[VI]

Lecciones para amar.

Las dos semanas siguientes a la función del colegio fueron difíciles tanto para Hyomin como para Jihyun. De pronto las promociones de la obra de teatro comenzaron a ocupar toda la agenda de la actriz, que tenía que acudir a programas de televisión junto al protagonista o se tenía que quedar hasta tarde ensayando para no defraudar al equipo. El director de escena estaba más histérico si antes lo no estaba lo suficiente. La castaña volvía a casa tan agotada que no tenía energías ni para hablar con su Romeo por videollamada. Ni siquiera había podido invitarla a ir a casa un domingo porque la invitaron a un programa de televisión. Al menos se veían por las mañanas cuando Hyomin dejaba a Jiyeon en el colegio. Se saludaban y compartían unas breves palabras, ambas sonriendo de oreja a oreja, actuando con timidez al estar cerca la una de la otra. La pequeña solía monopolizar la conversación igualmente, cosa que ambas adoraban. Luego a la tarde pasaba Boram a buscarla. Poco a poco, Jihyun se estaba haciendo familiar también a la que era prácticamente la tía de la joven Park. 

Lo único bueno que había tenido esas dos semanas ocupadas, a ojos de ambas, habían sido los dulces y breves mensajes de texto que se habían mandado a lo largo del día. Cuando Hyomin se despertaba, se encontraba un mensaje de buenos días de la rubia, normalmente acompañada de una selca haciendo expresiones adorables. Para la hora del recreo, cuando la profesora miraba su teléfono, tenía un mensaje de la actriz contándole alguna anécdota curiosa de las actividades del día, acompañándola también de una foto, ya fuera con el otro protagonista o de ella misma. Tal vez compartían un par de mensajes más a la tarde, pero si había uno asegurado, ése era el de la noche. Sunyoung se iba a dormir sintiendo la misma calidez en su pecho.

El mensaje de la noche anterior había sido, a ojos de Qri, el más adorable de todos. Le había mandado un vídeo breve con una aplicación que grababa vídeos de cinco segundos. En él aparecía en la cama con un pijama que seguramente tenía a juego con su hija, ya que tenía un montón de dibujos de dinosaurios, haciendo un pequeño puchero y señalando el espacio a su lado. El mensaje que añadió lo dejó más claro.

Hyomin: ¿Cómo puede ser que sólo haya dormido una noche a tu lado y extrañe abrazarte cada día?

Por ese mensaje, ahora la profesora tenía el corazón que se le salía del pecho porque había decidido, justo después de teclear su respuesta, que a la noche siguiente iría a visitar a la actriz tras la última función de su obra. Allí estaba ella, sosteniendo una caja de chocolates caseros que había preparado en casa de Soyeon a cambio de que ella se quedara la mitad en comisión, en su plan de engordar porque no podía salir de casa (lo cual Qri encontraba hilarante, porque por mucho que comiera, no había subido ni un gramo y la mujer se quejaba). Los había metido en una caja roja y atado con un lazo. Se había asegurado de meter también unos que fueran de chocolate con leche para Jiyeon, quien seguramente encontraría amargo el chocolate negro.

Tuvo suerte cuando el guarda de la puerta la reconoció como la VIP que fue a la primera función y pasó sin siquiera entrada. Pudo ver la última representación desde el palco, disfrutando enormemente de la interpretación de Julieta. Esa noche, siendo la última función de una obra que tal vez nunca se repetiría, podía ver a todo el reparto claramente emocionado y mucho más cuando salieron a saludar y a dar gracias al público. Ahora que había terminado, sólo tenía que esperar a que el miembro del staff que había ido a buscar a la actriz.

Sunyoung, por su parte, no se esperaba ninguna visita. Cuando dijeron que había ido una VIP a visitarla, se imaginó que a lo sumo había venido alguno de los amigos del director o tal vez algún compañero de una antigua producción, pero normalmente estos venían sin entrada VIP. Siguió al hombre mientras sostenía una botella de agua, aún incapaz de recuperarse del agotamiento que había supuesto esas dos últimas semanas. Ahora todo había terminado y era para bien. Ya le había caído una oferta para otra obra, una no tan notoria, pero desde luego con el dinero que había ganado con ésta le bastaba y le sobraba para vivir.

