Jihyun no podía dejar de sonreír para sí misma mientras miraba la entrada que la madre de su alumna le había mandado por correo electrónico. La había imprimido en la sala de profesores y la había doblado tres veces para poder meterla en su bolso, aún incapaz de poder creerse que iba a ir a una de las mejores producciones teatrales del momento. Había sido anunciada en varias cadenas de televisión y había oído hablar a sus compañeros de trabajo hablar, en palabras literales, de lo buena que estaba la actriz principal. Era normal que Jihyun no se hubiera enterado bien; era una mujer que amaba su trabajo, con una dedicación nata para los niños y su dedicación la aislaba de todo lo que pasaba a su alrededor. Si no fuera por su amiga Soyeon, se pasaría el día encadenada a su escritorio pensando en la clase del día siguiente.

En la entrada del Olympic Hall, presentó su impreso y le indicaron que estaría en un palco VIP. Se quedó de piedra al enterarse y estuvo a punto de preguntar si no se habían equivocado al leerlo. Sin embargo, en cuestión de minutos, uno de los trabajadores del lugar la estaba guiando hacia el lugar, dándole el trato favorable que sólo estrellas que iban a ver la obra tenían. Jihyun nunca había sido tratada de esa manera por lo que no pudo evitar dejarse llevar por esa magia tan elegante. De haberlo sabido, se habría puesto una ropa más elegante en lugar de su formal conjunto, compuesto por una camisa blanca, un chaleco gris y una chaqueta marrón, con una falda plisada negra y unos zapatos de tacón. Por sus gafas de lejos, daba enormemente la sensación de que era profesora. 

Cuando llegó a su butaca en el palco, aprovechó para sacar el libro que había retirado de la biblioteca, el guión original de Romeo y Julieta en inglés. Dado que la compañía anunciaba que iba a ser una adaptación bastante diferente, llegando a límites salvajes, quería dar una última lectura al escrito que tan bien conocía para que nada la pillara por sorpresa, aunque al mismo tiempo, estaba deseante por ver a aquella mujer interpretando a Julieta. 

Aunque ahora veía a la señora Park como la madre de la dulce y pequeña Jiyeon, ahora mismo no podía evitar relacionar a la exitosa actriz Park Sunyoung más con el papel de Park Hyomin, la mujer que conoció en el bar de citas. Se mordió el labio ligeramente y cerró el libro dejándolo sobre sus piernas, incapaz de retomar su lectura. No quería que la incomodidad que su primer encuentro como madre y profesora se repitiera. Quería que el ambiente fuera relajado, tranquilo. Aunque quedaba un buen rato para que fueran a cenar, no podía evitar ponerse nerviosa. ¿Era una cita? ¿Eran dos amigas que iban a cenar pese a que conocían sus cuerpos como la palma de sus manos? Jihyun estaba confusa, aturdida, pero al mismo tiempo deseosa de que llegara la hora de cenar.

Las luces se apagaron y una voz de mujer anunció que se debían apagar los teléfonos móviles y que no estaba permitido la grabación de ninguna escena. Jihyun rió suavemente ante la ironía, para la sorpresa de sus acompañantes, refinados hombres y mujeres con vinoculos. Era Corea e interpretando a Romeo estaba Kim Kibum, el conocido idol del grupo SHINee. Era más que obvio que para cuando volviera a casa, habría mil y un fancams de esa actuación. Guardó silencio y esperó a que la obra esperara, impaciente por ver la actuación de Sunyoung.

- ¡Muchas gracias por todo! - se despedía Sunyoung de los miembros del staff, haciendo reverencias.

Se había cambiado de su provocativo traje de Julieta a su ropa de calle y aún tenía su cabello húmedo de la ducha que se acababa de dar. Llevaba una camiseta negra promocional de su compañía de teatro y unos pantalones cortos vaqueros. Cualquiera que la viera, pensaría que no había tenido una hija en su vida. 

La primera representación de la obra de teatro había sido todo un éxito pese a los problemas que habían surgido en el ensayo general. En la representación final todo había salido fluidamente y había sido en gran parte gracias a su brillante interpretación. Era una versión muy arriesgada de Romeo y Julieta, sobretodo teniendo en cuenta que lo habían adaptado a sus días y que en lugar de caer enamorados, han sido presa del éxtasis y lo que los separa no es el odio entre sus familias, sino la clase social a la que pertenecen, ya que Julieta es una niña rica mientras que Romeo, interpretado brillantemetne por Key, apenas tenía para comer porque gastaba todo en drogas. La compañía de teatro se jugaba mucho con esa representación, pero al acabar la obra, todos aplaudían sin contención. Sunyoung tenía miedo de atraer a las sasaengs por si ellas la comenzaban a odiar por besar al actor, pero parece ser que reaccionaron positivamente.

