Capítulo XVIII

Miedo a perderte (Continuación Experiencia vs Inocencia I)
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Durante la travesía en el transbordador apenas pude mantenerme quieta ni un minuto. Me sentía agotada y, al mismo tiempo, tan intranquila que me parecía ver un enemigo en cada silla. Sulli y Victoria se sentaron en cubierta y charlaban como si fueran turistas que no tuvieran mejor cosa que hacer. ¿Cómo podían…?

 

 

 

Pero no. Me apoyé sobre la barandilla de la borda para observar cómo el agua hendida por la proa del ferry salpicaba de espuma ambos lados del barco. ¿Qué podían hacer Sulli y Victoria? Ninguna de las dos conocía a Tiffany . Sólo habían visto a una persona moribunda, apenas podía considerarse un ser humano, y ahora la transportaban por aire hacia un hospital y quizá no sobreviviría a aquel viaje.

 

 

 

Cerré los ojos. ¡No podía ser! Todo lo que yo había esperado…, que ella no me recibiera…, que no la pudiera encontrar…, que estuviera en la cama con otra mujer…, incluso que… Pero no, estaba vegetando casi medio muerta en un rincón, sucia y escuálida, como si fuera una indigente que viviera en la calle y no tuviera dinero para comprar comida ni la oportunidad de darse un baño…, y eso que tenía el mar a la puerta. Todo aquello resultaba inexplicable.

 

 

 

Nos estaban esperando en el embarcadero del ferry .

 

 

 

—Mi primo Stavros —dijo Victoria—. Trabaja en el hospital y tiene un taxi.

 

 

 

Entre la enorme cantidad de primos y no primos de Victoria yo ya me esperaba de todo, pero eso de que uno fuera conductor de taxi y, al mismo tiempo, cuidara enfermos me pareció una combinación poco usual. Sin embargo, aquella idea sólo se mantuvo en mí durante unos pocos instantes, pues todos mis pensamientos estaban dominados por la preocupación que me causaba Tiffany .

 

 

 

Victoria saludó a su primo con una sonrisa, lo abrazó, y lo besó. Luego nos presentó y de inmediato partimos a toda velocidad, entre una nube de polvo, para recorrer el trayecto desde el puerto hasta el hospital.

 

 

 

Yo apenas me atrevía a mirar por la ventanilla, ante la que los coches y las paredes de las casas pasaban a pocos centímetros de distancia.

 

 

 

El tráfico ateniense parecía estar formado por más coches y calles más estrechas de lo que yo hubiera visto jamás en ninguna ciudad.

 

 

 

El primo de Victoria nos hizo bajar ante la puerta del hospital y se despidió de nuevo. La familia sólo lo había contratado para llevarnos hasta allí. Era una familia muy práctica…

 

 

 

Entramos en una sala de espera que me dio la sensación de estar abarrotada de gente.

 

 

 

—En Grecia, es corriente en muchas familias que todos los parientes acompañen al hospital a los enfermos —nos explicó Victoria—. Por eso, no todos los que hay aquí son pacientes. —Miró para arriba, donde colgaba una multitud de carteles, cuyos caracteres me dieron la sensación de estar contemplando un jeroglífico—. Stavros ha dicho que debemos ir a la unidad de cuidados intensivos. Allí es donde probablemente habrán llevado a Tiffany .

 

 

 

«O al depósito de cadáveres», pensé, aunque no dije nada a Victoria.

 

 

 

Sulli y yo fuimos tras ella, pues sólo Victoria era capaz de entender lo que decían los carteles. En aquel momento comprendí lo que debían de sentir los analfabetos al contemplar los escritos en nuestro mundo: letras que no decían nada, nombres de calles que no podían leer, carteles de advertencia que no les servían de nada y que no podían protegerlo de ningún peligro. Sin Victoria hubiéramos estado totalmente perdidas.

 

 

 

Llegamos  hasta una puerta cerrada, a la que había que llamar. Victoria lo hizo y  un par de segundos después la puerta se abrió. Victoria le dirigió unas cuantas palabras a la enfermera que nos había franqueado la entrada, quien asintió con la cabeza y nos hizo una seña para que la siguiéramos. Aquello resultó más fácil de lo que yo había pensado. En cierta forma, yo esperaba que nos hicieran alguna pregunta acerca de nuestra relación con Tiffany , para ver si era cierto que teníamos derecho a informarnos sobre su estado. Aunque puede que aquella enfermera sí lo hubiera preguntado y que la respuesta de Victoria le pareciera adecuada. Eso no podía saberlo, ya que no hablaba griego.