Al llegar a la entrada de los camerinos del Olympic Hall, una sonrisa cruzó su rostro haciendo destacar sus pómulos al ver a la profesora allí y nunca la palabra VIP le había parecido más apropiada. El de seguridad la dejó pasar y la rubia no tardó en envolver a la castaña en un abrazo de oso, al que Hyomin correspondió con la misma fuerza. Comenzaron a reírse de pura alegría, pues pese a que se habían visto brevemente, tal vez menos que unos cinco minutos al día, se habían extrañado como si no se hubieran visto en años.

- Te he echado de menos - murmuró Hyomin, poniendo en voz alta sus pensamientos. 

- Yo también - respondió, dejando un beso en su mejilla-, pero ahora estoy aquí.

Se separó de ella y estiró sus brazos para entregarle la caja que tenía entre las manos. La actriz mostró una genuina expresión de sorpresa, siendo pillada desprevenida en toda la situación, primero porque Qri estaba allí y porque le había traído un regalo.

- ¿Para mí? - preguntó, señalándose a sí misma. La rubia asintió con timidez.

Hyomin sonrió ampliamente y tomó el regalo de sus manos. Deshizo el lazo con delicadeza y abrió la caja, disfrutando enormemente del aroma a chocolate que la abordó. Pudo reconocer que eran hechos a mano, puesto que no parecían de una pastelería profesional, pero eso le dio un toque especial que a ella le encantó.

- Los que tienen forma de dinosaurios son para Jiyeon - aclaró, aunque a la madre le había quedado más que claro. La castaña alzó la mirada y le dedicó la mayor de las sonrisas. 

- Gracias Kyul.

- Tenía que hacer algo ¿no? Hoy ha sido tu última función al fin y al cabo y - se aclaró la voz, notando un nudo en su garganta- en un mensaje me dijiste que lo único que querías era sentarte en el sofá y comer chocolate.

Hyomin rió ante aquello y cerró la caja, rehaciendo el lazo para que no se cerrara. No se podía creer, pese a que tenía el regalo entre sus manos y a Qri delante, que nada de eso estuviera pasando. Se lanzó a los brazos de la rubia sin dudarlo ni un segundo, como si quisiera asegurarse que era real, para agradecerle aquello. La mujer había tenido un bello detalle al tomarse de manera literal un mensaje que ella había mandado distraídamente después de que el director de escena volviera a echarle la bronca. Así era la mujer que le gustaba: detallista, inteligente y cariñosa.

Al separarse posó su mano libre en la mejilla de la mayor, deteniéndose a acariciarla con cariño. Verla en fotos no era lo mismo que verla en persona. Ella era infinitamente más bella en tres dimensiones. Ese lunar de su nariz la hacía parecer la mujer más preciosa del mundo a sus ojos. Jihyun la miró de vuelta conteniendo el aliento, viendo como los ojos de la castaña recorrían sus facciones. Tenía la sensación de que iban a besarse, pero tenían testigos. Como actriz, la profesora sabía que no permitiría que la prensa rosa se enterara de lo suyo, fuera lo que fuera lo que tenían en ese momento. Sin embargo, Hyomin no pensaba y no le daba importancia a la prensa en ese aspecto. Le había dado vueltas durante los últimos días y había decidido que siempre que a la rubia no le importara, no les iba a dar el gusto de esconderse. 

Era pronto para pensarlo igualmente. Ahora sólo eran dos mujeres mirándose intensamente de una manera que el guarda de seguridad consideraba incómoda. Hyomin se dio cuenta de eso cuando el susodicho se aclaró la garganta, más como diciendo que se fueran que para librar su laringe. Salió de sus pensamientos y tomó la mano de Qri, situándose a su lado para caminar hacia su camerino.

