgulloso de sus propias conclusiones

-estás loco? Piensas casarte con un hombre? –replicó Minwoo

-si es para recibir lo que por derecho me pertenece, por supuesto que lo haré –dijo Eric con más firmeza

-hijito, piensa bien lo que vas a hacer –trató de razonar la Sra. Mun

-cuál es el problema, me caso, recibo mi herencia y me deshago del tipo ese –explicó Eric su aparente perfecto plan

-no es tan sencillo como piensa Sr. Mun –intervino el abogado

-explíquese –retó Eric con tono arrogante

-verá, el joven heredero de la familia Shin acaba de cumplir no hace mucho 19 años y todavía está bajo la tutoría de su albacea –explicó el veterano abogado

-Dios, es un niño…. –murmuró Minwoo sorprendido

-un mocoso? ….mi abuelo pretendía que me case con un mocoso que acaba de dejar los pañales?! –una vez más Eric perdió la compostura

-hijo, por favor, de todos modos es una locura pensar en algo así, cómo vas a casarte con un niño que además es un hombre!  -la Sra. Mun estaba horrorizada de pensar en esa retorcida idea de su hijo

-así sea un alienígena, no me importa! Nadie me va quitar lo que es mío! Yo formé esta empresa! La salvé de la ruina! La llevé a donde está ahora y nadie, ni siquiera ese viejo idiota, va impedir que sea mía! –vociferó Eric más enfurecido que nunca

-sin embargo, aunque tu plan suene bien, tienes que considerar la otra parte, ese niño aún está bajo la tenencia de su albacea y nada te garantiza que aceptará casarse contigo por la herencia

-crees que me importa lo que piense ese mocoso! Así tenga que llevarlo a rastras y colocarle un cuchillo en el cuello hago que firme esos papeles!  Y del albacea te encargas tú! –respondió Eric, no dispuesto a ceder

-aún así hijito, aquí en Seúl esos matrimonios no son legales aún –trató de hacer entrar en razón una vez más la Sra. Mun a su hijo

-y el joven Shin no vive en Corea, vive hace cinco años en Boston, actualmente está cursando su primer año de universidad en Harvard  -informó el abogado Yoon

-vive en Boston? –Eric dio una sonrisa maquiavélica

-así es –reafirmó el abogado

-es perfecto –volvió a reír Eric

-perfecto? Que quieres decir con perfecto? –cuestionó Minwoo a su amigo

-ese niño vive en Boston cierto?, para eso debe tener residencia americana, correcto? –preguntó Eric al abogado

-correcto –afirmó el veterano hombre

-bueno, yo también tengo residencia americana y hasta donde yo sé, América es uno de los países donde los matrimonios hombre – hombre son permitidos, correcto? –volvió a preguntar Eric al abogado, con cierto aire de arrogancia

-c-correcto –respondió el abogado, temiendo lo peor que estaba por venir

-Bogeun!!! –llamó Eric a su asistente

-Señor! –entró el muchacho corriendo asustado por la extraña forma de llamar de su jefe

-resérvanos un vuelo ya mismo para América, todos daremos un pequeño viaje a Boston –Eric rió con malicia, saboreando su victoria.