Capítulo Doce

Sentir Normal

 


 

—… ¿Pero al menos podemos vernos? —

 

 

— Pronto, solo debemos esperar —

 

— ¿Cuánto es pronto? —

 

Pregunta la menor con una sonrisa sabiendo que inmediatamente después ella va a escuchar la voz de Sunny y eso le causa una calma interna que no se puede comparar, pero la respuesta que no tiene una fecha fija la hace suspirar siempre, porque ha estado siendo bastante incisiva los últimos quince días con ello y la mayor ya no sabe cómo responder con los mismos sinónimos una y otra vez.

 

— No lo sé mi vida, cuando tú padre te diga que es suficiente ¿te has portado bien? —

 

Cuestiona la psicóloga dándole un tinte diferente a la conversación pero aunque la menor quisiera reclamarle con ahínco debido a esa fuga que le quiere dar, se muestra juguetona queriendo solo disfrutar de los momentos en que puede escuchar la voz de ella.

 

— ¿Por qué cambias de tema? Sí, me he estado portando… normal —

Comenta colgando una duda en el corto silencio que dejó pasar después de querer contestar con fluidez, y es que en este tiempo fuera de consulta, Sunny ha venido agradeciendo el distanciamiento de cierta manera, porque debido a esto, ha conocido el lado más romántico de TaeYeon, la nota bastante elocuente, ha aprendido a valorar más el tiempo con la chica y obviamente a conocer que la menor es muy mala mentirosa.

 

— ¿Sabes que tu buen comportamiento puede ser algún tipo de premio que tú padre pueda hacerte? —

 

Tae mueve los hombros hacía arriba aun estando acostada en la cama, con un gesto de dejadez y rebeldía aun cuando la psicóloga no la puede ver y sabe que si la estuviera viendo le iba a reprobar la conducta, pero como es para ella misma se lo permite y lo deja pasar.

— Él es quien se ha estado portando mal, siempre apoyando a Min-Ha, y queriendo ser neutral cuando obviamente le da el lado a ella —

 

El suspiro enfático de Sunny denota que es algo en lo que ella no puede opinar, de todo corazón quisiera, pero ella sabe que no tiene lugar en ese momento y que cualquier cosa que diga puede ser usada en su contra, incluso si es para ayudar a que las cosas vayan mejor, pero seguramente su suegra [La cual la mataría si supiera que la llama así] le achacaría que toda la situación marcha de mal en peor debido a ella, y no quiere cargar con más cosas de las que ya la embargan.

 

 

—  Tú mamá se va a enojar si sabe que le llamas así y no mamá —

 

Reprende Sunny con bastante calma, no queriendo profundizar en el tema que claramente quiere evitar  hacer algún tipo de comentario.

 

TaeYeon por su parte repite la acción con los hombros esta vez haciendo un gesto de arrugar la frente y sacando el labio inferior.

 

— Desde niña le decía Min-Ha, cuando empecé a comunicarme mejor le llamaba mamá, a papá igual, pero como ahora se porta como una vieja que no es ni mamá ni nada, entonces la llamaré la señora Min-Ha —

 

Sunny se tapa la boca y aleja la bocina, encontrando graciosa alguna parte de lo que su chica ha dicho al respecto, y que debería hacerle algún tipo de llamado, pero logró su primer cometido que era alejarla del tema demasiado personal y ahora había llegado a una especie de reflexión profunda de como TaeYeon parecía estar en una evolución-involución respecto a todo. Ya que con ella se mostraba de una manera bastante abierta y sobria, pero con su familia parecía ir pasos atrás y su papá había comentado por medio de mensajes hacía ella que tenía miedo debido al encierro repentino de su hija y la poca comunicación con ambos.

 

Pese a la distancia que él le había pedido por un tiempo, Jiwoong, era quien rompía las reglas y mantenía contacto con la psicóloga, en quien pese a todo confiaba. TaeYeon tenía un nuevo profesional, de la confianza de Sunny, pero ese lazo que él sentía que tenía con la pequeña le daba  una especie de familiaridad para buscarla a ella y no a nadie más. Sabía que en el pasado había funcionado así que haría lo que sea para que volviera a funcionar.

