2 Meses después…

TaeYeon mira tirada en su cama como quien mira al techo y piensa profundamente en algo que le preocupa o  en simples trivialidades. Debería estar en la primera de estas dos, pero la sonrisa de felicidad solo indica que Sunny, como de costumbre tiene poseída no solo el alma de la chica, sino que sus momentos, pensamientos, minutos, segundos y absolutamente todo en su existencia.

Borra su sonrisa de un momento a otro y encoje su boca, estirándola un poco, recordando sus palabras con Sunny…

***

―… Prometo que lo haré con tacto ― Aprieta las mejillas de la mayor, haciendo ver sus labios aún más carnosos. La besa suave y rápido.

― Es… ― estira el cuello y le regresa el pequeño beso, subiendo sus manos y quitando presión en las mejillas para poder expresar bien el mensaje tomando una postura seria.

― Es algo que creo debemos asumir ambas TaeYeon, porque soy tu doctora, van a creer que no soy profesional y que todo el tiempo estaba seduciéndote ―

TaeYeon explaya una hermosa sonrisa y se muerde el labio para no decir lo que tiene en la punta de la lengua, pero la mayor ha captado el cambio drástico de sus expresiones.

― ¿Qué? ―

TaeYeon suelta una risa nasal y la mira a los ojos con coquetería

― Honestamente me sedujiste un montón de veces ―

Le informa dejando ver su gran sonrisa, a lo que Sunny responde con un puchero y pellizcando levemente un costado de la rubia.

― Eso es una terapia ―

Dice con aires de grandeza y mirando hacia otro lado para no ser descubierta.

― Seguro, es muy buena. Pero odiaría que la usaras con los demás pacientes ―

La mayor guarda silencio y sigue mirando hacia otro lugar, hasta que recibe un pellizco. De la menor no puede esperar clemencia, realmente le ha dolido y la mira con un rostro más que sorprendido de mala manera.

―Solo contigo ―

Le abre los ojos a la respuesta y siente como la mano agresora, ahora cariñosa sube y baja en la parte lastimada, sobre la tela, esperando que el dolor se vaya.

― Déjame hacerlo sola, si algo sale mal entonces te avisaré para que vayas ―

― ¿Segura? ―

Tae asiente y vuelve a acercarse para empezar otra tanda de besos, y esperar que los 15 minutos que faltaban, fueran más que eso.

**

― TaeYeon, ¡está lista! ―

Grita su madre desde abajo, abre los ojos saliendo rápido de sus  recuerdos, sabiendo perfectamente lo que ahora debe hacer.

Se pone de píe ajustando un poco su camisón tejida rosa pastel, queriendo tenerlo en forma consciente de que más tarde habría posibilidad de verse con Sunny.

“Si todo sale bien, me avisas y paso por ti. Sino, entonces debemos darles tiempo”

Fue la sugerencia de la profesional el último día que se vieron cuando TaeYeon parecía decidida a contarle todo a sus padres, no había poder humano que la hiciera desistir, así que creía que estaba permitido.

Baja y se sienta en la mesa, observando solo a su padre allí sentado rellenando lo que parecía un crucigrama en el periódico.

Ella hace ruido moviendo la silla en la que acostumbra a sentarse y su madre ante el aviso la llama.

― TaeYeon, ven a ayudarme a poner la mesa ―

No puede evitar rodar los ojos blancos y su papá sonríe al notar el gesto grosero de su hija. La chica se levanta volviendo a hacer chirridos y va hacia la cocina.

Ella trae los individuales en una mano y el montón de cubiertos en otra, siempre obligada a llevar tenedor, cuchillo y cuchara, cuando en realidad generalmente ella usa una y su padre dos.

Así que los pone y regresa para traer la refractaria con ensalada, entonces se sienta esperando que su madre ponga los platos y sirva de lo que ella había puesto previamente, dejando que cada quien echara la cantidad que quisieran de la ensalada que su hija había colocado.

En la mesa solo se escucha los primeros minutos el ‘tin tin’ de los platos, cuando su padre toma el vaso de jugo, habiendo terminado, cree que es el momento idóneo y traga antes de tomar la palabra.

― Tengo algo que decir ―

Comenta aun mirando el plato y metiendo un trozo de pollo en su boca, como si no estuviera preocupada y lo que va a decir fuera en realidad cualquier cosa.

Su madre la mira por el rabillo del ojo teniéndola al lado, y su papá pone el vaso en la mesa y la mira a pleno. Siempre ha sido de esta forma, su padre siempre dándole prioridad a cualquier cosa que tenga que ver con Tae.

― Tengo pareja ―

Esto logra que su madre con los ojos muy abiertos y con la boca cerrada tratando de no derramar lo que lleva dentro, voltea su rostro para encontrar el perfil de su hija, que parece ignorarla, importándole solo la reacción de su padre.

