Un suspiro abandono a Taeyeon y prosiguió—. Como ya te conté, mi hermana les revelo a mis padres su orientación ual, fue echada de casa sin ningún miramiento por papá, golpeada y acusada de enferma por ser lesbiana —callo unos segundos.

Trayendo a su memoria aquellas imágenes, aquel día donde su hermana revelo su más grande secreto.

—Lo recuerdo como si fuera ayer, tan claro y tan vivo, que el solo hecho de pensarlo, me estremece —se sinceró—. Su familia le dio la espalda, siempre pensando en los demás y no en el amor que le tenían a su propia hija —dijo con pena—. Es tonto. —Sonrió tristemente—. En ese momento pensé que mi hermana estaba mal, pero aun así le apoyaría todo lo que pudiera. La amo —reveló—. Y ahora comprendo todo.

Otro suspiro abandono sus labios, realmente estaba cansada emocionalmente, se sentía como un camión de basura que quería ser limpiado a fondo y quedar reluciente.

—Cuando Hyoyeon se fue, pensé que podría seguir en contacto con ella y fue así los primeros meses, pero después... —guardo silencio—. Cuando comencé a sentir esos extraños sentimientos, me asuste, nunca antes los había sentido y recordé las palabras de mi hermana, "nadie puede elegir de quien enamorarse" —volvió a sonreír tristemente—. Y vaya que yo no pedí enamorarme de alguien de mi mismo o. Me enamoré por primera vez y me ha dejado completamente destrozada, recuerdo que mi hermana mayor antes de irse me dijo que cuando se está enamorado se hace cualquier cosa por ello.

Paso sus manos temblorosas por su rostro y miro al vacío.

—Tonto, pero cierto —dijo con ironía—. Eso me pasó, me enamoré y estuve dispuesta a hacer cualquier cosa por la relación. No pensé que ella sintiera lo mismo por mí, pero mientras más pasaba el tiempo, más miedo crecía en mí —se sinceró—. La quería, es verdad, pero no estaba preparada para la humillación familiar, para los desplantes de mis padres, para enfrentar a la sociedad como es debido. Solo éramos piezas de ajedrez en busca de un buen movimiento para salir ilesas —sus ojos se posaron en los de Tiffany por unos segundos—. Al final nos descubrieron y no podía dejarle la carga a ella, tenía miedo, sí, pero si nos queríamos podríamos salir adelante juntas. Huir, era lo que cruzo por mi cabeza y ese mismo día que hable con ella, hable con mis padres.

Tragó en seco, su boca se había secado ante los recuerdos de esa tarde, de cómo el rostro de su padre la aterro.

—Nunca creí que se iría y me abandonaría, dejando todo a la deriva y dejándome a mí con todo el dolor del mundo. No solo pase la humillación de mis padres, sino que también, me gane el repudio de ellos. —Dijo con amargura y las imágenes se aglomeraron en su cabeza.

—Taeyeon, es suficiente. —Tiffany ya no podía soportar mirarla en ese estado de trance, perdida en sus recuerdos, recordando el dolor de todo lo sucedido. No más.

—Ese día lo recuerdo muy bien, está en mi memoria grabado a fuego y jamás olvidare la furia en sus ojos —Tiffany se estremeció.

·Flash Back·

Miles de pensamientos se agolpaban en su cabeza ese día, no sabía cómo es que les diría a sus padres su más amado secreto, no sabía absolutamente nada. Todo su cuerpo le temblaba, el corazón no dejaba de latirle angustioso y las manos le sudaban. Tenía miedo.

Se preguntaba si reaccionarían de la misma manera que lo habían hecho con Hyoyeon, su hermana mayor, pero al recordarlo, el nudo que se formaba en la boca de su estómago subía hasta su garganta, casi asfixiándola.

Cuando llego a su casa, el silencio reinaba en ella, subió a su habitación para dejar sus cosas y tomar un largo respiro para enfrentar a sus padres, caminaba de un lado a otro, en busca de la mejor manera para hablar, mordía su uña con insistencia y la adrenalina comenzaba a palpitar en su interior.