 

 

 

Llegamos a una especie de sala de espera y la enfermera nos dejó solas durante unos instantes. —Tiffany  está sometida a tratamiento —dijo Victoria—. Tenemos que esperar aquí.

 

 

 

—Pero ¿está… viva? —susurré.

 

 

—Sí, está viva. Ha sido capaz de soportar el vuelo —confirmó Victoria. Vino hacia mí y me cogió del brazo—. No te preocupes —dijo en voz baja y me apretó contra ella. Luego me soltó de nuevo —. Va a comprobar si pueden trasladarla a una habitación —continuó—. Mientras tanto, debemos armarnos de paciencia. —Miró a Sulli—. ¿Vamos a tomar un café griego para reponernos un poco?

 

 

 

Café griego. Fue lo primero que tomé cuando subí al yate de Tiffany . Me vino de nuevo a la memoria. Me pareció volver a aquellos tiempos y sentí en mi lengua el gusto del café, como si acabara de dejar la taza.

 

 

 

—Creo que es lo mejor —respondió Sulli con una sonrisa y me miró—. Y Krystal  necesita por lo menos dos cafés.

 

 

 

—No quiero nada. —Rechacé la invitación.

 

 

 

—Tú verás —dijo Sulli—. No puedes mantener con vida a Tiffany  a base de morirte tú de hambre y de sed. No me parece que eso sea ahora muy sensato.

 

 

 

—Puedes quedarte aquí si quieres. —Victoria se dio cuenta de que yo no me iría de aquella sala antes de ver a Tiffany —. Te traeremos algo.

 

 

 

No reaccioné y las dos salieron de la habitación.

 

 

 

No ocurrió nada durante mucho tiempo. Me limité a permanecer allí sentada, esperando.

 

 

 

El aire caliente, aunque no fuera especialmente fresco, y el mar en el que tantas horas habíamos pasado me recordaban el último año. Me acordé de la primera vez que me bañé en el mar junto a una Tiffany  que nadaba a mi alrededor como si fuera un pez resplandeciente. Había una enorme diferencia con respecto a hoy …: su consumido rostro con aspecto de máscara; su cuerpo, que parecía una sombra, sin los enérgicos movimientos de delfín con los que había surcado el agua e intentaba entrar más en contacto con ella.

 

 

 

Una enfermera entró en la sala y me dijo algo que no pude entender. Al poco tiempo llegaron Sulli y Victoria con una pequeña bandeja que contenía café y algo de comer.

 

 

 

—Ha estado aquí la enfermera… —empecé a decir.

 

 

 

—Sí, nos hemos cruzado con ella. —Victoria me interrumpió mientras colocaba sobre la mesa la bandeja con la comida—. Dice que están a punto de trasladar a Tiffany .

 

 

 

Se me quitó un peso de encima. Aquello significaba que vivía. Mientras yo estaba allí, sentada y sola, se me había ocurrido pensar en que lo más probable era que se diera la otra posibilidad.

 

 

 

En aquel momento entró en la sala un hombre vestido con la bata verde que se utiliza en los quirófanos. Después de un segundo vistazo comprobé que era Stavros, el primo de Victoria. Pronunció unas palabras y ella lo escuchó y asintió con la cabeza. Luego se fue.

 

 

 

—Dice que todavía no ha pasado lo peor, pero que tanto él como el resto de los médicos están asombrados por el hecho de que aún esté viva. Debe de tener una gran resistencia. —¿Él y los otros médicos? —pregunté—. ¿Acaso es médico?

 

 

 

—Sí. —Victoria pareció sorprendida—. ¿No te dije que trabajaba en el hospital?

 

 

 

Es decir, que no era conductor de taxi y cuidador de enfermos, sino médico y conductor de taxi. Al parecer, en lo referente al tema económico, a los jóvenes médicos griegos les iba igual de mal que a los nuestros, así que tenían que ganarse el pan como conductores de vehículos de alquiler.

 

 

 

Escuchamos un ruido chirriante en el pasillo. Al poco tiempo vimos pasar ante la puerta una camilla metálica cubierta con una sábana blanca.

 

 

 

Di un salto y mis piernas temblaron. No fui capaz de proferir el menor sonido. Sulli salió al pasillo.

 

 

 

—Ven —me dijo—. Están colocando la camilla en la habitación de al lado.

 

 

 

Transcurrieron unos segundos hasta que mis músculos se pusieron en movimiento para responder a la orden de ir hacia la puerta. Entonces pude seguir a Sulli y Victoria, que ya me esperaban. Entramos en una habitación y vimos que las enfermeras se afanaban en colocar la cama al lado de una ventana. Por todas partes colgaban gran cantidad de tubos y la enfermera de más edad le dijo algo a Victoria.