Se apoyó contra la pared y pasó una toalla de microfibras por su frente, aún notando un fantasmal sudor. Sacó su teléfono móvil y buscó en el correo electrónico si la profesora había dejado algún número de contacto. Suspiró con frustración, pensando que lo único que podría hacer era esperar a que ella la llamara, ya que en el correo que le mandó dejó también su número de teléfono.

- Sunyoung, una de las VIPs la está buscando.

Dio un ligero rebote cuando escuchó la voz del hombre y tardó en reaccionar unos segundos. Asintió levemente y lo siguió hasta la entrada de los camerinos. No sabía si esperar que fuera la profesora o alguno de los snobs que solían abordarla tras las actuaciones para darle una opinión que sinceramente no decía nada. Apretó los labios y colgando la toalla de microfibras de su cuello, metió sus sudorosas manos en sus bolsillos delanteros. Suspiró con cierto alivio cuando vio a la mujer apoyada contra la pared, siendo vigilada por uno de los de seguridad que tenía que asegurarse que no era peligrosa. 

- ¿La conoce? - preguntó el miembro de seguridad, llamando la atención de la rubia, que se había quedado sumergida en sus pensamientos. Sus ojos se encontraron y la actriz sonrió. Eso mismo podría haber sido una respuesta, pero se encargó de dejarlo claro.

- Sí, es una amiga. Déjala pasar - le pidió al hombre, quien retiró el cordón de terciopelo y le hizo un gesto con la cabeza a la mujer. Ella sonrió educadamente y pasó. Con el subidón de después de actuar, decidió saludarla con un abrazo, por lo que abrió sus brazos hacia ella. La rubia estaba ciertamente sorprendida pero accedió, abrazándola con fuerza. El contacto no pareció nada extraño pese a cómo había sido su primer encuentro después de la noche de citas. Sunyoung sonrió ampliamente y susurró en su oído-. Me alegra que hayas venido.

La profesora se separó y le sonrió. Pasó una mano por su cabello y se recolocó las gafas, que la actriz intuyó que utilizaba gran parte del tiempo por la marca que vio en su nariz el día que se conocieron.

- ¿Cómo no hacerlo? Todo el mundo hablaba de esta obra. Gracias por invitarme - le contestó con una honestidad y una tierna sonrisa que a la profesional del teatro le valió más que mil críticas positivas en los periódicos.

- Tengo que recoger unas cuantas cosas de mi camerino y hablar un poco con la prensa antes de irnos, pero en cuanto estemos en el restaurante quiero que me cuentes con pelos y señales qué te ha parecido la obra. Ya sabes, como si fuera un comentario para entregar, señorita Lee - bromeó, agarrándose a la toalla de microfibras.

- Sin problema, puedo esperar lo que haga falta. He reservado en un restaurante que dirige una amiga mía, por lo que podemos tardar todo lo que queramos.

- Perfecto, porque también quería hablarte de eso. Es posible que cuando vayamos al coche nos persigan o los fans o la prensa. No tienes problema con eso, ¿verdad? - frunció el ceño ligeramente, preocupada porque eso pudiera ser un inconveniente. Era la razón principal por la que Boram no solía acompañarla después de las funciones, ya que era todo un agobio. Sin embargo, cuando la mujer negó con la cabeza sintió que le quitaban un peso de los hombros.

- No hay problema. Es comprensible, eres una actriz de éxito.

- La prensa me persigue más por si tengo escándalos que por mi carrera como actriz, a decir verdad - rió con cierta ironía, ya que la situación no le gustaba nada.

La profesora, sin embargo, no la miró con lástima, sino con comprensión, asintiendo levemente mientras la miraba. Se quedó un poco aturdida, ya que sólo Boram tendía a entenderla. Las mujeres con las que se relacionaba tendrían a ser interesadas en su fama, interesadas en presumir de ser amigas. Las actrices con las que hablaba tendían a envidiarla y a hacerle faenas. 

Jihyun le había vuelto a mostrar que era una persona diferente a todas las que había conocido.

- Estaré lista en unos minutos con suerte. Si quieres, puedes quedarte en mi camerino para que no te quedes por aquí como un perchero - rió suavemente, tomando la mano de la mujer, que no se extrañó ante el contacto. Ambas pensaban en por qué podía ser tan cómodo, de hecho, pero lo achacaron a su recién formada amistad.