- Como es la última función, la prensa quiere sacarnos unas cuantas fotos a Kibum y a mí para las ediciones de mañana - explicaba la actriz, haciendo una mueca. Quería quitarse aquello de encima cuanto antes y poder volver a casa. Una duda la asaltó y se sonrojó al enunciarla-. ¿Te gustaría venirte a casa cuando terminemos?

La profesora sintió una revoltosa sensación en su estómago a la que poco a poco se había ido acostumbrando. La idea de ir después a casa de la castaña, seguramente volviendo a ver a Jiyeon, le gustó, así que no tardó en asentir.

- Bien - respondió ella, soltando un suspiro de alivio. Pensaba que la chica podía negarse-. Bueno, entonces te dejaré en mi camerino con el Donkey Kong mientras voy a buscar a Key. No tardaré demasiado, espero. 

Jihyun ni había notado cuándo habían llegado a la puerta del camerino de la actriz por lo que miró el cartel que anunciaba el nombre de la protagonista con sorpresa antes de volverse a Hyomin y sacudir su mano para indicarle que no tenía de qué preocuparse.

- Tarda lo que haga falta. No te preocupes por mí. 

La castaña sonrió con timidez, frotando su antebrazo. Abrió la puerta al darse cuenta de que aún sostenía el regalo y le ofreció a su Romeo que pasara antes que ella, cosa a la que accedió riendo suavemente ante su caballerosidad. Hyomin dejó la caja sobre el tocador y metió sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

- No quiero hacerte esperar - murmuró, tan bajo que la rubia pensó que había oído mal.

La profesora se acercó a ella y posó ambas manos sobre sus mejillas, alzándose un poco sobre sus puntillas para dejar un beso en su frente.

- He esperado dos semanas. Puedo esperar todo lo que haga falta.

Sonrojada por ese beso en la frente y por esas palabras, la castaña no encontró como responder. Simplemente sonrió y suspiró de manera soñadora, deseando que llegara el momento en el que esos labios estuvieran sobre los suyos. Pero ese momento no era aquel. Tenía que reunirse con el otro actor principal para las fotos de la prensa. Gruñó cuando se alejó de las manos de Qri y la profesora lo encontró divertido, riendo a carcajada pura.

- Volveré - concluyó, dando un toque a la mujer en la nariz, sobre su precioso lunar.

La profesora asintió y observó cómo la mujer caminaba hacia la puerta para salir por ella. Soltó un resoplido, como si hubiera estado aguantnado la respiración hasta ese mismo momento. Se dio media vuelta y fue a la máquina de Donkey Kong para hacer tiempo. Tomó asiento frente a ella y se concentró en la tarea de Mario de saltar barriles para rescatar a la princesa de las manos del malvado simio, perdiendo la noción del tiempo.

- ¡Bu! - exclamó alguien tras ella, causando que se asustara y que Maro acabara siendo arrollado por un barril. Se dio media vuelta con la mano sobre su pecho y reconoció al actor principal, con su cabello aún húmedo. 

- ¡Menudo susto me has dado! - se quejó, sin darse cuenta de que había quitado su formalismo que había utilizado la última vez que se vieron. A Kibum eso le gustó, pues no le suele gustar la formalidad. Se rió a mandíbula batiente, recordando la reacción de la amiga de su compañera de obra. La mujer se dio cuenta de que algo iba mal al ver que el actor estaba allí y ver que no estaba con Hyomin-. ¿No tenías una sesión de fotos?

- Sí, acabamos de terminar - contestó el hombre, pasando una mano por su cabello y revolviéndolo, gotas de agua cayendo como si fuera un perro que se sacudía tras un baño. La mujer miró con confusión hacia la puerta, preguntándose por qué la actriz aún no había vuelto aún. Key lo entendió al instante y decidió aclararlo-. El director ha pillado por banda a Sun y estaban hablando de algo. La pobre tenía cara de querer volver a su casa cuanto antes.

- Ya os han secuestrado bastante estas dos últimas semanas - comentó, haciendo una mueca de fastidio a la que el muchacho correspondió con otra igual.