 

— Solo te digo que si sigues chocando demasiado con tu familia las cosas podrían empeorar —

 

Escucha leves pasos por las escaleras y se para a toda velocidad, como siempre haciendo todo el ruido del mundo. Pone seguro a su puerta y vuelve a tirarse en la cama.

 

— No me importa. Amor, tengo que colgar, nos veremos pronto. Te amo, descansa —

 

La hace sonreír como estúpida las palabras de la menor que la dejan con tan poco aliento que le alcanza a contestar con un tono de voz tan dulce que es casi inaudible, pero TaeYeon escucha claramente, sus dientes brillantes y la mordida en el labio inferior es prueba de ello.

 

— También te amo Tae, buenas noches —

 

Mira el teléfono y ve como la llamada se cuelga desde el otro lado y sigue sonriendo sin más hasta que la pantalla se apaga, pone el celular a un lado suyo en la cama, cierra los ojos sonríe de satisfacción, emoción y empieza a patalear sin saber de qué otra manera mostrar todo lo que está sintiendo.

 

 

Otro día iniciaba y TaeYeon ya no bajaba a desayunar como antes con su padre para luego irse juntos, ella a sus estudios y él para el trabajo.

Bajaba rápidamente, muy calculado, 10 minutos antes de irse, tomaba lo que sea que encontrara, se iba para las escaleras, se sentaba en el último escalón, comía a mucha velocidad, luego ponía el plato vacío en la mesa y subía a toda marcha para lavarse los dientes. Luego bajaba, abría la puerta y esperaba hasta que su padre saliera, sin musitar una palabra.

Los primeros días de hacer esto habían riñas respecto al comportamiento “homínido” que llamaba su madre, reprendiéndola  por la manera de comer. Pero TaeYeon que estaba manejando muy mal sus impulsos agresivos, había contestado de forma muy inteligente, en la que parecía que su madre quedaba mal parada con las réplicas de su hija, que le sonreía con ganas de agravar más la situación en la que la figura paterna tuvo que intervenir un par de veces y decirle a su mujer que dejara de reprocharle todo lo que TaeYeon hacía.

 

En el fondo, él sentía mucho orgullo por lo audaz de su mente, por la manera inteligente de defenderse, porque Min-ha no se esforzaba en ser cortés, pero TaeYeon sí que sabía darle en el punto y Sunny era ese punto flojo que le hacía salir el “homínido” a su madre.

 

— Que tacto tienes para el insulto Min-ha, pero imagino que de tal palo tal astilla —

Recriminaba la chica con una mejilla a reventar de pan con leche achocolatada y una sonrisa llena de migas que sabía irritaría aún más a su progenitora.

 

— ¿Me quieres pegar otra vez? —

Se insinuaba cuando veía el odio transparente hablándole a la cara por medio de los ojos de su madre y el gesto estoico que sostenía su rostro, la clara señal de ese sentimiento era su mandíbula marcada y la mímica extraña que hacía con sus manos, como quien quiere empuñar pero no. Ese autocontrol que un día se le había ido.

 

— ¡TaeYeon! —

Gritaba su padre desde la planta baja, caminaba hacia las escaleras, miraba hacia arriba y luego su reloj, volvía a mirar y al no escuchar nada insistía con los llamados.

 

— Tae, es tarde —

 

Vuelve a mirar y pone el primer pie en el escalón buscando ir rumbo a la habitación de su hija, pero entonces, los portazos aparecen el ruido y los pasos que parecieran van a demoler la casa entre los chirridos de la madera y los pisotones fuertes que parecen dados por un ser gigante pese a la contextura frágil y pequeña.

 

— ¿Nunca vas a aprender a pisar? —

Aparece Min-n desde la cocina, el grito que hace que Jiwoong cierre los ojos y eche un tanto la cabeza hacía atrás, frustrado porque no quiere más mañanas en modo guerra, pero su esposa parece no rendirse.