La rubia asintió y se dejó guiar por la actriz por los pasillos hasta la entrada de los cubículos, los pequeños camerinos de los protagonistas. Abrió la puerta del suyo y para su sorpresa se encontró con el protagonista, que también se había cambiado a su ropa de normal, más fashionista que la que llevaba la actriz principal.

- Oh, Kibum, ¿ya estás listo para hablar con la prensa? - preguntó, sin darse cuenta de que la profesora se había quedado algo sorprendida por encontrarse con el idol. El apuesto muchacho asintió y saludó con la mano a la acompañante de su compañera de escenario. Sunyoung se dio cuenta de que había sido algo maleducada-. Perdonad, no os he presentado. Kibum, ella es Lee Jihyun, una amiga. 

- No te disculpes - le sonrió la profesora, extendiendo su mano hacia el actor-. Es un placer conocerle. Ha hecho un excelente trabajo ahí arriba.

- Muy formal tu amiga, Sun. Me encanta - rió el actor, estrechando la mano de la mujer.

- Tengo buen ojo para las mujeres - admitió, pasando su brazo por la cintura de la rubia, quien esta vez sí se tensó ante el contacto. La actriz lo notó y se apartó de inmediato, de manera que no resultara poco natural para no alarmar a su compañero. Se volvió a la profesora con una ligera sonrisa-. Bueno, vamos a hablar con la prensa. Espero que no nos lleve mucho tiempo, pero por si te aburres, hay un minibar allí - señaló hacia el pequeño electrodoméstico-, oh, y algo que me encanta, hay una máquina de Donkey Kong en esa esquina.

- ¿Donkey Kong? ¿El original? - sus ojos se abrieron con sorpresa y en ese momento Sunyoung supo que Jihyun y ella iban a ser grandes amigas.

- Sí, en el que secuestra a la princesa Peach y Mario tiene que rescatarlo. Fue mi capricho, así que me la llevo a todas mis actuaciones para matar el tiempo - le explicó, y fue viendo como la profesora iba sacando su niña interior, cada vez más notablemente emocionada por jugar a ese juego de arcade.

- Puedes tardar todo lo que haga falta con la prensa. Yo te espero - trató de disimular su evidente emoción, pero parecía no ser suficientemente convincente, ya que la actriz rió ante su intento de ocultar lo mucho que le gustaba el videojuego.

- Qué adorable - comentó, antes de que pudiera evitar que esas palabras salieran de su boca. Disimulando su evidente sonrojo, se volvió a Kibum y dio una palmada en el aire-. ¡Bueno! Vayamos a hablar con la prensa. ¡Nos vemos luego!

Salió rápidamente del lugar, arrastrando consigo al otro protagonista, que se volvió para despedirse de Jihyun con la mano. Ella le devolvió el gesto y aun pasado un buen rato desde que se fue, no podía quitar una sonrisa de su rostrpo por el halago que había salido de los labios de la castaña.

- Había una niña que había dicho que le daban asco las orugas y Jiyeon le preguntó si le gustaban las mariposas, a lo que la niña respondió que sí - explicaba la profesora bajo la atenta mirada de la castaña, que sujetaba su cabeza con sus manos mientras escuchaba a la mujer frente a ella hablar con tanta pasión de una de sus alumnas-. Entonces la pequeña se dirigió a mí y dijo: "La gente no entiende que la mariposa no es bella porque sea de colores, sino porque un día fue oruga". 

La madre no pudo evitar reír con ternura ante las palabras tan propias de su hija. Era muy inteligente para su edad y también muy ingeniosa, por lo que no le extrañaba nada que hubiera llegado a una reflexión tan madura. Se llevó la servilleta a la comisura de su labio y volvió a dejarla sobre sus piernas.

Estaban cenando en el restaurante de Soyeon y Jihyun no podía estar más agradecida porque su mejor amiga no estuviera al mando esa noche, porque si su amiga se llega a enterar de que había una estrella del teatro en una de sus mesas habría interrumpido incesantemente la conversación. Lo cierto es que estaba siendo una velada muy agradable y las dos mujeres estaban hablando sin problemas ni incomodidad alguna. 

- ¿Por qué decidiste ser profesora? - lanzó la pregunta de pronto Sunyoung, ladeando ligeramente el rostro con curiosidad. La mujer toqueteó la copa de vino y reflexionó su respuesta, dando un sorbo a su bebida antes de contestar.

- Siempre he sentido vocación por enseñar. Era hasta un poco obsesivo - rió ante sus propios recuerdos, a lo que la castaña sonrió-. Cuando era pequeña reunía a mis conejitos de peluche y les daba clases de matemáticas.

