Capítulo l
Miedo a perderte (Continuación Experiencia vs Inocencia I)
Era sábado. Mi madre y yo nos habíamos ido de compras a la ciudad. Al llegar a la calle principal, mi madre se dedicó a mirar los escaparates y yo, a aburrirme un poco, cuando, de repente, observé que Tiffany venía hacia nosotras por la otra acera. Pero no nos había visto.
¡Humm…!, miré a mi madre, que, justo en ese momento, estaba ensimismada con un vestido. Intenté fijarme en el modelo para comprárselo por Navidades y, al mismo tiempo, miré por el rabillo del ojo a Tiffany .
Hasta la fecha mi madre y ella todavía no se habían encontrado. No se había dado el caso. Y, al recordar la forma en que, al principio, lo había evitado Tiffany , pensé que quizás a ella no le interesara en absoluto.
A mi madre sí le habría interesado, yo estaba segura de eso, porque ya hacía tiempo que sentía mucha curiosidad por ella, pero se dominaba y esperaba que yo misma, en cualquier momento, acudiera a casa con Tiffany .
Volví a mirar hacia el otro lado de la calle. Estaba ante un gran escaparate y miraba los artículos expuestos. En cualquier momento se daría la vuelta y yo sólo tenía que dirigir a mi madre en otra dirección, a la calle lateral que, sin embargo, estaba detrás de Tiffany . ¿Es posible que no nos viera y se limitara a pasar de largo?
En aquel momento Tiffany se dio la vuelta y me miró. Sonreía.
M i madre también se volvió y quiso enseñarme algo que había en el escaparate.
Yo estaba de pie entre ambas y no tenía ni la más mínima idea de lo que debía hacer.
Al darse cuenta de que no estaba sola, por un momento pareció que Tiffany se iba a limitar a seguir su marcha como si no me hubiera visto. Dio un par de pasos en dirección contraria a la nuestra, pero luego cambió de idea. Cruzó el paso de peatones con pasos enérgicos y se dirigió a mí.
Entre tanto mi madre se había dado cuenta de que yo no estaba siguiendo sus indicaciones y de que mi vista iba en otra dirección. Siguió mi mirada y se tropezó con Tiffany .
—Hola —dijo Tiffany , amable y con su sonrisa de ojos.
Mi madre me miró y yo tuve que cumplir con aquel requerimiento que no se había pronunciado de palabra.
—Ésta es… Tiffany . —Hice la presentación, un tanto angustiada y luego miré en la otra dirección—. M i madre.
Las dos mujeres se miraron de forma inquisitiva. Luego mi madre extendió la mano. —He oído hablar mucho de usted —dijo.
Tiffany estrechó su mano y la miró profundamente a los ojos.
—Ahora ya sé de dónde ha sacado su hija el magnífico aspecto que tiene —dijo con un curioso timbre en la voz.
M i madre suspiró.
—Oh, gracias —contestó, algo turbada, como nunca la había visto antes. Miré a Tiffany y no me lo podía creer. ¡Estaba coqueteando con mi madre! Sin embargo, aquello no duró mucho tiempo.
—Tengo que seguir —dijo—. Que se diviertan con las compras. —Se volvió y siguió su marcha por donde habíamos venido mi madre y yo.
Yo miré a mi madre y ella me miró a mí.
Please Subscribe to read the full chapter
Comments