Capítulo 3
Corazón DelatorJi yong termino de leer el borrador principal que le había enviado Dara por correo cuando un suspiro salió de su alma producto de un recuerdo. Hoy se cumplían 10 años desde que su vida cambio como consecuencia de un enorme error que llevaría a cuestas toda su vida, sin permitirle ser quien realmente era. ¿A cuántos había perjudicado?, quizás, a montones pero de su boca no salió una disculpa porque su padre no se lo permitió. Él era un heredero y los herederos no cometen errores.
Cansado recostó su cabeza en el asiento y cerró los ojos, produciéndole una pequeña noche similar a aquella en donde iba al timón, mareado por alguna bebida combinada por las alucinaciones producidas por la droga… ¿Cómo? ¿Qué droga?, esa parte para él no era clara, ¿Cómo pudo acelerar en vez de frenar, cuando lo vio cruzando la calle con las manos en los bolsillos?, ¿realmente lo vio cruzar? Recordaba el cuerpo de un extraño, el sonido de un choque, el bajar del auto y tomarse la cabeza.
Ji se había tomado la cabeza sin saber si eso en verdad estaba pasando, cierto o falso estaba implicado en el choque de ese joven que agonizaba y lo veía sufrir en medio del dolor. Le tomo unos momentos reaccionar en la mitad de la soledad de una calle, llamó a su padre que le grito al otro lado de la oscuridad que se alejara, él lo iba a solucionar. Por primera vez en mucho tiempo, Ji le hizo caso a su padre.
Un hombre con poder siempre sabe cómo limpiar sus manos y las de otros, así fue como borro todo rastro de su pecado a él lo envío lejos bajo el manto del estudio, al extranjero; pero con el único fin de castigarlo, Ji yong entro a un centro de rehabilitación en donde padeció la abstinencia si poder decir palabra alguna, no tenía opción, porque el miedo lo abarcaba todo y le dio la espalda a un crimen… y a su novia.
Ella, era la chica más hermosa, tierna, fiel e inteligente que Ji yong hubiese conocido, la había cuidado desde el momento que la vio indefensa por culpa de una enfermedad cardiaca y ella puso toda su fe en él, porque lo había convertido en su todo. Sin embargo, no la valoro, humillo su corazón hasta tal punto que la perdió sin poder dar una explicación.
Años después una coincidencia los junto en un restaurante de París, él tuvo la oportunidad de darle una mediocre explicación a su actos, llevado por la lujuria y las hormonas; aunque fue escuchado y perdonado, él se encontró con una muro de hielo que no se derretía con facilidad. Ya no era ella. No era Chaerin.
-¿Sabías que tienes, un pésimo gusto?, deberías contratar a un diseñador de interiores – le dijo Sandara entrando a la oficina sin pedir permiso, el chico dio un brinco ante la presencia de la joven.
-Me asustaste…
-Así tendrás la conciencia…
“Si supieras”
-¿No sabes tocar? – le pregunto Ji yong observando como Dara se sentaba al frente de su escritorio en una de las sillas vacías.
-¡Uy!... llevo 10 minutos en la puerta llamándote pero tú estabas en el quinto sueño… Así – Dara fingió dormirse en la silla y roncar al mismo tiempo, el chico sonrío al verla, era imposible no reírse de las payasadas de su guionista estrella.
-No, dormía… estaba imaginando como sería la novela…
-Siiiii!!! Claro!!!!... pfffff –
-En realidad si estoy cansado – le dijo ji yong frotándose los ojos para bostezar después – he estado leyendo los siguientes dramas para la cadena.
-o sea que ya leíste el mío – afirmo Dara acercándose a la mesa mientras movía sus manos de manera nerviosa.
-Sí, lo acabo de terminar. Le tengo fe – Ji yong imito el gesto de Dara y se acercó más a la mesa para dedicarle una sonrisa coqueta – tengo ideas
-Me estoy empezando asustar…
-No es nada malo – Dara se alejó para dejarse escurrir en la silla contra el espaldar, Ji se rió ante el gesto infantil de la mujer que detestaba los cambios en sus argumentos – es solo que quiero darle importancia a las partes de la recetas, debe ser más real ¿entiendes?
Dara levanto una ceja
-¿Quieres que invente recetas para el guión?, pero si yo solo se cocinar ramen y un tazón de leche con cereal. Se perfectamente como combinarlo con la leche para que las hojuelas no pierdan su crocancia…
-¿Crocancia?
-No sé cómo se dice, da igual… Bom es la que me alimenta…
-Deberías proponerle matrimonio a esa mujer…
-Una vez lo hice, pero huyó – le conte
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