 

— Vamos tarde —

Replica él cuando la ve llegar, y al darse la vuelta logra ver por el rabillo del ojo a su esposa con unos guantes amarillos puestos en la cintura, haciendo juego con el delantal del mismo color, esperando una respuesta de su hija.

 

— A veces pienso que soy normal, solo que heredé demasiado de ti —

 

Dice dirigiéndose a la puerta sin más, caminando hacia el coche mientras él se queda frenado y ella abre demasiado los ojos. Él solo mueve la cabeza lentamente siguiendo los movimientos de su hija que parece estar salida de los parámetros que se supone debe seguir. Mira a su esposo y éste solo ve la espalda de TaeYeon que de la nada se da la vuelta y lo mira como llamándolo con la mirada. Siente unos ojos acusadores sobre él, que sabe están esperando algún tipo de apoyo para reprender a la chica, que en esa manera que a él secretamente le gusta se ha salido una vez más con la suya, pero no tiene moral para hacer nada está vez. Definitivamente lo está disfrutando.

 

— Nos vemos más tarde —

 

Y sale a pasos largos, sabiendo que ella afuera, en la sociedad, lejos del interior es un ser supremamente distinto, que vive del que dirán y de los prejuicios. Esos de los que todo mundo sabe que no nos dejan ser felices, pero que aun así se usan todo el tiempo.

 

Se sube al carro y vuelve a esa rutina del silencio por parte de Tae, en el que él habla sin más y espera que algún milagro pase para que ella se manifieste con palabras. Antes al menos notaba la atención de ella, pero hoy en día sabe que lo está ignorando a propósito, pensó que no vería incluso el acto de ponerse los audífonos mientras él le hablaba con el cual le había partido el corazón, había cerrado su boca apretando los labios, asintiendo varias veces y golpeando el manubrio de su auto, esperando que con ello el dolor que había sentido desapareciera.

Había entendido, pero no podía parar de intentar, antes no se había rendido y creía que ahora tampoco lo iba a hacer, odiaba las rutinas sin ella y odiaba más que nada las rutinas de pelea tras pelea, de odios, de rivalidad, de no parecer una familia y de que su hija se convirtiera en esto cuando en realidad estaba haciendo un esfuerzo enorme en afrontar, asumir y confiar en ellos cuando les dio la noticia. Seguramente no pensaba que las cosas saldrían de este modo, TaeYeon generalmente siempre piensa para un solo lado, no mira el panorama o entiende las necesidades y actitudes de los demás, sino que justifica las de ella sin más, siempre ha sido así y estaba avanzando en ello, pero el retroceso ha llegado a esa etapa de los trece a los dieciocho más o menos en el que la rebeldía aflora y quieren hacer lo que le da la gana, ahora ha resurgido a la edad de 20.

 

— Sé… y soy reiterativo en esto. Pero sé que por lo que estás pasando es difícil, no sé cómo convencer a tú madre de nada. Quiero que seas feliz, con quien sea, no me importa… —

 

Empieza a soltar de la nada, después de un suspiro que deja ver claramente que está cansado de estar sosteniendo una imagen que no es suya y que su papel neutral, era solo una máscara queriendo ser un buen ejemplo de todo a la vez, pero no se puede ser bueno para ambas partes nunca, una de las dos se va a quejar y él internamente apoyaba más una cosa que otra.

 

— Estaba evitando justo esto, que te alejaras de mí, pero también evitaba que Min-ha tomara esa actitud, y todo lo que estuve evitando… Me siento inútil TaeYeon —

 

Dice mirando un segundo a su hija y volviendo a la carretera nuevamente.

 

— Quiero que hagas lo que sea que te haga feliz, pero sobre todo que no te alejes de mí. Realmente lamento cualquier cosa que te haga daño sobre todo si viene de mí, que te amo como no tienes idea —

 

Vuelve a mirar repentinamente y nota como ella tiene la mirada clavada en su perfil.

 

— Sólo entiende que las amo a ambas, no las quiero perder, no sé qué hacer porque quiero verte feliz a ti y a ella también —

 

Suspira fuerte y grueso, frenando el coche cuando ya han llegado al destino de su hija.

 

— Que tengas un buen día, hija —

 

Ella abre la puerta sutilmente, tomándose su tiempo, como nunca antes. Se baja con cuidado y antes de tirar para cerrar se detiene.

 

— Que tengas un buen día —

 

Cierra con cuidado y aunque no ha dicho nada respecto a su expulsión de sentimientos y frustraciones, sabe que este acto de buen comportamiento le da esperanzas de algo más, que el mensaje llegó, o al menos algo.

 

 

**

 

 

— Hola Suzy —

Saluda con una sonrisa grande, pasa de largo y se sienta a esperar, mira su reloj sabiendo que tiene al menos diez o quince minutos más por esperar.

 

— No apareces en mi listado Tae —

Le habla Suzy mirando entre su pc y la chica rubia que parece mucho más tranquila y sus gestos calmados pese a que por dentro está bastante afanada y con ganas de salir corriendo y entrar sin importar.

 

— Lo sé, pero ella dijo que podía venir —

 

Suzy vuelve a revisar su computadora y luego mira el celular, tal vez dejándole un mensaje a su jefe, para informarle de esto.

 

— ¿Segura? —

 

Pregunta la secretaria, mirando el celular por algún milagro de Sunny respondiendo positiva o negativamente a la llegada de Tae al lugar, es entonces cuando alguien se acerca de la nada y da su nombre, ésta asiente y le dice que pase, mira a TaeYeon que mira al paciente que obviamente tiene turno para después del que está, supone, así que sabe debe hacer de las suyas para entrar sin que pongan algún tipo de impedimento.

 

TaeYeon  saca su celular y le escribe a Sunny a toda velocidad, mira a Suzy que también está haciendo lo mismo. Piensa que ahora es su enemiga, va a correr en cuanto el reloj marque las y 45, porque sabe que Sunny se toma a veces los quince minutos restantes para hacer anotaciones y ese es justo el tiempo que viene premeditando. Generalmente a la psicóloga le gusta iniciar las citas a las en punto de cada hora, para terminar justo a tiempo necesario y tomar un espacio para ella misma.

 

El sonido resalta, la puerta se abre, TaeYeon se pone de pie, Suzy también, ambas se miran y TaeYeon corre haciéndose a un lado, tratando de entrar antes que la secretaria, que choca justo con la espalda de la ex paciente, acelera los pasos y Sunny levanta la vista con la frente arrugada, sonríe y luego se asombra un poco.

 

— Doctora Lee… —

 

Sunny se pone de pie dejando su libreta de hojas amarilla y a un lado su bolígrafo, que hace clic y lo suelta, quedando con un rostro cálido y sereno.

 

— No pasa nada Suzy, déjala entrar. Gracias —

 

La secretaria suspira calmada y asiente varias veces, saliendo de inmediato y cerrando la puerta con cuidado.

 

— ¿Qué haces aquí? —

Pregunta con tanta alegría en su rostro que pese a que la pregunta puede parecer grosera dependiendo del tono, no puede dudar ni un segundo que la cuestión es de sorpresa.

 

— Dije que te vería pronto —

Sonríe sacando una manga de su bolso y abre la corredera dando pasos pausados, buscando algo en su interior, entonces Sunny también hace lo mismo, pero ella mirándola fijamente, queriendo solo correr y abrazarla con mucha fuerza.

 

— Toma —

Saca un pudín, que está empacado en un plástico transparente, ella con el mismo son en su caminar, llega justo en frente y queda a dos pasos de distancia, estirando sus brazos para alcanzar el obsequio.

Mira que sobre la tapa hay una pequeña estampita que dice “te extrañé”. Levanta la cabeza y mira la sonrisa inocente que tiene TaeYeon en sus labios y simplemente no puede, no puede.

 

Las lágrimas llenan sus ojos y agacha la cabeza, suspirando en una risa que se burla de ella misma por no permitirse ser fuerte, por convertirse en lo que es ahora y por darse cuenta de lo frágil que es frente a la chica.

 

Las tantas veces que TaeYeon imaginaba reencontrarse con Sunny y darle un beso que le absorbiera el alma, volverse loca con los labios de la psicóloga y ver qué tan rojos podían llegar a ser, se queda en un abrazo que consigue con timidez, notando eso que ella también siente, porque realmente le duele esa situación, le duele tenerla lejos y le duele extrañarla tanto.

Sunny toma el regalo en una sola mano y deja que TaeYeon llegue hasta su pecho, permitiéndose compartir ese calor que no significa besarse, que no tiene que ver nada con el desfogue de la locura o la lujuria, es mucho más profundo e íntimo que eso, un abrazo que lo entrega todo y que dice más que cualquier otro acto.

 

— Te he extrañado tanto —

 

Dice Sunny acercando su boca al hombro de TaeYeon y lo huele con profundidad, cerrando los ojos por el solo instinto.

TaeYeon solo mantiene los parpados abajo y de aprieta fuerte a Sunny, como si el contacto y las ganas la tuvieran mareada y su equilibrio depende del sostén del otro cuerpo.

 

Sunny se separa levemente, dando paso y medio hacia atrás hacia su escritorio, poniendo el regalo en él y secando las lágrimas que no quiere que recorran todo el rostro.

 

— ¿Con quién viniste? —

 

Pregunta Sunny aún absorbiendo de su nariz y tratando de quedar limpia de humedad.

 

— Sola —

 

Dice acercándose lentamente y tomando a la psicóloga por la cintura. Ésta arruga la frente saca un poco los labios y constriñe el mentón.

 

— ¿Cómo sola? —

 

TaeYeon tiene la sonrisa tan grande, que parece no quisiera removerse de allí, como si fuera su gesto habitual.

 

— Salí de clases, tomé un taxi y aquí me tienes —

 

Sunny se ve bastante sorprendida y no responde al gesto de apego de la menor, cayendo en cuenta de muchas cosas a la vez así que pestañea varias veces.
La cercanía y el estado de la mayor, parece enloquecer a Tae, que no pierde el tiempo y le da un corto beso en los labios, se deja ir  luego muerde el suyo propio aun sonriendo.

 

Sunny reacciona de manera tardía y le da un beso un poco más corto y rápido, para luego mirarla a los ojos.

 

— Mi amor, nos podemos meter en problemas ¿Tú papá te ha llamado? —

 

TaeYeon sigue sonriendo como si nada le importara y asiente.

 

— No le he contestado —

 

La mayor vuelve a darle un beso en los labios y sale de tu retención.

 

— No quiero que esto sea para peor mi vida, estoy feliz de verte pero, debemos hacer las cosas bien —

 

Habla mientras asiente y a la vez busca el número del padre de Tae en su lista de contactos. Al encontrarlo, presiona marcar y mira a la chica devolviéndole la sonrisa y camina nuevamente hacia ella, para sentirla cerca, y parece que pese a llevarle la contraria, Tae no reacciona de ninguna manera. Solo quería cumplir el estar ahí.

 

— Señor Kim ¿Cómo está? Habla Sunny —

 

Ella asiente y toma la mano de TaeYeon, caminando con ella hacia el sofá, como de costumbre, Tae empieza a mira las curvas forradas en la falda oscura y se ríe en silencio, dándose cuenta que esta era otra parte que realmente extrañaba.

 

— Si señor, muy bien. Quería decirte que TaeYeon está aquí, está bien, puede venir a buscarla cuando guste —

 

TaeYeon se sienta en frente, donde solía sentarse como paciente, pero mira a Sunny como si fuera la primera vez que ese brillo la había cegado y había empezado a ver el mundo de otra manera, con un resplandor que justo esa chica le había dado. Desde el principio sabía que Sunny buscaría hacer lo correcto, esto estaría pasando, pero la había visto, la había tocado, sabía que todo estaba bien y realmente lo necesitaba.

 

— Si señor, no hay problema —

 

Cuelga y mira a su chica que le sonríe desde el primer instante

 

— Estás hermosa —

 

Dice TaeYeon y logra que la chica le devuelva el gesto emocionado y lleno de tanto sentimiento, que no puede permanecer siquiera a esa corta distancia pudiéndola mirar. Así que se levanta de su sillón y va al lado de la menor, para poder robarle todo el calor que pueda, porque sabe que en nada se irá.

 

 

Camina por el pasillo a toda prisa después de haber llegado al estacionamiento donde siempre encontraba a su hija de pie esperando por él. En vista de que no estaba y no contestaba su teléfono había entrado a preguntar si estaba en alguna actividad extra o si algo había pasado.

Después de preguntar a varias personas y dirigirse por medio de una guía al salón donde TaeYeon generalmente atiende sus clases, al encontrarlo vacío empieza a llenarse de preocupación y con la misma chica se dirigen hacía varios lugares, entre ellos el salón de profesores. Él seguía insistiendo al teléfono, pretendiendo que TaeYeon contestara y acabar con toda la ola de malos pensamientos que se le venía todo el tiempo.

 

Después de que la profesora le comentara que ella había salido puntual a la 1:30, él se paraliza un instante, ella nota lo perdido que queda y le ayuda a buscar, pero justo cuando va hacia su coche, para ver si a lo mejor ella ahora es quien lo espera allí, recibe la llamada de la doctora Lee, sólo fue ver su número para imaginar que estaban juntas.

 

 

— Sunny ¿Cómo está? —

 

Se siente aliviado de inmediato con las palabras de la psicóloga.

 

— Bien, muchas gracias, voy para allá —

 

 

Aunque sonara a poca confianza, que su hija era el tipo de chica desobediente o mala influencia, así lo era, sabía dentro de sí que todo esto había sido idea de TaeYeon, no dudó ni un instante, no pensó que Sunny iba a secuestrarla o a llevársela consigo, él había notado y leído perfectamente en los ojos de la chica como había prometido tomarse su tiempo para esto y sabía que podía confiar en ella.

Pero su hija, era un volcán, que parecía demasiado pasivo y tranquilo, pero en el momento que en su cabeza erupcionaban las ideas, ella actuaba respecto a eso sin mirar otro horizonte, sino el camino que este le marcara sin más. Así que sabía que había pensado solo en ir a ver a Sunny y había tomado carrera sin pensar en opciones, en una mentira para callarse u ocultar su vacío allí, una coartada no le importaba, él estaba seguro que apenas la idea tocó su cabeza simplemente tomo un transporte que la llevara y listo, sorprendiendo incluso a la doctora y a él mismo.

 

Piensa mientras conduce queriendo encontrar calma, que las ideas de su hija siempre han sido de carácter explosivo, justo como cuando sus ataques. Como cuando se detiene y de la nada algo que él no logra entender en poco está convertido en una obra de arte maravillosa, solo ella puede ver los acordes de esa melodía que toca con oleos, y que le dan vida a cualquier cosa que pase por su cabeza como un destello; una estrella fugaz, y cree que así mismo, con ese mismo impulso funciona la cabeza de su hija para todo.

Perdiendo a Sunny a su lado diciéndole cómo actuar, ese poco de tacto que tenía y que se tomaba antes incluso para respirar, ahora se ha disuelto en altanería y esto, que sinceramente no se lo había esperado debido a lo dependiente que han acostumbrado a la chica, para transportarla a cualquier lugar. Cree que a estas alturas, Tae solo ha viajado en transporte público muy pocas veces y siempre acompañada por uno de ellos, encontrarse con esto en este momento y frente a un semáforo en rojo, lo hace sonreír poniendo el dedo índice en el labio superior, enterándose que su hija parece valerse más de lo que ellos siempre creyeron, justo como les había dicho la joven psicóloga.

 

Entonces la sonrisa se borra, ajustando los hilos de la misma escena y dándose cuenta que si en eso tenía razón, entonces en que Tae avanzara menos debido a su sobreprotección también era, literalmente su culpa.

 

El pito fuerte desde atrás le avisa que el semáforo ha cambiado y pese a su experiencia bastante larga condiciendo, hace un mal cambio que pone a rugir su vehículo y el chasquea su boca con desagrado debido a que se ha dejado alterar por la bocina que lo ha aturdido y es cuando sale con más lentitud, aun sintiendo pitidos al fondo, pero ahora sin prestarle atención y centrándose más en la culpa que ahora lo jalaba del cuello.

 

Asiente dándose cuenta que realmente han tenido bastantes faltas, esa que no había querido aceptar, en la cual no se había detenido con precisión, porque de ninguna manera, un padre amoroso, que sentía que podía dar la vida por ella, no le dio aquello que más necesitaba: Un poco de libertad.

Asiente con el entrecejo arrugado, sabiendo que ahora que ha querido experimentar estar en todas las partes al tiempo, jugar al psicólogo y querer ser neutral solo por el bien de alguien, se da cuenta que le estaba haciendo un mal con todo lo que le prohibieron, y tal vez ellos mismos la arrinconaron a que se fijara en la única persona que la trataba como alguien que no era especial, ella no quería sentirse especial, ella solo quería encontrar el camino para ser. Lo encontró en Sunny, después de prohibirle toda la vida tener amigos, acercarse mucho a otros, porque pensaban que ella le haría daño al resto, pero ellos eran quienes la estaban dañando.

 

Llegando al lugar donde se estacionaba siempre se queda sentado un rato, un poco absorto recordando esos momentos que dejó pasar y que a lo mejor le habrían hecho bien a TaeYeon, porque, ella muchas veces quería jugar y no se le permitía, llevaban sus juguetes siempre en un bolso para ponerla a jugar sola en un rincón, y ellos mismos alejaban a otros niños que querían jugar con ella, y para no quedar como egoístas decían “Tiene problemas de autismo, suele ser agresiva, es para que no le haga daño”

Esas cosas habrían marcado a TaeYeon, muchas cosas en su lentitud habrían sido su culpa y ahora que encuentra ese camino para salir de ello, se lo estaban prohibiendo y él, que deseaba cada día con el mismo furor de siempre que TaeYeon fuera igual al resto, él la trataba diferente al resto, y estaba apoyando para quitarle ese punto de equilibrio.

Si había un punto en el que un padre se siente miserable respecto a algún daño para con sus hijos, Jiwoong sabía que estaba parado justo en ese lugar, aguatando las lágrimas mientras apretaba la garganta, teniendo ganas enormes de irse a su casa llegar solo y dejar a su hija en ese lugar donde seguro tiene esa felicidad que jamás él pudo construir para ella.


MAR7GS: Espero lo disfrutes. 

 

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Comments

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MAR7GS
#1
LA VOLVI A LEER ME ENCANTO, SE EXTRAÑA SUNYEON :)
soneeee
#2
Chapter 13: me encanto, ciertamente la ame <3 :'v muchas gracias chamita bella <3 me encanta el SunYeon :'v <3
mei-chan4556 #3
Chapter 13: Simplemente, genial.
De verdad, creo que reflexione muchas cosas con esta historia.
Aparte de que la amo con todo mi corazón, dato curioso, pero que a nadie le importa.
Esta historia la conozco desde que inicie la preparatoria, y su final llega justo ahora que estoy en la universidad.
Cuanto tiempo deberás. Jajajaja
Igual, gracias, por favor sigue escribiendo más Sunyeon, ¡el mundo lo necesita!.
MAR7GS
#4
Chapter 13: Me gusto, muchas gracias.
MAR7GS
#5
Chapter 12: Me encantó muchas gracias.
MAR7GS
#6
Chapter 12: Muchas gracias
MAR7GS
#7
Chapter 11: Espero que algún día actualices, me encanta tu historia.
mei-chan4556 #8
Chapter 11: Ay dioh yo quede lok :'v
No, enserio esto es tan.. Genial.
No me esperaba eso de la madre de tae :'v
Gracias por actualizar <3
desfachatados
#9
Chapter 10: wow, no puedo creer que realmente esté leyendo esta historia de nuevo, es raro jaja pero es grato, me alegra que hayas vuelto y me alegro de que sigas actualizando este fic que siempre fue de mis favoritos y lo va a seguir siendo <3
muchas gracias(((: