Capítulo 19: AMOR EN EL AIRE.
#3 "Sweet Reckoning" (SinRin Ver.)Todos nos quedamos en la cocina hablando entre nosotros. Nayeon y yo nos dimos cuenta al mismo tiempo cuando Chaeyeon volvió al lado de Yuju y deslizó el brazo cómodamente bajo el suyo. Y luego compartieron una mirada tan tierna que Nayeon se giró y me dio una cara de “Ooh” mano-sobre-su-corazón. Luego abrazó a Joo, y se quedaron allí sosteniéndose el uno al otro con los ojos cerrados. Mucha emoción llenaba la habitación, pero una destacaba por encima del resto…
El amor estaba en el aire.
Entre otras cosas. Como la lujuria. Y el olor a pavo. Una extraña combinación.
Yerin finalmente se dirigió a la cocina con una actitud seria. Saludó a todas, pero cada vez que sus ojos se encontraban con los míos, el aire se hacía más caliente hasta que una tensión palpable se había tejido alrededor de la habitación. Podía sentir el rayo de sol cálido de su mirada en mí, aunque fingía ignorar ese hecho. Nuestras amigas seguían mirándonos. Incluso Tiff se dio cuenta.
Miró a Yerin con curiosidad, como si intentara descifrarla. Cuando ella la vio mirarme, su frente se levantó. Se aclaró la garganta y bajó los ojos, murmurando:
―Muy bien entonces. ―Y se ocupó rociando el pavo.
Bueno, esto se estaba poniendo seriamente embarazoso. Miré a Yerin como diciendo: ¡Compórtate! Ella ladeó la cabeza como diciendo: ¡No puedo evitarlo!
Cuando Tiff salió de la cocina para hacer la cama de invitados, de repente olí sus feromonas cítricas desde el otro lado de la habitación, y me hicieron desmayar. Tenía la esperanza de que nadie se diera cuenta.
―Ew. Las recién casadas están calientes la una por la otra ―dijo Eunha.
Esto en cuanto a esa esperanza. Calor viajó desde mi cuello hasta mi cara.
―Tal vez todas ustedes deberían ir a dar un paseo ―dijo Yerin, en serio.
Mis ojos se abrieron enormemente.
―Yerin, ¡no!
Sowon, Joo, y Nayeon se echaron a reír. Eunha puso los ojos en blanco, y yo no me atreví a mirar a Yuju y a Chaeyeon.
Pero Yuju, eligiendo ignorar la tensión ual a pesar de su propia inclinación hacia la lujuria, se adelantó y le tendió la mano.
―Felicitaciones, hermana. Estoy feliz por tu bendición.
Yerin tomó su ofrenda y la sacudió.
―Gracias, amiga. Yo también me alegro de verte. ―Ella le inclinó la cabeza a Chaeyeon, quien le devolvió la inclinación de cabeza y le regaló una de sus sonrisas reales. Cuando Yuju vino a mí con una mano extendida, en vez de eso me puse de puntillas para abrazarla. Ella se rió y me devolvió el abrazo antes de volver al lado de Chae. Yerin observó todo el tiempo, pero por suerte no se molestó.
Me gustaría poder decir que la tensión se disipó después de eso. Yerin se apoyó en el mostrador mirándome, su pulgar yendo y viniendo por su labio inferior. Todo mi cuerpo se erizó con una oleada de calor, y trataba de no mirarle. Su necesidad por mí se convirtió en el elefante en la habitación que todo el mundo fingía ignorar. Pensé en mandarla arriba para que se diera una ducha de agua fría.
Tiff volvió a la habitación, y pegué la sonrisa más falsa en mi cara.
―¿Cuánto tiempo falta para el festín? ―le pregunté.
―Alrededor de una hora ―dijo. Estaba ocupada pelando patatas en el fregadero―. ¿Compraste la crema batida para las tartas? No la he visto.
―No. ―Narices. Sabía que olvidaba algo.
―¡Iremos al súper! ―sugirió Yerin rápidamente―. Eunbi y yo. Por la crema batida. ―Se acercó a mí, poniendo su brazo alrededor de mi cintura. Se sentía como un calentador.
Cerré los ojos por un breve instante, la sonrisa falsa todavía en su lugar.
―Eso sería genial ―dijo Tiff. Vi algunas de las risitas siendo contenidas, la gente al borde de la risa. Nayeon movió las cejas hacia mí. Incluso Yuju y Chaeyeon compartieron una rápida mirada tímida antes de mirar hacia abajo. La atención de Tiff quedó en las patatas. Si tenía alguna idea de lo que estaba pasando, mantuvo su conocimiento oculto, y por eso me alegré.
―Eso sí, no tarden demasiado ―dijo Tiff, en ningún momento mirando hacia arriba.
Sí, ella lo sabía totalmente.
Esto no era incómodo en absoluto. Miré a Yerin, pero ella sólo sonrió adorablemente. Sowon y Joo aún estaban tratando de no reírse cuando agarré mis llaves y salí de la casa con Yennie pisándome los talones.
Apenas habíamos subido al coche y Yerin ya estaba sobre mí.
―¡En la entrada no! ―susurré, golpeando su mano, ya que se coló por mi camisa. Su boca encontró mi cuello y ese lugar bajo mi oreja que me volvía loca. Di marcha atrás con el coche y arranqué, alejándonos de la casa.
―No he dejado de pensar en ti ―dijo contra mi piel―. Es peor que nunca. Ahora tengo estas imágenes de ti jugando con mi cabeza sin parar, volviéndome loca.
Era realmente difícil concentrarse en conducir mientras una masa caliente apasionada estaba encima de mí, diciendo cosas que hacían que mi cerebro se pusiera borroso.
―¿Qué pasa si la gente en casa está escuchado? ―pregunté.
―No me importa ―dijo, todavía acariciando mi cuello.
Al final del barrio de Tiff había tres lotes de casas nuevas en construcción. Era temprano en una noche de fin de semana, así que no había nadie. Estacioné fuera de la vista en un callejón.
―¿Cómo es eso? ―pregunté.
Su respuesta fue levantarme como si no pesara nada y ponerme en su regazo a horcajadas sobre ella. Nos besamos con fuerza, tirándonos de la ropa e inclinando hacia atrás su asiento con una sacudida.
―Dios, eres tan hermosa, Eunbi. Ni siquiera puedo pensar.
―Entonces no lo hagas ―le dije, bajando mi boca a la suya de nuevo.
***
Después me apoyé en su pecho, nuestros toques más suaves. Los ojos de Yerin parecían borrosos, y se sentó sobre sus codos, frunciéndome el ceño.
―Soy una imbécil.
―Yennie…
―Una completa bastarda. ―Nos sentó a las dos de nuevo y tomó mi cara con seriedad en sus manos, presionando su frente arrugada contra la mía―. Lo siento, cariño.
―No pasa nada.
―Estamos en el maldito coche, ¡al descubierto en el barrio de tu madre! No es posible que hayas estado cómoda con eso.
―Nadie nos ha visto. Fue algo así como… agradable. ―Caliente. Dejé caer mis ojos, sintiéndome tímida por decirlo―. No lo habría hecho si no hubiera querido.
Su frente se suavizó.
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