Capítulo XIII

Miedo a perderte (Continuación Experiencia vs Inocencia I)
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El día siguiente lo pasé en mi habitación. Casi no salí de ella. Pensaba en Tiffany  e intentaba una y otra vez encontrar una explicación que no existía. El dolor me laceraba el alma de una forma cada vez más honda y angustiosa.

 

 

Oí que mi madre volvía del trabajo. En los últimos días se había mostrado sorprendida al comprobar que yo no salía de casa, aunque es probable que también le agradara no estar siempre sola por las noches. No me había dicho nada, pero sí me había lanzado algunas miradas de curiosidad. Me levanté y fui a la cocina. No quería preocuparla.

 

 

 

—Has vuelto a no comer nada —dijo—. No es saludable comer sólo por las noches. —No tenía hambre —contesté.

 

 

 

Me echó una de aquellas miradas maternales, cargadas de preocupación, de las que resulta muy complicado evadirse.

 

 

 

—¿Qué pasa? —preguntó—. ¿No quieres decírmelo? Yo negué con la cabeza.

 

 

 

—No pasa nada. ¿Por qué?

 

 

 

—Estás todo el día encerrada aquí, no haces nada, algo debe de ocurrir. ¿No te encuentras bien? ¿Te sientes enferma? —M e tocó la frente con la mano.

 

 

 

—No estoy enferma.

 

 

 

M i frente estaba fría, pero eso no la tranquilizó.

 

 

 

—Primero come algo —insistió— o te quedarás en los huesos. De hecho, ya me sobresalían un poco los pómulos.

 

 

 

—Hay una carta para ti —dijo mi madre y dejó ante mí un sobre blanco—. Lleva días en el buzón. Tienes que mirarlo de vez en cuando.

 

 

 

Yo no miré la carta.

 

 

 

—¿No quieres abrirla? —preguntó, al regresar de la cocina, después de poner a calentar la sopa. —No espero correo —contesté.

 

 

 

Mi madre me puso la carta en la mano.

 

 

 

—Es de un despacho de abogados. ¿Has contratado algo? —dijo, riéndose. No lo decía en serio. —¿De un despacho de abogados? —M e sentí irritada.

 

 

 

—Sí, aquí. —Mi madre me mostró el membrete de la carta—. ¿Has mandado un currículum para conseguir un trabajo hasta que empieces a estudiar? No me habías dicho nada.

 

 

 

Eso había ocurrido en mi otra vida.

 

 

 

—No, no conozco el nombre —contesté. Ya empezaba a picarme la curiosidad. Abrí la carta y saqué dos hojas escritas. En ese mismo instante las dejé caer al suelo, como si quemaran. Di un salto y escapé a la carrera hacia mi habitación. No había pasado ni un minuto cuando mi madre llegó junto a mí.

 

 

 

—¿Qué pasa? —preguntó. Tenía unos papeles en la mano y pude imaginarme muy bien cuáles eran.

 

 

 

—Nada —dije. Me acerqué con la intención de quitarle los papeles. Ella se hizo a un lado y mantuvo, firme, las hojas entre sus manos.

 

 

 

—¿Qué es esto? —preguntó, marcando mucho las palabras.

 

 

 

—Un contrato entre Tiffany  y yo —expliqué. M e sentía incómoda.

 

 

 

—Eso ya lo he visto —replicó—. Pero esto no tiene nada que ver con un trabajo en su agencia de publicidad.

 

 

 

Me senté en la cama y me agarré a ella con tanta fuerza que los nudillos me empalidecieron. —No —repliqué.

 

 

 

Su voz sonó cortante y, de repente, exhaló un suspiro contenido. —¿Qué haces allí? —preguntó con un susurro.

 

 

 

Levanté la cabeza y la miré, en busca de comprensión.

 

 

 

—No es lo que piensas. En realidad no es lo que parece —intenté explicar.

 

 

 

—¡Te acuestas con ella por dinero! —gritó mi madre fuera de sí—. ¡Eso es lo que parece! ¿O es que he entendido mal algo? —Me miró y me di cuenta de que esperaba que no fuera cierto. Esperaba que le diera una explicación distinta a lo que estaba escrito en las hojas que tenía en su mano. Sus ojos casi me suplicaron que le quitara la razón.

 

 

 

—No —repliqué en voz baja—. No, no lo has entendido mal.

