Capítulo 18: Vacaciones improvisadas.
#3 "Sweet Reckoning" (SinRin Ver.)Eran las tres de la mañana, Pharzuph estaba en alguna parte cerca aterrorizando el campus, y yo estaba elaborando un plan. Los Duques se iban a reunir mañana por la noche, así que los Neph también tendrían que reunirse.
La idea de ver a Yerin otra vez después de nuestra noche juntos me dio un cosquilleo. No estaríamos solas esta vez, pero estar cerca de ella era todo lo que necesitaba.
Sabía que era seguro mandar un mensaje a Yerin ya que su padre estaba “ocupado”, pero mis manos todavía temblaban por los nervios. No quería revelar demasiado. Cada mensaje que mandaba y recibía, los borraba inmediatamente.
“Reserva un vuelo a Va mña”.
“Con mucho gusto. ¿Stas bien? aquí ha sido una locura”.
¿Una locura? Me pregunté si se refería a la “muerte” de su padre.
“Aquí también. Muchas cosas para contarte”.
“Lo mismo”.
Le envié la dirección de Tiff y le dije que iba a contactar con las otras. Sabía que había picado su interés y preocupación, pero no me sentía cómoda compartiendo nada más hasta que los Duques estuvieran todos convocados en la otra parte del mundo.
Después mandé un mensaje a las gemelas, y luego a Sowon y Yuju, diciéndoles dónde y cuándo reunirnos. Yuju traería a Chaeyeon. Todas iban a venir.
Contemplé mandar un mensaje a Joo y Tiff también, pero eso podía esperar hasta la mañana.
Estaba tan emocionada por ver a todos, y nerviosa porque Pharzuph estuviera tan cerca, que estuve inquieta toda la noche. Finalmente sentí que me dormía justo cuando el sol empezaba a salir. Un par de horas de sueño sólido tendrían que sostenerme.
**
Cuando emergí, aturdida y ansiando café, deseé ser mejor en usar mi sentido sobrenatural de audición. Quería saber si Pharzuph se había ido, pero cuando intenté examinar el área, todo me sonaba como un revoltijo, demasiado difícil para discernir. Otros Nephs eran buenos en ello, habiendo entrenado durante años.
Después de ducharme y vestirme, fui al centro a una cafetería concurrida, manteniendo mis ojos bien abiertos. Era una mañana calurosa, pero agradable comparada con la opresiva humedad a la que estaba acostumbrada. Acababa de pagar por mi bebida cuando todos se quedaron callados y empezaron a susurrar.
Los pelos de mi nuca se pusieron de punta.
―Oh, Dios mío…
―¿Está él en el equipo de fútbol?
Me di la vuelta y mordí para bloquear mi mandíbula cuando un alto Pharzuph con el cabello despeinado de una manera y se me acercó, flanqueado por una nube oscura de susurradores, sabiendo que cada ojo estaba puesto en él y claramente disfrutando de la atención. Su cabello rubio estaba húmedo y tenía una luz y una ligera capa de descuido mañanero. Sus ojos críticos disminuían su atractivo, aunque dudo que nadie más se diera cuenta.
―¿Y cómo ha sido tu primera noche de universidad? ―preguntó en voz baja, mostrando una sonrisa lasciva parcial.
―Exitosa, señor. ―Agarré mi café para evitar temblar―. ¿Y la suya?
Su sonrisa creció.
―Una para el libro de los recuerdos. Me quedaría otra noche si no tuviera asuntos que atender. Casi estoy celoso de ti. ―Se rió ante la ridiculez de su declaración y miró alrededor a la multitud de ojos fijos en él. Juro que la habitación parecía oscilar con todas las ovaciones y auras rojas que aparecían. Los espíritus se sumergían y se deslizaban entre la gente.
―Es un lugar genial ―dije penosamente.
Me volvió a mirar, la decepción apareciendo en su rostro cuando recordó con quién había estado conversando. Pasó a través de mí hacia el mostrador y me hice a un lado. Pero una vez que tuvo su café gigante en mano, se fue de la tienda sin mirar en mi dirección otra vez. Desde mi vista le vi haciendo ojitos a todas las chicas en su camino, e incluso a un par de chicos. Luego todos se volvieron para mirarme. Salí rápido por la puerta lateral y di la vuelta a la esquina, observando mientras Pharzuph tomaba un taxi, su procesión de espíritus oscuros flanqueando el vehículo mientras se alejaba.
