Capítulo 20: Big Rotty
#3 "Sweet Reckoning" (SinRin Ver.)Mitad de la comida, mientras todos estábamos riendo y contando historias, cometí el error de colocar la mano en el muslo de Yerin sin pensar.
Ella dejó escapar un fuerte gemido suficiente para silenciar a la habitación. Deslicé mi mano de nuevo en mi propio regazo, y Yerin se aclaró la garganta.
―Vaya ―dijo―. El pudín de maíz es fantástico.
Solté un bufido, que inició una ronda de risitas. Tiff le sonrió a Yerin como si fuera una niña preciosa.
―¿No es bueno? Eunbi encontró la receta hace unos años. Es una gran cocinera.
―Mm-hm. ―Yerin dio una sonrisa con los labios apretados―. Eso es ella.
―¡Hice las patatas dulces! ―dijo Eunbi.
Sowon puso un brazo alrededor de ella.
―Y son asombrosas, cariño. ―Ella le guiñó un ojo, y Eunha la miró con recelo hasta que tomó un gran bocado de los hilos pegajosos. Sus ojos se pusieron en blanco y gimió tan fuerte como Yerin lo había hecho. Todos nos reímos, y Eunha puso su brazo hacia atrás, susurrando:
―Idiota.
Tiff parecía que estaba en el cielo.
―Son perfectas, Eunha. Gracias, gracias a todos ustedes por su ayuda. Esta fue la mejor comida de fiesta de mi vida, y he tenido algunas muy buenas. ―Me guiñó un ojo.
―Todo fue maravilloso, señorita Tiff ―dijo Eunha, ganándose una sonrisa de satisfacción.
―Bueno, todo el mundo a comer.
Todas las chicas en la mesa extendieron la mano, sin dudar.
―Eunbi ―dijo Nayeon―. Pasa las patatas, por favor.
Tomé el tazón justo cuando Eunha soltó una carcajada.
―No puedes estar hablando en serio. Ya has tenido una porción. Eso es suficiente para ti.
Las mejillas de Nayeon enrojecieron.
―Lo sé, pero todavía tengo hambre.
Eunha frunció los labios, dando a su hermana una mirada desafiante.
Yerin tomó el puré de patatas de mi mano.
―Dale un descanso, Habi. Deja que coma.
Pasó el tazón sobre la mesa. Nayeon estaba demasiado alterada para tomarla ahora, así que Joo lo hizo. Dio a Yerin una mirada de agradecimiento antes de poner más en el plato de Nayeon para ella. Entonces Joo la besó en la mejilla. Ella se quedó mirando su plato sin moverse.
―Si ganas un kilo, Astaroth se dará cuenta. ―La voz de Eunha era inflexible.
Tiff se limpió las comisuras de la boca con la servilleta, claramente incómoda con la dirección que las cosas estaban tomando.
Todavía mirando su plato, Nayeon dijo:
―Todos sabemos que voy a ganar mucho más que un kilo. Voy a tener que encontrar la manera de evitarlo. Rara vez lo vemos tal como él es.
―Por lo tanto, ¿sólo vas a dejar que tu apariencia sea como sea y esperar lo mejor? ―desafió Eunha―. Está bien. Tenlo. Disfrútalo. ―Agitó una mano hacia el plato de Nayeon.
―Eunha… ―Yuju la miró, y Chaeyeon puso una mano en su antebrazo.
―No, está bien, Yuju ―dijo Nayeon, parándose. Dejó caer la servilleta sobre el plato―. Necesito el baño. ―Salió corriendo del comedor, y cada par de ojos en la mesa fue a Eunha.
―¿Qué? ―dijo Eunha para todos nosotros―. ¿Preferirían que Nayeon y el estúpido bebé mueran antes de que ella tenga la oportunidad de tenerlo?
―No vuelvas a decir eso de nuevo ―dijo Joo en voz baja. Ella lo fulminó con la mirada. Yerin se agachó y tomó mi mano.
―Es la verdad ―dijo Eunha alzando la voz―. Y no presumas entender cosas que posiblemente no puedes. No eres más que un niño humano estúpido, ¡y esto es todo por tu sangrienta culpa!
―¡Sé que está en peligro! Sé que es mi culpa, y sé lo que está en juego.
―¡No tienes ni idea! ―gritó.
―¡Sé que ella necesita su hermana ahora más que nunca, y sus últimos recuerdos van a ser de ti gritándole!
―¡Soy la única maldita persona que trata de mantenerla a salvo!
―Está bien ―dijo Eunha―. Ambos. Por favor…
Joo y Eunha estaban furiosos, temblando. La tristeza se extendió por toda la habitación.
―Los dos aman a Nayeon ―dijo Tiff―. Y tienen diferentes maneras de demostrarlo. Eunha tiene razón en que Nayeon tiene que tener cuidado y mantener el embarazo oculto el mayor tiempo posible, de una manera saludable. Y ella va a necesitar más cariño y apoyo de todos, especialmente el tuyo ―le dijo a Eunha―. Las emociones están a flor de piel, por una buena razón. Pero tienen que permanecer juntas.
Joo apretó la mandíbula y asintió. Eunha dejó escapar una respiración por la nariz, visiblemente calmándose una fracción, pero su rostro seguía siendo de piedra.
―Dulce Eunha ―dijo Tiff―. Sé que ella es tu mundo. Por favor, pasa la mayor parte de tu tiempo con ella.