- ¡Dios te oiga, hermana! - dijo, en uno de los tonos donde se le notaba la pluma. A Qri le divirtió no por eso, sino por el gesto que había hecho al rodar los ojos y sonrió ampliamente. De pronto, Kibum se dio cuenta de algo y llevó sus manos a su boca-. Dios, ahora todo encaja.

- ¿El qué? - preguntó con confusión, frunciendo el ceño y pestañeando dos veces seguidas, tratando de comprender qué podía pasar por la mente del actor.

- Por eso Sun estaba tan sonriente cuando miraba su teléfono, y me decía que no tenía ningún novio, y ahora tan impaciente por terminar de hablar con el director, ¿cómo no lo he visto antes? - deducía Kibum en voz alta, llevando sus manos a sus mejillas. Se balanceó de un lado a otro, incapaz de contener su emoción-. ¡Cómo no lo he visto antes!

- ¿Ver el qué? - Qri defintivamente se sentía como alguien que no había sido incluída en una broma interna y estaba totalmente aturdida.

- Sun y tú.

El actor sonrió ampliamente al ver que la rubia se sonrojaba ante esa simple frase. 

- ¡Oh, señor, qué adorables! Ya había notado lo tuyo, ¿sabes? El gaydar está activo veinticuatro horas al día siete días a la semana - dijo, llevando su puño cerrado a su sien, alzando luego el meñique y girándolo como si fuera un radar. Qri rió ante ese gesto, no sabiendo que su homoualidad era tan notoria-. Pero lo de Sun, ¡vaya! Ella me dijo que era biual, pero no me esperaba que tú y ella...

- No somos pareja - se encargó de aclararle, por si se estaba haciendo una idea equivocada.

- Todavía - añadió, sonriendo de medio lado.

- Todavía - le dio la razón la profesora, a lo que el hombre respondió dando un gritito y varios saltos pequeños.

- ¡Ay, por favor! Invitadme a vuestra boda. Ah, no, que aquí las maricas malas no nos podemos casar en este país. Bueno, pues invitadme a vuestra primera mud... No, espera, no quiero llevar muebles. Bueno, invitadme a algo y ya está. 

- ¿Tú crees que...? - comenzó, pero no encontró como terminar esa frase. Kibum se hizo todo oídos para escuchar a la rubia, quien dudaba de si debía hacer esa pregunta a alguien con quien Hyomin había pasado tanto tiempo-. ¿Tengo posibilidades?

Kibum resopló como un caballo en respuesta.

- Por favor, ¡tienes más que posibilidades! Yo creo que la puerta está abierta de par en par. En serio, ve a por ella. Yo he visto cómo sonríe cada vez que lee tus mensajes y parece que se le va a desfigurar la cara. Sun es muy decidida, pero no creo que sea del tipo que da el primer paso en una relación. Es más del tipo que espera a que hagan el movimiento.

- ¿Eso te lo ha dicho ella? - preguntó, alzando sus cejas con curiosidad. El actor simplemente se encogió de hombros.

- Es la sensación que me da cuando la veo mirar tus mensajes. Ah, y también cuando de vez en cuando también me enseñaba tus selcas mientras daba grititos como una ardilla.

Qri rió con ternura imaginándose aquello. No sabía que producía esas reacciones en la castaña, por lo que saberlo le pareció totalmente adorable. Veía que tenía oportunidades con ella y que tal vez esa podía ser su noche. Acumuló todas sus fuerzas y soltó un suspiro. Tal vez esa iba a ser la noche en la que le confesaría claramente la atracción que sentía hacia ella.


Hyomin había permanecido en silencio desde que volvió de hablar con el director y Qri sabía que algo pasaba. No sabía decir si era bueno o malo, pues el rostro de la castaña permanecía inexpresivo, como si estuviera sopesando los pros y los contras de una información a la que la profesora no tenía acceso. Le había preguntado una única vez y le asustaba parecer una pesada si, ahora que estaban en el coche de camino a la casa de la actriz, volvía a preguntar. 