 

 

 

Ella se volvió y se encaminó a la puerta. Corrí desesperada detrás de ella. Ya estaba en el vestíbulo y se había puesto el abrigo.

 

 

 

—¿Adónde vas? —pregunté, temerosa.

 

 

 

—A… su casa —dijo, y sus palabras sonaron tan despectivas que me estremecí. Nunca la había visto tan furiosa. M e asusté—. ¡Le voy a enseñar a ésa a hacer de mi hija una… puta! —exclamó, con rabia—. ¡Porque tú sigues siendo mi niña!

 

 

 

—¡No, por favor, mamá, no lo hagas! —le rogué—. Ella no ha hecho nada. Es culpa mía, sólo mía.

 

 

Mi madre me miró, muy irritada.

 

 

 

—¿Ah, sí? —preguntó en un tono frío, pero aún muy enfadada—. ¿Es eso lo que quieres ser? ¿Se me ha pasado por alto ese deseo en tu lista de trabajos?

 

 

 

—No. —Me dejé resbalar por el rincón cercano a la puerta, hasta que me quedé agachada. Miré hacia arriba, pero apenas podía distinguirla a causa de las lágrimas.

 

 

 

—Yo la quiero, mamá —murmuré—. Haría cualquier cosa por ella. Y, puesto que me lo pidió, no pude decir que no o, de lo contrario, la hubiera perdido. Me hubiera echado. Ella no me necesita, pero yo a ella sí, por eso lo hice. Pero ella piensa… piensa que tiene que pagar por todo y eso carece de significado para mí. Yo no voy a coger el dinero. Ella lo transferirá a una cuenta que está a mi nombre, pero yo no lo voy a tocar nunca. Por mí puede pudrirse allí.

 

 

 

Mi madre se puso en cuclillas a mi lado.

 

 

 

—Pero, a pesar de eso, ella piensa que tú lo haces por dinero, porque te paga —dijo ahora, con aquel tono dulce que yo le conocía—. Debes decírselo. Debes cancelar esa cuenta y todo se arreglará.

 

 

—Entonces me abandonará —repliqué, con desesperación. M i madre suspiró.

 

 

 

—¿Qué deseas de esa mujer? —preguntó, sin comprender—. ¿Y si ella no te ama? Tú eres una chica joven y guapa. Seguro que encontrarás una novia agradable. Y puede que de tu misma edad — añadió.

 

 

 

—La quiero —repetí de nuevo—. Y ella se tiene que enterar, seguro —le dije, con el mismo tono de desesperación. ¡Tenía que creerme a toda costa y de esa forma también yo lo podría creer y se acabarían mis esperanzas!

 

 

 

Mi madre me pasó la mano por el pelo para consolarme, pero aún se mostraba dubitativa.

 

 

 

—Tiene casi mis mismos años —apuntó con sensatez—. Créeme, a nuestra edad ya no es tan fácil enterarse de esas cosas. De algo tan importante. Si hasta la fecha no lo ha hecho…

 

 

 

—Estoy segura de que puede hacerlo —intenté dar a mis palabras un tono de convicción, tanto para ella como para mí misma—. Si se da cuenta de que la quiero, lo entenderá…, lo comprenderá.

 

 

 

Mi madre se levantó.

 

 

 

—A veces me olvido de lo joven que eres —suspiró— porque casi siempre actúas de una forma muy inteligente. —Me miró de arriba abajo—. La mayoría de las veces, pero no siempre —añadió.

 

 

 

Sacó el contrato del bolsillo de su abrigo y me lo dio.

 

 

 

—Tienes que romper este contrato. De inmediato —ordenó. Me miró, observó la expresión de espanto de mi rostro y suspiró—. O seré yo misma la que vaya a verla y lo haga. Esto no puede quedarse así.

 

 

 

Yo también lo creía necesario, pero… M e levanté del suelo y miré a mi madre. —No podría soportar perderla. Por favor, no lo hagas.

