Capítulo 21: Me quedaré contigo.
#3 "Sweet Reckoning" (SinRin Ver.)Era tarde cuando Joo y Nayeon salieron a caminar. Sowon y Eunha jugaban videojuegos en el sistema de juegos de Joo, y Yerin y yo platicamos con Yuju y Chaeyeon. Un pequeño hilo de incomodidad permanecía en el aire entre Yerin, Yuju y yo, un remanente del beso que había compartido con Yuju y lo celos entre ellas dos.
Yuju hizo un sólido esfuerzo para hacer pasar la tensión, queriendo escuchar más de mis interacciones con Marek, el hijo de Sax.
―Sería un aliado genial ―le dije―. Malditamente robó mis llaves debajo de mi nariz. Pero no podía tener una buena lectura de él con Caterina ahí. Definitivamente no es un admirador de ella, lo que me da un poco de esperanza con él.
―Raro pensar que su padre sea un aliado ―dijo Yerin.
―Sí ―concordé. También es totalmente extraño pensar en Jezebet como padre de Caterina. Él ahora era una mujer. Jezebet era el primer Duque en haber tomado un cuerpo femenino. Su cambio de guardia debe haber pasado justo después de haber sido padre de Caterina. Tanto como sabía, Jezebet era el único aliado de papá entre los Duques, pero papá era conocido por mantener sus secretos guardados.
Cuando Joo y Nayeon regresaron de su caminata, Joo tomó su guitarra. Era decente en ello, pero el piano era su mejor talento. No podía tener un ritmo correcto, así que le entregó el instrumento a Yerin, y mi corazón saltó.
Recordaba que dijo que tocaba la guitarra, pero realmente nunca la había visto o escuchado tocar. Yerin comenzó a pulsar cada cuerda, probando y girando con toda su atención. Vi la forma en que sus manos se movían por la madera y las cuerdas, gentil, reverentemente, su cuerpo parecía envolverse alrededor de ella como si fuera parte suya… sentí mis manos ponerse sudorosa, porque ver a Yerin perderse en la música me hacía cosas locas. Mi respiración se volvió entrecortada y no podía quitarle los ojos de encima.
Levantó la mirada un momento y me atrapó mirandola fuertemente. Lo sabía. ¡Sabía lo que me hacía! Podía decirlo porque su emblema se expandió.
Se acomodó mirando lejos de los otros y me dijo con señas, quiero “Estar sola contigo esta noche”.
Tiff tenía un montón de invitados en la casa. Respondí con señas, trabajaré en ello.
―Excelente ―susurró, una sonrisa caliente se deslizó en su rostro.
―Oye, Yennie ―gritó Joo frente a nosotras.
―¿Sí, amiga?
―¿Cuál es la diferencia entre una baterista y una pizza grande?
Yennie contuvo una sonrisa.
―Ni idea.
―¡Una pizza grande puede alimentar a una familia de cuatro!
Todos soltaron la carcajada.
Sowon dijo:
―Gracias a Dios por el dinero de papi, ¿eh?
―Infernalmente correcto. ―Yerin regresó su atención a la guitarra. Cuando las primeras notas ricas de una balada popular encontraron mis oídos, miré sus antebrazos y bíceps bajos, luego sus dedos mientras se movían, aparentemente sin esfuerzo. La forma en que se concentraba y caía en su propio mundo, me fascinaba. Cada sonido era claro y vibrante, agitando mi sangre hasta que tuve una vertiginosa prisa en la cabeza. Sí, llevaría a esta chica a casa esta noche. Era toda mía.
Fui arriba y encontré a Tiff haciendo la cama de la segunda habitación de invitados. Fui al otro lado a ayudarla a estirar la sábana.
―Así que… ¿me preguntaba si te importaría que Yerin y yo regresáramos a mi dormitorio esta noche, ya que tienes casa llena y todo? Regresaremos a primera hora de la mañana.
Intentó mantener la cara seria, pero pude verla luchando contra una sonrisa.
―Seguro, cariño. ―Podría haber sido la mujer que me criara, pero también era una romántica
**
Yerin y yo no éramos las únicas personas por el campus a medianoche, pero podríamos haber sido las únicas sobrias. En algún punto mientras caminábamos escuché risitas a la distancia, entonces Yerin soltó una carcajada a mi lado. Seguí sus ojos y los sonidos hasta que observé las espaldas desnudas de tres chicos cruzando por el patio.
Yerin cubrió mis ojos, pero ambas nos carcajeábamos.
Pasamos un gran grupo de chicos que hablaban alto, riendo como locos. Se callaron cuando vieron a Yerin, poniendo toda su energía en mirar tan fuerte como podían. Yennie ni siquiera miró en su dirección, pero sus dedos se apretaron alrededor de los míos como para tranquilizarme.
Al momento en que las pasamos, rompieron en risas y comenzaron a hablar los unos con los otros sobre cómo las chicas más ardientes estaban tomadas. Era raro pensar que lucíamos como una verdadera pareja de universidad. Yerin liberó mi mano para poner su brazo en mi hombro, y la mía fue alrededor de su cintura, mi pulgar enlazado en la correa del cinturón. Lanzamos toda la precaución al viento, pero los ojos de Yerin permanecieron alerta. Siempre buscando.
Cuando nos acercamos más al edificio, me pregunté si se me permitía dejarla entrar; probablemente no, ya que era un dormitorio solo de estudiantes. Hice que Yerin me esperar a un lado de la salida mientras entraba y luego salía por ella. Tan pronto como la pesada puerta se cerró detrás de ella, me inmovilizó contra la pared con besos duros. Me permití acercarla más y fundirme en ella, saboreando nuestra soledad. Alejé mi boca de la suya para poder hablar.