- Debiste sacar muy buenas notas si jugabas a ser profesora - comentó, lo que sorprendió gratamente a la mujer porque pensó que se reiría ante lo absurdo que eso era, pero sin embargo parecía que admiraba su dedicación.

- No te voy a mentir; lo cierto es que sí, sacaba unas notas excelentes. Era de ese tipo de nerds con las gafas que se pasaba el día leyendo - confesó con algo de vergüenza, pues era algo de lo que siempre se habían reído en su pasado. La actriz no parecía para nada disgustada, de hecho, asintió con comprensión.

- ¿A qué universidad fuiste? - preguntó con una curiosidad genuina.

- La nacional. 

Soltó un sonido de sorpresa y no pudo evitar dejar escapar un silbido de sorpresa.

- No cualquiera entra allí - la miró con absoluta admiración, lo cual enterneció a la profesora, que sonrió tímidamente-. ¿Cómo una graduada en la mejor universidad acaba de profesora de primaria en un colegio como el de mi hija?

- No me gustan las élites, nunca me han gustado - aclaró, a lo que la otra asintió de nuevo, mostrándole su comprensión-. Acabé en la nacional por una beca y al terminar los estudios me cayeron trabajos en los mejores colegios. Trabajé en ellos unos dos años hasta ver que no estaba haciendo lo que me gustaba en ellos.

- ¿Por qué exactamente? - preguntó, frunciendo ligeramente las cejas, aunque se detuvo a sí misma y se corrigió-. Perdona, te estoy haciendo todo un interrogatorio.

La rubia rió suavemente y negó con la cabeza, sacudiendo su mano para que supiera que no le molestaba.

- Quería ayudar a la gente que ha sufrido como yo. 

Las piezas encajaron en la mente de la castaña, que abrió ligeramente más los ojos pero al pestañear volvió a su mirada normal, cargada de comprensión y admiración hacia la mujer con la que estaba cenando. Jihyun se sentía realmente cómoda bajo esa mirada. Sentía que los años de penuria habían valido la pena sólo por el reconocimiento de esa mujer.

Les retiraron los platos vacíos y pidieron una infusión de hierbas para bajar la cena. La actriz apoyó sus codos en la mesa y entrelazó sus manos, dejando su mentón sobre ellas. 

- Bueno, graduada de la Seoul National University - le guiñó un ojo, causando que la otra se riera suavemente-, cuéntame qué te ha parecido la obra.

Jihyun meditó un poco sus palabras antes de responder, sabiendo la importancia que guardaban para la actriz.

- Me ha parecido una adaptación muy atrevida. Me sé todas las obras de Shakespeare del derecho y del revés y nunca se me habría ocurrido nada así.

- ¿Es atrevido para bien o para mal? - alzó una ceja, deseando saber si le había gustado o no.

- Me ha sorprendido para bien - asintió, y la castaña no pudo evitar soltar un pequeño "¡Sí!" mientras alzaba su puño en señal de victoria, cosa que divirtió enormemente a la profesora-. Me ha parecido muy acertado para enfatizar el amor patético que trataba de transmitir Shakespeare, no la historia que se ha romantizado durante siglos. 

- Gracias - dijo, alzando los brazos al ver que alguien ponía sus pensamientos en palabras, como si se lo agradeciera a alguien que estaba arriba en lugar de la rubia-. El guionista estaba preocupado por si creían que nos pasábamos de la raya.

- Para nada. Es muy acertado. Debéis estar muy orgullosos - le aseguró con una amplia sonrisa, contenta de ver lo orgullosa que estaba la castaña de su trabajo.

- ¿Y qué te ha parecido mi actuación? - preguntó esta vez con mayor timidez. Parecía que no estaba acostumbrada a pedir opiniones y, ciertamente, no lo estaba. Como mucho, pedía opinión al director de escena, pero nada más. Sin embargo, por alguna razón, quería saber qué le había parecido a Jihyun. Quería sorprenderla con su actuación, que le gustara.

- En un ranking de cinco estrellas - comenzó, haciendo una pausa para pensarlo. Vio la impaciencia en los ojos de la castaña y le sorprendió que le importara tanto su opinión-, tendría que sobornar a quien pone las estrellas para que me dejara poner diez. 

Sunyoung no pudo evitar echarse a reír ante la comparación y hizo una especie de reverencia en su asiento, agradeciéndole su opinión.