 

 

 

—También podría matarla y con eso el problema estaría resuelto —replicó mi madre con toda tranquilidad—. No creas que estoy tranquila, aunque ahora lo aparente. Aún estoy muy, pero que muy, enfadada. Tú eres mi niña, te he traído al mundo y te voy a proteger todo el tiempo que pueda. Incluso en contra de tus deseos. Por ahora tú no sabes con certeza lo que es bueno para ti. Éste es tu primer gran amor y lo entiendo. Pero, a pesar de todo, no lo voy a permitir. Esto ya ha llegado muy lejos. ¡Demasiado lejos! No, no voy a hacer nada. —Me tranquilizó—. Al menos por ahora. Pero debemos buscar una solución y espero que seas tú quien la encuentre.

 

 

 

—Sí. —Bajé la cabeza.

 

 

 

—Vamos —dijo—. Voy a preparar un café y luego hablaremos. —Se quitó el abrigo y lo colgó de nuevo en la percha.

 

 

 

—Tú sabes lo que pienso —dijo mi madre cuando ya estábamos con el café—. Ella es bastante mayor para ti y le da mucho valor al dinero. Eso nunca ha ocurrido en nuestra familia. No ha sido así porque no lo teníamos, pero, aunque lo hubiéramos tenido…, no quisiera que te hubieras comportado así. Que tú llegaras a creer que todo se puede comprar. Hay cosas que no se pueden pagar. El honor, la dignidad, la confianza, el afecto. —Evitó decir la palabra «amor», igual que yo hacía siempre en presencia de Tiffany .

 

 

 

—Lo sé —repliqué, incómoda—. Pero… pero tú lo ves de una forma equivocada. Ella…, ella no es como tú piensas. Ella es…, ella es…

 

 

 

Mi madre se echó a reír.

 

 

 

—¡Es tan encantadora que ha conseguido hacerte perder la cabeza! —dictaminó—. ¡Eso ya lo he podido comprobar! ¡Es muy atractiva, debo admitirlo!

 

 

 

Miré a mi madre con cierto aire de desconfianza.

 

 

 

—¡Oh, no! —Hizo un gesto como de rechazo—. ¡No pensaba en eso! —Se volvió a reír—. Tan sólo quería destacar el hecho de que te entiendo, no de que me haya pasado al enemigo. —Yo debía de tener

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Comments

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FlorCV
#1
Chapter 21: Otra buena historia que me dejó atrapada en cada capítulo 👋
JisoosFrog
#2
Chapter 21: Dios mío...

Bien, yo ya estaba preparando el funeral y todo :'V...

La sulli tuvo su Victoria, lol ¿entienden? Ok no, fue un chiste muy malo, sorry :'V, en fin, hubieron tantas cosas que creí que en algún momento llegué a pensar que Krystal aceptaría todo y se volvería una segunda Tiffany (?

Sin embargo, me encantó la historia, gracias por traer esta adaptación ~
AlexandraJour
#3
Sí, yo también quería que Tiffany le dijera Te amo a Krystal <3. Si la historia te sorprendió al final, entonces logro su cometido.(Mistykmaax)




Que bueno que la historia te rosprendiera también. Y sí, estaria genial un epilogo pero no trae. La historia termina hasta aquí.(Icee91)



¡¡¡¡Gracias por leer y comentar chic@s!!!! ;)
Icee91 #4
Chapter 21: Ohh vaya esto no me lo veia venir pero aun asi estuvo bien entonces no habrá un epílogo o algo asi!!??
Mistykmaax #5
Chapter 21: Wow!! Que giro dió la historia, aunque me hubiera gustado que Tiffany le dijera a krys con sus propias palabras que la amaba...pero si esa es su manera de demostrarle su amor me doy por satisfecha n.n!! Muchas gracias por otra gran historia.
AlexandraJour
#6
La ultima actualización fue el capítulo 15 ^◡^
Icee91 #7
Chapter 14: Bien por Sully que mando bien lejos a Suzzy y por otro lado comparto el hashtag de eri-0330
#JamasVeremosLaRevolucionDeKrystalito
ayarigarrido #8
Chapter 14: Ya me cae mal Fanny :c
Ojala, me hagas sufrir más con el drama :')
JisoosFrog
#9
Chapter 14: No sé por qué presentí que algo así iba a pasar pero no tan pronto y todo lo contrario.
#JamasVeremosLaRevoluciónDeKrystalito (?

A poco que ese "pronto" no se conviertan en años... O sí? :V
Pd: Sulli, mis respetos.
Mistykmaax #10
Chapter 13: Que complicado es eso del amor </3!! ... Ojalá todo mejore pronto para Krys u.u!. Gracias por actualizar.