― ¿Cómo que tienes pareja?―

Su madre la mira con el rostro lleno de preocupación, tratando de encajar los comportamientos de la chica, que obviamente había cambiado de actitud y se preocupaba más por ella misma. Se preocupaba más por cómo se veía y demás, pero lo raro es que…

― ¿Compañero de clases? ―

Insiste la ama de casa, se apresura a preguntar sabiendo que las fichas tratan de apuntar hacia un solo lugar, cuando recuerda los cuadros, la mejor ropa, el cambio de color en su cabello, los mejores olores…

― No… ―

La señora deja su cuchillo y tenedor en la mesa, tomando aire y mirando a su esposo fijamente, pero este solo mira a su hija con una mirada que parece más bien comprensiva y expectante.

― ¿Entonces TaeYeon? ―

Su madre pregunta una vez más, con su cuerpo hacia el frente pero su cabeza toda hacía el lado de su hija.

― Es Sunny ―

Contesta tomando su vaso de jugo y llevándolo hasta sus labios, sorbiendo un poco, tomando su utensilio y volviendo a picar algo en su plato.

 ― ¿De qué estás hablando? ―

Esta vez su cuerpo también cambia de posición y su  expresión es más de terror que de cualquier otra cosa.

― Ella es mi novia ―

Responde mirando solamente a su padre y volviendo a mirar la comida que aún queda.

Su madre por su parte, trata de procesar todo lo que la chica está comentando, ella no da crédito a nada de lo que escucha y empieza a temblar, sus labios se secan y mira a su esposo al fondo.

― Creo que estas confundiendo las cosas TaeYeon ―

Dice su mamá tratando de establecer que su hija puede sentirse atraída hacía la psicóloga debido al trato que le da, y que tal vez sea la única persona cercana después de ellos.

― Sé lo que estoy diciendo, sé de lo que estoy hablando. Sé lo que siento ―

Y después de esa frase contundente, mira a su madre de la misma forma, quien al sintiéndose un tanto intimidada, retira su visual y vuelve a su esposo, que parece estar sereno.

 ― ¿No piensas decir nada? ―

Le pregunta con algo de frustración en su voz.

Él niega arrugando su mentón y volviendo a tomar el vaso.

― Ve a tú habitación TaeYeon ―

Ordena la mujer mayor, haciendo notar su enojo con cada palabra. TaeYeon toma el vaso de jugo con una mano y va hacía las pequeñas escaleras como si nada, con la plena intención de quedarse al final de estas para escuchar lo que tienen que decir.

― ¿Realmente no tienes nada que decir? ―

Ella puede escuchar sus dientes hacer ruido dentro de su boca, queriendo mantener gran parte de sí con esa manía que tiene desde siempre.

―Temo decir o hacer algo que haga que TaeYeon tenga un retroceso ―

La señora más alterada abre los ojos y muestra una sonrisa sarcástica

― Si, porque lo que acaba de decir es un gran avance. ¿Qué clase de ayuda le ha dado esa doctora? ¿No te lo has preguntado? ―

El mira su plato vacío y luego levanta la cara hacia su esposa.

― Voy a hablar con TaeYeon ―

Ella pone las palmas de sus manos hacía arriba y asiente varias veces con sus orbes muy abiertos, como dando a entender que es lo que ha querido desde el principio.

Lo ve marcharse con más cara de desaprobación por ella que por lo que su hija le acaba de comentar, solo se queda sentada con tanta rabia y dolor pensando en que algo malo pudo haber pasado con TaeYeon o si es culpa de ellos, o son confusiones propias que vive la gran mayoría y debido a su trastorno no pudo quemar a tiempo y por ende ahora está empezando con eso, y como es de esas que cuando habla no se calla nada, debe ser que simplemente quería decirlo.

Su cabeza es un mar de pensamientos en busca de una salida limpia para su hija y la imagen de ella, la de su familia, pero especialmente la de TaeYeon, así que si cree dejar pulcra ese cuadro, la suciedad debe recaer en alguien más.

Un puño sobre la mesa que hace sonar parte de la vajilla que aún reposa allí. El recuerdo de la amable doctora que le hacía pensar muchas veces que su esposo tenía cierta atracción por la joven psicóloga, debido al orgullo que le profesaba.

Para él todo lo que hacía o decía la muchacha más baja era un mandato, una orden que debía ser acatada sin importar que o por qué.

Ella siempre, como madre y esposa celosa, activaba su instinto, o to sentido para poder encontrar algunas falencias en la muchacha, que a simple vista parecían imperceptibles, pero obviamente parece que todo se lo guardaba para su consultorio, para con su hija.

Nuevamente aprieta la mandíbula y mira al techo, esta vez dejando acumular lágrimas en los ojos, pensando en que, aparte de la inocencia de su hija, que otras cosas habría perdido en una de las tantas sesiones.

Todo ahora encaja, en las emociones de la chica, los cuadros, el orden para cuando tenía cita y todo lo demás.

Los pasos en las pequeñas escaleras, la hacen salir de la novela mental que ya tenía incluso un final.