Todo daba vueltas en su cabeza, se sentía mareada de tantos pensamientos tontos que le venían a la cabeza, no supo en que momento cayo profundamente dormida, solo despertó cuando las voces de sus padres retumbaron por su hogar, ya habían llegado del trabajo. Se desperezo y enderezo en la orilla de la cama, sintió nuevamente a su cuerpo temblar al recordar lo que haría esa noche.

Asomo la cabeza por el pasillo y observo las escaleras, sus voces venían del primer piso y tomando una bocanada de aire, emprendió camino al matadero. Sus piernas temblaban a cada paso que daba y cuando se plantó en el umbral de la cocina, por primera vez los vio interactuar tranquilamente.

—B-buenas noches —saludo, adentrándose más a la habitación.

—Buenas noches cariño —saludo su papá.

—Buenas noches hija —saludo su mamá.

Se sentó en la silla asignada para ella, los platos estaban puestos y los cubiertos también, su madre estaba sirviendo la cena y nuevamente sentía el nudo en el estómago. Todo estaba en silencio, al menos eso parecía, tan solo los cubiertos chocando contra los platos, era el sonido que podía escuchar.

—¿Cómo va el instituto? —Pregunto su madre mientras llevaba un trozo de carne a su boca.

—Bien —musitó—. Estresante, como siempre —se encogió de hombros.

—Uhm... —su papá la observó cuidadosamente—. Taeyeon... —bajo la vista a su plato—. ¿No... —bebió un trago del agua fresca que su esposa le había servido—, no sabes cómo está tu hermana? —Taeyeon lo observó fijamente y sin pensarlo, una sonrisa apareció en sus labios.

—Ella está bien —respondió.

Se quedaron en silencio, en uno incómodo, su plato aún seguía lleno y el de sus padres estaba casi terminado, simplemente jugaba con las verduras en su plato.

—¿Qué te sucede? —Su madre cuestionó de la nada. Tragó y negó.

—¿Quieres decirnos algo? —Su padre intervino esta vez. Sorprendida alzó la vista.

—Y-yo... —no sabía si era el momento, pero simplemente no quería arruinar el único momento en familia que había tenido en semanas. Negó con la cabeza y el silencio volvió.

Cuando terminaron de cenar, se dirigieron a la sala donde los nervios en ella crecieron aún más. Sus padres parecían no inmutarse de nada, pero una batalla crecía en su interior. Los observó sentarse en los sillones, sin embargo ella se quedó de pie, ganándose una mirada cuestionante de ambos mayores.

—¿Sucede algo? —Su padre alzó una ceja y espero.

—Lo siento —dijo con la boca seca, la confusión se reflejó en el rostro de sus progenitores—. Lo siento mucho —y la voz se le quebró, ella no quería decepcionarlos, sin embargo ya lo había hecho al enamorarse de alguien prohibido.

—¿Por qué te disculpas, cariño? —Cuestiono su madre. Los ojos de Taeyeon se impactaron en los suyos y reflejaban culpa absoluta, y eso la alarmo.

—Yo... —tragó nuevamente, sentía su cuerpo temblar y sus ojos cristalizarse—. Lamento no ser la hija que ustedes desean —bajo la mirada, ante la mirada atenta de sus padres—. No ser la que presumen —dijo con dolor—. Realmente lamento no ser su orgullo —soltó.

—¿Pero de que hablas, Taeyeon? —Su padre cuestionó. La nombrada, apretó sus manos a los costados de su cuerpo en puños y alzó la vista en su dirección, ese era el momento.

—Me enamoré —soltó con pavor y los ojos acuosos. Ambos mayores, le observaron en silencio—. Lo siento —repitió—, pero me enamore de una mujer. —Soltó y en ese momento, un sollozo escapo de sus labios. Estaba presa del miedo y de las reacciones de ambos, sabía que los había destrozado con su declaración y que los había decepcionado.

Sus padres estaban atónitos ante aquella noticia, se quedaron sin parpadear, habían contenido la respiración y el primer impulso del hombre de la familia, fue la ira, pero todo se fue de él cuándo observo a su esposa completamente pálida.

—¡Mamá! —La voz desgarrada de Taeyeon gritó y corrió a su ayuda.

—¡Aléjate! —Le gritó su padre y Taeyeon se quedó congelada en el instante, la voz de su padre era fría como el hielo y la estremecía por completo, su mirada no decía nada, pero estaba completamente vacía y escasa de animosidad—. Vete a tu habitación, después hablaremos —sentencio con seriedad.

Se quedó quieta, observando como los ojos de su padre veían con preocupación a su madre. Los había hecho polvo. Retrocedió con paso temeroso hasta llegar al pasillo y ver como un espectador como su madre volvía a tomar color, y comenzaba a llorar.

—¿Y ahora? —Se cuestionó a sí misma, sintiendo el vacío.

·Fin del Flash Back·

Sus padres no se tomaron muy bien la noticia, mucho menos el saber que sus hijas eran la comidilla favorita de sus amistades, que eran juzgadas y que los señalaran, eran orgullosos, demasiado a decir verdad y a pesar de ello no podían abrir los ojos para darse cuenta del enorme daño que estaban ocasionando a su propia sangre.

Sin embargo, en el fondo de su ser, donde ese lado egocéntrico no gobernaba, estaba el amor hacia sus hijas y por ese motivo cuidaban de Taeyeon a su manera, se escudaban con que era menor de edad, pero no podían dejar a su hija menor a su suerte, la querían a pesar de todo, al igual que su hija mayor.

Lamentablemente el alejamiento que ellos mismos ocasionaron, afecto demasiado a la menor de sus hijas, olvidándose de ella y de las miles de emociones que ella estuviese pasando, omitiendo que su propia hija estaba cometiendo actos suicidas por el dolor que le desgarraba el alma.

Una sonrisa ladina apareció en su rostro—. Destrocé a mi familia por ella y al final me quede sola —susurró con dolor—. Una parte de mi murió cuando supe que se había ido. Trate de no decaer, de no sufrir, pero mientras más salidas buscaba, se me cerraban una a una —confesó—. Mis padres decidieron ignorarme, pasarse de viaje en viaje, omitiendo que tienen una hija, dejándola al cuidado a una total extraña. Mi hermana mayor, ya no respondía mis llamadas y cada vez más me decepcionaba.

Las lágrimas recorrían sus mejillas libremente, el recuerdo provocaba el llanto, un llanto que ella no podía controlar fácilmente, pero esta vez, solo esta vez... se sentía bien hablando del pasado.

—No necesitaba que mi familia me diera la espalda, solo quería comprensión y atención... —su voz se fue apagando—. Me aleje de mis amigos y me encerré en mi soledad —sus ojos se ensombrecieron—. Una noche, una de las tantas donde lloraba sin parar, cruzó por mi cabeza el suicidio, la idea era atrayente, pero aterradora —sonrió siniestramente—, pero luego recordaba la mierda de vida que tenía y la idea de matarme no resultaba aterradora, por lo que mi primer intento sucedió. Colgué una sábana del techo he hice una horca, sabes... —la miró directamente sin emoción alguna—. Pudo funcionar, de hecho perdí el conocimiento, pero la Sra. Rodríguez llegaba a tiempo —soltó el aire.

Tiffany se estremeció ante la imagen de Taeyeon colgando del techo de su habitación, el pánico le entro y los ojos se le humedecieron.

—Estuve en observación unos días en el hospital, esas fueron las primeras veces en las que desperté en uno y odie no haber logrado mi cometido. Me mandaron al psicólogo —río vagamente—. Trataron de comunicarse con mis padres, pero no había rastros de ellos, estaba abandonada a mi suerte —sintió frío de repente y se abrazó las rodillas—. Las noches eran las más deplorables para mí, lloraba incansablemente, queriendo quitar el dolor y el ardor que consumía mi interior. A nadie le importaba, ¿De que servía seguir viva? —Bajo la vista—. Y ahí nació otro intento.

Tiffany no pudo contenerse más, las lágrimas brotaban libres y la opresión en su pecho creció más, quería abrazarla y decirle que todo estaría bien, que ella estaba a su lado y cuidaría de ella, que ella la quería. Ante aquel pensamiento se paralizo.

—En uno de mis cajones guardaba como un tesoro una navaja que mi padre me obsequiado, no me costó nada ir por ella y obsérvala cuidadosamente, pasaba mi pulgar por el filo de la navaja, sintiendo el filo por mis yemas, un ligero corte me saco sangre en el pulga, lo lleve a mis labios y saboree el sabor ferroso —alzó la vista—. Deje que los malos recuerdos me envolvieran, la amargura de todo y el odio reprimido, no sé en qué momento la navaja comenzó a presionar con fuerza en mi muñeca, solo sentí ardor y de pronto la sangre salpico como agua —recordaba muy bien ese episodio—. Miles de recuerdos pasaron por mi mente, desde el más feliz, hasta el más amargo —reveló.

—Taeyeon —Tiffany tenía la voz quebrada y la nombrada al escucharle, le sonrió tiernamente.

—Perdí el conocimiento y al despertar, nuevamente estaba en el hospital —talló sus sienes—. Estaba conectada a varias cosas, pero había una bolsa de sangre colgada junto a la infusión —Tiffany cubrió su boca para acallar el llanto—. Estuve a punto de morir por pérdida de sangre —sonrió—. Es irónico. —Dijo y observó el cielo—. Solo en ese estado pude traer a mis padres de regreso —limpio sus lágrimas y prosiguió—. Pero solo fue para que mi padre me diera una tremenda paliza por las estupideces que había estado haciendo...

·Flash Back·

El médico ingreso a la habitación donde Taeyeon estaba completamente sola, el mayor le mostró una sonrisa llena de lastima y le anunció su partida fuera del hospital, y fue así como fue libre.

Se sentía débil aún, su piel era pálida y estaba demasiado delgada ya, el apetito había disminuido considerablemente debido a la depresión en la que se encontraba y no probaba alimento alguno.

Unas vendas cubrían los cortes que ella misma se había producido y sus pasos eran lentos, su madre había ido a recogerla, pero a pesar de estar preocupada por ella, la reprendía. Al llegar a su hogar, respiró profundamente, el ambiente se sentía distinto cuando sus padres estaban en casa.

—Tu padre quiere hablar contigo en el despacho —le informó su madre con seriedad. Taeyeon tembló, pero asintió y se encaminó a aquel lugar.

Tocó a la puerta suavemente y desde dentro la voz gutural de su padre le dio el permiso para ingresar, como un venado atemorizado avanzó e ingresó. El mayor se levantó, la observó de pies a cabeza y se acercó a la puerta, poniéndole pestiño.

—¿Qué te crees que haces? —Le cuestionó con el ceño fruncido. Taeyeon no le respondió, simplemente se quedó en silencio, mirando el piso—. Te daré una buena lección para que aprendas a no hacer lo mismo —le espetó y el pánico aprisionó a la menor.

Observó como su padre desabrochaba el cinturón y se lo quitaba de un tirón, cerró los ojos prediciendo lo que pasaría.

El primer golpe llego y un quejido salió de sus labios, el ardor le recorrió por completo, pero no pudo procesar bien donde era el lugar afectado porque nuevamente el cinturón volvió a impactarla, no supo cuántas veces le golpeo con el cinturón, pero los golpes no cesaron, las bofetadas llegaron a su rostro, volteándoselo en el acto por el fuerte impacto.

Ella estaba débil, a su merced y solo recibía los golpes que su padre le daba. El mayor jadeaba por oxigeno de la fuerza que ponía para golpearla y no fue hasta que se cansó que se detuvo. Sudaba y la ropa se le había desalineado.

—Que te sirva de lección —la señaló con su grueso dedo—. Largo —le gritó.

Taeyeon lloraba y no podía contenerse.

·Fin del Flash Back·

—Me rompió el labio por las bofetadas y me dejó hematomas en el cuerpo por los cinturonasos que recibí —su cuerpo se sacudió al recordar el dolor e inconscientemente una de sus manos se elevó a su rostro, dejando que uno de sus dedos rosara sus labios—. Fue la primera vez que me golpeo —susurró pérdida—. Supongo me lo merecía. —Se encogió de hombros, pero para Tiffany aquello era brutal—. Esa golpiza sirvió para no levantarme en días y no pensar otra cosa que no fuera el dolor físico de los golpes —reveló—, pero cuando el dolor se desvaneció, los pensamientos volvieron, mis padres habían decidido quedarse, pero daba lo mismo, nunca estaban en casa —suspiró.

Recordó aquellos días cuando los podía escuchar en la planta baja mientras ella seguía en cama, recuperándose de la golpiza que su padre le había proporcionado.

—Era muy extraño cuando me los topaba en mi propia casa —soltó—. Y la mayoría de las veces era no existir para ellos, escuchaba nuevamente sus peleas, ya no a causa de Hyoyeon, si no por mi causa —desvió la mirada a un punto indefinido—. Estaba cansada, ya no podía soportarlo más, tenía insomnio con frecuencia y me recetaron pastillas para poder conciliar el sueño. Fueron las indicadas para mi siguiente intento. —Sonrió—. Era perfecto, no habría nadie en casa y mis padres no volverían hasta muy entrada la noche, por lo que me trague un puño de esas pastillas, sin dolor, sin nada, perdí el conocimiento.

Tiffany no podía creer el modo en que le contaba todo, era tan irreal que temía de todo.

—Igual no funciono, volví a despertar en el hospital. Me hicieron un lavado de estómago y me tuvieron en observación por unos días —suspiró—. Cuando me dieron el alta, ya tenía previsto mi siguiente intento, esta vez nadie sabría donde quedaría mi cuerpo o mucho menos que me había ahogado. —Hizo una pausa y miró a Tiffany—. Pero apareciste tú, arruinando mi plan perfecto —le sonrió cariñosamente—. Al despertar en la habitación de hospital, maldije mil veces mi suerte, pero al verte ahí... —se quedó en silencio—. Todo cambio.

El corazón de Tiffany latía a mil con aquello, en los ojos de Taeyeon había algo más que no podía descifrar y eso la ponía nerviosa, pero era un nerviosismo agradable.

—Sentía una calidez que nunca antes había sentido, me sentía protegida. Pero aun así pensé, "estúpida, no debiste salvarme, igual buscaré otra manera de quitarme la vida" —Tiffany soltó una pequeña risita—. Sin embargo, me diste una bofetada a guante blanco y me hiciste razonar muchas cosas —le espetó—. Me quede embobada observando tu belleza, dejando que sentimientos extraños crecieran en mi interior y me aterraran, y aun así perseveraste en ayudarme —sonrió—. Siendo una total extraña, te comportabas como si conocieras mi interior —reveló—. Gracias, Tiffany. —Dijo—. Gracias por toda tu ayuda.

Tiffany seguía llorando, pero ahora no sabía porque, en su interior algo crecía enormemente y no podía detenerlo.

—Espero, después de contarte todo, no quieras alejarte de mí —sentía dolor de tan solo pensarla lejos de ella.

—Taeyeon —susurró a través de las lágrimas. No se alejaría de ella aun cuando se lo pidiera, no ahora que sentía una revolución en su interior, no cuando su corazón latía desaforado por ella—. Te quiero —soltó de la nada, sorprendiéndose a ella misma.

¿Cómo podía querer a alguien en tan solo unas semanas?

No lo entendía, pero eso era lo que sentía, la quería y no solo como se quiere a las amigas, ella la quería de diferente manera, de una manera muy especial.

Una sonrisa atravesó el rostro de Taeyeon, una muy hermosa que la derritió—. También te quiero, Tiffany. —Le reveló, dejando en delirio a la nombrada—. Es por ese motivo que te he contado todo —confesó—. Me has ayudado tanto en los últimos días y estoy muy agradecida con ello. Los cambios son notorios y mis padres lo están notando, y me sorprende que ellos también se comporten diferente —razonó.

Esa conversación termino ahí, habían perdido todas las clases ese día, se habían sumergido tanto en su conversación que se olvidaron por completo en el lugar donde se encontraban, pero ciertamente, era una conversación que debían tener.

Después de aquello, algo se sentía diferente, se sentía todo más ligero y libre.

Semanas después, en el mismo lugar, conversando trivialidades, Tiffany observaba nerviosamente a Taeyeon, quien no se inmutaba en absoluto en el nerviosismo de su compañera.

—Taeyeon —la nombrada le observo unos instantes, para después observar el cielo azul.

—Sí —respondió a cambio.

—Quiero confesar algo —en ese instante Taeyeon posó toda su atención en ella.

—Dime —dijo curiosa.

—T-tú... me gustas —por un momento se quedó estática, sopesando las palabras.

—Tiffany yo... —está la callo con un sutil beso.