Sunyoung hizo el camino en modo automático, sumergida como estaba en sus pensamientos. Ni siquiera le dio importancia a la prensa que las persiguió en su momento al coche. Tenía mucho en lo que pensar y al mismo tiempo estaba agotada tras todos los esfuerzos de la obra de teatro. El director le había hecho una propuesta que debía pensar antes de responderle, ya que si aceptaba cambiaría mucho el panorama en su vida, en su familia y en la relación que quería empezar pronto con Qri. El tiempo era limitado y sentía que su cabeza iba a explotar si seguía pensando.

Aparcó en su usual plaza de garaje y bajó del coche, yendo a ayudar a Qri a salir pese a que ésta ya había abierto la puerta. Cuando se levantó, quedaron ambas muy cerca la una de la otra. La rubia vio la tensión y la preocupación en el rostro de la castaña, una preocupación que no venía por su cercanía. Se ajustó las gafas y dejó un beso en su mejilla antes de devolverle la caja de chocolates que había sostenido durante el viaje para que no fuera dando tumbos por la guantera. La castaña reaccionó y sonrió débilmente, cerrando la puerta de la rubia cuando ésta caminó para situarse a su lado. Cerró su coche con el botón sin volverse hacia él y siguió a Qri hacia el portal. 

Llegaron a casa y se encontraron a Boram en el sofá, profundamente dormida con Jiyeon en sus brazos. Se debían haber quedado dormidas cuando estuvieron jugando. Solía ser la única manera en la que la tía conseguía dormirla, pues la pequeña tendía a ser más diablilla cuando su tía se quedaba a cuidarla. La actitud consentida de su tía no la ayudaba demasiado, pero siempre y cuando se lo pasaran bien, a Hyomin no le importaba.

- ¿Qué te parece si pides comida china mientras yo llevo a esas dos a dormir? - le propuso a la profesora, quien asintió en respuesta-. Tienes un panfleto en la cocina, en la puerta de la nevera.

La mujer obedeció y fue a la cocina, encontrando, efectivamente, un panfleto del restaurante de comida china en la puerta junto a un montón de dibujos de la niña. Qri no pudo evitar sonreír, hasta el punto de estar al borde de las lágrimas de la emoción, cuando vio un dibujo en el que la niña había escrito en grandes letras la palabra "Hogar", dibujando después de manera básica a su madre, a su tía Boram, a Eunjung, a Olaf y a ella. Sonrió al ver un corazón dibujado con otro color al lado de su nombre. Qri no lo sabía, pero ese corazón lo había puesto Boram mientras bromeaba con Sunyoung sobre pedirle a la profesora que fuera su novia.

Sin perder mucho más tiempo, tomó el panfleto y eligió algo rico para que comieran las dos. Al fin y al cabo, había que celebrar que la obra de teatro había terminado y el buen trabajo que Hyomin había hecho con ella.


Cuando llegó la comida china, la castaña volvió un poco en sí. Estaban en la mesa de la cocina, la una junto a la otra, disfrutando de la comida por la que habían esperado en el portal para que no tuviera que llamar al timbre y despertara a las dos bellas durmientes. Se veía que aún seguía preocupada por algo, pero había vuelto a sus bromas, a sus comentarios de coqueteo con la rubia, a preguntarle como le había ido esos días en el colegio. La profesora veía que estaba evitando todos los temas relacionados con su obra de teatro y no podía dejar de preocuparle aquello. Estaban encadenadas en un círculo de preocupación. Mientras que Hyomin quería no preocuparse y a su vez hacer que la otra no se preocupara, había conseguido todo lo contrario: estaba preocupada y la mujer frente a ella también lo estaba.

- Hyomin - la llamó de pronto, justo cuando habían terminado de comer, los palillos metidos en las cajas correspondientes y apartados sobre la mesa-, no quiero sonar pesada, pero sé que te pasa algo.

