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Entra tranquilamente hasta el final del recinto donde Sunny está entretenida escribiendo en una de sus tantas libretas, él asume que llenando los historiales de sus pacientes – Buenas tardes doctora – ella se levanta sonriente y se inclina al señor haciendo la reverencia sin tanto ímpetu – Siéntese por favor – le señala con su mano y ella da dos pasos para llegar nuevamente a su lugar.

 – Aquí están los dibujos – el levanta la carpeta al aire y ella la toma abriéndola inmediatamente, arrugando el rostro y juntando los labios con cada uno de ellos – Necesito que por favor me los deje – ella le dice y él simplemente asiente, pero el rostro de la chica no lo deja tranquilo – ¿Es algo malo? – Cuestiona. ella levanta los hombros pasando entre las hojas en mal estado con tinta negra revuelta en muchos lados y uno que otro mamarracho, la profesional toma una hoja de la pequeña pila y niega – pueden ser muchas cosas señor Kim, tal vez es solo su manera de demostrar el descontento con algo. Algún tipo de frustración – responde ella  abriendo sus brazos y pasando rápidamente las hojas maltrechas hasta llegar al final de estas – es preferible esto a que se haga daño o que recaiga en berrinches – él ante esto lo piensa un poco y recuesta la espalda en el apoyo de la silla, cayendo en cuenta que la especialista tiene toda la razón – Me avisará sea cual sea el asunto? – ella sonríe y asiente, dándole plena confianza al adulto, como siempre – Creo que se puso así desde la última consulta, pero ella dijo que lo hablaría con usted, si ella no lo hace, entonces seré yo quien le comente– la Psicóloga queda un tanto intrigada con las palabras del señor y sintiéndose un poco culpable por los dibujos y el malestar de la chica a la que más bien quiere ayudar – Seguro, espero que ella me cuente – dice ella copiando la postura de pie del sujeto, quien se inclina y le sonríe sin mostrar los dientes, ella hace lo mismo y él le da la espalda apresurándose para que su hija no se ponga peor y darle eso que tanto le gusta, a lo que vino, una de las pocas cosas que la hace sonreír esperando que lo que sea se resuelva para que su hija vuelva a mostrar un avance positivo – Gracias doctora – y ella asiente volviendo a su lugar, escondiendo los dibujos en una de las gavetas.

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- Mi paciente favorita – Dice sunny sonriendo sentada ya en su sofá personal, taeyeon suelta un bufido seguido de un ‘prf’ dándole a entender que no le cree.

Se acuesta distraídamente en el sofá, como en los primeros días, cuando no tenía ni una pizca de confianza - ¿Qué ha pasado? – Cuestiona la profesional cruzando las piernas, sabiendo que eso llamará la atención de la chica, y lo consigue – No soy tú paciente favorita, no mientas – responde mirando la luz del techo con un rostro impasible – ¿Entonces quien se supone que es? – Vuelve a preguntar la mayor disfrutando de esa actitud un tanto celosa de su paciente – el chico ese que vino la última consulta. Traía un ramo de flores, él es – Sunny lo piensa por un instante tratando de recordar, hace solo tres días fue la consulta con TaeYeon, así que abre sus ojos cuando cae en cuenta de quien se trata y se rie por la nariz, mete sus labios dentro de la boca tratando de no parecer una burla – él no es mi paciente, es un amigo – dice con una voz sumamente ronca que hace que Tae deje de mirar el techo y se centre en la profesional, que está un tanto inclinada hacia el frente y se alcanza a ver la entrada a sus pechos, la menor traga fuerte y Sunny vuelve a sentarse recta, cruzando las piernas una vez más – ¿Un amigo? – reacciona después de un instante, y su pregunta es capciosa, queriendo sacar un poco más, sonando insegura – El quiere salir conmigo, pero no me gusta él- dice ella anotando brevemente en su libreta, y sonríe cuando la vuelve a cerrar, TaeYeon la mira y sonríe con ironía – No te creo – la chica mayor levanta los hombros – No me creas, pero si buscas en mi escritorio, verás el ramo que alguien me regaló hace unos días…- La mira con los ojos fijos para que sepa que se refiere a ella -y el ramo que el chico me trajo no está por ningún lado – dice volviendo a su pequeña agenda.

Taeyeon rápidamente queda en sus nalgas, sentada en el gran sofá tratando de llegar con su mirada al escritorio de la Psicóloga, y allí ve su ramo, un tanto marchito, pero allí está y abre sus ojos muchos cuando algo la toca diciendo que tiene preferencia en la chica que está con ella en ese lugar.

Sunny sonríe cuando ve el poder que tiene sobre la menor pero muerde su labio cuando la chica vuelve a acostarse – Fijo el de él lo tienes en tú casa – la doctora Lee toma aire de forma extensa antes de contestar – ¿quieres ir a mi casa para comprobarlo? – su mirada mas que cuestionamiento muestra seriedad compromiso y sinceridad, cosa que TaeYeon copia en in instante, así que sin más solo niega, Sunny sonríe a medio lado sabiendo que ha ganado esta.

- ¿Saliste con él ese día? – Arremete Tae sin mirarla, con su rostro bastante serio – No, yo te dije que estaría ocupada, ¿recuerdas? – la chica asiente recordando claramente sus palabras – Pero conmigo si saldrás ¿no?. Cómo quedamos – La mayor asiente un par de veces – De eso si te acuerdas – sonríe caminando hacia la nevera – Sí, te estoy confirmando. pasaré por ti –la chica acostada celebra moviendo sus brazos empuñados hasta arriba y los vuelve a bajar rápidamente sunny sonríe nuevamente y TaeYeon lo sabe, no le importa que la hayan visto, así como a Sunny poco le importa que TaeYeon la mire de forma atrevida cada vez que va al refrigerador, tan poco le importa que lo hace a propósito, excusándose a sí misma que con eso hará que TaeYeon se abra un poco más, porque está explotando una de las cosas que ella a su edad no ha mostrado.

