Uno: Amor a primera vista.

Cuando su padre le dijo que pasaría el verano en la vieja casa de su abuela, no pudo evitar sonreír, eran tantos los recuerdos en esa casa... era como si las paredes pudieran contar historias interminables. Dejó sus dos maletas en el suelo y miró la casa de la abuela, ese color azul y esa terraza blanca, la brisa marina movía su cabello. Probablemente lo más perfecto de la casa era que solo dabas un par de pasos y llegabas a la playa, definitivamente estaba en un lugar exclusivo. Abrió el portón que usaba un viejo alambre para mantener las dos puertas de fierro juntas, como olvidar esas veces cuando era pequeña en que la tormenta llegaba y debía correr a cerrarlas nuevamente porque el viejo alambre no había sido capaz de sostenerlas juntas, causando miedo por el ruido que hacía. Se acercó con un paso lento, pero firme y entonces tocó la puerta un par de veces.

Sentirse en los brazos de su abuela era una sensación única y de apego que no lograba sentir desde que su mamá falleció. Su abuela ahora era la única figura maternal que tenía.

—Mi pequeña Shuhua, te preparé el mejor almuerzo de la vida – Carcajadas salieron sin querer de su boca, no pudo evitar sonreír al ver a su abuela, los años la habían hecho verse más hermosa de lo que era cuando más joven

Ambas entraron a la casa y pudo sentir ese hermoso aroma fluir por su nariz: lasaña, la especialidad de su abuela, — Deja tus maletas en tu habitación y luego baja para comer —Subió las viejas escaleras y pudo escuchar cómo rechinaba cada escalón, era música para sus oídos. Era nostalgia de la buena.

Al entrar a la que era su habitación pudo ver esos cubrecamas azules y su oso de peluche, una sonrisa se plasmó en su cara de inmediato. Dejó su maleta en el suelo, por más de que quería lanzarse a la cama y descansar, la lasaña esperaba.

Bajó las escaleras corriendo tal cual lo hacía cuando tenía 9 años, sus largas piernas le permitían hacerlo mucho más rápido ahora e incluso podría saltar uno que otro escalón. Corrió a la vieja silla y se sentó a comer con su abuela —¿Qué tal el viaje?— Preguntó su abuela alegremente.

—Fue más corto de lo que creí, extrañaba mucho el paisaje – Contestó con toda honestidad, el viaje de 6 horas pasó prácticamente volando frente a sus ojos, su abuela respondió con una sonrisa —Estaba esperando que llegaras para que decoremos la casa, navidad es en solo dos semanas y me siento muy feliz de pasarlo con mi nieta favorita —ella solo rió a sus palabras —Lo dices porque soy tu única nieta —La Abuela solo tuvo a su mamá y Shuhua era hija única, lo que la convertía en su única familia directa, ella desordenó el cabello de su nieta —¿Qué tal las prácticas? — Preguntó ahora en un tono más serio —Muy bien, me convertí en la capitana este año, espero tener alguna beca deportiva y tal como tú y mamá pertenecer al equipo nacional —La abuela sonrió con orgullo, Shuhua era la tercera generación que jugaba Voleibol, era una tradición y ella definitivamente no la rompería, su abuela era la entrenadora de la selección de la pequeña escuela de este pueblo, y Shuhua igualmente se sentía muy orgullosa de su abuela.

Luego de la lasaña, Shuhua se fue a recostar a su cama con aroma a lavanda, el cielo estaba gris y eso la desanimaba un poco, entonces decidió dormir un rato.

Un par de horas después la abuela la despertó, -—Yeh Shuhua, es hora de ver de lo que estás hecha.— Pudo ver a su abuela con un buzo y un balón de Voleibol en sus manos, sabía que este momento llegaría y no pudo evitar pero aceptar su invitación.

El patio de la casa era lo suficientemente grande y la abuela tenía una malla instalada – Yeh Shuhua se prepara para su lanzamiento.— Dijo la menor mientras se preparaba para sacar, le encanta jugar de esta forma para molestar a su abuela —¡Y sacó! — Gritó una vez que el balón traspasó la malla, su abuela le respondió suavemente, y siguieron así, su abuela jugaba tranquilamente mientras Shuhua se esforzaba como loca para hacerle puntos.

La transpiración empezó a aparecer y de pronto el balón chocó con sus manos y rodó hacia el lado opuesto al que Shuhua quería que fuera, traspasando la propiedad y llegando al patio del vecino.

—¡Yeh Shuhua acaba de perder! — Gritó la abuela molestando a su nieta, la cual se sintió algo irritada, pero su abuela logró hacerla sentir mejor con un pequeño golpecito en sus hombros – Iré por jugo, y tú ve a rescatar ese balón – Y así fue como la abuela dejó a su nieta sola.

Decidió solo pasar por los matorrales que dividían las dos propiedades, no tenía ganas de ir a tocar el portón del vecino de la abuela, simplemente pasó como si fuera una especie de agente secreto.

No esperó que el vecino fuera amante de las rosas y cayó agresivamente sobre la plantación. Pudo sentir mucho dolor en sus brazos y piernas desnudas, decidió maldecir internamente a quien sea que hubiera decidido plantar el rosal.

Miyeon P.O.V

Estaba cómodamente leyendo mi novela de Nicholas Sparks. No me juzguen, soy una romántica empedernida. Estaba de lo más bien cuando de pronto sentí un fuerte golpe en mi patio trasero, decidí dejar mi novela en la pequeña mesa que tenía en mi comedor, me puse pie, tenía los pies descalzos y el frío del suelo traspaso todo mi cuerpo, luego me di cuenta de que tan solo estaba usando un vestido que llegaba a la mitad de mis muslos. Tomé un sweater que tenía puesto en el respaldo de una silla y mis sandalias más cercanas, al menos si me encontraba con un asesino no me encontraría mal vestida.

Cuando abrí la puerta trasera, extrañamente no encontré nada en el lugar, todo se veía normal, el pasto verde, mis hermosas flores ¡alto! Mis hermosas flores no se veían hermosas, entonces me di cuenta de la persona que salía lentamente del rosal y mi corazón se detuvo en un segundo ¿Qué sí creo en el amor a primera vista? Definitivamente ahora sí.