Llevó su mano al cabello de la castaña y lo acarició, apartando unos cuantos mechones de su rostro y posándolos tras su oreja. Se temió estar tocando un tema sensible al ver que la mujer suspiraba, pensando que le había molestado que preguntara de nuevo. Sin embargo, ella sólo buscaba la manera adecuada para decir lo que había estado rondando su mente desde hacía un rato.

- Hay un festival de teatro internacional en Tokyo el sábado que viene - comenzó de esa manera, tragando saliba para continuar, sabiendo que era difícil para ella expresarlo-. Quieren que me vaya mañana al mediodía para comenzar los ensayos porque va a ser subtitulado en vivo y tienen que hacer toda la coordinación.

Qri asumió lo que eso significaba para Sunyoung, no sólo como actriz sino como madre. Por un lado debía ser una gran oferta, pero por otro, tenía que alejarse de su hija durante una semana, dejándola al cuidado de la arquitecta, que estaba acostumbrada a cuidarla tan solo unas cuantas horas cuando ella no estaba. Sin embargo, la madre mejor que nadie sabía que cuidar a jornada completa a la pequeña podía ser complicado si no se estaba acostumbrada. 

- ¿Cuándo volverías? - preguntó, intentando unir cuantas más piezas del problema en su mente mejor.

- El domingo a la mañana.

La rubia asintió en silencio, tratando de asimilarlo y buscar una solución a la preocupación de la castaña, que no dejaba de darle vueltas a qué hacer.

- Estoy pensando en rechazarlo - dijo, a lo que la otra reaccionó con sorpresa, abriendo los ojos como platos-. No puedo dejar a Jiyeon con Boram tanto tiempo. Ella no tiene tanto tiempo. Se marcha mucho más temprano que yo para trabajar por lo que no podría llevarla al colegio. Tampoco puedo llevármela a Japón, porque no podré estar pendiente de ella y se aburrirá mientras yo ensayo. Tampoco puede presenciar la obra, todo sea dicho.

Nuevamente, la rubia asintió, mientras su mente iba encajando una solución. Abrió los labios para hablar pero la castaña siguió enunciando hipótesis.

- Si al menos tuviera a sus abuelos, pero ellos no quieren verme ni saber nada de mí. Así que, lo mejor será que rechace el trabajo. Ya lo hará mi sustituta por mí. Aunque no estoy segura de que esa mujer esté preparada para enfrentarse a la subtitulación en vivo. Sólo se suele hacer en óperas y porque todo está medido al segundo. Tal vez...

- Hyomin - la llamó, pero la otra seguía metida en sus teorías.

- No, no creo que ella lo haga bien, pero tampoco sé qué va a hacer Kibum. Sé que tiene que empezar los ensayos para el comeback de SHINee, por lo que depende más de la agencia que de él. Si ni él ni yo nos presentamos, dejaríamos a la compañía en mal sitio.

- Hyomin - lo volvió a intentar, esta vez posando su mano bajo su barbilla. La mujer se volvió a mirarla y vio la tímida sonrisa que le dedicaba la profesora-. No puedes rechazar esa oferta. Nunca sabes cuándo te va a caer algo igual. Vas a representar a Corea con una obra que sabes hacer perfectamente. No hay mejor Julieta que tú y eso tienen que saberlo en Japón, en Mongolia y en todo el mundo.

La castaña se sintió ligeramente aliviada con las palabras de ánimo de su acompañante. En sus labios comenzó a dibujarse una sonrisa, tan pequeña que parecía fantasmal, estar allí sólo porque podía ver a sus ojos brillar, sonriendo con ella.

- Pero ¿y Jiyeon? - preguntó, frunciendo sus cejas con preocupación.

- Bueno - comenzó la rubia, mordiendo su labio inferior con duda y nerviosismo. Se acomodó, estiró su columna vertebral y llevó sus manos a las de la actriz, tomándolas entre sí-, es sólo una idea, ¿vale? No tienes que darme una respuesta ahora mismo, pero... - tragó saliba, tratando de encontrar las palabras adecuadas para enunciar su hipótesis-. ¿Y si yo me quedo con Jiyeon la semana que tú estás en Japón?

La actriz dejó sus ojos abiertos como platos, sorprendida porque la profesora se ofreciera a sí misma de esa manera. La rubia interpretó mal aquello y comenzó a explicarse mejor.

- Así la niña podrá ir al colegio porque yo la llevaría por las mañanas. Para que a ella no se le haga extraño, podría venirme aquí en lugar de llevarla a mi casa. Obviamente, si te sientes mejor, podría venir Boram a ayudarme si a ella le parece bien. También podría avisar a mi amiga Sso, pero yo creo que puedo arreglármelas sola. Te puedo mandar fotos para que estés segura de que está bien, hablar por Skype por la noche para que veas que está de una pieza y no te eche de menos. 

Hyomin no encontró palabras para expresarle lo agradecida que estaba porque se comprometiera tanto con ella y con su familia. 

- ¿Harías eso por mí? - la voz de la actriz salió débilmente de sus labios. Qri asintió sin esperar ni un segundo, apretando las manos de la castaña para trasmitirle seguridad.

- Eso y mil cosas más, mi Julieta.

Rió con ternura al oírla mencionar ese sobrenombre que habían utilizado tan habitualmente en sus conversaciones.

- ¿Bajarías la luna por mí? - bromeó, repitiendo la pregunta que le hizo hace unas semanas. Le pilló por sorpresa que la mayor asintiera sin dudarlo ni un segundo.

- Si tú la deseas, yo la bajaré por ti - le aseguró, aunque luego en un tono cómico añadió-, aunque vas a volver a las mareas locas.

- Pensé que no bajabas ni a por comida al Burger King - le recordó, sonriendo de medio lado. La profesora se encogió de hombros.

- Supongo que tú me has cambiado.

Se quedaron en silencio, observándose a los ojos. La castaña podía ver que las palabras de Jihyun eran sinceras con la determinación que expresaba en su mirada. Llevó su mano a la mejilla de la mujer y la acarició, siendo la mano de ella la que la siguió, acariciando el dorso para mantenerla en el sitio, frotando su mejilla contra su palma, deseando sentir ese tacto. Se deslizó bajo su mano, usando su dedo índice para trazar las facciones de la mujer, pasando por su pómulo hacia la nariz, subiendo hacia su frente luego bajando a lo largo hasta su lunar. Qri contenía su respiración, sintiendo que nunca la habían mirado con tanto cariño y admiración. Bajo sus ojos, se sentía por primera vez en su vida bella. Inconscientemente, comenzó a inclinarse hacia adelante, hipnotizada por los labios de la castaña.

Sólo notó lo verdaderamente cerca que estaba cuando sus respiraciones comenzaron a mezclarse. La mano de Hyomin encontró su camino hasta la base del cuello de la rubia, deseando poder atraerla hacia sí la poca distancia que quedaba. Qri sonrió tímidamente, sus ojos yendo de la intensa mirada de la castaña a los labios de la otra, sintiendo una extraña sensación, como la de los imanes de polos opuestos que no podían acercarse. Recordó lo que dijo Kibum, sobre que la actriz no solía tomar la iniciativa. Tomó aire y tragó saliba, concienciándose de que era el momento. Vio a Hyomin cerrar los ojos cuando comenzó a avanzar hacia ella, justo antes de cerrarlos ella también. 

- ¿Huele a comida china? 

Hyomin se movió tan bruscamente ante la voz de su mejor amiga que su nariz chocó con la de la otra, haciendo que se separaran para llevar una mano al dolorido hueso. La de menor estatura estaba aún tan dormida que ni se había dado cuenta de eso, simplemente tomando asiento frente a ellas en la mesa, aún envuelta en la manta con la que la castaña la había tapado tras llevar a Jiyeon en brazos hasta su cama. La castaña le dedicó una mirada de disculpa, diciendo con los labios un "Lo siento". La rubia simplemente sonrió en respuesta, divertida por la situación tan fastidiosa. Hyomin se inclinó cuando la mujer dejó de frotarse la nariz y dejó un beso sobre su lunar antes de volverse a Boram, que aún pestañeaba con fuerza, tratando de volver al mundo de los humanos. 