- No, en serio. Me ha sorprendido todo lo que eres capaz de transmitir. No haces gestos exagerados como los actores de teatro al uso, pero haces que cualquiera de los presentes pueda sentir lo que estás sintiendo. Haces del teatro un momento intenso. Nunca había experimentado nada así - la opinión salió fluidamente de sus labios, como si no tuviera que pensarlo demasiado, y de hecho, no lo hacía. Simplemente daba su visión de lo que había presenciado desde el palco VIP del Olympic Hall. La castaña se sonrojó un poco y sonrió con timidez.

- Oh, venga ya, ¿eso lo dices porque intentas ligar conmigo? - bromeó, sonriendo de medio lado y apoyando su antebrazo en el respaldo de su asiento.

- No, lo digo porque es cierto - contestó, encogiéndose de hombros. Luego se reclinó sobre la mesa para acercarse un poco más a ella y mirándola directamente a los ojos a través de sus gafas, añadió-. Para ligar contigo, diré que también me ha gustado tu desnudo del segundo acto.

De haber estado más cerca, la castaña le habría dado un golpe en el brazo, pero al no poder hacerlo, simplemente rió y mordió su labio inferior. Estuvo a punto de decir algo, pero el clima propicio se rompió cuando vino el camarero con la infusión que habían pedido y reconoció a la actriz, comenzando una conversación sobre su trabajo que pronto acabaría en un autógrafo. Sunyoung se disculpó con la mirada pero la otra no le dio mayor importancia, echando un vistazo a la tetera para calcular cuándo le podía faltar. Compartieron una mirada discreta y la castaña le dedicó un guiño mientras iba a firmarle el autógrafo al muchacho. La mayor se sonrojó ligeramente y mordió su labio inferior.

Tras la cena, Sunyoung acompañó a la profesora a su apartamento. La mujer había insistido en que podía tomar el metro, pero la actriz no se dejó convencer fácilmente. Aparcó enfrente del bloque de edificios y se sorprendió al ver que vivía en un lugar tan simple. Se imaginó que su apartamento sería de pocos metros y entendió que la otra hubiera insistido tanto. Sin embargo, no la juzgaba y de hecho le gustaba el aire bohemio que se respiraba en la zona. Tal vez la visión de la intérprete era un tanto romantizada, porque lo cierto es que no había siquiera actividad en la zona, simplemente un montón de edificios de viviendas amontonadas.

Bajaron del coche y la castaña caminó junto a ella hasta el portal, agradecida por la tranquilidad de la zona. 

- Gracias por esta noche tan fantástica - le agradeció Jihyun con una sonrisa en sus labios. La otra imitó su gesto e hizo una leve reverencia.

- Gracias a ti por hacer que lo sea, mi dama.

Con una teatralidad encantadora, se inclinó y tomó su mano, dejando un beso en ella, haciendo que la rubia riera con ternura. 

- ¿Sabes? A lo largo de la noche, he estado a punto de llamarte Hyomin varias veces - admitió Jihyun, haciendo por fin referencia a la noche que se conocieron por primera vez. Los ojos de la actriz brillaron con alegría al reír suavemente, porque a ella le había pasado lo mismo.

- Yo también he estado cerca de llamarte Qri, la verdad. Me gusta cómo suena. 

- ¿Qri? Fue cosa de mi mejor amiga. Dice que suena como cute y pretty - confesó, encogiéndose de hombros, no creyendo en la importancia de ese nombre.

- Es acertado - señaló, asintiendo con convencimiento. Jihyun soltó una carcajada y negó con la cabeza.

- Es sólo un nombre.

- ¿Qué tiene un nombre? - comenzó a recitar, mirándola fijamente a los ojos, haciendo referencia al texto original de Shakespeare haciendo pequeños cambios-. Lo que llamamos rosa sería tan fragrante con cualquier otro nombre. Si Jihyun no se llamase Jihyun, conservaría su propia perfección sin ese nombre.

A la rubia se le puso un nudo en la garganta ante tales bellas palabras, reconociendo la parte de Julieta en el segundo acto.

- Te tomo la palabra - continuó la profesora, recitando la parte de Romeo-. Llámame Qri y volveré a bautizarme: desde hoy, nunca más seré Jihyun.

Ambas se echaron a reír ante tal interpretación improvisada y Sunyoung la abrazó para despedirse tal y como se habían saludado. La otra correspondió con fuerza, pues era su clásico abrazo de oso. 

- Que descanses, Qri - se despidió la actriz al separarse. La rubia dejó un pequeño beso en su mejilla antes de sacar las llaves para abrir su portal.

- Buenas noches, Hyomin.