 

 

 

—Todavía no podrá contestar cuando le dirijamos la palabra —explicó Victoria—. Debemos tener paciencia.

 

 

 

Una vez que salieron las enfermeras ya pude moverme. El rostro de Tiffany , más que grisáceo, era blanco, de forma que se confundía con la sábana. No observé ningún movimiento respiratorio debajo de la sábana. Me acerqué despacio a la cama y miré la menguada figura que yacía en ella. Era muy difícil ponerla en consonancia con la imagen de Tiffany  que yo conservaba en mi recuerdo.

 

 

 

—Está viva, y eso es lo importante —afirmó Sulli en voz baja, mientras ponía la mano sobre mi brazo—. Debes estar contenta.

 

 

 

—Yo…, yo… —Tragué saliva—. Creo que no me podré sentir satisfecha mientras no pueda hablar con ella. Mientras…, mientras…

 

 

 

—Mientras tengas miedo de que vaya a morir —Victoria acabó la frase—. Lo entiendo. —Se acercó también a la cama—. Pero Stavros dice que eso no va a ocurrir.

 

 

 

—Pero también ha dicho que todavía no ha pasado lo peor.

 

 

 

 

—Sí, y tampoco sabe si su organismo ha sufrido algún daño o si se va a recuperar totalmente. Pero lo de morir… le parece bastante improbable.

 

 

 

—Improbable —repetí con voz ronca. Eso no quería decir que se pudiera descartar. —Tenemos que esperar aquí —dijo Sulli—, hasta que despierte.

 

 

 

Victoria se rió por lo bajo.

 

 

 

—¡Me temo que el hospital no lo va a consentir! Aunque se permita que el enfermo venga aquí acompañado siempre por la mitad de su familia, las reglas son muy estrictas. A las seis de la tarde tenemos que salir.

 

 

 

—¿No…, no puedo quedarme? —susurré.

 

 

 

—No, no puedes —respondió Victoria—. Pero Stavros ha puesto una de sus habitaciones a nuestra disposición a fin de que podamos pasar la noche. Vive muy cerca y así podremos regresar aquí muy pronto por la mañana.

 

 

 

—Ustedes, no hace falta que ustedes… —dije—. Yo puedo venir sola.

 

—Tú no puedes ni siquiera leer los carteles —repuso Victoria con una sonrisa—. Así que te acompañaré en t

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Comments

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FlorCV
#1
Chapter 21: Otra buena historia que me dejó atrapada en cada capítulo 👋
JisoosFrog
#2
Chapter 21: Dios mío...

Bien, yo ya estaba preparando el funeral y todo :'V...

La sulli tuvo su Victoria, lol ¿entienden? Ok no, fue un chiste muy malo, sorry :'V, en fin, hubieron tantas cosas que creí que en algún momento llegué a pensar que Krystal aceptaría todo y se volvería una segunda Tiffany (?

Sin embargo, me encantó la historia, gracias por traer esta adaptación ~
AlexandraJour
#3
Sí, yo también quería que Tiffany le dijera Te amo a Krystal <3. Si la historia te sorprendió al final, entonces logro su cometido.(Mistykmaax)




Que bueno que la historia te rosprendiera también. Y sí, estaria genial un epilogo pero no trae. La historia termina hasta aquí.(Icee91)



¡¡¡¡Gracias por leer y comentar chic@s!!!! ;)
Icee91 #4
Chapter 21: Ohh vaya esto no me lo veia venir pero aun asi estuvo bien entonces no habrá un epílogo o algo asi!!??
Mistykmaax #5
Chapter 21: Wow!! Que giro dió la historia, aunque me hubiera gustado que Tiffany le dijera a krys con sus propias palabras que la amaba...pero si esa es su manera de demostrarle su amor me doy por satisfecha n.n!! Muchas gracias por otra gran historia.
AlexandraJour
#6
La ultima actualización fue el capítulo 15 ^◡^
Icee91 #7
Chapter 14: Bien por Sully que mando bien lejos a Suzzy y por otro lado comparto el hashtag de eri-0330
#JamasVeremosLaRevolucionDeKrystalito
ayarigarrido #8
Chapter 14: Ya me cae mal Fanny :c
Ojala, me hagas sufrir más con el drama :')
JisoosFrog
#9
Chapter 14: No sé por qué presentí que algo así iba a pasar pero no tan pronto y todo lo contrario.
#JamasVeremosLaRevoluciónDeKrystalito (?

A poco que ese "pronto" no se conviertan en años... O sí? :V
Pd: Sulli, mis respetos.
Mistykmaax #10
Chapter 13: Que complicado es eso del amor </3!! ... Ojalá todo mejore pronto para Krys u.u!. Gracias por actualizar.