Dara cerro lentamente la puerta, observando como la chica de al lado se alejaba hacia el sitio donde vivía. Después de ello dejo que su cuerpo apoyado contra el duro elemento que guardaba su casa se deslizara hasta llegar al suelo, sentándose. Alzó la cabeza y miro al techo, una sonrisa afloro en su rostro al recordar el olor de Chaerin. Emocionada pego un pequeño y sonoro grito acompañado de unas pataditas de alegría.

Al escucharla gritar Bom salió de su cuarto para observar a Dara moverse como un bebe contento en una cuna.

-Estás loca ¿Lo sabías?

-Dime algo nuevo…

-Las palomas son ratas con alas que pretenden colonizar la tierra y los gatos son los únicos que pueden salvarnos.

-Esa teoría me resulta interesante…

-¿Pero?

-No me has dicho como se encontraron con la vecina… - Bom se sentó al lado de Dara en el suelo para conversar con ella, sabiendo lo impaciente que estaba por los detalles.

-No me has dejado… te la pasaste haciéndole pregunta tras pregunta.

-Y ellas las contestaba todas con tanta calma ¿te fijaste?

-Sí, te veía como si fueras una revelación. La verdad es que es un poco extraña… a veces parecía el joven manos de tijera… – Dara se rio al ver como Bom se sentaba derecha contraía los labios al tiempo que abría los ojos y miraba como si estuviera perdida – otras veces no entendía si estaba hablando en serio o bromeaba, tiene un humor muy negro aunque cocina delicioso.

-¡Sí!, por ella me dejo engordar, es demasiado i

-Uff, en eso te doy toda la razón. Cuando entre al edificio lo primero que me fije en su trasero… ¡auch!! Dara!, no me pegues – Dara le sonrío y como disculpa le ofreció un pequeño beso en el punto donde le había dado el manotazo.

-Perdón. Yo la vi entrar, me acaba de subir al ascensor cuando me fije en ella.

-¡De película!

-¿Cierto?, entonces, entraste al edificio viste su trasero…

-Y sus piernas – puntualizo la pellirroja - ella estaba hablando con el portero, yo me acerque para preguntar por tu gato…

-Oh sí, que conveniente – le dijo un incrédula Dara arrugando la nariz.

-Soy muy buena amiga, no lo olvides, lo que te preocupa a ti, me preocupa a mí. Además yo dejaría mi maíz por ese gato.

-¡Aich! Cállate… deja de decir bobadas, ¿qué paso después?

-Yo salude amablemente y ella fue muy cordial, fría pero cordial, efectivamente pregunte por Dadoong y ella escucho sin decir nada,  después ella me conto que esta mañana un maullido la había despertado. El gato estaba en el balcón.

-¿Cómo demonios llego allí?

-No sé pregúntale a tu gato… aunque en realidad yo pregunte lo mismo; obvio, ella no lo sabía. Ni siquiera sé por qué hicimos semejante pregunta tan estúpida, los gatos aparecen en cualquier lado. En fin. Ella lo alimento…

-¡! Que linda!!

-Bellísima persona,  salió al supermercado a hace compras, es más ustedes debieron haberse cruzado porque ella llevaba las bolsas del sitio a donde tu ibas…

-¡!Oh!!, este mundo es un pañuelo… lleno de mocos - Bom entorno los ojos, le pego suavemente en la pierna a su amiga, que estaba acelerada y emocionada movía sus manos – continua por favor.

-Ella me dijo entonces, sube a mi apartamento por favor y te entrego al gato. A mí me parece que eso le dio tristeza.

-¿Tú crees?

-Sí, bueno su aura es fría y triste – Dara sintió con la cabeza dándole la razón a Bom – entonces yo la seguí. ¿Será bruja?

-¿Ah?

-Es que cuando me lo dijo, se me quedo mirando a los ojos de una manera muy hipnótica, fue muy amable pero no me sonrío ni nada. Yo la seguí como si nada, ¿te imaginas? Pudo haber sido una trampa de una mente siniestra y en este momento no estaría contando la historia.

-Menos mal que la guionista soy yo ¿qué más paso?

-En el ascensor casi no hablamos, hice algunas preguntas y  las contesto… pero no sé,  el caso es que llegamos me invitó a seguir mientras dejaba las cosas, busco al gato y…

Bom hizo una pausa, Dara observó cómo su amiga dudaba en seguir con la historia.

-¿Y?

La pelirroja agacho la cabeza para mirarse las manos, evitando la mirada de la castaña que comenzó a fruncir las cejas.

-Cuando veníamos para acá ella me sujeto del brazo, me dio la vuelta y me beso.

Dara miró a Bom asombrada, sintió como si se hubiera bañado con cubitos de hielo en un día de invierno, por su parte la pelirroja se llevó