La mandíbula de Eunha tembló.
Tiff dijo:
―Vamos. ―Puso un brazo alrededor de Eunha y la llevó fuera de la habitación.
Joo todavía respiraba con dificultad. Limpié una lágrima perdida de mi mejilla.
―Esto apesta ―susurró Sowon.
―Vamos a poner esto detrás de nosotros y tratar de divertirnos esta noche ―dije. Todos asintieron.
Cuando terminamos de comer, llevamos las bandejas y los platos a la cocina. Yuju y Joo empezaron a enjuagarlos.
―Yo hago eso ―les dije, asintiendo con la cabeza al fregadero.
―Ustedes cocinaron ―dijo Joo―. Es justo que limpiemos.
―¿Qué debemos hacer? ―preguntó Sowon. Ella y Yerin parecían perdidas, mientras miraban a su alrededor al desastre.
―Ustedes pueden guardar las sobras y limpiar las encimeras ―les dije.
Se miraron la una a la otra con grandes ojos mientras yo tomaba la mano de Chaeyeon y salí de la cocina, tratando de no reírme.
Ellas hicieron el trabajo de la limpieza sorprendentemente rápido, entonces se unieron a nosotras en la sala de estar. Chae se sentó junto a Yuju sobre la alfombra persa. Tiff estaba de pie, explicando el juego de charadas, mientras yo me apreté junto a Yerin en el sofá de dos plazas. De inmediato entrelazó sus dedos con los míos. Yo estaba feliz de ver a Nayeon situada entre Eunha y Joo en el sofá, luciendo acogedora bajo el brazo de Joo. Sowon se sentó al otro lado de Eunha, inclinándose hacia delante con los codos en las rodillas y prestando mucha atención a las instrucciones de Tiff.
―Entonces ―dijo―, ¿solo tenemos que representar la palabra para que nuestro equipo adivine?
Observé emerger su naturaleza competitiva.
―¿Nunca has jugado a las adivinanzas? ―pregunté.
Negó. De hecho, todas las Neph negaron.
―Oímos sobre ello, pero nunca lo jugamos ―dijo Yerin.
―Wow ―dijo Joo.
―Serán Yerin, Yuju, Sowon y Joo versus Eunbi, Nayeon, Chaeyeon y Eunha, y seré el juez ―explicó Tiff―. Eunbi irá primero para mostrarles cómo se hace.
Yerin me dio un pequeño empujón para ponerme de pie, sonriendo ampliamente ante mi incomodidad. Nunca había sido lo suficientemente extrovertida como para disfrutar de los juegos.
―Solo las de su equipo pueden adivinar ―recordó Tiff a la sala, sosteniendo la pila de tarjetas con temas de adivinanzas.
Agarré uno: Piratas del Caribe. Oh, genial.
Tiff dio la vuelta al reloj de arena, señalándome que empezará. Una fiebre inmediata de adrenalina me golpeó mientras fingía filmar con una cámara de cine en mi ojo.
―¡Una película! ―dijo Nayeon. Le di el pulgar hacia arriba.
Levanté cuatro dedos, y las tres chicas gritaron:
―¡Cuatro palabras!
Asentí y levanté un dedo para mostrar que era sobre la primera palabra.
Cerré un ojo e hice un círculo como un parche sobre él, y luego hice una cara de “Arrghh”, lo cual era difícil cuando no podías hacer ningún sonido. La sala estalló en carcajadas. Señalé mi hombro e hice un gesto con la mano como un pájaro hablando.
Más risitas.
¿Mencioné que apestaba en los juegos?
―Amiga, lo sé ―dijo Sowon, echándose hacia atrás y cruzando sus brazos.
―Yo también ―intervino Joo. Ambos viéndose engreídos.
―Silencio. ―Eunha golpeó el muslo de Sowon.
Hice el gesto de parche en el ojo de nuevo y giré mi brazo en ese gesto ridículo de pirata.
―Eso es y ―dijo Yennie, haciendo reír a todos en la sala. La fulminé con mi mirada.
―Piratas del Caribe ―gritó Chaeyeon.
―¡Sí! ―Señalé hacia ella, y todas las chicas hicieron porras.
―Ya era hora ―bromeó Sowon.
Caí de nuevo en el asiento del amor y suspiré aliviada. Yennie me dio unas palmaditas en mi rodilla.
Oh, si los Duques podían ver a sus hijos ahora.
―¡Soy el siguiente! ―Sowon se puso de pie. Mientras se dirigía hacia Tiff, su mano se quedó inmóvil sobre la primera carta. Sentí a Yerin congelarse a mi lado. Al otro lado de la habitación, Yuju se enderezó. Reconocí la mirada de ojos vidriosos que tenían cuando estaban escuchando algo desde la distancia. La sala entera se calló, y mi ritmo cardíaco se disparó.
Yerin señaló en silencio a la habitación: Esconderse.
Tiff apresuró a las gemelas, Chaeyeon y Joo arriba por las escaleras. Yerin trató de empujarme para que me fuera con ellos, pero negué, soltando el agarre sobre mi tobillo. Si vienen a pelear, las otras podían venir y unirse a nosotras, pero necesitábamos mantener a nuestros aliadas en secreto el mayor tiempo posible. Juntas, Yerin, Sowon, Yuju y yo en silencio fuimos a la parte de adelante de la casa y nos asomamos a tra
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