― ¿Qué pasó? ―

Pregunta con la voz calmada y el tono tranquilo, contrario a lo que lleva por dentro.

― Nada, ella dice que está enamorada de Sunny, y que ambas se han puesto de acuerdo. La doctora viene más tarde para hablar con nosotros ―

Lo dice metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón gris, sosteniendo un baile que va y ven entre las puntas de sus zapatos y los talones. Una especie de extraña manía cuando tiene algo de nervios.

― No quería que hablaras con ella para socializar, quería que la hicieras entrar en razón. ¿Ahora debemos recibir a esa puta como si nada en nuestra casa y hacerlo oficial? ¿Eso quieres? ―

Él se queda  pensando seriamente en los puntos por los que su esposa puede estar pasando en ese momento, su rostro de confusión, sus palabras fuertes y el carácter que parece viene y va, son el intermitente rio de emociones que trata de manejar. Intenta ser comprensivo con ambas y de entrar en razón, porque la familia es un aspecto demasiado importante, no quiere perder a ninguna, pero sobre todo, no quiere volver a perder a TaeYeon.

― Sabías de esto ¿Siempre supiste que había algo? ―

Agacha la mirada hacia sus zapatos y luego sube su frente al techo, como en busca de una señal divina. Buscando quitarse algo del peso que ahora su señora quiere adjuntarle.

― Tenía sospechas ―

Dice tratando de ser lo más sincero posible y que ella lo lea en su rostro, tampoco es lo que él habría deseado, porque sabe que lo que puede venir de aquí en más para TaeYeon es algo tal vez mucho más complicado que lo que ahora está viviendo.

― ¿Por qué no hiciste nada? ¿Por qué no impediste esto? ¿Por qué no me advertiste? ¿Por qué no buscaste a alguien más para evitarlo? ―

Demasiadas preguntas para la única respuesta que se le ocurre. Demasiada alta la voz para lo pasiva de las palabras que quieren salir desde los más profundo de él.

― La única persona que podía hacer sonreír a TaeYeon es ella. Yo lo intenté todo este tiempo, y ella de la nada simplemente me sonreía debido a que ella la hacía sonreír. Siempre quise ver a mi hija feliz, poder encontrar su alma a través de sus ojos. Solo hasta que ella apareció he podido verla ―

Siente un nudo en la garganta cayendo en cuenta de todo lo que ha tenido que pasar debido a TaeYeon, y todo lo que ella misma ha tenido que vivir.

― ¿Cómo crees que me sentí, cuando descubrí que con ella se comunicaba más que conmigo, que soy su padre? Me sentí como un inútil, sentí que jamás fui una verdadera ayuda para ella y por eso aún seguía sin portarse como el resto. Siempre querías que se comportara como el resto, yo lo quería, ¡todos lo querían! ―

Se da cuenta que el impulso que había tomado había sido demasiado y por ende la voz había aumentado de volumen significativamente. Toma más aire por la boca que por la nariz y ante el silencio de su esposa decide continuar.

― Mi hija, nuestra hija, la que vemos ahora, es la que siempre soñaste. Que le guste más una cosa que otra no me importa, solo me importa que después de mucho tiempo al fin me llama papá y no Jiwoon. ―

Se frena con la plena intensión de no permitir ver su lado débil, pese a que todos los que le rodean sabe que su talón de Aquiles, es y siempre será TaeYeon.

― Ahora soy su padre, y me siento como uno por primera vez en mucho tiempo apoyándola y haciendo cosas con ella. Mi hija, por primera vez en 20 años confía en mí, confía en su papá, no quiero perder eso Min-ha ―

Ella queda impávida cuando una lagrima se escurre apresurada por su mejilla con la intención de caer al vació y perderse en el piso, pero el golpetea rápidamente con la palma de su mano y se da la vuelta, dándole la espalda a su esposa, que pese a no estar desacuerdo, le da un punto a él.

La casa pasaba en silencio absoluto, la reflexión que habían puesto sobre la mesa estaban simplemente allí, flotando. Ambos con puntos a su favor, con cosas por preguntar, más por parte de ella que de él, pero quería que todo fuera rápido, así que estarían esperando por la llegada de Sunny, que había hablado con TaeYeon cuando ésta fue enviada a su habitación.

Las cosas no deberían ser diferentes para ella, que pretendía enfocarse con cada paciente que llegaba y pese al gran compromiso al que tenía que hacerle frente llegaría pronto, deseaba poder tener esas horas libes para poder pensar en supuestas flechas que serían lanzadas en su contra.

Pero parece le tocaría improvisar, y para esto también era buena.

Hola, una vez más.

Creo que respondí a cada uno sus inquietudes... Así que:

Sunshinerex , mei-chan4556 y sonyeshidae. Gracias por sus comentarios.

katia_97, Gracias por tu voto.

Un abrazo para todos y disfruten la lectura.

(: