Siete: Palabras que vuelan

Miyeon P.O.V

Shuhua y yo llevamos una semana juntas, mientras más tiempo paso junto a ella, más enamorada me siento. Cada pequeño gesto, cada sonrisa, cada momento junto a Shuhua me hacen sentir como la mujer más feliz del mundo. Yoonje aún no sabía de nuestra relación, Shuhua me dijo que prefería no decírselo, ya que no sabía de qué manera podría reaccionar, aunque una parte de mi estaba segura de que Yoonje lo intuía todo. De todas formas era por eso que pasábamos casi todas las tardes de esta forma, acostadas en el sofá de mi comedor viendo películas antiguas. — Miyeon. – Murmuró Shuhua, asegurándose de que no estuviera dormida .— ¿Hmm? —fue lo único que podía decir, ya que me sentía muy relajada como para articular palabras más complejas.

—Deberíamos salir un poco, desde que ver películas se volvió nuestro mayor pasatiempo siento que he subido como 7 kilos. —su voz era seria, pero igualmente relajada yo no pude evitar reír a las palabras de mi novia. Era cierto que Shuhua era una persona atlética, mientras que yo era mucho de estar en casa. —Si es así, entonces me alegro porque mi pequeña Shu es muy delgada. —La abracé fuerte al decir eso, pues cada vez que la abrazo puedo sentir sus delicados huesos.

Ella me abrazó aún más fuerte. —De todos modos ¿No crees que deberíamos salir?.— Su insistencia me hizo confirmar que era un tema importante para ella. Al escucharla decir eso no pude evitar pensar que si alguien me hubiera dicho esto mismo hace un mes, probablemente hubiera sido un no rotundo. Es decir ¿Quién se atreve a pedirle a la princesa Miyeon que se levante un rato y salga a caminar? Nadie, excepto Shuhua. ¿Cuándo fue la última vez que salimos a dar una vuelta? Probablemente fue el día de año nuevo en que vimos los fuegos artificiales en la playa y nos besamos apasionadamente bajo las estrellas.

Entonces me puse de pie y estiré mi mano, ella rápidamente tomó la mía, era como si nuestras manos no pudieran vivir sin la otra. Nos pusimos nuestras zapatillas y comenzamos a caminar en la orilla de la playa, las zapatillas fueron rápidamente descartadas, ya que terminaron en nuestras manos para así permitirnos caminar descalzas. No era necesario hablar, y eso era lo especial de estar con Shuhua. Junto a ella no tenía que decir nada, ella me podía leer como si fuera un libro abierto, y yo a ella... sus gestos, su mirada y sus labios no eran desconocidos para mí, muchas personas se encuentran en silencios incómodos cuando nadie habla, en este caso no era así.

—Sentí como si tu sofá me envejeciera poco a poco. — Dijo de la nada sonriendo graciosamente — ¡Hey! Mi sofá es un lugar celestial —Exclamé haciéndome la dolida con sus palabras —¿Por qué sufres? — Preguntó ahora con ese mismo tono gracioso.

—Ofendiste mi hermoso sofá. — Creo que como actriz podría ganar todos los Oscar del mundo.

— ¿Sufres por ello? Deberías sufrir porque estás convirtiendo a una gran atleta en una sedentaria. —Ahora las carcajadas no se detuvieron y salieron naturalmente de mi boca.

Llegar a mi casa y estar sin Shuhua era lo peor, sentía el vacío del lugar en el que antes me podía sentir tan cómoda en mi soledad, pero en el fondo ese aroma restante de su presencia en mi casa me hacían tener la esperanza de que el próximo día estaríamos finalmente juntas de nuevo.

Después de cenar una sopa instantánea, decidí subir a mi habitación y leer un nuevo libro, me sentía en mi propio mundo leyendo libros, las letras se convertían en imágenes al entrar a mi cabeza y no pude evitar pensar en lo mucho que quería convertirme en escritora. Ver mi nombre en la portada y saber que alguien más estaría viajando por un mundo creado por mí misma. Un pequeño golpe sonó en mi ventana, pero lo ignoré pensando que solo era provocado por el viento. Seguí leyendo, pero el ruido no dejaba de desconcentrarme, entonces decidí investigar un poco y no pude evitar sentir esas mariposas en el estómago cuando vi a Shuhua del otro lado de la ventana en su pieza, era una ventaja que su abuela y yo seamos vecinas y que nuestras piezas se encuentren la una frente a la otra. —¿Qué es esto?— Pregunté mirando a Shuhua con una cara extrañada, entonces otro papel choco con mi frente, era un avión de papel, lo abrí y tenía una nota escrita

"Mi vecina se ve extremadamente perfecta cuando se concentra al leer un libro" Mi estúpida sonrisa no sería borrada jamás, entonces busqué un lápiz y escribó bajo su nota:

"Mi vecina es una psicópata", si bien mis habilidades para el origami no eran tan buenas como las de mi novia, seguí el patrón de su avión e hice algo lo más decente posible, lo importante era que llegara al otro lado, cuando mi mensaje llegó y vi su sonrisa mi corazón se sintió feliz, así fue como Shuhua y yo nos volvimos expertas pilotas de avión

"Si tu vecina fuera tan linda como la mía, entonces tu igual serías una"

"Por suerte mi vecina es mi novia y la puedo tener todos los días en mis brazos"

"Dios, que romántica"

"¡Yah Shuhua! Haces que me avergüence"

"Lo siento, lo siento... es solo que me gustas mucho"

"A mí también"

"Creo que te amo"

"¿Crees"

"Te amo"

"Te amo"

"Te amo más"

"Mentira, yo te amo más"

"No"

"Soy mayor que tú, respétalo... te amo más"

"Anciana"

"Las mayores somos mejores"

"Las mayores son más sensuales"

"ertida"

"Solo por ti"

"Más te vale"

"¿Alguna vez has pensado en el matrimonio? Entonces mire a Shuhua directamente a los ojos, algo se paralizó en mí, como si un martillo me hubiera golpeado en la cabeza.

"Aún no tienes ni la edad para casarte" Espere ansiosa su respuesta, la respiración se me volvió dificultosa, ¿Por qué de todos los temas Shuhua decidió acercarse a ese?

"Lo sé, pero sé que algún día lo haré ¿Has pensado en el matrimonio" Detente Shuhua, fue lo único que pude pensar.

"no."

"Ok"

"Buenas noches Shuhua" Decidí terminar todo ahí, no tenía ganas de seguir con el tema

"Te amo" Fue el último papel que recibí, pero no me di el tiempo de responderlo. Cerré mi ventana y las lágrimas por fin salieron, me metí a mi cama y toque con dolor el anillo que se encontraba en la cajita de mi velador, mire nuevamente lo último que escribió Shuhua, tomé mi lápiz y bajo su "Te amo", escribí un "Lo siento"

Una parte de mí, esperaba que Shuhua nunca tuviera que leerlo.