Habían estado muy cerca.

 

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Comments

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gogixx
#1
Chapter 8: this is so nice ^^
greenjade21 #2
Chapter 11: I know I already reserved this for reading, sorry that I was able to finish it only now. But, I'm glad I was able to have time and read it! Love your MinKyul story. I liked how they started and shock they were upon knowing their identity and loved it how they grew to eventually love each other. And Jiyeon and Eunjung's character, so cute! Seriously, as the story progresses, it grows with you too ... simple but, meaningful. Awesome one! Thanks for sharing this. :)
Hedle19
#3
Chapter 11: decidí comentar al final.. la verdad es que la historia me encantó de principio a fin, fue curioso imaginar a una Jiyeon y una Eunjung de 8 años me encantó, y toda la historia de amor pintada para el MinKyul fue tan jsnzudjjs... realmente me fascinó
Fengxian
#4
Chapter 11: This was a really sweet story and I enjoyed reading it 'til the very end. I liked the way they met and how the relationship developed as the story went on. Qri was just all kinds of perfect for Hyomin and her daughter. Jiyeon as Hyomin's daughter was cute and her blossoming romance with Eunjung since childhood was adorable. Boram and Soyeon were hilarious in their own right and their friendships which their respective main character mimicked each other in some way. You write so well that I'm enjoying all of your Minkyul stories thus far.

I apologize for commenting in English to this story but it is easier for me to express how I felt about it in my second language than my first haha.
Ajumma29
#5
Hasta ahora no había podido comentar esta obra de arte, pero no sabes lo que llegué a amarla ;////; Me la leí entera en una de estas tardes de lluvia que no tienes ganas de hacer nada y no me arrepiento de haberme quedado con la mantita y las golosinas mientras leía esto; es mejor que una película, tan bonetu~
La imagen tierna de Hyomin y Jiyeon me llegó al kokoro ;; Y el gran empeño que pone Qri con sus alumnos da la imagen de esa profesora que cualquiera querría tener para pasárselo bien y aprender. ¡Quiero una Qri en mi vida! Ok ya, pero realmente el FanFic fue hermoso, bonito y muy sincero, te felicito por esto <33

Y ah, el final fue tan bonito too, Eunjung y Jiyeon como pareja y ay, hermoso todo ;/////; -Huye a llorar-

PD: Hwa Young te lovea~
MisskimHyun
#6
Chapter 11: ¡¡OWWWWWWWS!! Aunque faltó la escena de la boda de Jiyeon al estilo Frozen xD
Lo amé, me encantó... ansio que escribas más historias Minkyul (son mi perdición).

No encuentro palabras para expresar todos los bellos detalles que me enamoraron. Desde las palabras dulces, los hermosos momentos. Es todo lo que me gusta en un fic. *se levanta y aplaude por horas* me encanto en verdad :'3
MisskimHyun
#7
Chapter 10: ¡Jajaja! Que si he amado este capítulo.
o es igual a juego de maquinitas para ellas xD. Curioso que hayas elegido la canción de y Love para esa escena, siempre tuve vagas imaginaciones de escenitas lindas sobre y love pero nada como esta. <3 Waah lloraré, ya se acaba TmT
MisskimHyun
#8
Chapter 9: Waaah no ya casi el final dios mio no puede ser. Jajaja pues a mi me ha encantado leerla creeme esta matavillosamente hermosa y me parto de risa xD.
Por otra parte... la filosofía que usaste para referirte al lunar de Qri. Wow, mis respetos, eso fue muy bello.

Eres una romántica. ;D jaja me agrada eso, asi los fics son romanticones *O*
MisskimHyun
#9
Chapter 8: Jajajajaja que hermoso y triste es ver que me quedan pocos capitulos para que termine TmT
MisskimHyun
#10
Chapter 7: *----* no hubiera pensado en una mejor manera para la pedida de novia <3
Jajajaja esa Kyup como novia obsesiva xD pues termuno ganona y siendo su novia