―Para futuras referencias, puedes tocar la guitarra para mí cuando sea.
Su cabello oscuro colgaba sobre sus ojos mientras se cernía sobre mí, tan caliente.
―Te gustó, ¿verdad?
Tomó mi boca de nuevo y gruñí solo de pensar en sus manos en la guitarra. Sus manos en mí.
Se rió y dijo:
―Me encanta que me metas a hurtadillas.
―Soy una rebelde ―bromeé―. Estás teniendo toda la experiencia universitaria sin tener que tomar ninguna clase.
Yennie arrugó la nariz.
―Algo huele mal. ―Miró al suelo sospechosamente.
―¿Ves? Toda la experiencia. Vamos. ―La jalé por las escaleras para subir, con cuidado de no pisar charcos misteriosos por el camino.
Llegamos a mi habitación, Yerin me recordó todo lo que me había perdido nuestra noche de bodas, y más.
**
A las dos de la mañana estábamos acostadas medio dormidas, de cucharita en una cama individual de dormitorio. Pasé mis dedos por su brazo.
―¿Alguna vez te permites soñar? ―le pregunté―. ¿Cómo, imaginar la forma en que podría ser el futuro?
Yerin se detuvo.
―No. Pero apuesto a que tú sí. ―Puso un beso en mi hombro desnudo.
―Sí. ―Por un momento, después de que me di cuenta de que era Nephilim, había enviado mis sueños a dormir, pero desde que encontré la profecía, habían sido reavivados. Lo sueños me daban esperanza―. Quiero que sueñes en grande conmigo.
Yerin estuvo contemplativa, habiendo crecido creyendo que ese tipo de pensamientos de deseos eran peligrosos.
Finalmente dijo:
―Dime tu sueño para nosotras, dulce Eunbi.
Sonreí en la habitación oscura.
―Comienza con nosotras derrotando a los Duques. Sobrevivimos y ellos se han ido. Podemos hacer lo que queramos con nuestras vidas. Sé que amas la música, así que imagino que seguirás trabajando con música de alguna manera. Cuando termine la universidad, quiero ser trabajadora social. Sería capaz de calibrar el peligro en el que los niños están mejor que un humano ya que puedo ver sus emociones. Seré capaz de rescatar niños de malas situaciones.
―Puedo ver eso. ―Yerin quitó mi cabello de mi cuello. Sentí sus labios corriendo de arriba abajo sobre mi hombro y la caída de mi garganta, pero sentí que seguía poniendo atención, así que continué.
―Podríamos vivir donde quisieras. Tiff probablemente nos seguiría. Después de algunos años de trabajar, podríamos pensar en adoptar. Sé que Tiff moriría por hacer de niñera mientras trabajamos.
―Vaya. Niños.
―Sí… como cinco o seis.
―¿Cinco o seis?
Contuve una risa.
―Estás chiflada ―dijo riendo―. Un niño. Tal vez dos, pero incluso eso es presionar.
No podía creer que siguiera el juego.
―¡Tenemos que tener niñas, también!
Detrás de mí, se puso rígida y la habitación se volvió silenciosa.
―Niñas no. ―Se encontraba mortalmente seria.
Me giré para mirarla. Antes de poder decir una palabra, se sentó y se estremeció.
―¿Qué pasa? ―pregunté.
Presionó las palmas de sus manos en sus ojos cansados.
―Ni siquiera puedo… solo la idea de cuidar a una niña, mirar todos esos desagradables chicos oler a su alrededor con todas sus auras rojas… me mataría y lo merecería, porque yo era la peor de todas.
―Yennie… ―Toqué su brazo.
―No. Lo siento, amor, pero los niños no son mi sueño. Especialmente las niñas.
―De acuerdo ―susurré. Me acerqué más y pasé una mano por su antebrazo―. Intentemos dormir un poco.
―Lo siento ―repitió.
Me giré para que pudiéramos estar de cucharita de nuevo, gentilmente jalándola para recostarse a mi lado. Sentí su aliento en mi cabello.
―¿Estás molesta conmigo? ―susurró.
Rápidamente me giré para verla, diciendo:
―No, Yennie. ―Puse mi mano en su mejilla―. Entiendo tus sentimientos. Se suponía que fuera por diversión.
Le di un beso rápido en los labios y buscó mis ojos.
Sonaba triste cuando dijo:
―Arruiné tu sueño.
―No, no lo hiciste. Vamos a afrontar el futuro juntas, y eso es más de lo que pensé que tendría. Te amo.
La besé de nuevo y finalmente la sentí relajarse.
―Vamos a descansar ―dije―. Tenemos que regresar con Tiff a las ocho para el desayuno.
La besé una última vez antes de girarme y sentir su calor contra mi espalda mientras alcanzaba mi cintura y me acercaba más.
Mientras estaba a la deriva de dormir, de un estado de semiinconsciencia la escuché susurrar:
―Eres mi sueño. Mi único sueño.
**
Las siete de la mañana llegó muuuy pronto. Y luego nos tomó por siempre salir de la cama. Yerin totalmente lo comenzó, pero no podía decir que quisiera terminarlo. Volaría de regreso a California esa tarde, y no sabía cuándo la vería de nuevo. Nos aferramos una a la otra, desesperadas por cada toque. Íbamos tan tarde que solo tuvimos tiempo para que yo tomara una ducha. Nos apresuramos a casa de Tiff para que los nueve pudiéramos tener
Comments