Gracias a Dios.
Tomé el largo camino a mi coche y me senté dentro, bebiendo mi café y sintiéndome extrañamente a salvo y contenta. En unas pocas horas mis seis Nephs aliados estarían viniendo a la ciudad por una noche. Podría ser nuestra última oportunidad de vernos antes de que fuera hora de completar la profecía. Con los Duques convocados esa noche, nuestro tiempo era corto. Tendríamos que actuar pronto.
Quería que hoy fuera especial.
Sonreí para mí misma y arranqué el coche. Sabía lo que íbamos a hacer esta noche.
**
Tiff no tenía ni idea de que iba. Cuando llegué a su dirección, casi puse los ojos en blanco. Por supuesto papá no podía haber elegido una casa discreta. Le había puesto en una casa enorme en un campo de golf. En serio, era el único barrio nuevo alrededor, y estaba justo en medio del campo. Cuando me detuve en la calzada, envié un mensaje.
“No te asustes. Solo soy yo”.
Llamé a la puerta y ella la abrió, me metió en la casa, cerró la puerta, y procedió a exprimir el aire fuera de mí. Le devolví el abrazo con la misma fuerza.
―¡Eunbi! ―le oí decir a Joo, viniendo desde detrás de nosotras.
Tiff me liberó y metió a Joo hasta que estuvimos teniendo un abrazo grupal. Besó mi mejilla repetidamente antes de dejarnos ir.
―¡Estoy muy contenta de que estés aquí! ―dijo―. Sin embargo, ¿estás segura de que es seguro?
―Afirmativo. Todos los Duques están volando a Suiza ahora mismo, así que las otras Nephs van a venir aquí.
―¿Todas ellas? ―Los ojos de Joo se abrieron mucho. Supongo que Nayeon no había tenido la oportunidad de decírselo todavía.
―Síp ―dije―. Todas las aliadas.
Saltó y dio un puñetazo al aire.
Me sentí eufórica.
―Vamos, tengo las compras.
Me siguieron fuera, y los tres llenamos nuestros brazos con bolsas.
―¿Un pavo? ―preguntó Tiff―. Oh, cariño, me gusta cómo suena esto.
Pensé que le gustaría. Había conseguido todo lo necesario para la cena de Acción de Gracias.
Llevamos todo a la cocina y miré alrededor a los electrodomésticos de acero inoxidable y la pared de piedra con azulejos.
―Wow, esta casa es…
―¿Excesiva? ―preguntó Tiff―. ¿Ridículamente enorme y elegante? Sí. Tu padre es un chiflado. ―Pero estaba sonriendo mientras desempacaba los pasteles.
―Yams ―dijo Joo―. Genial. ―Estaba un poco más apagado de lo normal, pero era comprensible, teniendo en cuenta a lo que se enfrentaba.
―Así que ―les pregunté a los dos―, ¿quieren las grandes noticias primero, o debería contarles todo que ha pasado en orden?
―En orden ―dijo Joo.
Las cejas de Tiff se juntaron con impaciencia y miró a Joo antes de decir:
―Oh, está bien entonces, en orden. ¡Pero hazlo rápido!
Nayeon no había sido capaz de hablar con Joo todavía, así que no tenían ni idea de lo que había pasado desde que Eunha desapareció. Fuimos a la cómoda sala de estar. Estaban embelesados mientras yo hablaba.
―Y entonces apareció este enorme espíritu ―dije, haciendo que Tiff jadeara y sus ojos se abrieran mucho mientras describía su apariencia de carnero―. Y nunca creerán quién era. ―Me miraron, al límite―. ¡Papá!
Tiff palideció.
―Tu padre… no tiene… ¿está…?
―Tuvo que dejar su cuerpo ―dije en voz baja.
―Chica ―dijo Joo―. Él da miedo con un cuerpo. No puedo imaginármelo como espíritu.
―Sí. Es muy raro. Ahora está buscando un nuevo cuerpo ―dije.
Tiff cerró los ojos y se cubrió la boca. Cuando respiró profundamente y asintió, seguí ade
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