Ese otro que también me habita,
acaso propietario, invasor quizás o exiliado en este cuerpo ajeno o de ambos,
ese otro a quien temo e ignoro, felino o ángel,
ese otro que está solo siempre que estoy solo, ave o demonio,
esa sombra de piedra que ha crecido en mi adentro y en mi afuera, 
eco o palabra, esa voz que responde cuando me preguntan algo,
el dueño de mi embrollo, el pesimista y el melancólico y el inmotivadamente alegre, 
ese otro,
también te ama

Dario Jaramillo Agudelo  Poema de amor I

El reloj de la sala dio exactamente las 2:00 a.m en el hogar Lee, afuera un perro ladro asustado por algún borracho que gritaba en la oscuridad. Chaerin vio a sus cansadas amigas que esperaban expectantes lo que el señor Lee estaba a punto decir.

-… Después de la cirugía de trasplante de mi hija, ella no volvió a ser la misma… Todo se debía a que el cuerpo de Chaerin asimilaba el nuevo órgano pero no su cerebro ni su espíritu. Ella me decía que alguien le había hablado en la habitación…

-…. Alguien me llamó… me dijo que deseaba que abriera los ojos….-  interrumpió Chaerin haciendo que Sandara mirara a Bom asustada, la pelirroja cerro los ojos y dejo caer los hombros en señal de frustración – los doctores me dijeron que no habían visto a nadie…

-… En ese momento, sumada a las tristezas y decepciones del desamor de mi hija que se negó desde un principio a aceptar el donante, todo se convirtió en un caos. Era muy difícil para nosotros verla de pie pero sin motivos para vivir… así que ella estaba al borde de un precipicio… metafóricamente hablando…. Angustiado porque las terapias no funcionaban después de haberlo consultado con mi esposa, me dediqué a buscar a la familia del donador – el Sr. Lee espero que todas se miraran, la Sra. Lee decidió traer más bebidas, luego de servirla el hombre continuo – mi mejor amigo, era neurocirujano del hospital y me ayudo a contactarlos, a la semana siguiente di con ellos…. Más bien con tu familia, Sandara…

-Sr. Lee…. Yo…. Chaerin…. – tartamudeo la castaña confundida y con temor, se sentía expuesta casi desnuda por la confesión del padre de su novia que la veía con tranquilidad casi agradecido por su existencia.

-Calma Dara, déjame continuar – la tranquilizo el padre de Chaerin – ese día que fui, me abrió una mujer de avanzada edad con tú misma contextura y color de ojos…. Se presentó como Park Danbi

-¿MI ABU-ELA? ¿Num? ….- grito Dara sin poder salir de su asombro,  su abuela había conocido al padre de Chaerin, Danbi era su verdadero nombre aunque prefería utilizar su apodo, le gustaba más y le parecía propio dejarlo así.

-¿La abuela Num? – Pregunto Bom - ¿ella es tu cuarto ángel Chaerin-ah? – la platinada afirmo con la cabeza, colocando su mano en el muslo de su novia, para brindarle apoyo –

“Ella es la segunda persona que la salvó “pensó Dara “todo ha girado entornó a nosotras”

-… ella no dudo en ayudarla, desde el primer momento, estaba decidida en decirle la verdad; sin embargo, al ver el estado de depresión de Chaerin no lo hizo; por el contrario, le enseño a cocinar…

-Debí haber reconocido tu sazón…es similar… –  interrumpió Dara mirando a Chaerin que pasaba sus manos por las mejillas de su novia con delicadeza.

-La abuelita Num me llevaba a una cabaña y allí me enseñaba sus mejores trucos, con ella pesque… poco a poco me empecé a sentir mejor…

-Con razón se desaparecía, ella decía que visitaba a una amiga y era a ti a quien veía….

-Sí, hasta que llegó a mis manos una carta comunicándome que ella había muerto… - le contesto Chaerin sin desviar la mirada. Dara descubrió un halo de tristeza al pronunciar esas palabras, ahora comprendía muy bien algunas actitudes de su novia.

-… Esa carta me la dio ella desde un principio y la entregue el mismo día en que me entere de su muerte… - Complemento el padre de Lee

-¿Y qué decía la carta? – preguntó Bom

-En la carta, ella se disculpaba  por no haber sido capaz de decirme que ella era familiar de mi donador – la sala se llenó de exclamaciones de sorpresa y Lágrimas compasivas – Dara cuando me contaste la historia de tu familia, empecé a relacionarlo con la que me había narrado la abuela…

-¿Te hablo de eso? – pregunto Dara alzando las cejas…

-Sí, te hacen falta muchos pedazos que quizás ella no te quiso decir por miedo a decepcionarte pero son la razón por la que evito que la policía investigara el accidente de tu hermano…

-¿te conto cómo murió? – pregunto Bom pensando si era el instante indicado para hablar.

-No en realidad, ella me hablo de un nieto que perdió injustamente pero nada más, no le gustaba hablar de ese tema.

-Chaerin… - la llamó Bom, la platinada observo como la pelirroja se mordía el labio – Ay algo que debes saber… pero contéstame primero una pregunta ¿Cómo terminaste de conectar las piezas?

-Bueno… - la platinada dudo, ¿era el momento de contar lo que pasaba con Ji yong?

“No… todavía no” pensó la rubia como si alguien le hubiera susurrado la respuesta a su oído

-Íbamos con JI yong de salida… cuando revisé mi celular, había 14 llamadas perdidas y tres mensajes, dos de Dara… ¿A propósito como te fue con Hyuna? – le preguntó la platinada mirando a Dara con frialdad acompañada de unos  brazos cruzados, la castaña se tapó una risita traviesa con sus manos.

- Yo te puedo contestar eso… - le dijo Tiffany – me invito a Salir – Chaerin miro a ambos lados confundida.

-¿Y eso te hace feliz? – preguntó la platinada entrecerrando los ojos, desde pequeñas la platinada siempre se había preocupado por la felicidad de la chica rosa que toda la vida había estado enamorada de una sola persona.

-Me hace sentir  deseada… - contesto Tiffany con orgullo, haciendo reír a los demás – entonces, volviendo a lo del mensaje… ¿de quién era el otro?

-Era un mensaje anónimo… el celular lo tengo cargando… pero básicamente me hacía una pregunta ¿por qué me gusta juntarme con los mentirosos? Y me incitaba a mirar mi e- mail, eso fue lo que hice….

-Eso explica, porque tu correo estaba en el historial de mi computadora al igual que tu diccionario en el suelo – le dijo Dara – te lo traje…

-Eres un poco descuidada… entonces abrí el correo y vi el certificado donde decía a quien le pertene