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-¿Y Para que es eso?- Aún intrigada pregunta la madre de TaeYeon, que ha estado al tanto de los movimientos apresurados de su hija desde que se levantó, no parece recordar a la chica jamás en su vida con una actitud parecida, sonriente, nerviosa y al parecer bastante ansiosa – Ya te expliqué, es solo un rato de esparcimiento- Responde su esposo bajando un poco el periódico y aprovecha la interrupción para tomar su pocillo de café y tomar un poco – Ya me dijiste eso- ella se acerca un poco al sofá, queriendo mirar a su cónyuge, o tal vez buscando que él la mire a ella –Pero, ¿Es algún tipo de táctica para que ella mejore?- el un poco fastidiado vuelve a bajar el papel y la mira por encima de sus lentes – Y si no lo es ¿hay algún problema?- la señora niega levemente sabiendo que las palabras de su esposo no van justo al punto que ella quería encontrar en medio de su planteamiento – En realidad tengo muchas cosas en la cabeza- comenta de forma rápida redondeando el mueble y sentándose, dando la sensación que la charla no va a ser larga, el señor toma la lanza y dobla de una vez por todas la prensa, quitándose los lentes y tomando el recipiente de café – ¿Que quieres saber?- la señora toma sus manos juntas y tal vez organizando bien las ideas para plantear las preguntas en orden – Es que es extraño para mi que un psicólogo venga a casa solo para salir con ella…- tal vez con la pregunta ahora fuera de su boca nacen nuevas incertidumbre.

Estira su cuerpo hacia el frente y frunce el ceño -¿No será peligroso eso?- el señor desenlaza sus piernas y suspira con fuerza, tratando de atinar el punto al que su mujer quiere llegar – ¿Tienes miedo de tú hija o de la doctora Sunny?- ella lo piensa un instante, mira sus manos y luego a su esposo –De ambas- responde después de un instante.

Él se sienta separando la espalda del sillón y pretende darle seguridad con su mirada – Ella sabe controlar a TaeYeon mejor que nadie…- Escucha un ruido que proviene de otro lugar de su casa y voltea a ver, asegurándose que su hija no esté escuchando – Y la Doctora, adora a Tae, no le hará daño- sonríe levemente para que sepa que la tranquilidad y la confianza la tiene puesta en esa profesional y en lo que sea que esté planeando – Para mi no es normal que venga y se la lleve – se levanta queriendo dejarlo con algo de su zozobra, pero el niega y vuelve a doblar sus piernas, toma el periódico y los lentes.

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- Buenas tardes- saluda Sunny con una sonrisa que solo ella sabe dar, esa que hace que la señora Kim hace que su corazón se sienta aliviado y un tanto confiado, se contagia con el gesto y la invita a seguir.

La informalidad en el vestuario de la profesional inclusive la hace ver como una persona del común, que es como debería, pero las veces que la visto, siempre la ha encontrado demasiado formal y usando términos de los cuales poco conocimiento tiene, pero que la hacían preocuparse debido a que le temía a lo que no conoce y todo ello tenía que ver directamente con su ser amado – TaeYeon se levantó temprano, y empezó a organizar desde temprano- estira su brazo incitando a que se siente en donde guste  -Así que se quedó dormida mucho después de almorzar – informa con un rostro de disculpas – pero justo cuando usted tocó ella entró corriendo al baño- sigue comentando entre risas y Sunny copia la imagen – Quiere café o jugo? ¿agua?- la señora parece un poco nerviosa y Sunny lo nota, así que aun que no desea nada en particular, aceptará algo para hacerla entrar en confianza –Agua está bien. Muchas gracias –

La psicóloga queda un rato en la sala y observa la variedad de imágenes colgadas por todos lados, obviamente TaeYeon asoma en la gran mayoría, por no decir en todas, y por su puesto en las que sonríe se pueden contar con la mano pese a la gran cantidad. No puede evitar sentirse atraída por la pintura grande, en donde la chica posa para su graduación y luce realmente tierna, y con su piel blanca impecable, los ojos con bordes rosados debajo y  aun que tiene el mentón arrugado en clara señal de enojo, no pudo evitar verse delicada, camina hasta el gran marco y empieza a detallar de cerca el retrato – No quería salir…- informa la señora que viene entrando con una bandeja bastante pequeña donde reposa en vaso de cristal.

Sunny se siente descubierta pero cree que una sonrisa honesta ante la situación es lo más idóneo – No le gustan mucho las fotografías, así que cada una de las que nos ha permitido, la hemos colgado- sonríe mirando la misma imagen que la chica observa – estaba a punto de llorar – informa sonriendo – se ve angelical- responde Sunny sin apartar la vista de la fotografía – pero no se comporta como se ve- y vuelve a reír.

La señora suspira aliviada un poco cuando Sunny toma el vaso y mira la pared de entrada que no alcanzaba a ver desde el sofá y nota más imágenes – ¿A ella no le molesta?- cuestiona Sunny sabiendo que si la chica odia que le tomen fotos, obviamente odia las imágenes – nunca ha opinado al respecto, parece que ni siquiera las nota- levanta los hombros la señora kim, a lo que Sunny asiente – es como un santuario – opina la psicóloga con el propósito de no sonar tan enfermo, pero la señora asiente – y si hablamos de santuario usted tiene el suyo – la menor contorsiona su rostro levemente - ¿A que se refiere?-  la señora empieza a caminar y luego voltea a mirarla – Sígame, por favor- sin dudarlo Sunny va detrás de la espalda de la señora.